miércoles, 28 de junio de 2023

 

 DEMOCRACIA ARGENTA

Con una larga historia de contrariedades en materia de política exterior ¿Cuál será la orientación geopolítica de la Argentina después de las elecciones de diciembre?

 

Por Javier. B. Dal


Tras el cierre de las fórmulas para las próximas elecciones en la Argentina, hay muchas opciones en danza que simulan ser antagónicas y hasta en algunos casos revolucionarias, pero en realidad no es así. Todos, de algún modo (y algunos de cualquier forma), se acercarán afectuosamente a Washington.

La Argentina no escapa a la actual caótica dinámica socio-política que vive el mundo y en particular del hemisferio occidental. Políticos que dicen una cosa y hacen otra muy diferente es algo que hemos visto con pasmosa asiduidad en la “democracia argentina”, pero hoy el marco global en la que este sistema se desenvuelve ya no tiene los condimentos geopolíticos que permitían alineamientos ciegos y hasta obscenos con los regentes del hemisferio. Graficando sería algo así como, políticos colgando de hilos muy delgados sin un piso firme (como lo eran las influencias de EEUU y la UE) para acomodarse al momento. Hoy EEUU no tiene el mismo poder y la influencia que tuvo en la época menemista y sus funcionarios están mucho más preocupados con sus asuntos contra Rusia y China.

Para la sécula de liberales y cuentapropistas, autopercibidos como demócratas puros quienes (además de sermonear a los demás por creerse superiores) no son más que chupamedias de las embajadas anglosajonas y del estado de Israel estos son su única esperanza de ganar algún sitial en las próximas elecciones. En este espectro se alinean Larreta-Morales y toda la tropa que los secunda. Para ello las visitas, entrevistas y las reuniones con representantes de estas representaciones nunca han estado más álgidas.

Lo mismo sucede con los supuestos antagonistas de un gobierno tan huérfano de identidad como opaco ideológicamente que en los papeles se dice peronista. Aunque esto último es algo inexistente, los estafadores lo usan como un sello de goma. Quedará para la historia develar ¿Qué carajo fue el gobierno de Alberto Fernández y Cristina Fernández? La respuesta que me atrevo a adelantar es “ni chicha ni limonada” aunque como ya vimos, siempre del lado del poder.

Aquí no preocupan las instituciones ni menos aún la tan hablada democracia. La prioridad es otra. Corre peligro el negocio de la partidocracia, el control de las arcas estatales y es una preocupación que va de derechas a izquierdas siendo el medio de este imaginario dial una párvula de estafadores y charlatanes camaleónicos que presentándose como el “camino del medio”, son meras mutaciones de ideologías inexistentes. En el se ubica ineludiblemente los llamados “libertarios”, otra marca importada desde el norte que no es otra cosa que una estafa semántica que encubre a lo más rancio de los partidarios del sistema financiero con anclaje en Wall Street y La City londinense.

Las candidaturas han quedado cristalizadas y aunque a muchos les llame la atención el grado de pragmatismo (para no decir panquequismo) que revelan sus personalidades y fórmulas, no es algo nuevo por acá. Todos, incluyendo a los medios, empresarios, los jueces y otros sectores influyentes especialmente interesados en la estabilidad económica-ganancial, se alinean por el candidato más conveniente para cubrir sus expectativas. Quien está a la cabeza de ellas es el ministro “abogado” Mazza, un diletante y arribista de larga prosapia que hoy es candidato oficial preferido a la presidencia por los banqueros angloestadounidenses, quise decir del ¿Kirchnerismo?

Massa ha roto todos los esquemas de la credibilidad y la caradurez siendo sin duda un representante preclaro de la política argentina y es por ello no asombra su designación.

Más allá del desafortunado espectáculo de CFK tratando de manipular a quienes la veían junto a Massa presentándolo como “el referente” con un avión con una historia negra a sus espaldas (y que traerlo de EEUU costo 4 millones de dólares), nadie sabría interpretar cómo deben los argentinos entender ese mensaje ¿Acaso es una velada advertencia a quienes no apoyen al ungido podrían ser arrojados desde un avión como este?

Desde lo geopolítico, el espectro electoral presenta dos posiciones (aunque nada novedosas) bien claras. Los partidarios de la visión unilateralista angloestadounidense y aquellos que bregan por el multilateralismo empujado desde oriente, más precisamente por China y Rusia. En el primer caso, los autoproclamados cruzados por la democracia cuentan con un apoyo político real de los polos de poder a los que responden, algo que sus oponentes no tienen con la inmediatez de aquellos.

Si fuera posible que el candidato de CFK, Sergio Massa lograse imponerse en las próximas elecciones (algo que es muy posible), su política exterior sería una continuación muy mesurada y hasta diluida de las relaciones tímidamente iniciadas con China y Rusia, dándole mayor relevancia a Washington y Tel Aviv repitiendo las tan acostumbradas y nada nuevas relaciones de vaivén en las alternadamente Buenos Aires se mueven espasmódicamente más por ideologías, intereses económicos sectoriales y prejuicios inherentes a estos caucus políticos que por intereses estratégicos del estado.

Esto se vio en épocas de CAMBIEMOS con Macri a la cabeza, por una evidente cercanía a las esferas anglosajonas, se profundizaron las injerencias de estos actores dentro de las esferas gubernamentales en sitiales altamente sensibles para la soberanía de un estado (Seguridad y Fuerzas Armadas). Un gobierno de Patricia Bullrich o Larreta significará la profundización de estas injerencias y sin dudas la colocación del país en un bando de la actual guerra en Europa que, considerando la no ocultada participación de la OTAN en Ucrania y sus continuas provocaciones para extenderla en el tiempo, puede llegar a una conflagración a nivel global. Y si esto pasara ¿Quién salvará a la Argentina?    

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