lunes, 8 de agosto de 2022

 

“REFLEXIONES SOBRE KABUL”

El anuncio de Washington del asesinato del líder de Al Qaeda en un balcón de un aparamento en Kabul pretendería cerrar un controversial capítulo de su historia contemporánea. Ahora bien ¿Fue real o es una operación para levantar la alicaída imagen de Joe Biden?

 

Por Charles H. Slim

Con la acostumbrada teatralidad con la que los voceros de la Casa Blanca suelen dar ciertos anuncios, el 1 de agosto pasado anunciaron la supuesta ejecución por una operación de la CIA del supuesto líder de “Al Qaeda” Ayman al-Zawahiri, realizada en otra de sus espectaculares operaciones que más bien se parecen a películas de acción.

Un detalle a señalar es la poca importancia que los medios dieron a la noticia poniendo en claro que Washington ha cambiado sus prioridades informativas hacia una guerra asimétrica y global contra Rusia. También sonó muy sugestivo este anuncio en momentos que la presidente de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi llegaba Singapur como una de sus escalas para visitar Taiwán, algo que desató una respuesta contundente de China que puso en dudas la posibilidad de su concreción.

El anuncio se asemeja mucho al nada claro y contradictorio operativo “Gerónimo” por el cual supuestamente un grupo especial asesino en una residencia de Pakistán a Osama Bin Laden en 2011. Sin dudas Bin Ladem fue una pieza central para los planes de los neoconservadores que encumbraron a George Bush, pero su figura ya no era de utilidad. Aquel anuncio (ya que nunca se vió un cuerpo) se dio en momentos que el gobierno de Obama necesitaba limpiar rastros de los implicados en el 11/S (en especial la pista saudita) y tapar inconsistencias sobre la actuación de su secretario de estado Hillary Clinton en Libia y otras incoherencias que habían surgido en la desastrosa ocupación de Iraq que finalizaría precisamente unos meses después de este anuncio.

La farsa se volvió a repetir en 2006 cuando un misil guiado voló una casa en las afueras de Al Ramadi, matando al jefe de “Al Qaeda-Iraq” Abu Muzab Al Zarqawi y a cuatro personas más en momentos que George Bush necesitaba dar noticias positivas sobre la ocupación.

Otra fábula que hizo mucho ruido fue la supuesta eliminación en octubre de 2019 de Abu Bakr Al Bagdadi, el líder de otra farsa como fue sin dudas el “ISIS”, otro fantasma creado por la inteligencia estadounidense -que reemplazo a Al Qaeda-Iraq- en momentos que ocupaba Iraq. La forma como supuestamente se lo eliminó era tan hollywoodesca y espectacular que además de no dejar (convenientemente) pruebas sobre ello se dio casualmente en medio de la profunda crisis política y de imagen que afectaba a la administración de Donald Trump que predecía su salida de la Casa Blanca.

Pero el caso de Bin Ladem era de por si imposible de tragar ya que no se podía matar a un muerto. Según fuentes de inteligencia Osama Bin Ladem, agente reclutado por la CIA para financiar los Muyahidines afganos en la década de los ochenta contra la ocupación soviética había muerto por problemas renales un año y medio antes de los ataques a las torres Gemelas. Incluso, otras fuentes precisan que falleció mientras estaba internado en uno de los emiratos del Golfo Pérsico.

La supuesta ejecución de Ayman al-Zawahiri el 31 de Julio pasado en una operación con Drones tiene similares rasgos fantásticos que llevan a sospechar de su realidad. Nadie duda que EEUU tiene estas capacidades para asesinar a cualquiera en cualquier parte del mundo pero, es muy dudoso en lo que respecta a este personaje. Más bien podría decirse que la CIA despidió a uno de sus activos inútiles, Según la información del Pentágono este hombre de 71 años de edad fue abatido desde el aire con dos misiles “Hell-fire” en momentos que se asomaba a su balcón en un edificio residencial en Kabul. El reporte preciso que eran las 6:18 hs cuando los misiles dieron sobre ese balcón del edificio de tres plantas en la zona residencial de la capital eliminando al objetivo sin causar “daños colaterales” en el predio.

Por la descripción realizada y los misiles utilizados se hace nada creíble que no se halla causado daños más allá de la persona de un sujeto de 71 años edad, dejando también muy claro que ello de haber existido ha sido un claramente accionar terrorista contra una infraestructura de un estado soberano.

