miércoles, 8 de marzo de 2023

 

“EL LADO EQUIVOCADO”

Pelear una guerra ajena es parte de la vida de los mercenarios. En el bando ucraniano hay mercenarios argentinos que sin saberlo están sirviendo a la OTAN ¿Cuánto sale vender tu alma al diablo?


Por Javier B. Dal

No hay peor cosa en la vida que aquellos que desprecian sus orígenes y olvidan a sus enemigos. Este breve introito que no pretende ser un principio filosófico está dedicado a esa parte de los argentinos que hablan ligeramente de lo que ocurren en Ucrania como una verdad consagrada.

Sabemos bien quienes son los medios que dan una versión pro-Zelensky y que lo único que están haciendo es refrendar el lineamiento político de Washington y la OTAN. Ello no representa una sorpresa dado que son sectores de la intelectualidad, la política partidaria y los medios históricamente cercanos y simpatizantes del universo angloestadounidense. Son los mismos patéticos aduladores y justificadores de la idea de ingreso a ese “primer mundo” de la era menemista que bajo la cándida creencia de que (por apoyar bélicamente) participarían en el fabuloso negocio de la “reconstrucción” de Kuwait, metieron al país en la Coalición Aliada de 34 países contra Iraq.

Son los más fervorosos seguidores de esa maniquea y artificiosa antinomia “civilización y barbarie” que no es otra cosa que un canto al occidentalismo anglosajón que levanto su progreso y prosperidad económica a punta de cañón contra aquellos pueblos de tez morena y costumbres ajenas a la cultura europea. Son los europeos berretas, que viven preconizando las (para ellos) grandezas del mundo europeo occidental metiendo a cada instante su ascendencia y raíces de ese mundo “perfecto” que les considera de segunda o “sudacas”.

Para estos estropajos Rusia, toda el Asia (con especial desprecio a China) y ni hablemos del mundo árabe-islámico, son lugares extraños, nebulosos y por ende, peligrosos para una cultura autoproclamada “judeo-cristiana”, faltando decir que son demasiado puros y blancos para tener relación con los seres humanos de aquellos remotos y extraños lugares. Los mismos que como los sionistas más revulsivos -que a veces ni siquiera son judíos- califican despectivamente a los árabes palestinos de “negros” y “ratas” que pueden matarse sin culpa alguna.

Con esto surge evidente, un prejuicio determinante de los puntos de vista de una situación y una ignorancia supina sobre lo que hoy sacude a Eurasia y en este sentido podemos preguntarles ¿Qué carajos saben de la historia y la etnografía del Donbass y la lucha de sus habitantes para sobrevivir a manos de un régimen integrista?

Vemos como desde los medios conservadores se habla religiosamente de la “invasión rusa” relegando del discurso todos los antecedentes y la evolución política de Ucrania bajo el influjo de Washington y Bruselas.

Para estos charlatanes autoproclamados como “liberales republicanos” y cruzados por la democracia, su fidelidad a este discurso va más allá del fetiche democrático con el que se reconocen con EEUU; su lealtad paga sus impuestos y sus estilos de vida. Son como los simples y utilizables mercenarios que sin cesar el Pentágono, la CIA y el Ministerio de Defensa británico reclutan (especialmente extremistas de ultraderecha y neonazis europeos) y envían a la picadora de carne en el este de Ucrania ¿Van por la democracia, la libertad o la patria?

Cuando un equipo de la empresa de noticias TN viajo a Ucrania a finales del mes de diciembre pasado llegando al frente en una parte de la localidad de Zaporiye, pudieron descubrir que entre la tropa de soldados de las FAU había mercenarios extranjeros y entre ellos tres argentinos quienes manteniendo el anonimato mandaron saludos a sus familias en Argentina. Como era de esperar, estos tres retirados del ejército argentino compartían el bando con otros mercenarios extranjeros, muchos de ellos estadounidenses y británicos con lo cual muchos se preguntan ¿Qué haces peleando codo a codo con nuestros enemigos?

Para los desmemoriados es importante hacerles una breve pero puntual revisión histórica de dónde estuvimos en cierto momento de nuestra historia y a donde pretendemos ir. El 1982 Argentina lucho una guerra desigual contra Gran Bretaña y la OTAN y los efectos jurídicos de negociaciones humillantes pactadas a la sombra de la clandestinidad y muy lejos de que la población argentina supiera de que se trataba, el gobierno de Carlos S. Menem cedió su soberanía nacional en los Tratados de Madrid de 1989 y 1990 los cuales deben saber, aún siguen vigentes y marcando a fuego la situación del país.

Tal vez la decisión de cada uno de estos hombres no tercie en estos escrupulosos antecedentes históricos y mucho menos les importe que esos “casacas rojas” de alma (como John Harding y otros que ya no la pueden contar) con los cuales comparten armas muchos de ellos fueron parte de las fuerzas armadas de “Su majestad” imperial que mato a sus camaradas, dignos ciudadanos argentinos que derramaron su sangre para que la causa por la que pelearon no quede en el olvido.

La inconsecuencia es comparable como la de los mercenarios israelíes que cooperan en las sombras con estadounidenses, británicos y canadienses proveyéndoles equipo y entrenamiento a las milicias ultranacionalistas y nazi ucranianas como “Azov” y “Aidar” ¿Eso es una casualidad? Para nada, solo es un episodio más en las turbias relaciones de estos actores y de toda la catarata de basura que se cierne en lo que sucede en Ucrania y tal vez la más destacada en este escenario sea un judío askenazi como Zelensky que entronado como presidente, es protegido por bandas nazi ¿Alguna explicación para esto?

Solo se trata de relaciones que siempre estuvieron allí y que hoy salen a la luz por la velocidad, multiplicidad y masividad de los medios que una persona dispone para ventilarlos.

El gobierno estadounidense mediante la USAID y la Subsecretaría de Estado para Asuntos Europeos y Eurasiáticos presta públicamente su apoyo político a estos grupos integristas tal como se vio en el evento convocado el 25 de febrero por Samantha Power y Karen Donfried en el Monumento a Lincoln ¿Qué tienen en común Abraham Lincoln con el neonazi Stepan Bandera? Por qué deberíamos asombrarnos de estas cuestiones cuando Hillary Clinton en 2012 se reunía con los jefes yihadistas entre los cuales estaban los de “Al Qaeda” en Libia o contemporáneamente en 2013, el senador John Mc Cain se reunía con los cabecillas que asolaban Siria entre ellos quien sería conocido como el jefe del ISIS, “Abu Bakr Al Bagdadi”.  Aunque en occidente y en particular en Argentina escondan bajo la alfombra estas graves inconsecuencias, ya es un asunto conocido vergonzoso y molesto que muchos cuestionan a Tel Aviv por estas complicidades.

Como hemos estado viendo, el régimen de Zelensky se sustenta por el dinero que el occidente colectivo envía. Lo mismo sus mercenarios tanto los armados como los mediáticos, todos ellos prestan sus servicios por dinero no por la libertad ni la democracia y son pagados en efectivo con ese mismo dinero que sacan de los impuestos de sus ciudadanos a quienes les hacen pagar con la inflación y una crisis energética por este jueguito geopolítico ¿Qué tienen para decir los filósofos del artificio pro-angloestadounindese?

Para los mercenarios argentinos, una paga de 900 hasta 3000 dólares mensuales es un botín jugoso claro, si logran sobrevivir, pero igualmente no alcanza ni en lo más mínimo para justificar pelear del lado de quienes mantienen ocupadas las islas del atlántico sur. Pero considerando todas las opacidades del bando al que le prestan sus brazos y su aparente simpatía ideológica por aquellos, no hay duda de que ellos están bien donde están.

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