AL AQSA PELIGRA
¿Cuáles son los motivos y quiénes están detrás de los planes de demoler
en Jerusalén los lugares sagrados del Islam?
Por
Charles H. Slim
Es un hecho que en occidente y en Argentina en
particular, lo que sucede en Palestina es visto con un sesgo bien claro y ese
es, a favor de Israel. A partir de allí veremos en los canales de aire y radios
(en especial de la ciudad autónoma de Buenos Aires) que el discurso es monocorde,
unipersonal y unidireccional, en donde solo hay interlocutores judíos (a favor
de lo que hace Israel) y partidarios sionistas “goy” opinando sobre lo que allí
sucede. Ahora bien ¿Qué tan serio puede ser esto?
Partamos de la base de un alto grado de islamofobia, cultivado y
desperdigado por los medios de la elite capitalina altamente influenciada por
la militancia sionista local, que apoyándose en dos atentados que -pese a lo
que diga la administración de justicia- nunca fueron esclarecidos. Aprovechando
el descalabro institucional de aquella época fueron (tras el involucramiento de
la CIA y el Mossad en los expedientes de sendas causas) conveniente e
infundadamente endilgados a Irán y por las dudas a los libaneses de Hesbolá.
A partir de allí, la discursiva arabófoba e islamófoba que no es otra
cosa que un odio dirigido a lo árabe y lo islámico campa impune en los comentarios
y discursos de algunos periodistas de medios del país.
A la postre de esto, durante los últimos años y desde el gobierno de
Mauricio Macri se han impulsado proyectos legislativos que nada tienen que ver
con los intereses nacionales y por el contrario están signados a otros intereses
geopolíticos. Uno de ellos es el instituto del juicio en ausencia que el actual
gobierno “libertario” trata de hacer pasar por el congreso a fin de concretar
uno de los anhelos de Tel Aviv que se materializarían, mostrando a Irán -pese
a lo desmentido por el Mossad- como el autor de los ataques terroristas de
1992 y 1994.
A la par, desde el 2001 los musulmanes han debido soportar la
estigmatización, la persecución y la violación de sus derechos a nivel global bajo
el marco de la farsa montada por Washington de la “lucha contra el terrorismo”
y todas las secuelas que la acompañaron producto de sus creaciones (ISIS, Al
Nusra, Tahrir Al Sham y otra docena de grupos terroristas). Obviamente, Israel
se aprovecho de todo esto y para tapar su política de Apartheid[1]
ha tratado de transpolar estos bulos para desacreditar a la resistencia
palestina.
La mezquita “Al Aqsa”[2]
forma parte del complejo llamado “Explanada de las mezquitas” y es uno de los
santuarios islámicos más importantes para la comunidad de musulmanes de todo el
mundo. Su ubicación en Jerusalén (ciudad internacional)[3]
se ha convertido desde la instauración del estado de Israel en 1948 en un
obstáculo para el mesianismo judío y objeto de continuos atentados y
profanaciones contra su integridad e incluso de un plan para su destrucción
total para levantar en su lugar un templo judío (Tercer Templo) que forma parte
de la escatología mesiánica y extremista del judaísmo ultraortodoxo que hoy
gobierna en Tel Aviv.
Justamente, el nombre que la resistencia palestina le dio a la
operación del 7 de octubre del 2023 “Inundación Al Aqsa” se apoyó en
reivindicar y poner ante la atención del mundo las continuas agresiones y
profanaciones que los colonos importados y los cuerpos armados del ministro
extremista Itamar Ben Gvir llevan a cabo contra la mezquita de “Al Aqsa”. En este tema no hay divisiones entre los musulmanes de
las diferentes corrientes.
Al parecer los planes
para concretar esta destrucción están muy propicios con el próximo cambio de
administración en Washington. Es sabido que Donald Trump además de amigo de
Netanyahu (y en la misma sintonía de Javier Milei), es un desenfadado militante
sionista y un comprobado islamófobo con lo cual las expectativas de que algo
bueno pueda ocurrir con los palestinos y sus propiedades están bien
oscuras.
Y es que la próxima llegada de Trump a La Casa Blanca podría ser la
carta blanca para que los sionistas revisionistas de Netanyahu, Smotrich y Ben
Gvir (los mismos que cooperan con Zelensky en Ucrania) cumplan con su amenaza
de volar el tempo sagrado para el Islam y levanten en su lugar el “tercer
templo”.
Aunque más
vale tarde que nunca, los mandatarios de los países árabes-islámicos dejaron de
lado sus diferencias (como Turquía, Irán y Arabia Saudita) para tratar de
hallar una formula común a fin de afrontar esta amenaza que es un plan que los
sionistas vienen tratando de ejecutar desde hace décadas. Sin dudas que es
mucho más importante antes de mostrar preocupación por un templo de piedra,
delinear una política coherente y persistente para ayudar a los palestinos
quienes por toda clase de medios (incluida la hambruna inducida y la
indiferencia de Abbas) están siendo sometidos una limpieza genocida,
especialmente en toda la franja de Gaza.
Esto que
debió ser atendido mucho tiempo atrás hoy reafirmamos lo que hemos dicho antes,
hablando de una necesidad de la unión entre los musulmanes de todo el mundo
para protegerse (https://pensamientoestraegico.blogspot.com/2024/10/hacia-una-union-islamica-global-por-que.html ) y al mismo tiempo proteger a los palestinos en sus derechos y legados
culturales como lo es “Al Aqsa”.
[1]
Por medio del cual la elite sionista israelí askenazi trata entre otros
objetivos, controlar la natalidad de los palestinos e incluso, limitar el
crecimiento y acceso al desarrollo de los judíos-árabes, considerados como ciudadanos
de segunda en una clara demostración del racismo traído de sus raíces europeas.
[3]
Situación jurídica establecida por Naciones Unidas: https://unispal.un.org/pdfs/StatusJerusalem_1981studyS.pdf
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