Como con la “Operación Gerónimo” aquí tampoco hay cuerpo para mostrar y la verificación de esto es muy dudosa. También se presentan circunstancias similares a los casos anteriores que movilizaron al Departamento de Estado para realizar esta clase de anuncios. Con ello se busca levantar la pésima imagen de la administración demócrata de Biden, hackeada por la desastrosa huida de Afganistán en Septiembre del 2021 y que se ha potenciado con la crisis económico-financiera desatada por su política de sanciones comerciales contra Rusia y costosísimo apoyo presupuestario (que ya asciende a un total de 9000 millones de US dólares) al corrupto régimen ultraderechista ucraniano de Volodymyr Zelensky.

En este último escenario, La Casa Blanca se halla en un verdadero atolladero. Aunque está claro que su administración y los personeros de la OTAN en Bruselas (con Jens Stoltenberg a la cabeza) quieren que la guerra en Ucrania se extienda en el tiempo, la realidad sobre el terreno estaría demostrando que ello solo podría lograrse a costa de sacrificar aún más la seguridad y la vida de los civiles ucranianos e involucrando de forma deliberada y paulatina a los países vecinos.

Se trata de un riesgo (en apariencias) calculado. La OTAN y Washington necesitan una guerra pero que no escale a nivel nuclear y eso es algo muy delicado de predecir. Además queda claro que Moscú ya sabe de estas intenciones. Si la opinión pública norteamericana del ciudadano medio ya esta harta de que sus cada vez más inflados impuestos sirvan para costear guerras sin sentido y agujeros presupuestarios negros como Israel y Ucrania ¿Qué podría generar en sus ánimos enterarse de estos enjuagues que implicarán a todo el globo?  

Como podemos ver, hay muchas cosas que la administración demócrata tiene para tapar ya que más malas noticias sería como dice el dicho “llovido sobre mojado”. Sin dudas que la noticia del presunto asesinato de Al-Zawahiri, busca mostrar algún resultado positivo de un gobierno ineficiente. Igualmente, esta supuesta eliminación del líder de un engendro creado por la maquiavélica mente del entonces consejero de seguridad nacional de James Carter, Zbigniew Brzezinski y puesto a rodar por la CIA a comienzos de los ochentas sigue siendo un tema muy difícil de explicar por EEUU que no se borrara por más que la Corporación de medios trabaje para que se olvide.

sábado, 6 de agosto de 2022

 “THE DEAF 

BATTLE FOR DISINFORMATION”

How servants in London and Brussels seek to sully Russia's image in order to drag out a war in Ukraine that has long been known to be lost

 

By Sir Charlattam

Although the power-amplifying boxes in Washington and Brussels seem mute about what is still going on in Ukraine, behind the scenes and like shadowy shadows, the intelligence agencies' war to install disinformation and the poisoning of reality seems to escalate a step further.

As you know, it is no longer enough for networks such as CNN. BBC or FOX are no longer enough to sell the rotten fish of the Western Anglo-Saxon elites; they have long since ceased to be credible to such an extent that they have reached the bottom of the credibility they once had in the public opinion of their own consumers. That's where the government-paid dirty tricks manufacturers asked themselves what to do?

The emergence and funding of websites of so-called researchers and human rights organisations in the midst of conflicts such as those in Iraq, Syria and Yemen was the answer to that question. But their true intentions and those who were really behind them soon became clear.

Unsurprisingly, Britain has been at the forefront of such manoeuvres when the opportunity arose. An office in any cheap London flat with a desk and a telephone adorned with a flashy logo of an imaginary NGO was the mask for subversive groups supported by MI5 and MI6 (Chechens, Syrian dissidents to the government, Mapuche etcetc) and of course under the strictest permission of the Foreign Office. Of course this is still going on but today an internet connection replaces telephones.

You may not be old enough to remember but back in the sixties and seventies when Europe was a battleground for the intelligence agencies of the east and west (CIA and KGB), the availability of resources for these dirty games was almost endless and so it was because of the governments' games that the agencies allowed other foreign agencies to bring their settling of scores over here, especially to execute them on the continent. Don't forget how in those years the PLO and the Israeli Mossad, killing each other and innocent people they misidentified, stained the streets of the old continent with blood.

Nor should we forget how the assassinations and terrorist attacks of the Gladio network, a NATO Stand Behind programme, brought more terror to the astonished Europeans.

Today it seems that the brains in the “Ziggurat” of “VauxHall” do not contemplate these dark experiences and are still betting on sowing more tares in the conflict in Ukraine with more operations and dirty tricks trying to inflame hatred against the Russians and at the same time degrade the morale of the Russian population and the countries that have not condemned their intervention on February 24. For the time being, false flag tactics look very difficult to orchestrate without fear of screwing up and being openly exposed to the gullible and conformist few among the public.

