EL TEMBLOR DE LA SERPIENTE
Ya van más de 76 días de cruentas e indiscriminadas incursiones
israelíes sobre la Franja de Gaza y solo han logrado asesinar a civiles
palestinos y varios de los cautivos israelíes ¿Cuáles serán las consecuencias
para Netanyahu, su gobierno y todo Israel?
Por
Yossi Tevi
Aún después que se le ha cortado la cabeza, la serpiente sigue sacudiendo su cuerpo como si conservara vida, pero solo es una apariencia que refleja el inminente final de su existencia. Así es como se puede graficar como se percibe a la administración sionista de Benjamín Netanyahu considerada por algunos miembros de la Knesset como un “peligro” y su gabinete de racistas askenazis.
Su
desesperación por tratar de agradar a sus partidarios (entre los que se hallan
sionistas argentinos) y responder a las expectativas de los negociantes que
esperan hacerse con las tierras de Gaza para realizar sus inversiones gasíferas
y las inmobiliarias destinadas a nuevos asentamientos para colonos importados,
lleva a su monstruosa maquinara a masacrar a los propios cautivos israelíes
como así también a la población palestina.
Ya es una
excusa evidente el argumento de luchar contra Hamas. Pese a tener un ejército
modernamente equipado, armado con las mejores y más destructivas armas y
apoyado por nada menos que EEUU, sus tropas se hallan empantanadas en las
arenas de Gaza y para peor, perdiendo muchos hombres. Aun peor es que los
generales se imaginaron, está sucediendo.
La ira por
esta impotencia se dirige hacia los pobladores civiles ya que, o no son capaces
de ver con anticipación a los comandos de las “Brigadas Al Qassam” o son
aniquilados en sus emboscadas. Como siempre lo han hecho, las FDI solo pueden
contra los indefensos que no pueden responder. Contra mujeres y niños sus armas
son muy eficaces, pero cuando se topan con las decididas y muy bien preparadas agrupaciones
de la resistencia palestina, o mueren o huyen en lo que sus voceros luego dirán
a la opinión pública que se trató de una “retirada estratégica”.
Los medios
occidentales y en particular los sudamericanos han estado muy callados en el
último mes y eso no es casual. Y es que a las pérdidas que Israel tiene
diariamente surgen cuestionamientos ¿Cómo se puede explicar las bestialidades
que estos mismos medios anteriormente falseaban diciendo que eran invenciones
de “Hamas”? Hay muchas cuestiones demasiado inconvenientes para tapar. Desde
hace un tiempo hasta hoy no solo la resistencia palestina es un problema; ahora
se sabe que entre las filas de las FDI cada vez hay más problemas individuales
de soldados con pánico y trastornos de nervios que no pueden controlar. Y es
que no es lo mismo golpear a un hombre desarmado y con sus manos amarradas, o
las mujeres o a los niños en sus razias nocturnas contras los hogares
palestinos.
Ese pánico
es el que les obliga a retirarse para que la artillería y los aviones aplanen
grandes zonas residenciales donde aún hay civiles. Incluso cuando han realizado
sus masacres desde la distancia los FDI y sus mercenarios (entre los que hay
ucranianos y argentinos) de a pie no están seguros y los números de sus bajas
así lo evidencian. Los jóvenes judíos que viajaron desde varios países incluido
Argentina para enredarse en esta carnicería creyendo que van a un paseo, los
que tengan suerte de salir vivos o enteros, igualmente no saldrán con la misma
cabeza.
Van más de 76
días de una lucha asimétrica y en la cual la determinación palestina por no
permitir una nueva “Nakba” y con ella la ocupación de la Franja de Gaza, han
estado frenando al monstruo sionista que a pesar de los medios materiales y el
apoyo político del mundo angloestadounidense no han podido imponer (por
intermedio de los medios) su relato torcido y recortado del origen de lo que
esta ocurriendo.
A pesar de
todo eso, la impunidad de Israel y sus partidarios se acabó. Aun cuando tengan
el control de los principales medios y puedan privar a los palestinos de agua y
comida, la verdad ya es conocida por la opinión pública global. También se ha
degradado el apoyo de la ciudadanía estadounidense al papel de la
administración Biden en su apoyo a Netanyahu y su régimen supremacista judío.
El crecimiento en el rechazo a las brutalidades que comete Israel se puede
comprobar en las masivas protestas callejeras que se siguen produciendo en
ciudades como New York, Washington y otras ciudades del este donde se le pide
al gobierno terminar con ese apoyo. También se acrecientan las presiones en el
Congreso donde los republicanos están arrinconando al ejecutivo. Biden y su
círculo a pesar de que no se dan por aludido está siendo cómplice del genocidio
en Gaza, sigue prestando con entusiasmo ese apoyo y no hay mejor prueba de ello
que todos los bloqueos y vetos ante Naciones Unidas para detener las masacres.
Pero esta
influencia que Washington proyecta sobre Naciones Unidas no podría fructificar
sin la complicidad de los estados que le secundan ni tampoco de las
ambigüedades de los funcionarios del foro.
Gran parte
de esa hipocresía se ve reflejada en que hace un año antes, esos mismos estados
que siguieron a EEUU en su condena a Rusia por sus “anexiones ilegales” en
Ucrania fueron bastante lerdos en condenar la brutalidad con la que Israel se
conduce contra la población palestina de la Franja de Gaza. Incluso más. Israel
ha realizado una invasión sobre territorio palestino sin que los resortes del
foro se hubiesen puesto en movimiento con la misma celeridad y minuciosidad con
la que se dirigieron contra Rusia.
A pesar de
ello, poco a poco estos mismos estados que se doblaban ante Washington, hoy ante
lo que sucede en Gaza le han dado la espalda y siguen pidiendo un alto al fuego
humanitario demostrando que no están dispuestos a ser cómplices de tamaños
crímenes de lesa humanidad.
Biden sabe
que esta desaprobación impactara sobre su intento de reelección e incluso si
lograse volver a la presidencia en 2024 deberá soportar los cuestionamientos a
nivel global sobre lo que ha estado dejando pasar en Palestina. Con esto en
vista, Netanyahu y sus secuaces tratarán de apresurar sus objetivos genocidas aunque
con ello, se lleve la sostenibilidad y la estabilidad de un estado claramente
inviable.