miércoles, 27 de diciembre de 2023

 

AMERICANIZANDO A LA ARGENTINA

Detrás de la cíclica crisis que los argentinos sufren por la corrupción política venía gestándose un cambio de paradigma con una clara orientación angloestadounidense. Ese cambio ha comenzado a ponerse en marcha y en breve veremos las primeras consecuencias ¿Quiénes buscan beneficiarse con este cambio?

 

Por Charles H. Slim

Es una cuestión real que la Argentina se halla en medio de una crisis que es necesario abordar y resolver, pero ¿Cómo y a qué precio? La publicación y anuncio por parte del presidente Javier Milei del “mega” decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) en el que se plantean más de trescientas reformas legislativas en variadas áreas de la vida económica, financiera y administrativa del estado suena coherente y razonable, pero hay detrás de ellas otros interesados que no son los simples ciudadanos argentinos.

Inmediatamente al anuncio, no faltaron las protestas de los gatafloristas y hasta los posicionamientos de los “republicanos” de cartón que ven en esto una afrenta al “sistema” que digámoslo claramente, está podrido.

Pero más allá de las discusiones sobre su constitucionalidad, varios puntos de ese decreto son una invitación a que corporaciones trasnacionales de áreas como son la salud, bioquímicas y farmacéuticas entren sin ningún control estatal conllevando con ello peligros que el gobierno está saltando en nombre de la urgencia monetaria. En cierta medida se puede decir que desregula sectores estratégicos del estado nacional.

Para algunos esto es parte de una “revolución cultural” que busca cambiar de raíz una estructura política que ha hecho del estado y la función pública una caja de recaudación para los vivos y los mafiosos. Para otros, el regreso a los noventas y para otros, un sacrificio ineludible. Pero para algunos, esto nos parece una gran trampa para Milei. Dentro de esta posición también sostienen que los que rodean al presidente lo están empujando (de forma deliberada) a que sea sacrificado para beneficiar al poder real. Y la pregunta surge inevitable ¿Quiénes representan a ese poder real?

Suena cansina la respuesta de que el responsable es “Macri”. Pero en realidad y en este particular caso no estaría nada desacertada, aunque él solo es otro peón en este juego de poder global. Pero el ex presidente no se halla dentro del actual gobierno e incluso muchos pueden argumentar que en realidad si lo está mediante funcionarios como el actual ministro de economía Luís Caputo y la misma ministra de seguridad de la nación Patricia Bullrich.

En realidad, estos también son meros monigotes que se mueven al son de la misma agenda de quienes digitan el poder real. Como tales son importantes fichas en este tablero, pero también son tan sacrificables como el mismo Milei o Macri.

Si podemos identificar un elemento que es parte de ese poder interesado en que Milei haga el trabajo sucio, ese es el embajador estadounidense Marc R. Stanley, extensión local del brazo del Departamento de Estado norteamericano y encargado de velar porque se tomen las decisiones apropiadas. Claro cualquier argentino se preguntará ¿Qué trabajo sucio? Aquel que se requiere para que la Argentina sea un campo fértil para instaurar y generar los negocios que se buscan fructificar con el instigado “reseteo” financiero que deberá producirse tras una muy posible caída de las bolsas alrededor del mundo causando un colapso general.

En algunos escenarios, imponer estas agendas requieren estrategias sucias y cruentas como son las “falsas banderas” con las cuales justificar “intervenciones”, las invasiones, incitar golpes de estado o las “revoluciones de color”. Pero en Argentina por el momento, basta con la persuasión.

El ensayo de esto lo vimos el miércoles 20 de diciembre cuando su gobierno logró imponer el protocolo de seguridad que obligo a los manifestantes de las organizaciones sociales a no poder ganarse las calles. Por fortuna la masa de manifestantes no fue lo suficientemente crítica para crear enfrentamientos con la policía. Esto se logró por una planificación y coordinación de medidas aplicadas por las fuerzas de seguridad que impidieron la llegada de miles de ellos lo cual podría haber causado enfrentamientos. Si así hubiera sido, el presidente Milei estaba en el momento y el lugar equivocados ¿Cómo? Así es. Alguien le sugirió al presidente que debía estar presente en la Sala de Operaciones de la Jefatura de la Policía Federal desde donde se monitoreaban los movimientos de la calle sin (en apariencias) meritar que de haber habido choques violentos con muertos, habría quedado expuesto a las consecuencias políticas.

Algunas fuentes sugieren que fue la misma ministra Patricia Bullrich quien le sugirió al mandatario estar presente. De ser cierto ello ¿Lo hizo deliberadamente o no previó esta situación?, ¿Quiénes a su vez aconsejan a la ministra de seguridad?, ¿Quizá algún asesor de la CIA de la embajada o por qué no, algún especialista en contrainteligencia del “Shin Bet” con su sede en la embajada de Israel? La estrategia de estrangulación cortando los accesos a la ciudad tiene una notable semejanza con el método israelí.

Esto recién comienza. El anuncio de los cambios que Milei pretende lograr con ese mega decreto contiene una serie de puntos que sin dudas benefician puntualmente a intereses de ese poder real y que por todos los medios, buscarán que se concreten.

Mas allá de las tempranas protestas y conclusiones de inconstitucionalidad que ya se han manifestado contra esa pieza ejecutiva y que los medios en una presuntuosa pose de “guardianes de la constitución” han hecho suya, el riesgo para los argentinos se encuentra entreverado en dos puntos principales: La libertad para el ingreso de laboratorios extranjeros (para la producción de medicamentos, ley 27.113) y el ingreso de la internet satelital STARLINK de Elon Mask.

En el primer caso la población corre el riesgo de que laboratorios privados como Pfizer y otros que (con la connivencia del Pentágono) experimentan y ensayan con programas gubernamentales de agentes químicos y biológicos (como el SarS-Cov) instalen en secreto una infraestructura similar a la que se descubrió en todo el este de Ucrania.

Sobre el ingreso de STARLINK al mercado argentino, significará la instalación de una red de internet que más allá de las ventajas técnicas para el usuario, sería a su vez una herramienta estratégica para recopilación y canalización de información para la OTAN.

Más allá del preciosismo formalista de los críticos de este DNU, de los demócratas de la boca para afuera y los cuales, no ven -o que no les importe- este trasfondo geopolítico, se puede intuir que este es solo el comienzo para ir imponiendo un sistema desregulado que, si bien algunas suenan razonables, otras (como las que hemos señalado) son muy sensibles para la seguridad nacional en beneficio de intereses geopolíticos bien identificados.

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