jueves, 21 de noviembre de 2024

 

DINERO POR MUERTE

Nunca como actualmente se puede ver que la situación entre el estado de Israel, los palestinos y la resistencia árabe-islámica es una cuestión meramente política por territorios ¿Cuánto cuesta la sangre humana para la entidad sionista?

 

Por Javier B. Dal

La aún irresuelta situación de los rehenes israelíes y la expulsión de más de 80.000 colonos judíos del norte de la Palestina ocupada son en buen romance, un dolor de culo para Netanyahu y su banda de extremistas talmúdicos. Las masacres en la Franja de Gaza (muchas de ellas festejadas y filmadas por los soldados de las FDI) ya han pasado a ser de conocimiento público en todo el globo y las bajas en la frontera norte ya están calando hondo en el subconsciente de la sociedad israelí y de las familias judías de otros lugares que enviaron a sus hijos para servir en las FDI.

Por estas horas Netanyahu, Gallant y el resto de sus colegas tienen una nueva preocupación para atender, tras la orden de arresto internacional emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) por nada menos que crímenes de guerra y lesa humanidad, algo que los abogados y las relaciones públicas de Tel Aviv trataran de minimizar. Como era de esperar en Buenos Aires el mutismo en los medios es sepulcral y no es para menos, cuando desde ciertos medios y periodistas se hace una descarada militancia sionista con aroma islamófoba. Por lo pronto, los planes de los Milei y sus amigos de la DAIA de recibir oficialmente y con honores a Benjamín Netanyahu en La Casa Rosada se quedarán en meros deseos.

Pero mientras la justicia parece llegar, la huida masiva de colonos del norte ha causado otro serio problema para los reclutadores de las FDI para llenar sus cuadros de combate. Las bajas están siendo otro problema que Netanyahu está escondiendo a su público, pero que los israelíes son conscientes. A ello se suma la renuencia de muchos jóvenes judíos a servir sea por no creer en las causas que el gobierno les vende, por ser miembros de la rama ortodoxa o simplemente por una cuestión de consciencia de cada uno de los jóvenes. Esto ha hecho que la impotencia y la caída de la moral se vaya incrementando a medida que los enfrentamientos escalan, pese a que Netanyahu diga otra cosa.

Este sentimiento se ha potenciado tras los duros reveces que Hesbolá le ha causado a los cuadros regulares de las FDI, a sus cuerpos especiales como el “Golani” y a los grupos de voluntarios de extremistas judíos quienes eran muy valientes torturando y asesinando mujeres y niños palestinos en Gaza, apenas llegaron a la frontera norte cayeron rápidamente al enfrentarse con la resistencia islámica en el borde con el Líbano.

A 13 meses de enfrentamiento con la resistencia palestina y solo 57 días con el eje de la resistencia libanesa, los generales y el mismo Netanyahu saben que por más que tengan mucho dinero para tapa bocas y comprar voluntades, todas las armas, las bombas y las municiones que EEUU les hace llegar, no basta. Sin hombres para usar esas armas aquella ayuda es inútil.

Esto ha motivado la movilización y despliegue de reclutadores “privados” en el exterior para pelear por Israel. Así entidades como Mahal y Lone Soldier que operan en todo el hemisferio occidental (y obviamente en Argentina) apuntan a reclutar en el primer caso a hombres y mujeres jóvenes judíos por una atractiva paga y beneficios para los reclutados. En el primer caso, los candidatos tienen familiares en zonas ocupadas, en el segundo caso no tienen familiares en el territorio ocupado, pero en todos los casos el incentivo principal es el dinero.

Ya era bien sabido que desde el inicio de la “Operación Inundación Al Aqsa” los activos judíos en Sudamérica comenzaron sus tareas para movilizar recursos a fin de destinarlos de forma inmediata a Israel. Pese a que al comienzo el goteo de reclutas fue entusiasta y sostenido, con el paso de los meses y las terribles noticias que llegaban sobre las bestialidades que se estaban cometiendo contra los civiles y las consecuencias para los que iban a Gaza, el reclutamiento comenzó a mermar.

También Tel Aviv ha contratado grupos de mercenarios privados de occidente en especial angloestadounidenses, europeos y elementos reclutados en Argentina. En este último caso, el reclutamiento de jóvenes judíos para que vayan a la Palestina ocupada es constante y lo hacen mediante varios programas de intercambio disfrazados de trabajo cooperativo y también medios de comunicación y canales dentro de la comunidad.

Pero sea cual fuere el medio por el cual Tel Aviv y sus redes sionistas tratan de llenar los cupos de carne de cañón para enviarlos a la Franja de Gaza y al Líbano, en lo que hace a sus propios, se les ha hecho muy dificultoso. Ante esto, Netanyahu hecho mano de cualquier recurso que se halle a la mano y los mercenarios (goy) no judíos de empresas privadas, bandas de criminales importados sin importar que sean negros, latinos o árabes, todos son bien bienvenidos para llevar adelante las tareas sucias que los judíos se niegan a realizar.

 

miércoles, 20 de noviembre de 2024

 

TRUMP VUELVE ¿PERO?

El regreso de Trump a la Casa Blanca ha demostrado como los medios del sistema construyen realidades ficticias, pero también llama a cuestionarse ¿Gobernará definitivamente para los americanos o para los intereses de otros como Israel?

 

Por Charles H. Slim

Para muchos en EEUU y en ciertas partes del mundo el resultado de las elecciones se trata de una vuelta promisoria, para otros el inicio de una nueva era cargada de problemas que se sumarán a los ya existentes ¿Qué tan bueno entonces será este regreso de Trump a La Casa Blanca?

Tal vez deberíamos preguntarnos ¿Cuál Trump gobernará a partir de enero 2025? El que ya estuvo en La Casa Blanca o uno peor. Quede en claro que Trump no es ningún out sider, solo es un tipo con una personalidad y carácter peculiar que aprovecho la degradación de la clase política estadounidense (y gracias a los miles de millones de dólares de su fortuna) para catapultarse a presidente. Aprovecho el descontento de un pueblo llano del interior que veía como los demócratas, tan corruptos como belicistas, llevaron a su nación a un círculo vicioso de finaciarización de la economía que significó drenar recursos económicos para sostener guerras interminables mientras puertas adentro la economía real se deterioraba.

El sistema o llamémosle “el estado profundo” lo quiso regurgitar sin éxito y no hay dudas que, si no fuese Trump el objetivo, otra hubiera sido la suerte de cualquier otro candidato molesto. La corporación de medios trato infructuosamente de borrarlo de la memoria de los estadounidenses e incluso fuimos testigos de una implacable censura sobre sus comentarios en redes recordando como fue prohibido en una red social como “Twitter”. Trump no olvida todo esto y seguramente actuara en consecuencia.

Una vez más. Si Trump no fuera ese empresario multimillonario, rubio y excéntrico, con sus propias influencias y tan incisivo en sus comentarios habría sido anulado por el siniestro sistema estadounidense que bajo el ropaje democrático, puede hacer desaparecer o simplemente asesinar a quien le moleste. Si hoy sigue con vida -tras los tres intentos fallidos- es porque hay sectores tan oscuros y despiadados en ese mismo estado profundo que lo protegen, nada más.

Lamentablemente no será el Trump de Alec Balwin quien gobernará desde enero próximo. El Trump que vuelve es uno mucho más sigiloso y peligroso para ciertos actores y lugares del mundo con lo cual, olvídense de esperar que asuntos como la guerra infinita (en especial en Medio Oriente) se terminen. La guerra es un fabuloso negocio y como tal, no va a cerrarlo. Como buen sionista, Trump va duplicar la ayuda militar a Israel y seguramente respaldará personalmente al criminal Netanyahu quien se está viendo arrinconado políticamente por la falta de resultados en Gaza y el muy ocultado estancamiento en el Líbano. 

