sábado, 1 de julio de 2023

                      MARABUNTA                  SIONISTA

¿Por qué y cómo progresa la táctica israelí de apropiación de territorios árabes?

 

Por Marbuti Kalaf

La vida de los árabes palestinos dentro de su propia tierra es un subibaja de angustia permanente, sobresaltos y violencia que se halla sometida a las presiones cotidianas de un ocupante militar que desde hace 70 años ha estado tratando de todas las formas y sin ninguna cortapisa someterlos a su Status Quo.

Para los israelíes (europeos de confesión judía) los árabes palestinos (semitas originarios) quienes vivían en paz hasta la llegada de los sionistas europeos a comienzos del siglo XX, son un problema que les gustaría erradicar pero las nuevas circunstancias tecnológicas en comunicaciones (rapidez y masividad informativa) impiden concretar planes siniestros como los que Moshe Dayan o el ex ministro de defensa Avigor Lieberman soñaban.

Eso no ha detenido las bestialidades y las continuas mascares que los militares y la inteligencia israelí ha cometido y que hoy con las incursiones de colonos siguen cometiendo contra la población árabe. Para los palestinos no hay seguridad y mucho menos justicia ya que la ANP de Abbas en una escenografía funcional a los ocupantes. La única forma de respuesta armada que tienen los palestinos son la resistencia “Hamas” y otras organizaciones que no pueden equipararse al poder de fuego de las FDI. La imposición de cercos, pasillos de ganado y murallas y hasta incluso el uso de químicos desperdigados desde Drones para buscar la esterilidad de las mujeres palestinas no han funcionado como esperaban. La “judeización” mediante la construcción de asentamientos para poblarlos con colonos traídos desde países como EEUU, Argentina y la UE es la estrategia para intentar des-arabizar y robar la identidad cultural de la región.

Para ello Netanyahu y sus aliados de la extrema derecha sionista, ligados al ideario supremacista judío apuestan para que ese trabajo sucio lo lleven adelante los colonos importados (venidos de países europeos, sudamericanos y de EEUU) en lo que no es otra cosa que una “guerra demográfica”. En ella hay fuertes componentes económicos-comerciales vinculados a negocios inmobiliarios utilizando los terrenos usurpados a los palestinos gestionados y usufructuados por funcionarios y particulares israelíes y empresas con sedes en EEUU, Europa y también Sudamérica.

En el último tiempo Tel Aviv y el régimen supremacista de sionistas revisionistas que encabeza Netanyahu (que dicho sea de paso, se lleva muy bien con los ultranacionalistas de Kiev) han estado acelerando sus planificaciones para extender los asentamientos judíos en Cizjordania donde las bandas de colonos han estado produciendo ataques masivos contra la población árabe como sucedió en el poblado de “Huwara” a comienzos de febrero y que se reiteró por mediados del mes de marzo.

Una vez más y a lo largo de la carretera 60 “Ramallah-Nablus” que atraviesa Cizjordania, fue protagonista de una nueva marabunta de colonos judíos quienes entre el 19 y el 20 de junio armados con palos, piedras y la mirada pasiva de la policía israelí atacaron a la población palestina de “Tamus Aya” ubicada al paso de dicha carretera causando destrozos, la quema de casa y automóviles y heridas a las personas.

Para los personeros políticos en Tel Aviv y los jefes de seguridad israelí, se trata de hechos aislados en venganza por los ataques terroristas palestinos. Para otros con criterio propio e independencia de pensamiento, es una táctica que está siendo desplegada por agentes del Shin Bet militantes y simpatizantes de la ultraderecha judía representada por Itamar Ben Gvir y el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich quienes abiertamente llaman a “matar a los palestinos” y a cualquiera que trate de abogar por ellos o quienes como Naftali Bennet asegure que “matar árabes no trae consecuencias” o la escandalosa asfixia humanitaria por 17 años sobre la Franja de Gaza. A pesar de semejantes incitaciones odiosas que han provocado asesinatos y un ciclo de violencia sin fin ¿Por qué no se activan de oficio los resortes legales del Tribunal Europeo de DDHH o de la Corte Penal Internacional o hay un escándalo mediático a nivel internacional? La respuesta ya es conocida por la opinión pública.

Pese a que el Lobbie pro-israelí (extensiones del estado de Israel) logra influenciar esos organismos internacionales, en Washington advierten a Netanyahu que detenga este juego mientras puertas adentro del estado se han creado antagonismos y fracturas que podrían derivar en una guerra civil. Esto ya se viene advirtiendo desde hace un par de años por varios representantes en la Knesset y de sectores del judaísmo alrededor del mundo que como no podía ser de otro modo, han sido acusados por la elite sionista de ser pro-árabes y traidores.

Como sucede desde hace 70 años, Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales parecen llegar tarde ya que los palestinos muertos ya no pueden ser revividos por las monsergas y discursos absolutamente inútiles ante un estado que se pasa por el trasero el respeto de los derechos humanos. Lo que ya no puede ocultarse es la connivencia y sintonía ideológica existente entre sectores pro-israelies no judíos y claramente islamófobos que operan dentro de todas las organizaciones de occidente quienes (corrompiendo a funcionarios flojos) y que incluso, ante una justicia internacional claramente sesgada, facilitan el encubrimiento.

Esto último no es algo novedoso. En los países europeos como Alemania, Francia y Dinamarca la oleada criminal de racistas contra las comunidades islámicas ya ha cobrado muchas vidas y causado daños a sus propiedades sin que se conozca de forma pública y masiva, cuáles han sido las medidas legislativas y los procedimientos penales de la justicia contra estas acciones criminales.

Esta impunidad que pudo funcionar durante los primeros 50 años desde su instauración hoy ya no es posible de justificar y tapar aunque, aún queda por resolver un tema crucial para evitar estas situaciones y esa se refiere a una nueva administración de justicia de alcance y competencia global que haga aplicable -en una verdadera equidad-el derecho humanitario sin relativismos y excepcionalismos. La administración de justicia israelí no solo es ilegítima para los palestinos sino que además de parcial (dependiente del estado de Israel) no garantizaría la investigación y proceso de los colonos y sus jefes políticos

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