Psychological warfare to try to manipulate public opinion could go further according to some sources. For some years now, intelligence agencies have been employing new vectors of information gathering and also of intoxication and propaganda in favour of the interventions of Anglo-Saxon governments. Thus, so-called war detectives, human rights observatories and astute bloggers have appeared, finding clues under the label of “open sources” that conveniently assemble stories tailored to the political agendas of both Washington and 10 Downing Street in London.

These clowns were clearly recruited in-house and for their services they receive a salary. No mercenary does it for free and that is well known to "journalist" Ruth Sherlock. They are fraudsters part of the corrupt system and come to play the role of transparency that the mainstream media has lost, including the more sensationalist ones such as the sewer “The Sun” or the Russophobic “The Guardian”. The employment of these impostors would be something of a cover for the cover, replacing the stuffy boards of media companies with individuals in T-shirts and jeans who appear neutral and close to the population.

But these supposedly “open source” investigators are more like planters of farces and false factual situations aimed at supporting the political agendas of their employers. In Iraq during the advent of the "Islamic State" (Daesh) hoax they had to maintain the narrative of a supposed fight against terrorism (a magnificent business that is still going on) and that this figment created by the CIA and its Turkish, Saudi, Israeli and Kurdish partners posed a global threat. To this end VICE NEWS and similar sites provided the theatrical framework to support the farce with images and editing.

A few days ago “the agency” put an end to another of its monumental hoaxes with the staged death of the leader of “Al Qaeda” on a balcony of a building in Kabul and to support this farce nothing better than another Hollywood script by the media that no longer blush for the undeniable complicity with what the government agencies want them to say.

The same in Syria where fakers such as the director of a site in the editorial line scripted by MI5 as is “Bellingcat” through their fabrications gave for certain among some of their farces that the Damascus government had used chemical weapons against the population when the evidence said the opposite. On this it should be remembered that it was Russia's efforts to have these attacks investigated and it was because of this that (to the chagrin of the Foreign Office and the State Department) inconsistencies in the story were detected which they now want to sweep under the carpet. That is what these so-called independent investigators are paid to do.

What's more, that is where another MI6 spawn has made the sham “White Helmets” a supposed humanitarian aid NGO operating in Syria when its members have been found to have been involved in the most heinous crimes against Syrian citizens.

It is very clear where all these henchmen of the system are aiming for. Their employers need to shock public opinion and there is no limit to what they can achieve and that highlights the development and execution of possible terrorist actions and hoaxes like Skripal on European soil or even in countries in the Western Hemisphere to pin it on the Russians. You have to be critical of what you are being sold and do not swallow before you have chewed.

jueves, 4 de agosto de 2022

“POLITICA DE CLAUDICACION”

 ¿Por qué la designación de Sergio Massa como “super ministro” es tan inerte como el mismo gobierno que lo designa?

 

Por Pepe Beru

La escena de una cubierta de un barco que se va inclinando mientras los oficiales se destajan de risa en una juerga de alcohol y mujerzuelas no podría ser más descriptiva de la actual realidad argentina. Sin meternos en la telenovela que protagonizan sus gobernantes como su clase política opositora, se hace evidente que el país como estado dentro del concierto internacional está en exposición en la vidriera para ser adquirido por el mejor postor.

El marco internacional no podría ser más peligroso. Con una guerra en Eurasia en progreso, una recesión económica global en puerta producto de las sanciones de EEUU y la UE a Rusia y las necias provocaciones de Washington contra la soberanía de China materializadas con el viaje de la presidente de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi a Taiwán, los argentinos se ven sumergidos en una crisis económica fatal agravada por la ingobernabilidad producto de muy discutidos y faltos de autoridad funcionarios del gobierno ¿Qué hacer en estas aciagas circunstancias?

La respuesta parece haberse personificado en los rampantes y anodinos cambios de nombres dentro del gobierno nacional que además de no cambiar nada, encubren un verdadero golpe palaciego tramado por la vice Cristina Fernández contra Alberto Fernández y sus subordinados. En realidad, nada nuevo para quienes viven en este país. Quienes ya tienen años no se olvidan como en épocas de gobiernos militares, los generales se tumbaban unos a otros tras golpes internos que no asombraba a nadie y todos veían normal.

La llegada de la “democracia” no cambio esos hábitos. Y es que no pasa por militares o uniformes radicales o peronistas, es una cuestión intrínseca de los argentinos. Mientras sus bolsillos estén llenos, no importa quien les gobierne.

Hace tiempo que la Argentina es un país entregado. No hacía falta que los laboratorios estadounidenses y europeos “Pfizer” y asociados -Involucrados en los laboratorios de bioguerra en Ucrania- le solicitaran como garantías de pago para provisión alguno de sus recursos naturales como el litio en las provincias de norte (a donde la embajadora británica y una comitiva fueron a gestionar su acceso) o el agua potable de los glaciales del sur. Los dueños de la tierra en este país hace tiempo que son socios de estos intereses externos por lo cual, no se puede vender algo que ya no es tuyo.

Un país desgobernado y para peor sin soberanía política, se ve a la deriva gateando como un miserable mendicante ante los banqueros internacionales mientras el Departamento de Estado norteamericano y la embajada de Israel manejan los hilos de su política exterior obligando a su administración de justicia a incautar el avión venezolano bajo argumentos tan falsos como los informes de sus agencias de inteligencia.

Para redondear toda esta parodia de la democracia argenta no se podía poner mejor personaje para estas circunstancias. El camaleónico Sergio Massa, un burócrata con un master en obsecuencia y alcahuetería, quien ha transcurrido en la política partidaria como lo hace un gato sobre un tejado de chapa caliente hoy pasa a ser el “señor uno” en un gobierno insulso y carente de autoridad. Como si fuera un primer ministro (en un país presidencialista) asumió un puesto que nadie quiere tomar. Pero ¿Cuáles son las cualidades personales de este político para ascender a esta instancia?, ¿Serán sus capacidades y conocimientos en macroeconomía lo que lo lleva a ese sitial?

Seguramente usted no tenga las respuestas pero igual no se preocupe, ninguna de estas preguntas contiene la respuesta. En realidad Massa es un advenedizo que vendería a cualquiera por unas cuantas monedas de oro; pregúntenle al mismo Alberto Fernández. El mismo Judas queda chiquito al lado de este burócrata político criado durante el neoliberalismo menemista de los noventas y que con tal de sacar una ventaja para sus propios intereses, no ha dudado (para ganarse el favor y la vista de los sionistas) en ponerse una “kipá” para “rezar en el Muro de los Lamentos” o incluso más lejos, llegando a codearse con la basura neoconservadora más distinguida de la política norteamericana como el ex alcalde de New York Rudy Giuliani quien en su última jugada sucia como abogado de Trump termino siendo sancionado por su Colegio de Abogados.  

Sin dudas, un digno desprendimiento del menemismo pero sin identificarse con esa época, logro escalar en el mundo de la política partidaria aprovechando cada oportunidad que se le presentaba. Para ello dejo de lado la lealtad y cualquier escrúpulo para con sus correligionarios y partidarios. En las actuales circunstancias del país, Massa ha visto su oportunidad de oro para tomar un protagonismo que puede catapultarlo a la misma presidencia pero también una responsabilidad contraproducente ya que si no logra paliar la crisis podría caer tan rápido como subio. Pero éste personaje de la “vieja política” que no duda en contradecirse cada dos palabras, no asciende por su propio merito ni mucho menos; hay tras de él un grupo de empresarios de similares características a su proceder que buscan ganancias en medio de las aguas revueltas de un país totalmente entregado al FMI y cualquier inversor que con suficiente efectivo compre muy barato lo que queda de la infraestructura de un estado podrido.

En realidad Massa no fue el único que hundió al país en la crisis político-económica y social que hoy los sacude. En su último disfraz como parte de un frente “nacional y popular” este mercenario de la política ha sido parte en volver al FMI llegando los argentinos a tener que soportar una oficina de este organismo internacional funcionando dentro de la misma casa de gobierno. Así es, el británico Ben Kelmanson es quien con su bandera británica en su despacho y sin dudas con una línea encubierta del MI6, controlara el estricto cumplimiento de los deberes que el fondo le ha impuesto a este gobierno de impostores.

Con la llegada de Sergio Massa a la cúspide, aunque no como presidente pero que con uno que pareciera invisible es como si lo fuera, queda claro que no se abre ningún nuevo ciclo ni una nueva política que saque al país del pozo donde se halla sino, que esto sería el cierre de una época donde toda la clase política (incluyendo a la oposición) y quienes viven de ellos (los medios) pueden hundirse definitivamente en la total ignominia. 

martes, 2 de agosto de 2022

 

“THE FALSE SENSE GIVEN TO DEMOCRACY”

How and who devalued the meaning of the word democracy?

 

By Danny Smith

First of all, let's put aside the slogan that the Anglo-Saxon media (and that the Argentine ass lickers) have been discussing about the supposed struggle of “Western democracies against Eastern authoritarianism.” The facts are what make up the historical arguments and not the arguments that make them.