La designación de Yechiel Leiter (un partidario de los asentamientos ilegales en Palestina) como embajador de Tel Aviv en Washington lo dice todo. Obviamente que Tel Aviv no quiere gestos y declaraciones, lo único que le interesa es que el dinero siga corriente y las armas sigan llegando algo de lo cual lleva a la pregunta ¿De dónde saldrá el dinero? Aquí sin dudas que los ciudadanos “fellow american” que lo votaron deberán abrir los ojos para no tragarse sus promesas de campaña de frenar las guerras en ciertos lugares, para profundizarlas en otros.

No olvidemos algunos episodios de la política exterior de su anterior gestión como fueron continuar con la asistencia militar y de inteligencia con Kiev, ordenar el ataque contra Siria en abril de 2017, mantener a las tropas allí y en Iraq, el asesinato del general iraní Qassem Soleimani y del comandante de las brigadas de movilización popular iraquíes Abu Mahdi Al Muhandis en enero de 2020 y el insólito e ilegal reconocimiento de Jerusalen como capital de Israel en diciembre de 2017.

Sobre esto, los palestinos, los iraníes y los musulmanes en general deberían preocuparse de forma seria ya que no hay dudas que los esfuerzos de la administración Trump, se encaminarán por tratar de destruir al frente de la resistencia árabe-islámica y sin dudas, autorizará cualquier cosa para tratar de lograrlo.

Igualmente y aunque parezca que Trump podría tener las manos libres para cebarse contra esta parte del mundo, hay una nueva realidad geopolítica que ha venido creciendo desde que se fue de La Casa Blanca. China es mucho más fuerte que lo era en 2020 y la Federación de Rusia hoy tiene (si podemos decirlo así) la carta decisiva para terminar el conflicto en Ucrania. Al mismo tiempo, ambos actores son parte integral de los BRICS+ que tras la última cumbre en Kazán quedó bien claro que los países en vías de desarrollo y los del sur global en general, buscan interrelacionarse en una multipolaridad en la que se respeten las reglas de juego, la ley internacional y se dejen de lado las amenazas unilateralistas a las que EEUU (con o sin Trump) han llevado el caos al mundo.

 

 

 

lunes, 18 de noviembre de 2024

 

THE GABBARD BOX

Why the choice of the new director of National Intelligence may be a big trap?


By Sidney Hey

The road to the transition in the White House has barely begun as soon as Trump emerged triumphant in the elections of 5 November and proof of this are the varied reactions that have been taking place in the circles of power in Washington.

But if there is one nomination that has caused an earth tremor throughout the Establishment it is that of Tulsi Gabbard in none other than the National Intelligence Directorate (NID) Why this quake?

First, let's introduce the beautiful Tulsi Gabbard. She is a native Hawaiian, a former Democratic Party member, and after the invasion of Iraq, she served as a medical staff in the National Guard from 2004 to 2005. Apparently that experience had a big impact on her life as she saw the calamities that were caused by that occupation, marking a big difference with Gina Haspel, who after enjoying torturing and humiliating people in black sites in Thailand and then in Abu-Graib was put in charge of the CIA in Trump's first term.

After entering the political arena and seeking the nomination for the presidency for the Democratic Party in 2019 and coming in 7th place, after disagreements with the leadership of the party, according to her co-opted by ‘cliques’, on 11 October 2022 she decided to leave. If there was a compelling reason to leave, it was the fury of Hillary Clinton who apparently detested her personally. However, her hasty exit would not be due to that, but rather to a keen sense of intuition and the ability to conveniently place herself on the side of the powers that be. Gabbard seems to possess a rather surprising fickleness for an idealist.

From the end of February 2024 onwards, she began to speak out in favour of Trump's various positions, unknowingly placing herself on one of the sides of the great divide that exists in the USA today. This has also (and unsurprisingly) generated the permanent attack and mockery of the Establishment's media arm, something which, it seems, did not keep her awake at night.

