sábado, 24 de diciembre de 2022

“EMPARCHANDO EL RELATO”

Cómo algunos medios y periodistas argentinos participan en la propaganda atlantista contra Rusia plagada de inexactitudes, omisiones y ocultamientos

 

Por Javier B. Dal

El invierno ha llegado a Ucrania y antes de que la nieve haga imposible transitar las extensas planicies del este para abastecer a los bunkers que bordean al Donbass, Volodymyr Zelensky y un sequito de sus personeros con escolta armada de estadounidenses y británicos partió a Washington para solicitar más armas y dinero pero también, para hacer una de las tan conocidas y coloridas propagandas que los medios estadounidenses tanto gustan de realizar.

Mientras esto sucede, silenciosa y modestamente equipos de periodistas argentinos de medios adeptos al relato tendencioso y reduccionista de Washington y por ende de la OTAN, viajaban a Ucrania para instalarse en un piso de Kiev y desde allí (bajo un estricto y democrático control) hacer un especial de navidad. Son parte de una corriente ideológica que viene creciendo en el país. Casualmente son los mismos que respaldan las agresiones de EEUU sobre Venezuela, que revelan su venenosa islamofobia cuando hablan del mundo árabe-islámico y en particular de Irán y en esa línea, ya no disimulan su ferviente sionismo que les obliga a cerrar la boca ante las continuadas y bien documentadas bestialidades del régimen sionista sobre la población palestina.

Como era de esperar, el viaje no podía estar ajeno a comentarios y puntos de vista claramente ensalzantes a la figura del comediante ucraniano, un judío askenazi al frente de un régimen integrista filonazi, este último hecho pasado por alto en sus incisivos relatos.

Es lamentable hasta donde llegan algunos por estos lares para tratar de encajar y agradar a la mirada de Washington cuando como medios de un país “neutral” deberían atenerse a los hechos con un sentido crítico sin colocarse en un bando determinado.  

Pero en Argentina esto es muy común. Hablar a la ligera y la opinión infundada son parte de una disociada y neurótica idiosincrasia argenta. Hoy como dice el tango de Discépolo: “Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor Ignorante, sabio. chorro”. Los anglófilos y los simpatizantes de la política estadounidense, descarados militantes de la desmalvinización son un componente importante tanto en el negocio de los medios como de la actual política partidaria nacional, con especial preponderancia en los partidos de oposición quienes, como una forma de identificarse con sus admirados próceres anglos, se presentan como “republicanos liberales”. Igualmente hay que dejar aclarado, que quienes hoy -y supongamos que así fuese- gobiernan en nombre del peronismo, hace tiempo que no representan nada de lo que alguna vez fue la ideología de ese movimiento y solo se han dedicado a la administración de un estado caótico.

Al escuchar solo a uno de estos “periodistas”, quienes tras haber estado en Kiev al comienzo de la Operación Especial allá por el mes de marzo, como si hubieran sido testigos de la totalidad del escenario, dan una visión parcializada, monolítica y anodinamente simplona de la realidad del conflicto que pretenden sostener con fuentes ucranianas que llaman amigas. Estos “informadores” que rayan el calificativo de alcahuetes comienzan su relato con un serio defecto en el discurso narrativo al hablar de la “invasión rusa” y de la guerra de “Ucrania contra Rusia” sin advertir que hay como base y origen de esta desgracia un choque entre los mismos ucranianos que desde hace años fue instigado desde EEUU y la UE.

Y la estupidez discursiva de estos periodistas no se detiene ahí. Estos lameculos no reparan en ser tan obsecuentes con lo bajado desde el norte que exageran al punto de meter la pata con comentarios tales como “la democracia ucraniana”, “no hay disidencia interna” y tal vez lo más errado de sus afirmaciones al decir que “Rusia fracaso en invadir a Ucrania”.

Más allá de su notoria parcialidad, devenida de su anglofilia y gustosamente atlantista, su chupamedismo demuestra una gran ignorancia sobre las raíces contemporáneas del conflicto. Al referirse a la “democracia ucraniana” ese periodista debería estar al tanto que en Kiev rige la ley marcial y en la cual, las bandas neonazis (Azov, Pradvy Sektor, C14 entre los principales) han estado arrestando y desapareciendo a todos los que puedan ser sospechados de simpatizar con Rusia. Incluso varios funcionarios del mismo régimen han sido arrestados por emitir “sospechosos comentarios” en favor de Rusia. Con esto último queda aclarado porque no hay disidencia. Siguiendo con esto, la prohibición del idioma, cultura y los libros en ruso no puede ser más significativo de un régimen filo nazi y ni hablemos de las detenciones de sacerdotes ortodoxos como parte del plan de “desrusificar”. Si si, una democracia al mejor estilo angloestadounidense.

Sobre lo que afirman de que Rusia fracaso en invadir Ucrania, esto refuerza la terrible tara a la que se ven afectados ya que, nunca fue el objetivo ocupar Kiev sino en ejecutar una misión con dos objetivos bien determinados: Desnazificar y desmantelar la amenaza que el régimen integrista basado en la ideología ultraderechista de Stephan Bandera representa para los ucranianos rusofonos del Donbass y para la misma Rusia.

Pero ¿Qué saben estos periodistas de la historia y la etnografía en esta región más allá de la basura informativa y la intoxicación de los Mass Media occidentales? Por lo que expresan, nada, aunque eso poco importa dado que a ellos no les interesa la verdad.

Para estos empleados de la OTAN, no hay ucranianos rusofonos no existieron ni existen las aberraciones que desde el golpe de estado de 2014 los ultranacionalistas apoyados por mercenarios de la CIA y el MI6 han venido implementando contra los pobladores ucranianos del Donbass. Como desde sus micrófonos puede decir cualquier sandez, todo este entramado es desconocido por la opinión pública argentina reforzando así la intoxicación informativa que se ejerce contra Rusia.

Otro de los argumentos que han estado divulgando es el menosprecio a las capacidades del ejército ruso señalando supuestas cifras de bajas, deserciones, inconductas en las tropas, la invencibilidad e infalibilidad de las armas estadounidenses y la presunta inquebrantable moral de las tropas ucranianas. Tal vez estos alcahuetes no estén en conocimiento de la involuntaria filtración de la presidenta de la Comisión Europea Ursula Von Der Leyen que hace más de tres semanas atrás (el 30 de noviembre) en momentos que trataba de crear otro capítulo en la extensa propaganda anti rusa, dejo entrever torpemente con las cifras de bajas militares de Kiev, la literal aniquilación del ejército ucraniano.

La ciudad de Kiev que vieron en marzo estos corresponsales no es la misma de hoy. Ha cambiado mucho y el régimen ha endurecido su vigilancia policial a niveles asfixiantes. La paranoia y el miedo domina a los jerarcas del régimen y para ellos todos son sospechosos. El internet está absolutamente bajo control de la OTAN y cualquier mensaje que ose ir contra el relato del régimen será seguido de una inmediata detención y puesta a disposición de los democráticos interrogadores pagados por la CIA. Tal vez este viaje les sirva a estos supinos ignorantes para que abran los ojos y ver lo que realmente esta ocurriendo y que como primera advertencia de ello vean que no es el payaso Zelensky quien comanda el régimen o se parapeta en las primeras líneas del este sino, un órgano militarizado a cargo de otros funcionarios quienes, bajo la estrecha supervisión de asesores y militares estadounidenses y británicos, son quienes realmente sancionan y aplican los decretos marciales de la “democracia de Kiev”.

  

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