HUELLAS DE KIEV Y TEL AVIV EN SIRIA
¿Cómo fue posible derrocar al gobierno de Bashar Al Assad?
Por
Javier B. Dal
Aún antes de que las bandas mercenarias dirigidas por las agencias de
inteligencia atlantistas lanzaran su ofensiva sobre Alepo y su escenificación
en Hama, los informes de inteligencia sirios y rusos un mes antes habían
detectado la presencia de activos ucranianos en Idlib y en los campamentos
donde se acantonan estas bandas. A pesar de que parte de esos informes se
abrieron al conocimiento público, en occidente la corporación de medios fiel a
su alineamiento con Washington, silencio estos hechos.
Lo que en
occidente y más particularmente, el “colectivo” dirigido por las elites
angloestadounidenses se suele ridiculizar como “teorías conspiranóicas”, el
resurgir de esta situación en Siria resulto ser una verdad que desde hace años
estaba pisada por el pie atlantista.
El marco
para este “resurgir” de los yihadistas no es azaroso. El potente mensaje
enviado por el presidente ruso Vladimir Putin a los patrocinadores de la junta
neonazi en Kiev dirigida por Zelensky y que fue acompañado de una demostración
de poder con el nuevo misil táctico hipersónico “Oreshnik”, les hizo entrar en
cuentas que insistir por ese lado era algo muy peligroso. Fue así que optaron
por dispersar sus acciones anti-rusas centrándose en escenarios donde existan
intereses rusos con alto valor estratégico y el Medio Oriente reúne con creces
esa condición.
Para dicho
propósito sus abandonadas bandas “yihadistas” que desde 2016 han estado siendo protegidas
y sustentadas por el MIT turco, pasaron a ser revalorizadas y como sucedió con
el embuste del “Estado Islámico” en 2014, se les han abierto los grifos en
recursos para que reciban todo lo necesario para sus operaciones ¿Quiénes están
detrás de dichas operaciones?
Con una
evidente ayuda occidental que se reflejó en nuevo equipamiento, armas y
tácticas, información de inteligencia y la comprobada participación de la ayuda
israelí, estas bandas que no son otra cosa que activos tácticos al servicio de
la OTAN estarían tratando de abrir un frente contra la Federación de Rusia. Moscú
y Teherán ya lo han advertido así y ya lo han expuesto ante las instancias
internacionales.
El doble
rasero al que nos tiene acostumbrado la política estadounidense ya no es una
excusa. No hace falta que el Departamento de Estado ni su representación ante
la ONU hagan gala de discursos gastados hablando de valores que ellos mismos
han estado violando durante décadas. El problema ante este cinismo político no
es ya su descaro, sino como frenarlo. Esto por el continuo obstruccionismo que
Washington práctica ante Naciones Unidas y que la representación rusa denunció
de forma permanente.
Pero como
ya lo hemos visto hasta el cansancio, una cosa son las palabras y otra los
hechos sobre el terreno. Y esto último se vincula a quien tenga más recursos y
dinero podrá comprar más voluntades para concretar sus planes. Ello viene a
cuento de la caída de Damasco tras una ofensiva relámpago llevada a cabo por
las bandas yihadistas secundadas por grupos especiales neonazis ucranianos y
apoyada desde el aire por Israel que el día 7 diciembre termino con el gobierno
del presidente Bashar Al Assad.
Como podrá advertirse,
una mezcla ideológico-filosófico aparentemente incongruente, salvo que alguno
de estos componentes no sea en realidad lo que parece. Igualmente no es una
sorpresa que estos grupos de mercenarios trabajen en conjunto con los neonazis
y los sionistas dado que al fin y al cabo, todos ellos están alineados a los
planes de Washington DC.
El éxito de
esta operación que derroco a Al Assad sin dudas se debe a una meticulosa planificación
pero lo más importante, a una muy sustancial inversión económica para rearmar a
los cuadros terroristas, entrenarlos y por supuesto, movilizar personal
ucraniano (Fuerzas especiales) para cumplir con estas tareas. Con lo cual podemos
decir que se trata de una victoria táctica de la OTAN sobre Rusia que con el
paso de los días veremos si se transforma en estratégica y por supuesto una por
ahora excelente noticia para el estado de Israel que ya tomado el control de
los puestos sirios en el Golán.
¿Cómo
llegaron esos asesores y las fuerzas especiales ucranianas a Siria? Eso ya es
una anécdota. Ver como el líder yihadista Ahmad Al Shara´a ingresaba escoltado
por hombres armados enmascarados de negro a la mezquita de Los Omeyas en Damasco
y ver la bandera negra del “Estado Islámico” en los despachos del edificio de
gobierno, recuerdan al episodio ocurrido en Iraq con Abu Bakr Al Bagdadi y el
ingreso de su banda a Mosul. Nadie a estas alturas lo duda. Los estadounidenses
y sus socios británicos (con la eminente cooperación de Turquía e Israel) han
proporcionado la cobertura logística para que estos recursos neonazis pudieran
llegar a Siria.
Por lo
pronto la opinión pública ya no tiene los ojos vendados, ha madurado y es
testigo de cómo las presumidas democracias angloestadounidenses han armado,
apoyado y ahora encumbrado a una argamasa político-ideológico altamente
peligrosa que allá por el 2001 ¿recuerdan?, tipos como George Bush, Dick Cheney
y su selecto club de amigos neocon con Robert Perle, Paul Wolfowitz y otros mal
nacidos utilizaron como excusa para lanzar sus invasiones mediante la llamada “lucha contra el terrorismo”.