Today the war of stories has escalated to unthinkable levels and it was certainly not Russia or China who started it. For decades, the US propaganda machine par excellence (Hollywood) has manufactured, through the film and entertainment industry, the most varied and convenient scenarios of painted paper and cardboard to recreate the North American point of view of world reality.

From the second war in the middle of the last century, passing through the sudden enmity with the USSR in the fifties that gave birth to the cold war, the Zionist epic story of how Israel had returned to the “promised land”, the Korean war in 1950, the calamitous intervention in Vietnam a decade later to closer in time to the disastrous campaigns in Iraq and Afghanistan painted as crusades for freedom and democracy, Anglo-American political and financial power had shaped the historical vision of each of these episodes with very well retouched discursive arrangements to sell them in the first instance to their own citizens.

Democracy was and continues to be the most used and hackneyed argument, but in each of these episodes in history the meaning of the term has been conspicuous by its absence. Adding to it the “just war” was another argument with which Washington and its partners masked the plundering of the resources of the countries under attack (PNAC) seeking at the same time to skip international legality. From a distance and due to the horrible humanitarian consequences verified in each of these situations (such as the 500,000 Iraqi children killed by the 1990/2003 embargo plus the 1,500,000 murdered after 2003) and that millions of people continue to suffer, it remains The fallacy of this discourse used by Republicans and Democrats alike is evident.

Beyond the lies and media adulterations that were deployed to cover up the realities of each of these campaigns, the use of this word as a cliché to justify and support the disastrous consequences of those actions simply has no basis. In the current circumstances regarding the role of NATO and the US in Ukraine this has not changed. The wounds in Iraq and Afghanistan are still raw. Likewise, and without the slightest morality, these actors (particularly Joe Biden and Co.) with that feigned concern for peace and human rights that they never respected, today have the luxury of pointing an accusing finger at Russia as an aggressor. who commits war crimes.

More incredible but at the same time more insubstantial and tragicomic is the role of the Argentine media who, emulating their admired models from the north, only resonate as a distorted cacophony of Atlanticist propaganda.

But we see the distorted use of the word democracy with the absurd and shameful censorship against the Russian media imposed by the Western political and financial power that pulls the strings of the tentacular Anglo-Saxon Media Corporation and its subsidiaries in Latin America and South America. This censorship responds to a fear in the elites that is inversely proportional to the freedom of the press that a democratic system grants and of which politicians fill their mouths. What are the leaders in Washington and Brussels afraid of? Clearly the truth.

In Ukraine that truth begins eight years ago and even earlier, in mid-2013 when the US embassy in Kyiv began to operate gradually and underhandedly against the Ukrainian government, supporting the coup in February 2014 that led to the placing of a pro-Western government that curiously opened the doors to contacts with NATO. From there began a deaf tragedy for the ears of the West (USA, Great Britain and EU) but very real and daily for the Russian-speaking minorities who found refuge and protection in the Donbass that since then had to live under constant siege.

While Russia sought negotiation and the initiative to generate treaties to defuse the situation, Washington and its European minions were more concerned with sabotaging these initiatives and maintaining the confrontation.

Far from appeasing the military actions, Washington and Brussels are committed to worsening them at the expense (contradictorily) of the human rights and democracy of the Ukrainians themselves. And if not, what kind of democracy is supporting a pro-Nazi regime that since 2014 launched a hunt against the Russian-speaking inhabitants and lately has censored the Russian culture and language of its schools? And perhaps the most paradigmatic question impossible for Americans to justify is: what is democratic about promoting political subversion and coups?

Human rights are a universal value and the administrations in Washington have very little recognized this scope. Beyond how serious the aggression is and which the United Nations (UN) Organic Charter deals with in Chapter VII, it is nothing compared to the violations that configured the invasions and occupations of Iraq and Afghanistan. Why the Iraqis and the Afghans they had no right not to be tortured, abused or simply killed? Certainly the racism that showed its disgusting face in these occupations is not consistent with democracy.

The relativism that reveals the understanding that Americans have in what the word democracy represents for political life is clearly incoherent with its spirit. Thus, if anything is called democracy that goes against what it represents, it is very clear that it will no longer be a democracy.

 

 

               ARGUMENTOS          LEGALES DE LA     GUERRA DE 1991

A 32 años de la llamada Guerra del Golfo Pérsico algunos entretelones jurídicos y políticos de su inicio 


Por el Dr. Carlos Castia

Una cuestión que sigue estando guardada en los polvorientos anaqueles del estado argentino es el asunto de la misión “Alfil 1” que participo en la llamada “Tormenta del desierto” allá por inicios de 1991 cuando el mundo entraba en una nueva era geopolítica dominado por una visión hegemónica y expansionista de una superpotencia sin rival.

