“PERDIENDO EL CONTROL”
La liberación de los últimos cinco tripulantes
del avión venezolano de “Emtrasur” que aún quedaban retenidos por la justicia
argentina deja en claro que todo lo acusado era un gran invento de la
propaganda pro-israelí local
Por Pepe
Beru
Hace apenas unos días, la telenovela del
“avión-iraní” tuvo su capítulo final con la liberación de los últimos miembros
de su tripulación, no casualmente aquellos de nacionalidad iraní y todos ellos,
musulmanes. Hacemos incapié en esto último para no dejar pasar cual fue el
motivo central y quiénes fueron los instigadores para fabricar todo este
episodio inflado por los medios porteños.
En Argentina existe una
corriente política cada vez más influyente inspirada por el Sionismo político emanado
desde Israel que hace tiempo viene insertándose en los estamentos políticos
tanto de los oficialismos como de la oposición. Este sector que milita la causa
pro-Israel y que implican sentimientos arabofobos e islamofobos no dudo en
lanzar una andanada de todo tipo de infundios e historias en rededor del avión
de la empresa venezolana “Emtrasur” que fue retenido el 11 de junio pasado
acusándolo de formar parte de una supuesta “operación terrorista” teniendo como
único argumento, la presencia de ciudadanos iraníes entre sus tripulantes.
Para cualquier observador
imparcial, esta postura exuda una notable tendenciosidad que caracteriza a ese
venenoso racismo que destaca a estos sectores. Bajo el argumento falso y
repetido hasta el hartazgo por algunos medios (de sospechosa credulidad) acusando
-sin pruebas- a la República Islámica de Irán de los atentados de 1992 y
1994 en Buenos Aires en realidad tratan de disimular el activismo político que
llevan adelante en beneficio de la ambiciosa agenda geopolítica del estado de
Israel que se interrelaciona íntimamente con el imperialismo estadounidense.
La apresurada intervención
de los organismos como la AMIA y la DAIA solicitando ser parte querellante en
la causa penal para presionar al gobierno de que se retuviera el avión y a sus
tripulantes bajo suposiciones notoriamente discriminatorias, solo cuadraban a
los intereses de Israel. Así los medios capitalinos al compás de estos
intereses, hicieron una novela islamofoba buscando crear sospechas que
secundaran las presiones de la embajada israelí. A partir de allí se hablaría
de toda clase de imbecilidades bastando en algunos casos para calificar de
terroristas a los tripulantes, tener uno de ellos en su teléfono celular fotos
de la Guardia Revolucionaria y de Hesb´allah develando ese actuar de “policía del
pensamiento”. Pese al intento, eso no bastaba para la pretensión y era cuestión
de tiempo que la causa se cayera. Esto quedo claro con el correr de los meses y
fue así que se fueron liberando a los tripulantes de a tramos dejando para lo
último -y por intensas presiones de Tel Aviv- a los iraníes, a quiénes
Israel quería retener.
La insidia que también
demuestran contra los venezolanos viene de hace tiempo, cuando Hugo César
Chávez condeno a Israel por los crímenes contra los palestinos y se acercó como
nadie en la región a su situación. Los sionistas jamás perdonaron eso y a partir
de entonces estuvieron muy activos apoyando todas las intrigas tejidas desde Washington
y por personajes como Juan Guaildo.
En los cansinos
argumentos de los sionistas locales, “los iraníes eran sospechosos de
terrorismo” por el solo hecho de su nacionalidad. Pero lo que nunca dijeron los
medios y siempre obvian aclarar es que hay un latente estado de guerra entre
Irán e Israel lo que da un contexto muy diferente a lo pretendido por esas
voces parciales.
No hay que perder de
vista cuáles son las reales intensiones que se esconden detrás de estas
parodias. Bajo el argumento victimista y falso de que Irán pone en peligro la
subsistencia de los judíos del mundo tratando en algunos casos de conectarlo
con el holocausto, los sionistas han estado tratando de alinear en sus filas a
partidarios en los gobiernos de occidente para que sirvan de colchón a sus
propios juegos políticos.
A Israel no le molesta
una supuesta amenaza iraní a su subsistencia (máxime cuando posee armas
nucleares), sino que Teherán desde 1979 viene condenando de forma permanente y
sin dobleces la situación de ocupación sobre Palestina e incluso ha sido un
actor inspirador y comprometido en el nacimiento y apoyo a la resistencia
islámica liderada por el Partido de Dios libanés “Hesb´allah” para detener su
expansionismo.