Today, following the announcement of her appointment to one of the most important positions in the intelligence community, there was no shortage of furious criticism of her positions, including accusations of being ‘pro-Russian’ (a favourite accusation of Hillary Clinton and her entourage) and even of being a ‘danger to the security’ of the United States. If history is anything to go by, this comes as no surprise. The media, which is nothing more than a sounding board for the powers that be, will do everything possible to denigrate anyone who goes against their interests. And this is understandable, otherwise who would pay their cheques?

The country that was once the land of opportunity and the values of democracy no longer exists, it is only a barren field controlled by a plutocratic and corrupt system preferably made up of democrats (in turn controlled by other interests), a good part of the intelligence agencies that protect and run the warmongering businesses that benefit only the Establishment. Exposing the secret interventionism supporting the ‘Wahabi’, ‘Takfir’ terrorists and Kurdish traitors in Syria, the war adventurism in Ukraine through NATO and the danger of dragging the world into a nuclear holocaust, are issues that bother the ‘deep state’ very much. It is precisely this stance that Gabbard has hinted at in each of his criticisms of Washington's foreign policy and that the media do not forgive him for.

It is understandable why many of Gabbard's positions have not been carried in the hemisphere's media with the force and publicity they deserve. Why did this not get coverage in the digital media in Canberra, or Brasilia, or Buenos Aires? Needless to say, all the media there are mere dependents of the already discredited US media-publishers.

But as someone would say, this is too perfect to be real. Perhaps Gabbard is a true and courageous questioner of a corrupt system and a political official of conscience willing to put truth first; or, perhaps she is not who she says she is. Perhaps she is nothing more than a clever decoy that Donald Trump will use to try to dupe US rivals, especially China and Russia.

If Gabbard is really who he says he is, his life is in danger. If so, he is undoubtedly a serious danger to the neoconservative sectors within the CIA, the NSA, the DIA and the rest of the federal agencies that make up the intelligence structure.

Now then. If she really is a decoy in the style of a typical intelligence agency ploy, is she a willing decoy or just a guinea pig? This is the crux of the matter. Gabbard hides behind all this scenography his loyal and painstaking Zionist militancy, a peculiarity that has notoriously and suspiciously gone unnoticed by the editorialists. Remember the Obama phenomenon? So annoying were his proposals and some of his measures that certain sectors of the American Jewish community itself called for his removal. At the end of the day he turned out to be a great hoax and a deepener of the calamity in the Arab-Islamic world with the hoaxes ‘Arab Spring’, ‘ISIS’ and the refinement of the CIA's targeted assassination operations and who benefited in the end? Or coincidentally...Israel.

Gabbard could be another box of surprises and certainly with the return of Donald Trump who himself has a known and loyal relationship with Benjamin Netanyahu to whom he has already pledged his full assistance in trying to reverse the situation on the ground, these conclusions cannot be ignored. This does not bode well for anything peaceful, let alone an interest in seeking to negotiate a lasting peace in both Ukraine and the Middle East.

At the same time, placing a person like Gabbard in one of the most strategic and highly sensitive positions for intelligence decisions is not going to be for declaring himself against warmongering and the phenomenal expenditure generated by US foreign interventions. All this, in turn, would be evidence of what we have said about Trump who, despite disavowing the political elite, has ended up behaving in the same way and even erasing with his elbow what he signed with his hand. So is Tulsi Gabbard a Pandora's box

 

domingo, 17 de noviembre de 2024

 

¿UN G-4 DE LA MORALIDAD?

¿Qué implicancias supondrían para Argentina la idea de un pretencioso bloque “moral” propuesto por los Milei en la cumbre de conservadores de Florida?

 

Por Javier B. Dal

Como bien podemos ver, los cambios que se están produciendo en las relaciones internacionales son mucho más acelerados que lo que cualquier analista haya podido prever. Entre el pánico en Washington por perder los resquicios de hegemonía que aún le queda y el paulatino crecimiento de la alternativa BRICS+ tirado por la locomotora comercial China, no faltan intensiones de crear un gran caos. Sumado a esto, el tipo de relaciones geopolíticas que antes nadie se hubiera animado a predecir están a la vuelta de la esquina.