El desconocimiento que se advierte en los estamentos del estado sobre este hecho https://geomultilateralism.blogspot.com/2021/09/ de la historia contemporánea no es casual. Más bien deberíamos verlo como un intento vano por esconder la cuestión, no tanto por un compromiso político y diplomático con el actual Iraq o con los mismos EEUU a quien brindo apoyo, sino más bien para despistar, cansar y desalentar los reclamos de quienes participaron en aquella misión.

Y esto no es una mera suspicacia. Desde hace un tiempo hasta aquí los formales pedidos de información cursados a la Armada para que abra sus documentos referentes a los detalles de la misión, se han visto retrasados por resoluciones contradictorias que no asombran. Hay claramente una intensión por dilatar y dificultar el libre acceso a dichos plexos informativos que son posibles de consultar sin restricciones más allá de la actual excusa de la pandemia.

Precisamente la aparición de la pandemia del SARS-COV2 por finales del 2019 y posterior decreto presidencial del 20 de marzo de 2020 ordenando el Aislamiento Preventivo y Obligatorio interrumpieron las consultas presenciales en los archivos de la Armada Argentina. Desde ese entonces el acceso a dicha dependencia en la Ciudad Autónoma ha sido restringida a esporádicos y pocos contactos por mail.

Cuando inicie esta investigación sabía que se debía canalizar por los carriles y formas administrativas correspondientes algo que, no obsta a el acceso a dicha información histórica. Cualquiera con un interés legítimo o un derecho subjetivo tiene la posibilidad de reclamar que se abran los archivos y a su costa, recabar lo que sea de su interés siempre y cuando la información requerida no sea calificada de secreta, confidencial o reservada algo para lo cual deberá hacérselo por intermedio de un juez.

En el caso de esta información solicitada, la misma más allá de la calificación arguída por la Armada estaría disponible al solicitante (Cfr. Art. 8 inc. a Dto. 206/17)

Lo referente a la misión naval argentina en el Golfo Pérsico es parte de la historia y como tal, debe ser accesible al conocimiento de cualquier ciudadano, máxime si es la ley la que prevé esta posibilidad (Cfr. Ley 27.275 y su Dto. Reg. 206/2017 de acceso a la información pública). Con esto, el acceso a dicha información no debería ser un problema máxime cuando es posible su acceso vía digital (Cfr. Art. 5 y 6 del Dto. 206/17).

Pero con lo experimentado por quien escribe, estos requisitos no parecieran ser suficientes para la burocracia de la Armada como gran parte de la administración pública del estado, bajo la excusa del Aislamiento Obligatorio (ASPO), ponen trabas al efectivo acceso a la documentación de esa campaña naval.

Contrariamente a esta situación, en EEUU su acceso (pese a sus propias restricciones administrativas) es viable de obtener. Consultando sus fuentes oficiales y de asociaciones civiles que se avocan a trabajar por la transparencia gubernamental fue que tome conocimiento y acceso a la información de cómo se llevaron adelante los preparativos y las acciones para llevar adelante las operaciones “Escudo del Desierto” y “Tormenta del desierto” que surgen de documentos oficiales del Departamento de Defensa, de la Armada y de la misma Casa Blanca.

Entrando en tema y para entender el marco normativo veamos cual era el marco fáctico en el Golfo Pérsico después del 2 de agosto de 1990. Primero de todo, la invasión iraquí no pareció tomar por sorpresa a la Casa Blanca no solo por la reacción del mismo presidente George Bush sino por el exageradamente rápido despliegue de tropas sobre Arabia Saudita. Apenas unos días después de la toma de Kuwait desde su base en Alemania llegó a Arabia Saudita la 82º Aerotransportada que casualmente unos meses antes venía realizando aprestos y una exhaustiva revisión de sus equipos.

Con esta primera pista podemos intuir que algo se sabía en Washington. Pero ¿Era posible eso?

Para la Casa Blanca y en particular para el presidente George H. Bush el evento no había sido una sorpresa y mucho menos una situación imprevista. Muchos documentos de meses previos a que se produjera la crisis en Kuwait, arriman elementos que dan cuenta de una estrecha incumbencia que Washington, sus estamentos militares y de inteligencia mantenían en los asuntos internos no solo en Kuwait e Iraq sino de todo el Golfo (tras la guerra de Irán e Iraq).

