LA PAZ ES POSIBLE
Hoy la guerra que se desarrolla en Ucrania entra en una fase crítica y
ella es la de quienes buscan seguir con ella contra los que buscan la paz
Por
Charles H. Slim
Los bombardeos indiscriminados contra emplazamientos urbanos es algo que nadie puede acostumbrarse y los habitantes del Donbass lo saben muy bien y no son la excepción. Este tipo de actos ha sido uno de los argumentos políticos del gobierno ruso de Vladimir Putin y es un objetivo a cumplir de forma acabada por la Operación Militar Especial “Z”.
Desde el
2014 los sistemas GRAD ucranianos (Verba y BM-21) y las viejas piezas de
artillería D-20 y D-30 de la era soviética se habían venido ensañando con total
impunidad contra las poblaciones de Lugansk y Donetsk a quienes desde el
régimen de Kiev consideran dignos de ser erradicados. Aquí ni Washington,
Londres ni Bruselas hicieron nada para frenar estas atrocidades, por el
contrario, las apoyaron. La tragedia de los niños en el Donbass es uno de los
capítulos que los medios (de alquiler) y gobiernos occidentales han
invisibilizado. Sumado a esto, las incursiones de “escuadrones de la muerte” (similares
a los usados por la CIA en Centroamérica e Iraq) integrados en parte por
ultraderechistas de “Azov” que entre algunas de sus tareas estaba la de asesinar
a representantes políticos y jefes de las milicias separatistas, daban
cobertura a una siniestra red de traficantes de órganos que se extiende más
allá de las fronteras ucranianas.
Sobre estas
atrocidades hemos visto un sordo silencio desde occidente y mucho más desde
Washington desde donde (como ha sido una costumbre) se hace gala de una
impostada preocupación por los derechos humanos, la democracia y la libertad.
No tenemos que aclarar que esto último solo es una gran máscara que hace tiempo
ya se ha caído.
A pesar de
que Moscú gestionó toda clase de iniciativas para que se investigaran estas
acciones e incluso la impulsión de acuerdos de alto al fuego (Minsk 1 y 2), las
interferencias de Washington y Londres hacía que tanto la UE y organismos internacionales
como la Cruz Roja y Naciones Unidas no quisieran dar testimonio de esos hechos.
Ante semejante actitud que costaba vidas, la salud, sus bienes y el normal
vivir de los pobladores rusofonos del Donbass, las palabras de la diplomacia se
agotaron.
En ese
marco de hartazgo fue que el presidente Putin autorizó el inicio de la Operación
Especial.
Hoy vemos
con claridad los resultados de la operación rusa y uno de ellos, ha sido la de
alejar las posiciones de artillería ucraniana de las fronteras del Donbass y de
la península de Crimea. A pesar de que EEUU proporciono sistemas HIMARS y Reino
Unido sus misiles “Storm Shadow” con los cuales incluso han atacado suelo ruso,
el trabajo de la inteligencia en la coordinación y dirección del trabajo de la
artillería y la aviación rusa vienen siendo altamente eficaces para eliminar
estos recursos.
Esa
eficacia le cuesta al occidente colectivo un gigantesco presupuesto que lo
ucranianos pagaran por generaciones si es que Washington y la OTAN prevalecen.
Con esto hay algo que es seguro y ello es, que Zelensky y su gente además de
desangrar a su nación por haber seguido los cantos de sirena de Biden, han
hipotecado la suerte de su país. Como coronación a este desastre, el inicio de
la tan promocionada contraofensiva no ha dado los resultados esperados y ya se
especula la pérdida de una buena parte del material enviado por los socios
atlantistas de EEUU. Los tan promocionados tanques Leopard alemanes, los
Bradley estadounidenses y los Challenger británicos terminaron rebotando contra
las primeras líneas defensivas rusas. Entonces ¿Hay chances para la paz?
Si
dependiera de Washington y sus adláteres de la UE claro que no. Incluso y pese
a los perjuicios que esto le esta causando a sus propias capacidades como
sucede con Alemania que no puede reemplazar los Leopard enviados a Ucrania, La
Casa Blanca pretende renovar la apuesta. Esta muy claro que la guerra es
funcional tanto a sus objetivos geopolíticos como a sus bolsillos (tal como lo
ratifica la intensión de enviar nuevos tanques Abrams con municiones de Uranio
para el Otoño) algo que por cierto, los ciudadanos europeos y ucranianos ya han
caído en cuentas.
Quien se
halla en la tarea titánica por buscar la paz es China, que ha propuesto varias
alternativas.
Se trata
sin dudas de una señal poderosa y a la vez muy peligrosa; el ascenso de China
como la nueva potencia y el derrumbe de EEUU, algo que no aceptan en Washington
sin importar las consecuencias de su negación. A comienzos de mayo tuvo lugar
una reunión entre el embajador de EEUU Nicholas Burns y su par chino Qin Gang
que habría estado enmarcada en la escalada que se esta produciendo en Ucrania.
Así mismo Xi Jinping comisionó a un experto y hábil diplomático como lo es el
representante para asuntos euroasiáticos Li Hui quien entrevisto con los
representantes de Ucrania, Polonia, Francia, Alemania, la sede de la UE en
Bruselas y Rusia en el periodo comprendido entre el 15 y el 26 de mayo a los
fines de consensuar un plan de doce puntos.
Al mismo
tiempo se llevaron a cabo reuniones en Viena, Austria entre los principales
asesores de EEUU Jake Sullivan y su par chino Wang Yi las cuales se calificaron
como “franca, sustantiva y constructiva”. También habrían sido muy productivas
las llevadas a cabo Li Hui.
Más allá de
las especulaciones y trascendidos, fuentes confiables aseguran que la cosecha
que levanto Li Hui en sus visitas fue más prometedora de lo imaginado e
incluso, en los gobiernos de los países europeos visitados advirtió la
preocupación por la situación revelando un mensaje alto y claro de que el
conflicto debería terminar lo antes posible.
La
situación sobre el terreno marca la realidad y ella no es precisamente
ventajosa para los ucranianos y sus patrocinantes occidentales entonces ¿Ha
llegado el momento de sentarse a conversar?
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