lunes, 3 de julio de 2023

 

DOS PASOS A LA CRISIS NUCLEAR

¿Por qué y quiénes son los que están abriendo las puertas a una escalada nuclear en Ucrania?

 

Por Charles H. Slim

El golpe que significó el impacto de dos misiles rusos sobre un hotel en el centro de Kramatorsk el 27 de junio pasado no paso la muerte de simples comensales que se hallaban casualmente en el restaurante del complejo sino por las verdaderas implicancias que dicho edificio tenía al momento del ataque.

No es nada nuevo que las FAU y el SBU de inteligencia utilicen edificios civiles para cubrir unidades de combate, puestos de mando, comunicaciones y centros de reunión de información. Tampoco es novedad que no les importe las consecuencias de sus propios ciudadanos al exponerlos al fuego enemigo.

Según las fuentes de inteligencia rusa en ese edificio se concentraban altos oficiales ucranianos y de otras nacionalidades pertenecientes a la OTAN que no estaban en una comida de agasajo o un encuentro de camaradería. Los oficiales más importantes que allí estaban y que murieron en el ataque eran oficiales del 101º Brigada Aerotransportada de EEUU ¿Qué estaban haciendo allí?

Si realmente hubiera organizaciones internacionales neutrales que hicieran observar la ley internacional, este tipo de preguntas tendrían una respuesta. Este episodio fue un duro golpe para los planes de Kiev que ya vienen atravesados por los fracasos en el frente de combate pero mucho más, para Washington y Bruselas que además de perder a varios altos oficiales en dicha ocasión, ven retrasados sus planes.

Quienes también sufren el desánimo ante estas noticias son los grupos de políticos opositores y colaboradores bielorusos en el exilio con base en Lituania quienes con el apoyo de Washington y la OTAN aspiran a derrocar a su gobierno tal como sucedieron con las nefastas experiencias en Libia y los fallidos intentos en Siria y Venezuela.

Quienes se encargan de gestionar los enlaces y las actividades panfletarias de estos “gobiernos en el exilio” son funcionarios de la UE como el “socialista” español Josep Borrell, Ursula Von Der Leyen y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, más atentos a las mandas de Bruselas y Washington que a las crecientes necesidades y problemas de sus propios ciudadanos de la Unión.

No es necesario aclarar que estas estructuras “opositoras” no se crean con voluntarismo, palabrerío y el tan aclamado “amor a la democracia”. Su diseño y conformación se da sobre la base de un sustancial financiamiento y apoyo político de occidente. Tampoco se crean para que sean meros foros de charlas estériles. Quienes colaboran con estas estructuras deben dar frutos o si no se acaba el dinero. Son sin muchas vueltas, verdaderos centros de conspiración contra sus propios países.

Quizás muchos se pregunten ¿Por qué nunca ha aparecido un gobierno opositor en el exilio de EEUU o de alguno de sus socios? Simplemente porque es allí donde se ubica el centro de la banca político-financiera que permite estos jueguitos.

Desde La Casa Blanca ya se escucharon las excusas para argumentar sobre este fracaso hablando del clima adverso, las condiciones del terreno y la mejor preparación de los rusos, en síntesis, todo ha salido mal y no podemos justificarlo. Uno de los voceros de estas malas noticias no podía ser otro que el Asistente de la Defensa para los Asuntos Públicos John Kirby quien en rueda de prensa no necesitaba abrir la boca para demostrarles a sus interlocutores que no había buenas noticias.

Esto y las circunstancias imperantes ayudaron para que los sectores del partido de la guerra que presionan en el Congreso y en otros estamentos en Washington lograsen que la presidencia apruebe el envío de sistemas de misiles de mayor alcance que decididamente amenazan a la seguridad de Rusia. Según se sabe, Joe Biden autorizaría el envío de sistemas de misiles balísticos ATACMS que tiene un alcance de 300 kilómetros fabricados por Lockheed Martin con lo cual, se habla de aumentar aún más el presupuesto de ayuda militar al régimen de Kiev.

Las implicancias de despliegue de semejante sistema de misiles suponen un agravamiento de la situación demostrando por enésima vez, que La Casa Blanca y el estamento de los neoconservadores que viven de la guerra, no estuvieron ni estarán nunca interesados en la paz. Pero lo que realmente se escuda detrás de estas decisiones es una billonaria retroalimentación del negocio entre la política y la industria armamentística estadounidense, reales ganadores detrás de este desastre.

Entre los principales gestores políticos del envío de estos misiles de largo alcance están Victoria Nuland y Antony Blinken quienes al parecer no han reparado ( o por el contrario poco les importa) que esos vectores son una amenaza intolerable para la seguridad estratégica de la Federación.

La entrada de estos misiles de largo alcance dentro de Ucrania los cuales pueden llevar cabezas (además de Biológicas-Químicas) nucleares tácticas representarían para Moscú una puesta en alerta máxima nuclear creando así una atmosfera de mayor tensión que ya viene escalando con las maniobras y movimientos de tropas que polacos y lituanos están realizando en las fronteras de Bielorusia.

Esto cambia radicalmente las cosas y con ello, los EEUU podría desatar una catástrofe aún peor y que tendría implicancias de alcance global ¿Queda alguien con razonabilidad en Washington?     

 

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