Solo como ejemplo recordemos las estrechas y promiscuas relaciones preexistentes y simultaneas en el área de inteligencia entre Washington, Bagdad y Teherán en el marco de la guerra de aquel entonces que fue motivo de un escándalo épico (Fuente: S. Rept. No 100-216, 100th Congress, 1st Session Report of The Congressional Committees Investigating The Iran-Contra Affair, Apendix A: Vol 1 (Washington DC, 1988).

Pero no necesitamos irnos a consultar documentos clasificados o de alto secreto del gobierno norteamericano para dilucidar estas incumbencias. Los reclamos de Bagdad a Kuwait y Arabia Saudita por deudas generadas por la guerra con Irán y la intercesión de la CIA en toda esta circunstancialidad puso de manifiesto que La Casa Blanca no podía mostrar sorpresa en el desencadenamiento de la crisis, mucho menos con lo visto tras la entrevista (unos días antes) entre la embajadora April Glaspie y Saddam Hussein.

El paso del tiempo ha permitido que varios documentos de diversa entidad que circunscriben la intervención estadounidense, hayan sido liberados al conocimiento público gracias a las asociaciones civiles y de investigadores particulares que bregan por la efectiva libertad de información que en EEUU están legitimados para solicitar todo aquello que haga los actos de su gobierno federal.

A través de estas fuentes informativas veremos cómo se engarzó la llamada “Coalición Aliada” que fue la fuerza militar multinacional en la que la Argentina participó desde su etapa previa hasta las hostilidades que se extendieron desde el 17 de enero al 28 de febrero de 1991 (Cfr. Consta en el listado de un informe del Congreso). Una cuestión debe quedar clara y ella es que más allá de las tratativas y las resoluciones de Naciones Unidas (en especial la 678) La Casa Blanca y sus estamentos de la defensa produjeron de forma paralela sus correspondientes herramientas legales para poner en marcha el despliegue masivo y la justificación político legal de concentración de fuerzas militares en lo que sería el Teatro de una acción bélica.

Para ello el presidente estadounidense maneja ciertas herramientas legislativas que hacen a su potestad como “comandante en jefe” de las Fuerzas Armadas. En ese carácter tiene la facultad de emitir ordenes ejecutivas y Directivas con las cuales George H. Bush puso en marcha el temprano y presuroso despliegue militar que bajo la excusa de montar una defensa de Arabia Saudita -contra una supuesta intensión expansiva iraquí- (Op. Escudo del Desierto) que tras asegurar los campos petrolíferos de ARAMCO. OIL más tarde pasaría a mostrar su fase ofensiva (Op. Tormenta del Desierto).

Sobre esto algunos analistas israelíes -con mucho interés en el caso- ya concluían que la fase del Escudo del Desierto había sido una fase de preparación para el lanzamiento de las hostilidades del 17 de enero, ratificando así el desencadenamiento de los hechos.

Lo primero que hizo George H. Bush fue firmar el mismo 2 de agosto una Orden Ejecutiva ordenando congelar las cuentas bancarias y las transacciones provenientes de Kuwait e Iraq instruyendo a que el Departamento del Tesoro y la Secretaría de Estado lleven adelante todas las acciones necesarias a dicho fin. Como podemos ver, el embargo unilateral comenzó mucho antes de que Naciones Unidas emitiera sus resoluciones destinadas a trabar embargo y bloquear sus rutas comerciales, las cuales constituirían acciones hostiles contra Iraq.

Pero aún antes de estos eventos, Washington y en particular la CIA estaban al corriente del diferendo existente entre Kuwait y Bagdad por los campos petrolíferos del sur. Incluso más. Un año y medio antes de que comenzaran estos reclamos, el Pentágono por intermedio del General Norman Schwarzkopf en su por entonces carácter de jefe del Comando Central de los EEUU (USCentCom) participaba como observador en las maniobras conjuntas con el ejército iraquí, el cual era una ficha estratégica de Washington contra la amenaza soviética y un peón sacrificable para frenar a Irán.

En ese marco de estrechas relaciones con Bagdad y en previsión de un cambió que se daría con el colapso de la URSS fue que tejieron los argumentos legales.

Estos entretelones nunca fueron conocidos por los responsables políticos y militares argentinos, algo que, de haberlo sabido, lo habrían pensado mejor.

La movilización militar al Golfo Pérsico se fue incrementando al paso de las semanas llamando a que otras naciones se plegaran a sus esfuerzos como una condición sin la cual no podrían haber ejecutado lo que devendría.

