sábado, 9 de diciembre de 2023

 

LA UNION DE LAS VIVORAS

¿Por qué las “fuerzas del cielo” de las que habla el presidente entrante Javier Milei pueden ser más bien las puertas del infierno en la tierra? Los peligros del mesianismo en el poder

 

Por Javier B. Dal

El domingo 10 de diciembre se producirá la asunción del nuevo presidente argentino Javier Milei y como ya lo había anticipado, a su ceremonia acudirán los principales referentes de gobiernos y alineaciones políticas internacionales que simpatizan con su postura ideológica hasta el momento nada identificable.

Pero más allá de las especulaciones baladí sobre que automóvil usará para la ceremonia y entre otras imbecilidades, entre los más curiosos asistentes estará nada menos que el títere de la OTAN y hasta el momento protegido de Washington, el líder ucraniano Volodymyr Zelensky quien no por casualidad y mucho menos por afinidad ideológica hará un viaje tan largo en momentos que sus fuerzas están en un virtual desbande.

Se trata del peón estrella de los neoconservadores de Washington y sus subalternos en la UE que ya le quedan pocos casilleros para mover.

Zelensky ciertamente no viene por haber hecho un lugar en su agenda como lo hace un líder soberano de otra nación. Se sabe que esa agenda se la delinea Washington y la pone en funcionamiento el Departamento de Estado a través de sus diferentes organismos a saber, la CIA, la DIA y por supuesto, el Pentágono.

Tal como lo presenta la prensa conservadora argentina, la llegada de Zelensky es solo un movimiento propagandístico para tratar de realzar la imagen de un impresentable y a la vez, intentar acallar las voces de la oposición política que vienen creciendo dentro del mismo Congreso estadounidense que están hartos de la corrupción y dilapidación que se hacen de los dineros donados.

Las presiones internas son tan fuertes que están pidiendo a Joe Biden y Cia (el ala de los neocon) detener la ayuda multimillonaria para una empresa que ya fracasó y esa no es otra que tratar de destruir a Rusia.

La oposición legislativa interna es tan creciente que los republicanos se han unido para bloquear el último paquete de ayuda que Biden autorizó para Kiev. Es seguro que el Secretario de Estado Anthony Blinken haya sugerido la visita de Zelensky a la Argentina como un “golpe de efecto propagandístico” para tapar estas inconsistencias domésticas.

Como siempre, esas “sugerencias” bajaron inmediatamente hacia Buenos Aires para ir preparando el terreno y en especial, manipular a la opinión pública.

El papel de los medios argentinos, en especial aquellos que tienen una línea editorial abiertamente atlantista y anglófila, es especialmente central. El grado de obsecuencia que algunos comunicadores hacen en la descripción de esta visita es ciertamente patética. Acudiendo siempre a esa odiosa comparación con un criminal histórico como lo fue el primer ministro británico Winston Churchill (enemigo de la Argentina), tratan de lavarle la cara a todas las políticas de Washington y a sus marionetas como lo es este líder de un régimen supremacista que desde 2014 ha estado persiguiendo y asesinando a los ucranianos por profesar la ortodoxia y ser de habla rusa.

Pero esta concurrencia no pasa de lo meramente efectista y ajustada a los intereses de Washington.

El Departamento de Estado podría estar buscando que Argentina tome un papel activo en la situación de Ucrania y es muy posible que también se busque involucrar de algún modo en el conflicto que hoy sigue desangrando a la Franja de Gaza, obviamente a favor de Tel Aviv sin conocer los reales trasfondos que se ocultan por detrás. Sobre esto último no hay que dejar pasar las fabulosas relaciones que el ex presidente Macri (quien tendrá influencia en el próximo gobierno) tiene con Qatar, un actor muy comprometido con el actual conflicto. Las opciones en ambas situaciones estarían sobre la mesa y eso es algo que los argentinos deberían saber. En el caso de Ucrania ya hace tiempo que hay ex militares argentinos prestando sus servicios junto a los mercenarios británicos aunque no se informa cuantos son los que aún sobreviven.

En el caso de Palestina la situación puede ser mucho más peligrosa la injerencia buscada. Sacando la participación de ciudadanos judíos argentinos que se han presentado ante las FDI para reforzar las acciones en Gaza, Washington vería con mucho interés y funcionalidad que los argentinos participen, además en el área de inteligencia, en las operaciones de seguridad naval que se están implementando en el Mar Rojo para proteger los buques que van y vienen a puertos israelíes.

Está más que claro el alineamiento de los organismos de inteligencia y seguridad con Washington y Tel Aviv, en especial la AFI un órgano estratégico del estado argentino que ha estado desarticulado desde hace décadas, pondrá al país en otra dimensión y dentro de una más peligrosa circunstancia geopolítica.

Los intereses de estos actores pasan más por buscar una consolidación de un gobierno adepto y leal a sus políticas que mediante la influencia política vean abiertas las puertas del país de par en par y de ese modo crear las bases que no pudieron establecer con Macri.

Las actuales circunstancias geopolíticas advierten que EEUU y sus aliados atlantistas (en especial de la Europa occidental) están perdiendo la guerra lanzada contra la Federación de Rusia y Joe Biden podría complicar aún más la situación con un posible intento de desbancar a China poniendo a Taiwán como cebo. Prueba más clara de lo primero es la calamidad económica y las restricciones energéticas que las sanciones anti rusas ha representado para los europeos y que mantienen a sus gobiernos bajo un severo cuestionamiento público.

La ya acusada torpeza de Biden podría arrastrar a la Argentina y darle una chance de oro a Donald Trump para volver a la Casa Blanca. Pero más allá de cualquier gobierno estadounidense (y ello significa ser republicano o demócrata) hay otros actores mucho más peligrosos y poderosos como son las multinacionales BLACKROCK y su falsa némesis VANGUARD, que podrían literalmente comprar el estado argentino y todo lo que hay en él ¿O tal vez ya eso ya sucedió?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario