VETERANOS DE AYER
“VOLVER AL GOLFO ¿LA HISTORIA SE REPITE?
Mientras Argentina sigue en una situación defensiva calamitosa, habría posibilidades de volver a colgarse del furgón del intervencionismo foráneo
Por Charles H. Slim
Con el actual
gobierno muchas cosas que parecían imposibles de reeditar parecieran en
realidad que son muy posibles de hacer. Para quienes no lo recuerden, en
Septiembre de 1990 el gobierno de Carlos Saúl Menem se embarco junto a la
Coalición Aliada dirigida por EEUU en la que se conoció como la “guerra del
Golfo Pérsico”, un conflicto que (además de vigente) aún sigue siendo objeto de
estudio en las Academias y Universidades militares del mundo.
La agenda del gobierno de Menem que por esta intervención pretendía
una supuesta “redemocratización” del país, la inserción dentro del concierto
mundial y una supuesta articulación de las políticas domésticas para que se
conjugaran con políticas externas (de realismo y pragmatismo) en conexión con
las que impulsaba Washington, llevaría a la Argentina al “primer mundo” esto
según lo charlado en varias ocasiones entre los presidentes Carlos Menem, George H. Bush y su sucesor Bill Clinton[1].
Incluso aquella participación les dio a varios funcionarios
menemistas la libertad de hablar de “alianza” más que de una cooperación para
la “seguridad internacional” en el marco de Naciones Unidas, uno de los
argumentos por los cuales la Casa Rosada envió al contingente naval. No
olvidemos pues las palabras del ministro de Defensa Erman González cuando,
embelesado tras la llegada exitosa de las dotaciones de la Armada dijo “Somos el aliado del país de norte en el
Cono sur”[2],
cuando en realidad este tipo de relaciones se da entre iguales.
Pero como lo hemos comentado durante mucho tiempo, en la Argentina
éste conflicto paso invisible y se guardo en lo más profundo de un cajón de los
archivos del Ministerio de Defensa. Lo mejor que se podía hacer con aquella
experiencia era, olvidarla. Mucho menos, fue tratada por la misma fuerza (Armada)
que había participado; son cuestiones de la subordinación castrense me comento
alguien. Y así pasaron los años, lejos de analizar la experiencia particular de
semejante situación a la que muchos catalogan como la primera guerra de alta
intensidad antes de finales del siglo XX[3],
los políticos de turno temerosos por las consecuencias de abordar la
participación de la Argentina en tan luctuoso escenario y que reabrirían
debates sobre la actuación de sus colegas de aquel entonces, prefirieron el
silencio eterno.
Pero los giros de la historia llevan a que como suele decir el
dicho “la historia se repita”, aunque en realidad lo hace atendiendo a las
circunstancias del momento en que ello ocurre. Las actuales condiciones de las
FFAA argentinas, la posición política de su gobierno y el volátil escenario del
Medio Oriente, hacen que, como se están perfilando las cosas pueda llegar a
existir una nueva “requisitoria” de la
Coalición Internacional anti ISIL para que Argentina preste colaboración en las
operaciones navales que se despliegan actualmente desde la Península arábiga
hasta el Golfo Pérsico.
Hoy no es “Saddam” el objetivo de la campaña o de operaciones
aprobadas por resoluciones de Naciones Unidas para extender la “democracia y la
libertad” en Iraq, hoy el objetivo es mucho más peligroso, difuminado e
inestable lo cual debería hacer entrar en razones a los responsables del área
de la defensa argentina antes de inmiscuirse en una guerra que además de no ser
propia, no tiene nada de convencional. Incluso no es Iraq o el denominado
“ISIL” el verdadero objetivo de los planes que de cuecen a fuego lento en la
región. La variedad de cuestiones hacen precisamente demasiado complejo el
asunto para meterse sin estudio previo.
Las cosas han cambiado mucho desde aquellos calurosos y húmedos
días en los que la agrupación “ALFIL1” compuesta por el destructor “ARA
Almirante Brown” y la corbeta “ARA Spiro” participo de las operaciones de
cobertura logística y custodia de los convoyes de provisiones destinados a
abastecer el desarrollo de la “Tormenta del Desierto”. Por estos días hace 27
años atrás, ambas unidades salían del teatro de operaciones y tras hacer
combustible con el buque de reabastecimiento “USS- Seatle” pasaban por el Canal
de Suez en Egipto para ya tomar rumbo a casa.
Los peligros actuales se han magnificado a niveles impensados para
aquella época, que recordemos, fue para la flota de guerra argentina, una
absoluta novedad en lo que refería a los despliegues tecnológicos de una guerra
altamente tecnificada. Si en aquellos momentos necesitaron de adaptaciones a
los sistemas de comunicaciones (claramente viejos y desfasados) para poder
operar coordinadamente con las unidades de la OTAN, hoy esto se volvería
ciertamente muy dificultoso. Solo piense usted en las nuevas armas antibuque y
los sistemas de anulación electrónica que además de dañinamente eficaces son invisibles
¿Cómo podría lidiar un buque argentino con estos problemas?
Otro aspecto es el geopolítico ya que EEUU ha dejado de ser la
potencia hegemónica del momento y hoy se ve arrinconada por la creciente
influencia rusa en el mundo y en especial por los anuncios realizados hace apenas
una semana por el presidente Vladimir Putin[4], que
dejan al poderío de la OTAN en un segundo o incluso tercer plano.
Ciertamente es un alivio ver que algunos sectores han comenzado no
hace mucho y después de nuestras publicaciones a estudiar e incluso revisar –aunque
de una manera bastante leve y limitada- cuáles fueron las implicancias de
la misión naval[5]
en aquella oportunidad. No debe olvidarse que los supuestos beneficios para la institución y el país que surgirían
de esta participación, fueron reducidos a prácticamente a la nada no solo por
la pérdida de interés por parte de los gobiernos en la Casa Blanca y del
Pentágono en la inserción de Argentina en algún nivel inferior de la OTAN sino
más bien, por las propias inconsecuencias del gobierno de aquel entonces que
demostraron la falta de continuidad, compromiso político y estabilidad de
planificación necesaria para participar dentro de la estructura de la Alianza
Atlántica.
Pero las políticas de defensa del actual gobierno parecen estar
tomando por caminos sinuosos y lejanos a los intereses de la nación.
El luctuoso y no aclarado hecho del submarino argentino estaría
acelerando las tratativas para que Argentina tenga un papel en los asuntos
militares de dicha coalición en la zona del Medio Oriente, para desviar las
sospechas que hay sobre la autoría del siniestro. Ello a su vez revelaría los
intentos por cerrar definitivamente el tema y alejar las posibilidades de que,
además de hallar al “ARA San Juan” el
gobierno argentino se vuelque a tratar con Rusia para reestructurar el sector.
Lo que no queda aún bien claro, cuales son los reales objetivos para los que
serían enviados algunos elementos de la Armada (que sirva la aclaración), se
halla en una situación material extrema.
En el actual panorama que se vive en la región, las posibilidades
oscilarían entre el Golfo de Adén en Yemen o el Golfo Pérsico para operaciones
de apoyo a la “Coalición Internacional anti ISIL” que en realidad enmascaran
las operaciones de contención dirigidas por el CENTCOM sobre Irán y Siria.
Para muchos marinos la posibilidad de realizar una aventura
semejante es prácticamente imposible, no solo por la carencia material para
concretar una participación como la que se especula sino también, porque no se
han aprovechado las experiencias recopiladas en 1990 y 1991 cuando el grupo de
tareas T.88.0 trabajo con las Armadas más experimentadas del mundo, entre ellas
la británica. Existe cierto temor en que
estas experiencias sean explotadas en el marco de nuevos objetivos y en
beneficio de actores que además de ser parte de las hostilidades, están
teniendo demasiado protagonismo en la defensa y seguridad actual del país.
[1] Daros recogidos por Anabella Busso, de los
seis encuentros que tuvieron a lo largo de la presidencia de Menem. La primera
en la visita de George H. Bush el 5 de diciembre de 1990; el 29 de junio de
1993 con la visita de Menem a Clinton; 24 de junio de 1994 encuentro
extraoficial entre Menem y Clinton; 26 de septiembre de 1994 encuentro entre
ambos en Naciones Unidas; 25 de octubre de 1995 tras un fugaz encuentro en la
sede la ONU.
[2] LA NACIÓN, Buenos Aires, 2 de julio de
1991, pág. 4
[3]
PLAZAS, Paola, “Guerra del Golfo”, publicado en SlideShare: https://es.slideshare.net/paoplazas11/guerra-del-golfo-17108961
[4] RT.com. “¿Para qué necesitamos un mundo
sin Rusia?: Putin habla sobre una eventual guerra nuclear”. Publicado el 7 de
marzo de 2018. https://actualidad.rt.com/actualidad/264865-rusia-usar-armas-nucleares-respuesta-ataque
[5] DEFENSA NACIONALY DEL MUNDO. “La Armada
Argentina en el Golfo Pérsico”. http://defensanacional.argentinaforo.net/t10144-la-armada-argentina-en-el-golfo-persico