Entre quienes establecieron un contacto temprano (y por una casualidad) fue precisamente el gobierno argentino, que por intermedio de la delegación del Ministerio de defensa encabezada por el entonces ministro Humberto Romero que se hallaba en visita en los EEUU, ofreció a sus anfitriones en el Pentágono su abierta cooperación material (mucho antes de que Naciones Unidas expidiera la resolución 678).

Entre tanto, los informes de la CIA y demás fuentes de inteligencia de orden militar fueron dando a La Casa Blanca un panorama diario de como evolucionaban los eventos en la región y en base a ellos La Casa Blanca tomaba sus decisiones ejecutivas. Estas solo son las principales piezas legislativas (de orden ejecutivo) de una maraña de memorandos internos y ordenes que pusieron en marcha la iniciativa norteamericana.

El 20 de agosto de 1990 George H. Bush emite la Directiva 45 por la cual entera a todo su Staff (entre ellos al Secretario de Defensa) los intereses que lo movieron a su redacción y los propósitos a lograr. Es precisamente allí donde se exponen los fundamentos y los objetivos para intervenir en el asunto sin que entre los principales se cuenten “el derecho internacional”, “la busqueda de la paz y la seguridad” o a lo menos, colaborar con algún esfuerzo de Naciones Unidas.

El primer párrafo de esta directiva (lo que demarca su importancia) reza “Los intereses estadounidenses en el Golfo Pérsico son vitales a la Seguridad Nacional” y “el riesgo de los intereses vitales de EEUU”, dejando bien en claro que EEUU va a la región -ante todo- a velar por sus intereses que para ese entonces se reflejaba en el control y la seguridad de la producción y transporte de crudo.

Subsidiariamente y como otros argumentos para justificar la masiva remisión armada invoca el Capitulo VII y su art. 51 de la Carta de Naciones Unidas y a una respuesta a la “solicitud de Arabia Saudita” con quien expone un compromiso que extiende a “otros estados amigos de la región del Golfo” ante una inminente -pero nunca cumplida- expansión iraquí.

En lo diplomático ante todo se menciona el interés por proteger a Arabia Saudita y solo se hace una mera y concisa mención a las resoluciones del foro sin darles una entidad decisiva. La mención de alguna “fuerza de paz” de Naciones Unidas brilla por su ausencia y ello por el simple motivo de la naturaleza de las operaciones que se iban a ejecutar. Es por ello que durante años este documento y otros de la misma clase estuvieran alejados del conocimiento público bajo los caracteres de CLASIFICADO o ALTO SECRETO.

Otro documento legal clave fue la Directiva 54 del 15 de enero de 1991 por la cual se hacen precisiones sobre el alcance de las operaciones militares que se enmarcarían en una “agresión iraquí en el Golfo”; esto es importante de tener en cuenta ya que con ello Washington justificaba y delimitaba el alcance geográfico del teatro de operaciones. Aquí también deja expreso que las acciones serían encabezadas por las fuerzas de EEUU en coordinación con las fuerzas de “nuestros socios de la coalición” -entre ellos Argentina- haciendo una enumeración de propósitos a lograr que claramente exceden los objetivos sugeridos por Naciones Unidas.  

En el punto 4 se especifican dos objetivos a cumplir en tanto se desarrollaran las acciones que eran, minimizar las bajas propias y recudir el colateral damage entre la población civil iraquí que tal como extensamente se ha documentado, no se cumplieron.

En el punto 5 dejo en claro que EEUU “buscaría la máxima participación de sus socios de la Coalición en todos los aspectos de las operaciones”, determinando el involucramiento que tuvieron en las hostilidades.

A su vez remite a la NSD 26 del 2 de octubre de 1989 y la NSD 45 previamente citada para argumentar la apertura de las hostilidades contra Iraq. En ambas piezas legales el centro radica en la protección de los intereses estadounidenses haciendo puntual incapié en su preocupación por los recursos petrolíferos.

En lo que hizo a la navegabilidad de una flota de guerra como la que se conformó para estas acciones, Washington se aseguró de contar con el permiso de libre tránsito de los estados rivereños occidentales árabes cuidando a su vez no violar las aguas territoriales de Irán (200 millas, Convemar).

En lo que hizo a los argumentos legales de Argentina para ingresar a la Coalición multinacional poco importan dado que, tal como los hechos históricamente lo demostraron, su grupo de Tareas “Alfil 1” se subordinó a una planificación, dirección y ejecución del Comando de operaciones liderado por los EEUU en Riyadh, todo ello enmarcado en las directivas y las ordenes ejecutivas que aquí hemos revisado por arriba.