MARABUNTA SIONISTA
¿Por qué y cómo progresa la táctica israelí de apropiación de
territorios árabes?
Por Marbuti Kalaf
Para los
israelíes (europeos de confesión judía) los árabes palestinos (semitas
originarios) quienes vivían en paz hasta la llegada de los sionistas europeos a
comienzos del siglo XX, son un problema que les gustaría erradicar pero las
nuevas circunstancias tecnológicas en comunicaciones (rapidez y masividad
informativa) impiden concretar planes siniestros como los que Moshe Dayan o el
ex ministro de defensa Avigor Lieberman soñaban.
Eso no ha
detenido las bestialidades y las continuas mascares que los militares y la
inteligencia israelí ha cometido y que hoy con las incursiones de colonos siguen
cometiendo contra la población árabe. Para los palestinos no hay seguridad y
mucho menos justicia ya que la ANP de Abbas en una escenografía funcional a los
ocupantes. La única forma de respuesta armada que tienen los palestinos son la
resistencia “Hamas” y otras organizaciones que no pueden equipararse al poder
de fuego de las FDI. La imposición de cercos, pasillos de ganado y murallas y
hasta incluso el uso de químicos desperdigados desde Drones para buscar la esterilidad
de las mujeres palestinas no han funcionado como esperaban. La “judeización” mediante
la construcción de asentamientos para poblarlos con colonos traídos desde
países como EEUU, Argentina y la UE es la estrategia para intentar des-arabizar
y robar la identidad cultural de la región.
Para ello
Netanyahu y sus aliados de la extrema derecha sionista, ligados al ideario
supremacista judío apuestan para que ese trabajo sucio lo lleven adelante los
colonos importados (venidos de países europeos, sudamericanos y de EEUU) en lo
que no es otra cosa que una “guerra demográfica”. En ella hay fuertes
componentes económicos-comerciales vinculados a negocios inmobiliarios
utilizando los terrenos usurpados a los palestinos gestionados y usufructuados
por funcionarios y particulares israelíes y empresas con sedes en EEUU, Europa
y también Sudamérica.
En el
último tiempo Tel Aviv y el régimen supremacista de sionistas revisionistas que
encabeza Netanyahu (que dicho sea de paso, se lleva muy bien con los
ultranacionalistas de Kiev) han estado acelerando sus planificaciones para
extender los asentamientos judíos en Cizjordania donde las bandas de colonos han
estado produciendo ataques masivos contra la población árabe como sucedió en el
poblado de “Huwara” a comienzos de febrero y que se reiteró por mediados del
mes de marzo.
Una vez más
y a lo largo de la carretera 60 “Ramallah-Nablus” que atraviesa Cizjordania, fue
protagonista de una nueva marabunta de colonos judíos quienes entre el 19 y el
20 de junio armados con palos, piedras y la mirada pasiva de la policía israelí
atacaron a la población palestina de “Tamus Aya” ubicada al paso de dicha
carretera causando destrozos, la quema de casa y automóviles y heridas a las
personas.
Para los
personeros políticos en Tel Aviv y los jefes de seguridad israelí, se trata de
hechos aislados en venganza por los ataques terroristas palestinos. Para otros
con criterio propio e independencia de pensamiento, es una táctica que está
siendo desplegada por agentes del Shin Bet militantes y simpatizantes de la
ultraderecha judía representada por Itamar Ben Gvir y el ministro de Finanzas,
Bezalel Smotrich quienes abiertamente llaman a “matar a los palestinos” y a
cualquiera que trate de abogar por ellos o quienes como Naftali Bennet asegure
que “matar árabes no trae consecuencias” o la escandalosa asfixia humanitaria
por 17 años sobre la Franja de Gaza. A pesar de semejantes incitaciones odiosas
que han provocado asesinatos y un ciclo de violencia sin fin ¿Por qué no se
activan de oficio los resortes legales del Tribunal Europeo de DDHH o de la
Corte Penal Internacional o hay un escándalo mediático a nivel internacional?
La respuesta ya es conocida por la opinión pública.
Pese a que el Lobbie pro-israelí (extensiones del estado de Israel) logra influenciar esos organismos internacionales, en Washington advierten a Netanyahu que detenga este juego mientras puertas adentro del estado se han creado antagonismos y fracturas que podrían derivar en una guerra civil. Esto ya se viene advirtiendo desde hace un par de años por varios representantes en la Knesset y de sectores del judaísmo alrededor del mundo que como no podía ser de otro modo, han sido acusados por la elite sionista de ser pro-árabes y traidores.
Como sucede
desde hace 70 años, Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales
parecen llegar tarde ya que los palestinos muertos ya no pueden ser revividos
por las monsergas y discursos absolutamente inútiles ante un estado que se pasa
por el trasero el respeto de los derechos humanos. Lo que ya no puede ocultarse
es la connivencia y sintonía ideológica existente entre sectores pro-israelies
no judíos y claramente islamófobos que operan dentro de todas las organizaciones
de occidente quienes (corrompiendo a funcionarios flojos) y que incluso, ante
una justicia internacional claramente sesgada, facilitan el encubrimiento.
Esto último
no es algo novedoso. En los países europeos como Alemania, Francia y Dinamarca
la oleada criminal de racistas contra las comunidades islámicas ya ha cobrado
muchas vidas y causado daños a sus propiedades sin que se conozca de forma
pública y masiva, cuáles han sido las medidas legislativas y los procedimientos
penales de la justicia contra estas acciones criminales.
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