sábado, 6 de julio de 2019




“LA TRANSA EN JERUSALEN”

El arte de decir lo que no se hace ni se hará simulando hacerlo

Por Charles H. Slim
Hace una semana y lejos de la masiva publicidad mediática occidental, se llevó a cabo en Jerusalén una cumbre entre los representantes de la seguridad de EEUU, Rusia e Israel con el objeto de establecer los límites de injerencia de estos actores en los candentes temas del Medio Oriente. Como verán no hubo representantes árabes en dicha cumbre y ello es porque solo acudieron quienes cuentan con el poder real para imponerse en la región.

Las tratativas habían comenzado un mes antes cuando allá por mediados del mes de mayo a instancias de Tel Aviv, la administración norteamericana propuso a Moscú que dejaría a Bashar Al Assad en el poder pero a condición de que “los iraníes se retiren de Siria”. En esos momentos el Kremlin dio señales algo confusas sobre la situación de Irán en Siria pero en apariencias, le daba el respaldo a Teherán ante posibles agresiones de Israel. 

Esta postura se reiteró en apariencias en la cumbre trilateral de Jerusalén, pero sin conocerse el alcance de la letra chica de allí acordado.  Las inmediatas acciones hostiles sobre Siria lo demuestran. Como se puede ver, Israel no solo se entromete en los asuntos internos de los países vecinos sino que incluso se toma la libertad (sin la aplicación de sanciones) de llevar adelante acciones agresivas –tanto directas como solapadas- que cuestan daños materiales y víctimas civiles. Prueba de ello fue el reinicio el 31 de mayo de los bombardeos aéreos contra Siria justificándose que lo hace sobre objetivos “iraníes”.

Estos raids aéreos que se extendieron hasta la gobernación de Homs, pusieron en evidencia la abstención de las defensas de los sistemas “S-300” rusos que dejaron pasar y escapar a los F-16 israelíes. Esto daría lugar a creer que la voluntad expresada por Benjamín Netanyahu en el transcurso de la cumbre cuando dijo sonriente a sus interlocutores que  “todos nosotros estamos de acuerdo de sacar a Irán de Siria” es una cruda realidad a la cual, Moscú asintió.

Esta voluntad no tardo en materializarse y el 31 de mayo se lanzaron varios ataques aéreos sobre Siria. Ello también demostró que los aviones israelíes ya estaban preparados en tierra para su salida inmediata, apenas culminara la reunión, una táctica que no asombra conociendo la historia de las acciones sionistas en la región. Las fuentes informaron que el 1° de julio aviones israelíes lanzaron ataques sobre instalaciones en Damasco a las que Tel Aviv justifico como presuntos objetivos pertenecientes a las CGRI. Una vez más, Israel cometía otro abierto acto de guerra sin que el Consejo de Seguridad se expidiera y mucho menos tomara medidas al respecto.

Curiosamente y casi al mismo tiempo, en Iraq se denunciaban ataques contra instalaciones de petroleras en Basora y Al Zubair controladas por los estadounidenses. Muy convenientemente un mes antes, a mediados del mes de mayo, informes de la inteligencia estadounidenses hablaban de “la amenaza iraní”, algo que para muchos preanunciaban sorpresivos actos de violencia.

Los ataques en diversos sectores del país, dieron validez a esos informes y tras el ataque con un cohete “Katiusha” sobre la Zona Verde en Bagdad, profundizo aún más las versiones norteamericanas tendientes a acusar a Irán de estar promoviendo hostilidad contra su presencia.

Según el Departamento de Estado, estos ataques habrían sido llevados adelante por las milicias populares chiitas iraquíes aliadas de Irán, una posibilidad cierta pero no la única. No se debe olvidar que en Iraq parte de la resistencia contra la ocupación es de extracción chiita y no está alineada a las facciones pro-iraníes. Además no hay que perder de vista que tras la ocupación los estadounidenses y sus aliados construyeron y dejaron en la infraestructura de la administración que levantaron, quistes subterráneos que (compuestos por asesinos y criminales de todo tipo) operan en las agencias de inteligencia Mukhabarat que ellos mismos reclutaron y que entre otras cuestiones, se encargaban de realizar ataque falsos simulando ser parte de la resistencia nacional y perpetrar atentados en sitios públicos para crear enfrentamientos sectarios.

A la par de esto, se sucedían los sospechosos ataques contra los petroleros en el golfo que dejaron expuesta una clara (muy sofisticada y ensayada) operación de Falsa Bandera, una más en la larga lista de engaños tejidos por las administraciones norteamericanas y sus colegas externos.

De esta forma el Asesor de Seguridad neoconservador John Bolton, el asesor de Seguridad Nacional de Israel Meir Ben Shabbat y el Secretario del Consejo de Seguridad ruso Nikolay Petrushev se reunieron en la ciudad de Jerusalén en momentos que esa misma localidad y toda la región se ve convulsionada por la pulseada entre Israel, Siria e Irán. La postura israelí, apoyada en la acostumbrada victimización,  se basó en la amenaza iraní y su influencia en todos los frentes de la región, acusando a los asesores militares iraníes de estar fomentando la violencia contra el estado de Israel en Siria e Iraq.

Las especulaciones de Israel no asombran y mucho menos sus coincidencias con Washington. Esto ha venido sirviendo de excusa para que los aviones israelíes, violando las leyes internacionales, invada espacio aéreo de los países de la región (entre ellos del Líbano) para llevar adelante actos de guerra contra Siria, causando en el ámbito de la Asamblea de Naciones Unidas una fuerte tensión entre los miembros que se oponen a estos ilegítimos privilegios queriendo hacer respetar la Carta orgánica en forma igualitaria.   

Entre tanto en Siria, según observadores en el terreno, la aviación israelí pudo pasar libremente gracias a la inentendible pasividad de las defensas aéreas rusas que cubren la totalidad del territorio sirio; esto demuestra que algo se arregló tras bambalinas en aquella cumbre. Rusia habría tolerado mirar hacia otra parte siempre y cuando las acciones israelíes no afecten a sus unidades y personal en el terreno y a las fuerzas gubernamentales sirias. 

Los precedentes de Israel no garantizan esto y Vladimir Putin lo sabe bien salvo que haya una importante ventaja a explotar a favor de Rusia.
Por lo pronto, el supuesto acuerdo tácito de Rusia para que Israel pueda atacar objetivos iraníes en Siria con especial objetivo a la reelección de “Bibi” Netanyahu en las elecciones de septiembre, tendría otro trasfondo e incluso otro significado que se traduciría en que, los aviones israelíes pueden pasar y atacar sin la intervención de las defensas aéreas rusas (que no obstan a las sirias) pero de allí a querer expulsar a los iraníes del terreno, será otra historia.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario