EN DEBATE
“POLITICA DE LA MAGNOLIA”
Tras la celebración de la cumbre de Singapur entre Trump y Kim Jom Un aún hay dudas de quién fue el vencedor en la negociación ¿Hará falta un nuevo encuentro?
Por Charles H. Slim
Cuando el
presidente Donald Trump se subió al “Air Force One” estacionado en la base
aérea de Bagotville de Quebec, Canadá, sus asesores respiraron hondo y en voz
baja se dijeron “solo esperemos que no lo arruine”.
Y es que la personalidad
narcisista y petulante del presidente norteamericano ha probado que puede ser
mucho más dañina que una bomba; esto a cuento de la turbulenta reunión que tuvo
con los socios del G-7 que termino en un escándalo con el anfitrión y muchas
discusiones con sus socios europeos. En ese sentido, aquellos estaban muy
preocupados en lo que podría suceder en el próximo objetivo al que debía llegar
Trump.
El avión despegaba de Canadá con rumbo a Singapur donde Trump se
reuniría con el mandatario norcoreano Kim Jon Un con quien debería negociar la
desnuclearización de la península coreana a cambio del retiro de las sanciones
comerciales. Para ello, debería utilizar la seducción algo así como estar
dispuesto a –metafóricamente- entregarle un ramo de Magnolias, que es la
flor nacional de Corea del Norte. En resumen, Trump tenía la posibilidad histórica
de lograr el desarme de Corea del norte sin disparar un solo tiro pero, él no
es quien tiene la última palabra y además de ello cabe hacernos una pregunta
¿Le interesa a EEUU pacificar la región?
Como lo hemos dicho en varias oportunidades en las democracias
occidentales, el presidente no es quien realmente ejerce el poder y mucho menos
en la Unión americana. Solo es una mera figurilla representativa pero nada más.
En ese sentido Trump podría realizar sus acostumbradas y ampulosas actuaciones
que inmediatamente más tarde serían tiradas abajo por los planes de los
cerebros del Departamento de Estado y el Pentágono. Quienes decidirán en el fondo de la cuestión
serían el Secretario de Estado Mike Pompeo y el asesor de Seguridad Nacional John
Bolton quienes no son precisamente funcionarios moderados a quienes les
interese la paz. En este sentido el gobierno de Kim Jon Un deberá tener mucho
cuidado en no caer en una celada que pese a las formas legales y las sonrisas
de Trump, solo sean humo sobre el agua. En este mismo sentido el caso del
acuerdo de Irán y el grupo de los “cinco más uno” es tristemente referencial.
Cuando vimos como de la noche a la mañana la Casa Blanca decidió
deshacer el acuerdo firmado por Washington con Teherán por el tema del
desarrollo nuclear iraní, quedo claro que no es posible confiar en las palabras
si no se respeta la seguridad jurídica de lo oficialmente pactado.
Flota de submarinos china |
Igualmente para los intereses de la región el acercamiento ha sido
un paso positivo, tal como lo señalo el presidente ruso Vladimir Putin al
referirse al encuentro que tuvieron Trump y Kim Jon Un en Singapur el 12 de
junio pasado. Y ciertamente que lo es para Rusia que tiene sus intereses
estratégicos en la península. Para China esto también es un punto importante de
distensión pero, solo si ello tiene una resolución equilibrada que garantice la
integridad soberana de Pyongyang que a su vez garantizara la tranquilidad de
Pekín. Y es que los chinos tienen mucho que recelar de los estadounidenses
quienes además de estar enfrascados en una guerra comercial por las
restricciones impuestas por Washington, ven como su secta flota viene operando
con maniobras provocativas en el Mar Meridional.
Por otra parte, los estadounidenses tampoco han abandonado sus
intentos clandestinos de crear bolsones de descontento en regiones limítrofes
de China especialmente entre Nepal y la India, tratando de manipular las
diversidades étnicas y culturales que mediante programas con supuestos fines
humanitarios (USAID), lleven a crear a largo plazo situaciones pre
insurrecionales que más tarde trataran de pasar a estallar en pretensiones
independentistas que inmediatamente pasarían a ser reconocidas por Washington y
todos los países de la OTAN.
Pero estos intentos que vienen llevándose adelante desde hace años,
pueden encontrar un mejor marco con una Corea del norte con la guardia baja e
incluso con el peligro de ser cooptada y digerida políticamente por EEUU,
aunque ello no estaría exento de consecuencias.
Sobre esta situación geopolítica, Pyongyang no es ajena y el mismo
Kim Jon Un es muy consciente de la relevancia que ella tiene para que su país
pueda subsistir sin el peligro de tener que renunciar a sus principios
políticos de soberanía que se encuentran condicionados por las presiones que
ejerce Washington con sus sanciones comerciales y financieras que han tratado
de matar de hambre al pueblo norcoreano. También es consciente de la importancia que
tiene para China y aunque Pekín lo considere como un hijo problemático sabe que
es mejor que uno domesticado por un extranjero.
Desde el ángulo estrictamente legal la aplicación de sanciones de
carácter unilateral por parte de EEUU viene siendo un tema altamente
controversial ya que ¿Cuál es la legitimidad que se arroga Washington para
implementar medidas como esas contra una nación soberana? Como bien decimos, esto desde lo legal no
tiene ningún respaldo más que la de la fuerza militar con la cual puede
imponerse aunque en el caso de Corea del Norte ha sido precisamente su
perseverancia por fortalecer su defensa lo que ha permitido resistir el éste chantaje
que viene seguido de una puñalada, entonces ¿Será Kim Jon Un tan crédulo para
ceder ante las promesas de un país como EEUU que tiene un record de
bestialidades y que se ve signada actualmente por la megalómana personalidad de
su presidente?
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