sábado, 7 de diciembre de 2024

 

UN RUIDOSO SILENCIO

¿Cuáles son los motivos del silencio mediático en occidente sobre la situación en el Mar de la China?


Por Dany Smith

Mientras los medios en occidente ponen su foco de atención sobre las algunas situaciones en Ucrania, muy por encima las que se están reactivando en Siria (y que implican a Tel Aviv) y por supuesto en torno a lo que le importa a Israel, en la región del indo-pacífico vienen sucediendo de manera sigilosa cosas mucho más alarmantes para la paz global.

Sabemos que mientras en Washington ya le están quitando todas las prerrogativas a la administración de Biden, sus sucesores ya están afinando los planes para la política exterior que pondrá en marcha Donald Trump y en la cual la paz, solo es una estrategia más para el engaño.

Uno de los objetivos que la nueva administración tiene como interés central la posición geoeconómico-comercial de China. Aun cuando en la superficie la situación en el Mar Meridional y todas las aguas adyacentes es calma, la actividad de la inteligencia estratégica (Five-Eyes), la naval, más la “Humint” que proporcionan los socios de la CIA en los países rivereños que tienen relaciones más estables con Pekín son cada vez más intensas. Los centros neurálgicos desde donde se estarían coordinando estas actividades se hallan en Hong Kong y Singapur.

Esta claro que todas estas actividades han sido autorizadas y son dirigidas por La Casa Blanca que de paso sirva de comentario, ya no maneja Biden y menos Harris. Para la administración saliente en Washington parece que dejar unas cuantas granadas sin explotar son el mejor regalo para Donald Trump aunque no seamos ilusos, a él no le disgustan.

Lo ocurrido en Corea del sur no debiera ser descontextualizado de estas operaciones. La reacción del presidente ultraderechista Yoon Suk-yeol habría estado alimentada por informes de las agencias de inteligencia que recordemos, están interrelacionadas con la CIA. Acusar una supuesta injerencia “comunista” de Pyongyang en los asuntos del país, suenan a las viejas excusas macartistas del Departamento de Estado para apoyar los golpes de estado en Latinoamérica. Al parecer los planes que Trump se trae bajo el brazo solo serían posibles de implementar bajo situaciones de emergencia es decir, regímenes policiales, juntas militares sin el control de los poderes legislativos ya que solo de esa manera, Washington podría maniobrar con la rapidez y discrecionalidad que desea.

Uno de los principales temas que preocupan a la administración entrante será, cómo obstruir el desarrollo y avance de las relaciones comerciales de China sobre el hemisferio y también, tratar de crear interferencias en las relaciones de cooperación estratégica que tiene con la Federación de Rusia.

Precisamente en noviembre pasado, el presidente chino Xi Jinping anuncio que tiene planeado continuar y ampliar el avance de las relaciones económicas y comerciales con Latinoamérica, algo que Washington y sus acólitos en la región ven con desagrado. En este sentido tan solo hace unas horas se anunció que el primer ministro Li Qiang se reunirá el 9 de diciembre próximo en Pekín donde mantendrá conversaciones del “1+10”es decir, con los representantes de las diez principales organizaciones económicas mundiales a los fines de delinear políticas para el desarrollo equitativo dentro de un marco de respeto del multilateralismo.

No hace falta decir que esto a Trump y a su círculo de neoconservadores le causa un fuerte dolor de estomago ya que su agenda se centrará en el proteccionismo y el arancelamiento de los productos extranjeros y muy especialmente los chinos. A propósito de las últimas sanciones que Washington implemento contra empresas chinas vinculadas a los semiconductores, Pekín ha tomado sus propias medidas restringiendo la venta a EEUU de minerales estratégicos para uso en la industria militar.

Sobre la situación de la isla de Taiwán, seguirá siendo un tema de la agenda en Washington DC pero no bajo las formas provocativas que Biden y su administración habían estado utilizando. Aquí no olvidemos que se invirtieron miles de millones de dólares para armar a la isla algo que Pekín interpreto (y con razón) una provocación. Ante esto China últimamente emitió contramedidas contra empresas militares y altos ejecutivos estadounidenses que entre algunas consecuencias se cuentan, el congelamiento de sus activos en el país. Trump se centrará seguramente en buscar nuevas y más discretas fórmulas para obstruir las rutas comerciales y al mismo tiempo volver a los taiwaneses socios activos en dichos planes.

Una de estas fórmulas será incrementar el fomento de la subversión en los países satélites y adyacentes al Mar Meridional para que sus gobiernos se vean obligados a estrechar políticas policiales que restrinjan las garantías ciudadanas y justifiquen al mismo tiempo el pedido de asistencia…a Washington DC. De este modo, crear tensiones políticas y étnicas es parte de una estrategia muy bien aceitada (harto vista en Oriente Medio) que la CIA y sus colegas atlantistas (en especial los británicos) pondrán en práctica.

Si bien el intento de imponer la ley marcial en Corea del sur parece un hecho descontextualizado del escenario chino, no lo es tanto. Corea del Norte gracias a su privilegiada relación con Rusia está ganando en conocimientos tecnológicos especialmente en el desarrollo de nuevos misiles con una muy posible potencialidad de lograr su propio desarrollo en misiles hipersónicos. No olvidemos que Corea del Norte tiene un programa nuclear exitoso y muy posiblemente ya tenga ojivas de combate almacenadas o montadas en alguno de sus ICBM más modernos.

Al mismo tiempo en Washington DC temen que Pyongyang se convierta en la puerta de ingreso de estos desarrollos en una cooperación militar con Pekín que podría terminar en una alianza militar asiática muy difícil de jackear.

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