EN LA MIRA
“EL OBSTACULO
FRANCISCO”
Para muchos el Papa Francisco ha sido una bocanada de aire fresco para la Iglesia Católica y con variadas muestras de su manejo ha sabido causar temblores en las bases mismas del Vaticano y de varios gobiernos del mundo ¿Se ha convertido en una molestia para los poderes centrales?
Por
Charles H. Slim
Tal vez haya pasado desapercibido para el común de la gente, cuáles
fueron todos los temas que abordaron el presidente Donald Trump en su
entrevista con el Papa Francisco en el Vaticano en mayo último. Para muchos, un
encuentro muy esperado y para otros solo una mera formalidad de Washington para
tratar de congraciarse con un influyente actor político como lo es sin dudas el
pontífice. Pero a pesar de lo importante de aquel evento, muy poco salió a la
palestra de lo que realmente se trato.
Solo salieron a traslucir las
excentricidades del mandatario norteamericano que está llegando a ser tan o más
cómico que su imitador el actor Alec Baldwin.
Pese
a esta minimización, la visita tuvo un fuerte componente político. Francisco no
fue precisamente un anfitrión flemático y acomodaticio. Según lo han dejado
entrever algunas fuentes, tuvo para con el mandatario norteamericano, duros
conceptos en lo que respetaba a sus políticas internacionales y en particular,
en el apoyo que su administración le estaba (y le ha ratificado últimamente) propiciando
a Arabia Saudita para sus políticas la región del Medio Oriente.
Solo
para rememorar algunos pensamientos del Papa con respecto a las políticas de Trump, a mediados del mes de
febrero de 2016 el pontífice no tuvo ningún empacho en señalar que “un hombre
que solo piensa en construir muros….y no construir puentes, no puede ser
cristiana”. La referencia del Papa se debió a la promesa de Trump de construir
un muro con la frontera de México, proyecto por cierto que se halla en marcha. Aquella expresión le valió la réplica de un
Trump enfurecido que por Twitter le respondió que sus comentarios “eran
vergonzosos”.
Pero
eso no era todo. Casualmente Trump venía de su visita a Medio Oriente en donde
entre otros, se había reunido con los gobernantes de La Casa Saud de Riad
Arabia Saudita, una nación que no solo no tiene relaciones con el Vaticano sino
que se hallan históricamente enfrentados por cuestiones que van desde lo
religioso hasta llegar a los actuales acontecimientos políticos que sacuden a
la Península arábiga y más precisamente por la inhumana agresión de la cual es
blanco Yemen.
Precisamente
en aquel encuentro Trump y sus pares saudíes quedaron plenamente satisfechos en
los lineamientos que ambos trazaron para la región teniendo como principal
mira, correr a Irán de sus ambiciones en la región (Foreing Affair. https://www.foreignaffairs.com/articles/saudi-arabia/2017-03-16/trump-and-saudi-arabia ) algo de lo cual, el Papa no coincide para nada. Es más,
Francisco ha reconocido que más allá de las injurias sobre la república
Islámica y toda la presión mediática que hay en torno a ella, hay una nación
que no ha agredido a nadie.
Además
que esto no le cayó en gracia a Tel Aviv, tampoco agrado a Donald Trump quien
entre otras cualidades de su carácter, cuenta con un rasgo de “gangster
psicópata” que seguramente lo llevó a ponerse al Papa entre las cejas.
Aunque
las elites políticas y militares en Washington desdeñen el peso político del
Vaticano, en el fondo saben que una abierta y puntual oposición intelectual a
las maniobras que realiza EEUU en el mundo, horada aún más su paupérrima imagen
ante el mundo y obstaculiza en gran medida sus objetivos diplomáticos. Los
asesores de inteligencia y los militares saben que el Vaticano no tiene bombas
o un ejército con cuál amenazar a sus intereses, pero tiene un arma mucho más
peligrosa que es la voz de la persuasión
que agita el interior de las almas de sus creyentes sembrando en ellos la duda
y creando molestos objetores de conciencia.
No
es un factor mínimo o intrascendente. Cuando el Papa habla para miles de almas
presentes en la plaza de San Pedro y expone entre otras, las barbaridades que
ocurren en el mundo, los latrocinios y las masacres en Siria, Libia, Iraq y
Palestina que propician los grandes vendedores de armas y sus traficantes, los
cuales a su vez son los que inyectan el dinero
financiero en Wall Street, tanto en Washington como en Tel Aviv sus
funcionarios se aflojan sus corbatas.
Aunque
Francisco pareciera que no ha podido –pese a sus audaces intentos- cambiar
el Status Quo imperante en la ciudadela santa, lo cierto es que ha sido el más
revolucionario de los pontífices que han pasado por su puesto. Demasiado osado
para el Stablishment romano, hundido en el fango de la más terrenal
corrupción que cualquier hombre mundano vive por estos días.
Otro
detalle que no puede pasarse por alto es su condición de “jesuita”, un rango
que además de especial, encierra una larga tradición en sus conocimientos y
estudios sobre todo lo que haga tanto a los temas religiosos como de la
política terrenal. En resumen, el Papa
Francisco no es ningún tonto y su particular personalidad confrontativa lo
vuelve una molestia para los señores de los negocios y la muerte.
Y no
precisamente porque conmueva las almas de aquellos señores. Cuando un personaje
como el Papa reúne estas condiciones y muestra una personalidad firme ante los
eventos de la realidad, pone en riesgo el curso de los millonarios negocios que
se mueven en rededor de todo lo que tiene que ver con los intereses
geopolíticos de las potencias en los cuales, se ven inmiscuidos los más
retorcidos negocios como son el tráfico de drogas, el secuestro de niños para
usarlos como combatientes, prostitución o proveer órganos frescos y el tan
denunciado negocio de las armas.
Sin
lugar a dudas que las credenciales éticas y morales de Francisco son
impecables, pero se halla al frente de una organización que está repleta de
pecadores y vicios que la dejan expuesta a las retaliaciones y manipulaciones
que pueden conllevar a chantajes tanto económicos como políticos que ponen en
riesgo sus propia gestión, que vale la pena recordar, no ha estado exenta de
desagradables sorpresas.
La
última de aquellas ha sido sin dudas el escándalo del Consejo para la Doctrina
de la Fe que involucra al cardenal australiano George Pell, a Monseñor Capozzi y otro grupo de sacerdotes del Vaticano
agarrados in fraganti en una orgia de sexo gay y drogas que volvió a causar un
dolor de cabeza en Francisco quien no termina con las sorpresas desagradables a
las que tiene que explicar ante sus feligreses.
Aún
no ha trascendido como llegaron los Carabinieri a caer en el momento justo en
que se realizaba aquella fiesta negra, pero no caben dudas de que recibieron
una ayuda importante. Algunos están sospechando que la policía italiana fue
guiada por una fuente anónima que en realidad seria la cobertura de una agencia
de inteligencia exterior que, más que buscar hacer cumplir la ley, quería causar el efecto mediático que se ha
logrado y dejar al Vaticano y al Papa en un nuevo escándalo ¿Acaso ha sido con
la ayuda de los poderes molestos con el Papa?
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