El triunfo de Trump parece haber sido detonador de estos cambios y Sudamérica es el centro de ellos. Con el viaje que el presidente “libertario” Javier Milei y su hermana a la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) realizada en Mar a Lago, Florida, llevaron consigo una propuesta novedosa, muy ambiciosa y altamente peligrosa para la seguridad nacional y regional. Milei ha propuesto a Donald Trump la creación de una “Liga de naciones conservadoras” que tendría la finalidad de aunar lineamientos morales y políticos comunes, económicos-financieros y por supuesto geopolíticos con estados y mandatarios que él considera con afinidades valorativas.

A primera vista, surgen muchas dudas de la sustancia moral de algunos de estos miembros[1] y menos aún, su legitimidad para imponerla a los demás.

Queda muy claro que la chispa de esta idea que no es otra cosa que conformar una alianza “judeo-cristiana” (veladamente islamófoba y anti oriental), surgida del entorno de los Milei, muy cercano y ligados ideológicamente a la embajada de Tel Aviv en Buenos Aires.

Para concretar estos planes, los Milei han propuesto integrar esta formación con Italia, EEUU e Israel como una alternativa conservadora a la llamada agenda 2030 de la ONU que como es sabido, fue pospuesta al 2045. Esto no debiera asombrar ya que hemos dicho que los Milei están seriamente comprometidos -más allá de lo religioso- con la militancia política sionista que muy poco tiene de espiritual y se halla profundamente consustanciada en el Establecimiento estadounidense y que al parecer los Milei y sus partidarios quieren emular en la Argentina.

Obviamente que esta asociación irá revestida de un relato mediático amañado y con muchos adornos para persuadir al rebaño popular de que esto es muy bueno.

Por ahora solo es un boceto pero, ello pone en perspectiva la volatilidad y el maniqueísmo político que hay en la sociedad y en particular, la clase política argentina -reflejada en los medios capitalinos- que de un momento al otro pasó de ser la posible puerta de ingreso para Rusia en el continente a una zona de libre movimiento para EEUU (sus aliados europeos) y de un estado genocida como Israel.  

Aunque algunos tratan de distanciar esto de las “relaciones carnales” del menemismo en los noventas, sus esfuerzos son estériles ya que se ve claro que son una continuación, pero mucho más profunda y riesgosa para la seguridad y la integridad del país. La propuesta de los Milei apunta a generar una cooperación comercial y militar en la cual a los ojos de quienes quieren ver, Washington saca todas las de ganar. Milei cree que con ello ganará puntos con la personalidad de Trump para que éste gestione ante el FMI un nuevo desembolso de 10 mil millones de dólares destinados a reforzar las arcas del Banco Central y a su vez aliviar la tan proclamada salida del cepo cambiario.

Milei y su hermana al parecer se olvidan que pese a los efusivos abrazos, brindis y sonrisas de George H. Bush con Carlos Menem a comienzos de los años noventa, las promesas y compromisos por la buena voluntad proferida a Washington quedaron en la nada. La participación de la Armada Argentina en la coalición que peleo la guerra contra Iraq de 1991 es un ejemplo medular de esto. Aquella experiencia -más allá de lo institucional- no le rindió ningún beneficio político al país, por el contrario, fue un salto gratuito a un conflicto que se ha ido agravando con el paso del tiempo y perdura hasta estos días.

En lo que respecta al interés económico-comercial, no es nada nuevo. Argentina -indistintamente de sus gobiernos- siempre ha estado a saga de lo que dice y hace Washington con lo cual, no hay grandes novedades sobre esto. Sobre la cooperación militar, ello viene ratificar lo que ya habíamos dicho antes sobre los planes del actual ministro de defensa Luís Petri de comprometer a las FFAA en las operaciones militares de la OTAN en Eurasia (contra Rusia), en el Mar Rojo y en las que Israel está llevando de forma indiscriminada y brutal en la Franja de Gaza y en el Líbano. Esto no sería otra cosa que el cambio de “carne de cañón” en guerras ajenas por beneficios monetarios. A pesar de que en su momento el ministerio desmintió por varios canales que eso fuera a suceder, lo esbozado por los Milei en Florida dice todo lo contrario y confirman nuestras fuentes.

