jueves, 4 de julio de 2019



“PUTIN APUESTA A MÁS

Cuáles pueden ser las consecuencias del abandono unilateral de los Tratados INF por parte de EEUU y subsiguientemente de Rusia?


Por Charles H. Slim
Cuando en el mes de febrero pasado Donald Trump decidió sorpresivamente salir del Tratado INF (No Proliferación de Armas Nucleares) que prohíbe el desarrollo de misiles estratégicos de alcance corto y medio (Nucleares y/o Convencionales), dio una mala señal al mundo y en particular a sus socios rusos y chinos. En su momento el mismo presidente ruso Vladimir Putin critico esto y señalo que ello además de una locura, desataría una carrera armamentística con consecuencias regionales.  

El tratado prevé la posibilidad del retiro de los suscriptores  bajo fundamentos de circunstancias extraordinarios que deben ser argumentados, debidamente probados e informados con seis meses de antelación.  Los argumentos planteados por Washington refieren a “violaciones al mismo tratado” que en realidad jamás existieron. Esto se inscribe dentro de la extensa campaña propagandística de Washington que nutre a la corriente rusofoba que impulsan desde varios sectores de la administración Trump.

Por el contrario, quien había venido violando la letra de lo acordado era EEUU que durante años estuvo movilizando material e instalaciones a países del este de Europa con el fin de instalar bases de misiles de corto y mediano alcance ¿Qué paso entonces con lo acordado? No hace falta tener que recordar las acostumbradas incongruencias de Washington que son maquilladas por la maquinaria mediática occidental.

Un caso particular de estas violaciones fue, la cuestión de los misiles MK-41 que los EEUU instalaron en Rumania, lo cuales representan una amenaza seria e inmediata a la seguridad de las fronteras de las Federación rusa. Lo mismo con el caso del Escudo antimisiles en Polonia que en su debido momento el mismo presidente Vladimir Putin denuncio como violatorio del Tratado INF.
Misil Tsirkon en aación

A ello no hay que dejar de lado los intensos movimientos militares de la OTAN que a instancias de Washington han estado violando la ley internacional y los preceptos de la Carta de Naciones Unidas que prevén como una conducta sancionable, las potenciales acciones y despliegues que preludian una agresión sobre un estado soberano.

Algunos han especulado que la decisión de Trump de sacar a su país del INF firmado en 1987 respondió a fuertes presiones de los neoconservadores y sus aliados lobistas del Congreso estadounidense quienes resintieron el anuncio de Vladimir Putin allá por marzo de 2018 referente a los nuevos misiles de alcance ilimitado que dejaban inermes a sus sistemas antimisiles. Estos sectores recalcitrantes de la política norteamericana es tan extremista en sus posiciones que recuerdan a las viejas guardias del marxismo estalinista, que contrariedad, no?

Pese a los llamados a la cordura y las seguras gestiones del Kremlin para reencarrilar esta decisión, La Casa Blanca hizo oídos sordos a ello y hoy vemos sus consecuencias sin que llame a la reflexión a los funcionarios norteamericanos. El día miércoles 3 de julio se hizo público la firma del presidente ruso que promulga la  ley federal que autoriza a retirar oficialmente a la Federación rusa del Tratado INF, dejando en claro así, que si EEUU va emprender una carrea por la multiplicación de este tipo de vectores Rusia no se quedara atrás.

Aparentemente la decisión de EEUU atiende a una estrategia tendiente a multiplicar la producción de este tipo de misiles para contraestar la potencialidad de los sistemas convencionales rusos que se han visto incrementados a un nivel imprevisible con los nuevos vectores hipersónicos de largo alcance como el “Avangard” y el misil anti buque “Tsirkon”.

Tal como lo han estudiado los expertos norteamericanos, las fuerzas armadas estadounidenses no contarían con sistemas efectivos para contrarestar estas amenazas causando un verdadero tembladeral en los pasillos del Departamento de Estado, de Defensa y en el Pentágono. La única forma de detener un ataque con este tipo de vectores sería destruir sus plataformas de lanzamiento es decir, los buques, submarinos o camiones de lanzamiento algo que, realizado en forma previa y ex profeso sería tomado como un acto de guerra.

Estamos sin lugar a dudas en una nueva y peligrosa era que podría llevar a incidentes regionales en los que se vean involucrados el uso de este tipo de misiles de corto y mediano alcance que a los peligros de una escalada a nivel global, causaran gravísimas consecuencias humanitarias.

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