jueves, 15 de junio de 2023

 

LA PAZ ES POSIBLE

Hoy la guerra que se desarrolla en Ucrania entra en una fase crítica y ella es la de quienes buscan seguir con ella contra los que buscan la paz


Por Charles H. Slim

Los bombardeos indiscriminados contra emplazamientos urbanos es algo que nadie puede acostumbrarse y los habitantes del Donbass lo saben muy bien y no son la excepción. Este tipo de actos ha sido uno de los argumentos políticos del gobierno ruso de Vladimir Putin y es un objetivo a cumplir de forma acabada por la Operación Militar Especial “Z”.

Desde el 2014 los sistemas GRAD ucranianos (Verba y BM-21) y las viejas piezas de artillería D-20 y D-30 de la era soviética se habían venido ensañando con total impunidad contra las poblaciones de Lugansk y Donetsk a quienes desde el régimen de Kiev consideran dignos de ser erradicados. Aquí ni Washington, Londres ni Bruselas hicieron nada para frenar estas atrocidades, por el contrario, las apoyaron. La tragedia de los niños en el Donbass es uno de los capítulos que los medios (de alquiler) y gobiernos occidentales han invisibilizado. Sumado a esto, las incursiones de “escuadrones de la muerte” (similares a los usados por la CIA en Centroamérica e Iraq) integrados en parte por ultraderechistas de “Azov” que entre algunas de sus tareas estaba la de asesinar a representantes políticos y jefes de las milicias separatistas, daban cobertura a una siniestra red de traficantes de órganos que se extiende más allá de las fronteras ucranianas.

Sobre estas atrocidades hemos visto un sordo silencio desde occidente y mucho más desde Washington desde donde (como ha sido una costumbre) se hace gala de una impostada preocupación por los derechos humanos, la democracia y la libertad. No tenemos que aclarar que esto último solo es una gran máscara que hace tiempo ya se ha caído.

A pesar de que Moscú gestionó toda clase de iniciativas para que se investigaran estas acciones e incluso la impulsión de acuerdos de alto al fuego (Minsk 1 y 2), las interferencias de Washington y Londres hacía que tanto la UE y organismos internacionales como la Cruz Roja y Naciones Unidas no quisieran dar testimonio de esos hechos. Ante semejante actitud que costaba vidas, la salud, sus bienes y el normal vivir de los pobladores rusofonos del Donbass, las palabras de la diplomacia se agotaron.

En ese marco de hartazgo fue que el presidente Putin autorizó el inicio de la Operación Especial.

Hoy vemos con claridad los resultados de la operación rusa y uno de ellos, ha sido la de alejar las posiciones de artillería ucraniana de las fronteras del Donbass y de la península de Crimea. A pesar de que EEUU proporciono sistemas HIMARS y Reino Unido sus misiles “Storm Shadow” con los cuales incluso han atacado suelo ruso, el trabajo de la inteligencia en la coordinación y dirección del trabajo de la artillería y la aviación rusa vienen siendo altamente eficaces para eliminar estos recursos.

Esa eficacia le cuesta al occidente colectivo un gigantesco presupuesto que lo ucranianos pagaran por generaciones si es que Washington y la OTAN prevalecen. Con esto hay algo que es seguro y ello es, que Zelensky y su gente además de desangrar a su nación por haber seguido los cantos de sirena de Biden, han hipotecado la suerte de su país. Como coronación a este desastre, el inicio de la tan promocionada contraofensiva no ha dado los resultados esperados y ya se especula la pérdida de una buena parte del material enviado por los socios atlantistas de EEUU. Los tan promocionados tanques Leopard alemanes, los Bradley estadounidenses y los Challenger británicos terminaron rebotando contra las primeras líneas defensivas rusas. Entonces ¿Hay chances para la paz?

Si dependiera de Washington y sus adláteres de la UE claro que no. Incluso y pese a los perjuicios que esto le esta causando a sus propias capacidades como sucede con Alemania que no puede reemplazar los Leopard enviados a Ucrania, La Casa Blanca pretende renovar la apuesta. Esta muy claro que la guerra es funcional tanto a sus objetivos geopolíticos como a sus bolsillos (tal como lo ratifica la intensión de enviar nuevos tanques Abrams con municiones de Uranio para el Otoño) algo que por cierto, los ciudadanos europeos y ucranianos ya han caído en cuentas.

Quien se halla en la tarea titánica por buscar la paz es China, que ha propuesto varias alternativas.

Se trata sin dudas de una señal poderosa y a la vez muy peligrosa; el ascenso de China como la nueva potencia y el derrumbe de EEUU, algo que no aceptan en Washington sin importar las consecuencias de su negación. A comienzos de mayo tuvo lugar una reunión entre el embajador de EEUU Nicholas Burns y su par chino Qin Gang que habría estado enmarcada en la escalada que se esta produciendo en Ucrania. Así mismo Xi Jinping comisionó a un experto y hábil diplomático como lo es el representante para asuntos euroasiáticos Li Hui quien entrevisto con los representantes de Ucrania, Polonia, Francia, Alemania, la sede de la UE en Bruselas y Rusia en el periodo comprendido entre el 15 y el 26 de mayo a los fines de consensuar un plan de doce puntos.

Al mismo tiempo se llevaron a cabo reuniones en Viena, Austria entre los principales asesores de EEUU Jake Sullivan y su par chino Wang Yi las cuales se calificaron como “franca, sustantiva y constructiva”. También habrían sido muy productivas las llevadas a cabo Li Hui.

Más allá de las especulaciones y trascendidos, fuentes confiables aseguran que la cosecha que levanto Li Hui en sus visitas fue más prometedora de lo imaginado e incluso, en los gobiernos de los países europeos visitados advirtió la preocupación por la situación revelando un mensaje alto y claro de que el conflicto debería terminar lo antes posible.

La situación sobre el terreno marca la realidad y ella no es precisamente ventajosa para los ucranianos y sus patrocinantes occidentales entonces ¿Ha llegado el momento de sentarse a conversar?

 

 

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