Esto también implicaría la profundización y galvanización de las relaciones oficiales entre la CIA y la actual Secretaría de Inteligencia con lo cual, ello abrirá las puertas de par en par a sus socios británicos del MI6 y a los israelíes del Mossad. Ante esto cabe la pregunta ¿Dónde quedan los intereses estratégicos del país y entre ellos la situación de ocupación británica en las islas del atlántico sur?

En cuanto a la membrecía de Italia en este grupo, habría que ver como lo tomará el gobierno de la república y particularmente la propia primer ministra Georgia Meloni quien aún no sale de su estupor por el escándalo de espionaje y robo de información sensible por parte de una empresa italiana que a fin de cuentas, encubría una operación de la inteligencia israelí. Meloni y en especial el estado profundo italiano tienen mucho para pensar antes de confiar con esta clase de socios.

 



[1] En especial Israel que a las últimas masacres en el campo de refugiados de Deir Al Balah del norte de Gaza ha cometido varios crímenes de guerra en el Líbano, uno de los últimos registrados fue el 14 de noviembre con el ataque con bombas guiadas de alto poder contra el barrio de Choueifet Al Aamoroussieh al lado del aeropuerto de Beirut.  En lo que respecta a EEUU, la nómina de crímenes y desastres que su política exterior ha creado tan solo en los últimos treinta años ya no pueden justificarse como errores de una política guiada por nobles fines.

sábado, 16 de noviembre de 2024

 

JIHAD.Co

¿Por qué es una infamia el uso y ligazón de la palabra Yihad al terrorismo?, ¿Quiénes son los verdaderos creadores y ejecutores intelectuales de este emprendimiento injurioso?

 

Por Charles H. Slim 

Si hay una farsa sucia y dañina de todas las montadas por las agencias de inteligencia de las democracias occidentales y esparcida con persistencia y malicia por sus auxiliares mediáticos, esa sin dudas ha sido la referida al origen del terrorismo orquestada contra el Islam desde fines del siglo pasado hasta pasada la primera década del presente.

La arabofobia ya venía siendo una cuestión muy instalada desde los medios en las sociedades angloestadounidenses (cine, radio y grandes periódicos) en especial desde que Israel se erigió en medio de Palestina y que se amplió en 1991 con la “Tormenta del Desierto”. Pero si hubo un momento en que esto se potencio, ello fue creando el odio contra el Islam tras los sucesos (ataques de falsa bandera) del 11 de septiembre del 2001. La siniestra finalidad de esto lo vimos inmediatamente con las farsas inventadas contra Afganistán e Iraq. Obviamente en cada uno de estos casos, los intereses en cada uno de ellos si bien eran diferentes, la cabeza de turco que los identificaba y que daba argumento a la “lucha contra el terrorismo” era el Islam y los musulmanes.

El tiempo fue revelando esto y así supimos que el Talibán pese a ser viejos socios de la CIA, estaban siendo molestamente impermeables a los intereses energéticos de Washington (PNAC)[1]. En cuanto a Iraq, las mentiras fabricadas con falsos informes de la CIA, el MI6 y la algarabía del Mossad alegando -con documentos apócrifos- sobre la posesión de armas de destrucción masiva (ADM) y fantasiosos vínculos con “Al Qaeda” dejaron expuesta a la administración de Bush-Cheney sin que ello cortara con estos juegos sucios. La fabricación de estas causas mediante la táctica de la “falsa bandera” paso de ser un secreto a ser motivo de uso y abuso que termino por revelar lo que muchos estadounidenses tempranamente habían denunciado: El gobierno nos ha engañado.

La táctica se centró en apoderarse, manipular y deformar el significado de la palabra “yihad”, que es una institución islámica, para cubrir acciones criminales que nada tienen que ver con ella.

Durante la ocupación de Iraq, vimos como se plantaron falsos grupos que reivindicaban ser “yihadistas”, es decir, comprometidos en la lucha contra el opresor (en este caso los angloestadounidenses) pero que en realidad eran mercenarios y criminales destinados a desacreditar a la resistencia. En esos menesteres se vieron involucrados la inteligencia militar ocupante con la cooperación de sus socios civiles, de agencias árabes (en especial saudita y qatarí) y políticos iraquíes quienes por un puñado de dólares, traicionaron a su pueblo y a su país. Así luego vino Libia en 2010, Siria en 2011 (donde además se proveían sistemas anti-tanque TOW entre otros), la infiltración de ISIS en Iraq en junio de 2014 -previa supervisión del senador John Mc Cain- y los fallidos intentos de hacerlo en Yemen.

Esta maquiavélica operatoria nunca fue abandonada y hoy en las actuales circunstancias bajo el latiguillo de la “seguridad nacional” se está reactivando. Cada uno de estos “programas” de la CIA fueron puestos en el freezer hasta nuevo aviso. Así el terrorismo como estrategia de desestabilización controlada, nunca se dejó de lado. Hoy se comprueba una vez más esto con la facilitación y traslado de asesores ucranianos (entrenados por estadounidenses y británicos) que llegan a territorio sirio controlado por los estadounidenses ¿Asesores de qué y para quién? Del uso de tácticas con drones explosivos destinados a los “yihadistas” financiados por los sauditas para atacar a las fuerzas rusas en Siria.

Estos mercenarios y criminales que se escudan detrás de la “yihad”, solo sirven a los planes de Washington y sus aliados atlantistas, hechos que hemos comprobado con holgura en Iraq, Afganistán y Siria y que los medios se han esmerado en tapar. Así farsas como “ISIS” (surgido de un contubernio entre el MIT y la CIA) pasando por “Jabbat Al Nusra” y la docena de agrupaciones aprobadas por el Gran Mufti saudita o la misma “Al Qaeda” (tempranamente esbozada en 1979) fueron creadas para desplegar caos e inseguridad en beneficio de las intervenciones occidentales y de un actor en especial: Israel.  No por casualidad la llegada de Rusia a territorio sirio en 2015 dio comienzo al fin de estos embustes.

Moscú sabe de esto y tiene precedentes de cómo las agencias occidentales manipularon estos recursos para esparcir el caos en las ex repúblicas caucásicas mediante el islamismo militante, intoxicado con doctrinas elaboradas por los laboratorios del MI6 británico y socios árabes de las Mukhabarat del golfo.

¿Cómo puede ser que gobiernos árabes-islámicos cooperen con potencias occidentales para masacrar musulmanes? La respuesta es una solo: Negocios amigo! Es por ello que los reduccionismos baladíes, los odiosos estereotipos y las acusaciones generalizadas que desde medios y editorialistas han justificado las masacres más aberrantes y deleznables que hemos visto desde finales del siglo pasado hasta las que vemos en Palestina hoy, no son aceptables.

Tampoco culpemos de todo a Trump. Aunque seguramente se servirá de estos trucos, él no los invento ni tampoco tiene el control. El sistema y la elite política estadounidense tiene una simbiótica e histórica relación con el sionismo y que más allá de republicanos, demócratas o independientes perdura su influencia en La Casa Blanca. Trump, pese a no ser tolerado por ese sistema y una parte del sionismo estadounidense, mal que peor sigue siendo funcional a la geopolítica de Israel.

Con este marco, no hay dudas que habrá más trabajo para las agencias de inteligencia y especialmente para sus áreas de “trucos sucios” rediseñando y orquestando el desarrollo de nuevas operaciones de falsa bandera (mediante ataques terroristas en zonas urbanas) en nuevos escenarios esta vez, con dos objetivos islámicos evidentes a ensuciar: Yemen e Irán.

 



[1] Planificados por los neoconservadores en el Proyecto del Nuevo siglo americano https://es.wikipedia.org/wiki/Proyecto_para_el_Nuevo_Siglo_Estadounidense