sábado, 16 de noviembre de 2024

 

JIHAD.Co

¿Por qué es una infamia el uso y ligazón de la palabra Yihad al terrorismo?, ¿Quiénes son los verdaderos creadores y ejecutores intelectuales de este emprendimiento injurioso?

 

Por Charles H. Slim 

Si hay una farsa sucia y dañina de todas las montadas por las agencias de inteligencia de las democracias occidentales y esparcida con persistencia y malicia por sus auxiliares mediáticos, esa sin dudas ha sido la referida al origen del terrorismo orquestada contra el Islam desde fines del siglo pasado hasta pasada la primera década del presente.

La arabofobia ya venía siendo una cuestión muy instalada desde los medios en las sociedades angloestadounidenses (cine, radio y grandes periódicos) en especial desde que Israel se erigió en medio de Palestina y que se amplió en 1991 con la “Tormenta del Desierto”. Pero si hubo un momento en que esto se potencio, ello fue creando el odio contra el Islam tras los sucesos (ataques de falsa bandera) del 11 de septiembre del 2001. La siniestra finalidad de esto lo vimos inmediatamente con las farsas inventadas contra Afganistán e Iraq. Obviamente en cada uno de estos casos, los intereses en cada uno de ellos si bien eran diferentes, la cabeza de turco que los identificaba y que daba argumento a la “lucha contra el terrorismo” era el Islam y los musulmanes.

El tiempo fue revelando esto y así supimos que el Talibán pese a ser viejos socios de la CIA, estaban siendo molestamente impermeables a los intereses energéticos de Washington (PNAC)[1]. En cuanto a Iraq, las mentiras fabricadas con falsos informes de la CIA, el MI6 y la algarabía del Mossad alegando -con documentos apócrifos- sobre la posesión de armas de destrucción masiva (ADM) y fantasiosos vínculos con “Al Qaeda” dejaron expuesta a la administración de Bush-Cheney sin que ello cortara con estos juegos sucios. La fabricación de estas causas mediante la táctica de la “falsa bandera” paso de ser un secreto a ser motivo de uso y abuso que termino por revelar lo que muchos estadounidenses tempranamente habían denunciado: El gobierno nos ha engañado.

La táctica se centró en apoderarse, manipular y deformar el significado de la palabra “yihad”, que es una institución islámica, para cubrir acciones criminales que nada tienen que ver con ella.

Durante la ocupación de Iraq, vimos como se plantaron falsos grupos que reivindicaban ser “yihadistas”, es decir, comprometidos en la lucha contra el opresor (en este caso los angloestadounidenses) pero que en realidad eran mercenarios y criminales destinados a desacreditar a la resistencia. En esos menesteres se vieron involucrados la inteligencia militar ocupante con la cooperación de sus socios civiles, de agencias árabes (en especial saudita y qatarí) y políticos iraquíes quienes por un puñado de dólares, traicionaron a su pueblo y a su país. Así luego vino Libia en 2010, Siria en 2011 (donde además se proveían sistemas anti-tanque TOW entre otros), la infiltración de ISIS en Iraq en junio de 2014 -previa supervisión del senador John Mc Cain- y los fallidos intentos de hacerlo en Yemen.

Esta maquiavélica operatoria nunca fue abandonada y hoy en las actuales circunstancias bajo el latiguillo de la “seguridad nacional” se está reactivando. Cada uno de estos “programas” de la CIA fueron puestos en el freezer hasta nuevo aviso. Así el terrorismo como estrategia de desestabilización controlada, nunca se dejó de lado. Hoy se comprueba una vez más esto con la facilitación y traslado de asesores ucranianos (entrenados por estadounidenses y británicos) que llegan a territorio sirio controlado por los estadounidenses ¿Asesores de qué y para quién? Del uso de tácticas con drones explosivos destinados a los “yihadistas” financiados por los sauditas para atacar a las fuerzas rusas en Siria.

Estos mercenarios y criminales que se escudan detrás de la “yihad”, solo sirven a los planes de Washington y sus aliados atlantistas, hechos que hemos comprobado con holgura en Iraq, Afganistán y Siria y que los medios se han esmerado en tapar. Así farsas como “ISIS” (surgido de un contubernio entre el MIT y la CIA) pasando por “Jabbat Al Nusra” y la docena de agrupaciones aprobadas por el Gran Mufti saudita o la misma “Al Qaeda” (tempranamente esbozada en 1979) fueron creadas para desplegar caos e inseguridad en beneficio de las intervenciones occidentales y de un actor en especial: Israel.  No por casualidad la llegada de Rusia a territorio sirio en 2015 dio comienzo al fin de estos embustes.

Moscú sabe de esto y tiene precedentes de cómo las agencias occidentales manipularon estos recursos para esparcir el caos en las ex repúblicas caucásicas mediante el islamismo militante, intoxicado con doctrinas elaboradas por los laboratorios del MI6 británico y socios árabes de las Mukhabarat del golfo.

¿Cómo puede ser que gobiernos árabes-islámicos cooperen con potencias occidentales para masacrar musulmanes? La respuesta es una solo: Negocios amigo! Es por ello que los reduccionismos baladíes, los odiosos estereotipos y las acusaciones generalizadas que desde medios y editorialistas han justificado las masacres más aberrantes y deleznables que hemos visto desde finales del siglo pasado hasta las que vemos en Palestina hoy, no son aceptables.

Tampoco culpemos de todo a Trump. Aunque seguramente se servirá de estos trucos, él no los invento ni tampoco tiene el control. El sistema y la elite política estadounidense tiene una simbiótica e histórica relación con el sionismo y que más allá de republicanos, demócratas o independientes perdura su influencia en La Casa Blanca. Trump, pese a no ser tolerado por ese sistema y una parte del sionismo estadounidense, mal que peor sigue siendo funcional a la geopolítica de Israel.

Con este marco, no hay dudas que habrá más trabajo para las agencias de inteligencia y especialmente para sus áreas de “trucos sucios” rediseñando y orquestando el desarrollo de nuevas operaciones de falsa bandera (mediante ataques terroristas en zonas urbanas) en nuevos escenarios esta vez, con dos objetivos islámicos evidentes a ensuciar: Yemen e Irán.

 



[1] Planificados por los neoconservadores en el Proyecto del Nuevo siglo americano https://es.wikipedia.org/wiki/Proyecto_para_el_Nuevo_Siglo_Estadounidense

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