UNA PAZ ESTRATEGICA
A dieciocho meses de las elecciones presidenciales en EEUU y en medio
de la incertidumbre de una guerra europea que podría globalizarse Trump
reaparece y propone si es elegido una estrategia para la paz
Por
Dany Smith
La llegada de los demócratas a la Casa Blanca no garantizaría el fin de las intervenciones estadounidenses en el exterior y eso quedo bien claro con Joe Biden y su grupo. Biden es un globalista y como tal comulga con el ideario de los internacionalistas neoconservadores y en especial con los “Straussianos” que buscan imponer la supremacía de EEUU sobre todo el mundo.
El primer
gran engaño de su administración fue la desordenada retirada de Afganistán que
le hizo creer a los sectores blandos del partido y a los partidarios republicanos
de Donald Trump, que EEUU terminaba con sus costosas y ajenas intervenciones
belicistas en el extranjero. Ahora sabemos que esa fue una maniobra bien
calculada y ya prevista por sus asesores en defensa ante una imposibilidad de
remontar un resultado adverso.
En realidad
fue un retroceso para tomar impulso y concentrar sus esfuerzos sobre dos
objetivos mucho más importantes y grandes para abordar: La Federación rusa y
China. Claro, que eso lo llevarían delante de forma tercerizada dándole a la
OTAN el papel central en el desarrollo de esta nueva guerra híbrida tal como lo
vemos hoy, que ya implica una posible respuesta nuclear.
A pesar de
que podemos sospechar del supuesto desinterés de un hombre como Trump, su
propuesta es mucho más razonable de la que hoy vemos salir de las bocas de los
funcionarios del gobierno.
A un año y
medio del inicio de la guerra en Europa, EEUU está inmerso en un caos económico
y financiero que se ve con un estado al borde del default sin que sus
representantes se pongan de acuerdo para ponerle techo a la deuda. Para
empeorar el panorama, la retracción económica se vio claramente influenciada
por las sanciones económicas y financieras unilaterales disparadas contra la
economía rusa que, advertida su inocuidad, los genios de la inteligencia
sugirieron complementarlas mediante acciones terroristas contra su
infraestructura energética e industrial rusa (Nord Stream I y II y el puente
Kerch).
¿Dónde
diablos esta la oposición a estas políticas que están hundiendo a la Unión? Una
vez más los estadounidenses no pueden esperar que los cambios provengan de la
elite política que se subordina al Establecimiento financiero que tiene línea
directa con el Estado profundo. Tampoco de falsos candidatos independientes que
no son más que marionetas de esa misma elite; entonces ¿Dónde puede hallarse
una respuesta para semejante dilema?
El 12 de
mayo pasado reapareció por uno de los medios masivos Donald Trump quien el mes
pasado paso por una prueba de fuego ante los tribunales del circuito de New
York. Sus enemigos políticos creyeron que con eso bastaría para destruir su
imagen y sus aspiraciones en la arena política, pero al parecer se han
equivocado. Al parecer hay Donald para rato.
Precisamente
al ser entrevistado en la CNN por Kaitlan Collins, sus enemigos deben haberse
caído de espaldas. Trump estaba en vivo de costa a costa o mejor dicho de
continente a continente tocando todos los temas que los políticos de la elite
no pueden resolver. El más escabroso es sin dudas el conflicto en Ucrania y su
punto de vista sobre cómo abordarlo y terminar con la guerra.
Trump sabe
que la gente de a pie esta harta de la guerra y mucho más cuando ha
reflexionado que los dineros de sus impuestos están financiando la existencia
de una organización obsoleta como la OTAN para respaldar a una mafia
ultranacionalista enquistada en Kiev de un cómico advenedizo como Zelensky. Muchos
otros en Europa se vienen preguntando ¿Por qué debemos pagar por esta guerra?
Biden además de regalar sistemas “Patriot” para que los misiles rusos los hagan papilla con sus tripulaciones incluidas, ha donado con total desparpajo la suma de cien mil millones de dólares muchos de los cuales ha terminado financiando las operaciones especiales en Ucrania y los obscenos estilos de vida de los corruptos funcionarios ucranianos, vaya aporte a la paz y la democracia!
Desde que
llego a La Casa Blanca su administración se ha saltado a la Constitución
excediéndose en sus prerrogativas poniendo por encima a los artículos (especialmente
el 5º) y principios de la carta orgánica de la OTAN. Trump ya lo había advertido
y a él se unen muchas voces más que los medios del Establecimiento pagados por
el partido de la guerra quieren callar.
Trump
también expuso estos cuestionamientos a la presentadora dándole al mismo
tiempo, cuál sería su política para que la guerra termine en 24 horas. Antes
que nada, sabemos que Biden y sus partidarios del globalismo no quieren que la
guerra termine y es ahí donde Trump se vuelve cáusticamente molesto y
políticamente peligroso. Estos sectores oscurantistas saben que Trump puede
usar esto como su slogan para regresar a La Casa Blanca.
A pesar de
que han invertido millones de dólares en campañas para arruinarlo y aislarlo de
los medios, “él ha vuelto”. Su propuesta de que si llega a la Casa Blanca en
2024 sentara a ambas partes en una mesa para llegar a la paz no solo es creíble
sino incluso muy posible y es allí donde los partidarios de la guerra que ven
con preocupación que Trump prospere en su carrera a una nueva presidencia.
Ya se han
puesto a operar las usinas de desinformación de los neoconservadores para
tratar de asustar a los electores argumentando que Trump y una parte de los
republicanos son “partidarios de Putin”. La explicación para este descabellado
argumento se centra en que aquellos son activos participes en la dilapidación
del dinero público en la financiación de una guerra en Europa del este
¿Recuerdan la parodia del Rusia-Gate? Bien, es lo mismo solo que potenciado por
los efectos de la guerra.
Si tomamos
enserio la propuesta de Trump ello representaría una mala noticia para los
negocios que se mueven detrás de la guerra y no sería de extrañar que la
campaña contra su imagen se redoble furiosamente tanto que puedan amenazar la
integridad física del mismo ex presidente.