En este sentido Israel a
través de sus organizaciones alrededor del mundo no ha escatimado en acciones
de toda índole por tratar de aislar a Irán del mundo. Desde operaciones de
propaganda y guerra psicológica dirigidas a manipular a la opinión pública de
occidente con una muy enfocada direccionalidad sobre el continente americano,
con particular intensidad en la Argentina y Brasil, hasta acciones criminales y
terroristas contra personas y funcionarios iraníes para tratar de destruir la
capacidad intelectual y científica del país persa pone en perspectiva la
naturaleza cruenta y sigilosa de la estructura ideológica sionista.
Como parte de esta
estructura el Mossad y sus células alrededor del mundo son centrales para
llevar adelante ese tipo de hechos. Con tácticas y métodos tan siniestros como
letales pueden fabricar situaciones y hechos desagradables para hacerlos ver
como si hubieran sido cometidos por manos árabes-islámicas. Hoy en Irán existe
una agitación que el gobierno iraní ha denunciado estar siendo dirigida por
Israel pero que en occidente y desde los medios se presenta como espontánea y
nacida por la brutalidad de los Ayatolas.
La desaparición de la
atleta iraní Elnaz Rekabi podría estar inserta en una de estas operaciones de
desinformación canalizadas por medios (demasiado evidentes en sus tendencias) como
“IranWire” y la “BBC” o en el peor de los casos algo más sucio ejecutado por matones
contratados por el Mossad con intensión de que recaigan las culpas sobre
Teherán.
Durante décadas hubo un
cerrado y muy discreto encubrimiento de los medios occidentales (ni que hablar
de los argentinos) sobre los antecedentes de las acciones israelíes en el
exterior que no se diferencian en nada en simples y llanos ataques terroristas.
Incluso algunos personajes que se podrían denominar como ultra sionistas (que
suelen ser no judíos) vanaglorian estas acciones criminales como si fueran parte
de una mística divina.
La ignorancia que
existe en Argentina sobre esto es impresionante y ello es funcional para
fabricar casos como los del avión venezolano. A tal grado llega este desconocimiento que hay
representantes de sectores de la política nacional que hablan de esta agencia
como si fuera la “interpol”. En la cabeza de algunos funcionarios (no de
aquellos que se hacen los tontos) sigue existiendo el concepto errado de que el
Mossad es una “agencia que trabaja para la ley” demostrando que no solo
desconocen su origen y sus acciones sino, las funciones que llevan a cabo
organizaciones como esa.
La pata que ayuda a
mantener esa estupidez conceptual y a su vez ocultar las aberraciones contra
los derechos humanos que comete el Mossad es el empresariado de medios, harto
comprometido con la ideología sionista lo que le reporta ganancias, una
cobertura política y la posibilidad de seguir creciendo en los negocios.
Pero en lo que hace a
las actividades políticas de Israel en el exterior, quienes revisten una
importancia estratégica son sus lobbies o grupos de presión, imprescindibles
para sostener la imagen y geopolítica de un estado que cada día está más
cuestionado por su comprobada brutalidad y segregacionismo de Apartheid. Para
esos menesteres se invierten miles de millones de dólares al año y es el grupo
de presión estadounidense AIPAC el más poderoso e influyente en la política
exterior de los EEUU.
En Argentina no existe
una organización de semejante poder pero, los sionistas locales hace tiempo que
están en tratativas para que sus socios del norte les den una ayuda que
posibilite parir una estructura similar que, sin dudas y con la debilidad institucional
que de continuo acusa el estado argentino sería rápidamente cooptado por ese organismo.
Por lo pronto y valiéndose de los medios y de algunos intelectuales para inflar
situaciones como el avión, siguen tratando de demonizar a Irán y a quienes no piensen
como ellos.
Desde que se sucedieron
los atentados en Buenos Aires, la militancia sionista local fue tomando más
contacto con la agenda del estado de Israel quien ha jugado junto a Washington,
un papel distorsivo en las investigaciones sobre cada uno de esos eventos. En
la vereda de en frente se sitúan una parte de los familiares de los muertos en
la AMIA quienes desde el día uno, solo buscaron la verdad sobre lo sucedido y
no se prestaron a los intentos de ser usados por estos intereses. Precisamente
y a la saga de ello, las diferentes gestiones en Tel Aviv y obviamente en
Washington, tras inmiscuirse en las actuaciones judiciales (en especial desde
2006 con la presidencia de Kirchner) no pararon de impulsar sus propios
pareceres aportando informes con hipótesis de dudosas fuentes en cuanto a
quiénes habrían sido los autores y el medio utilizado centrándose en acusar a
Irán.
En lo referente al avión venezolano ilegalmente retenido por las autoridades argentinas además de un bochorno que demuestra la subalternidad existente, es un capítulo más de la influencia de este sector que está buscando en los referentes y partidos políticos de la centro derecha nacional, encontrar su rinconcito seguro desde donde florecer.
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