DEMOCRACIA ARGENTA
Con una larga historia de contrariedades en materia de política exterior
¿Cuál será la orientación geopolítica de la Argentina después de las elecciones
de diciembre?
Por
Javier. B. Dal
La
Argentina no escapa a la actual caótica dinámica socio-política que vive el
mundo y en particular del hemisferio occidental. Políticos que dicen una cosa y
hacen otra muy diferente es algo que hemos visto con pasmosa asiduidad en la
“democracia argentina”, pero hoy el marco global en la que este sistema se
desenvuelve ya no tiene los condimentos geopolíticos que permitían alineamientos
ciegos y hasta obscenos con los regentes del hemisferio. Graficando sería algo
así como, políticos colgando de hilos muy delgados sin un piso firme (como lo
eran las influencias de EEUU y la UE) para acomodarse al momento. Hoy EEUU no
tiene el mismo poder y la influencia que tuvo en la época menemista y sus
funcionarios están mucho más preocupados con sus asuntos contra Rusia y China.
Para la
sécula de liberales y cuentapropistas, autopercibidos como demócratas puros quienes
(además de sermonear a los demás por creerse superiores) no son más que
chupamedias de las embajadas anglosajonas y del estado de Israel estos son su
única esperanza de ganar algún sitial en las próximas elecciones. En este
espectro se alinean Larreta-Morales y toda la tropa que los secunda. Para ello
las visitas, entrevistas y las reuniones con representantes de estas
representaciones nunca han estado más álgidas.
Lo mismo
sucede con los supuestos antagonistas de un gobierno tan huérfano de identidad
como opaco ideológicamente que en los papeles se dice peronista. Aunque esto
último es algo inexistente, los estafadores lo usan como un sello de goma. Quedará
para la historia develar ¿Qué carajo fue el gobierno de Alberto Fernández y
Cristina Fernández? La respuesta que me atrevo a adelantar es “ni chicha ni
limonada” aunque como ya vimos, siempre del lado del poder.
Aquí no
preocupan las instituciones ni menos aún la tan hablada democracia. La
prioridad es otra. Corre peligro el negocio de la partidocracia, el control de
las arcas estatales y es una preocupación que va de derechas a izquierdas
siendo el medio de este imaginario dial una párvula de estafadores y
charlatanes camaleónicos que presentándose como el “camino del medio”, son
meras mutaciones de ideologías inexistentes. En el se ubica ineludiblemente los
llamados “libertarios”, otra marca importada desde el norte que no es otra cosa
que una estafa semántica que encubre a lo más rancio de los partidarios del sistema
financiero con anclaje en Wall Street y La City londinense.
Las
candidaturas han quedado cristalizadas y aunque a muchos les llame la atención
el grado de pragmatismo (para no decir panquequismo) que revelan sus personalidades
y fórmulas, no es algo nuevo por acá. Todos, incluyendo a los medios,
empresarios, los jueces y otros sectores influyentes especialmente interesados
en la estabilidad económica-ganancial, se alinean por el candidato más
conveniente para cubrir sus expectativas. Quien está a la cabeza de ellas es el
ministro “abogado” Mazza, un diletante y arribista de larga prosapia que hoy es
candidato oficial preferido a la presidencia por los banqueros
angloestadounidenses, quise decir del ¿Kirchnerismo?
Massa ha
roto todos los esquemas de la credibilidad y la caradurez siendo sin duda un
representante preclaro de la política argentina y es por ello no asombra su
designación.
Más allá
del desafortunado espectáculo de CFK tratando de manipular a quienes la veían junto
a Massa presentándolo como “el referente” con un avión con una historia negra a
sus espaldas (y que traerlo de EEUU costo 4 millones de dólares), nadie sabría
interpretar cómo deben los argentinos entender ese mensaje ¿Acaso es una velada
advertencia a quienes no apoyen al ungido podrían ser arrojados desde un avión
como este?
Desde lo
geopolítico, el espectro electoral presenta dos posiciones (aunque nada
novedosas) bien claras. Los partidarios de la visión unilateralista
angloestadounidense y aquellos que bregan por el multilateralismo empujado
desde oriente, más precisamente por China y Rusia. En el primer caso, los
autoproclamados cruzados por la democracia cuentan con un apoyo político real de
los polos de poder a los que responden, algo que sus oponentes no tienen con la
inmediatez de aquellos.
Si fuera
posible que el candidato de CFK, Sergio Massa lograse imponerse en las próximas
elecciones (algo que es muy posible), su política exterior sería una continuación
muy mesurada y hasta diluida de las relaciones tímidamente iniciadas con China
y Rusia, dándole mayor relevancia a Washington y Tel Aviv repitiendo las tan
acostumbradas y nada nuevas relaciones de vaivén en las alternadamente Buenos
Aires se mueven espasmódicamente más por ideologías, intereses económicos
sectoriales y prejuicios inherentes a estos caucus políticos que por intereses estratégicos
del estado.
Esto se vio
en épocas de CAMBIEMOS con Macri a la cabeza, por una evidente cercanía a las
esferas anglosajonas, se profundizaron las injerencias de estos actores dentro
de las esferas gubernamentales en sitiales altamente sensibles para la
soberanía de un estado (Seguridad y Fuerzas Armadas). Un gobierno de Patricia Bullrich
o Larreta significará la profundización de estas injerencias y sin dudas la
colocación del país en un bando de la actual guerra en Europa que, considerando
la no ocultada participación de la OTAN en Ucrania y sus continuas
provocaciones para extenderla en el tiempo, puede llegar a una conflagración a
nivel global. Y si esto pasara ¿Quién salvará a la Argentina?
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