domingo, 10 de diciembre de 2023

 

UNA

RESILIENCIA CONTINUA

¿Cuánto dolor e injusticia deberá soportar el pueblo palestino ante la limpieza étnica que viene ejecutando un estado ocupante como lo es Israel?

 

Por Pepe Beru

Eran horas entradas en la madrugada del 1 de noviembre cuando la joven madre llamada Marwa y sus cuatro pequeños hijos son sobresaltados por potentes explosiones en las cercanías y unos segundos después son alcanzados por un misil israelí cuando estaban refugiados en las instalaciones de un colegio primario que funcionaba en el campamento de refugiados de Jabalía, al norte de Gaza.

Tiznada con el polvo de los escombros que yacían flotando por todas partes, aún tullida por la explosión y con dificultades para respirar, salió presurosa a buscar a sus hijos sin advertir que ella misma tenía uno de sus brazos colgando, desprendido por haber sido alcanzada por uno de los escombros que se derrumbaron del edificio. La preocupación por sus hijos era superior a su propio dolor y para peor, al poco de andar hallaría a tres de sus más pequeños hijos, muertos aplastados por la mampostería. Impotente por no poder mover esos escombros no lo quedó otra que gritar desesperada mientras estallaba en llanto. Su hijo sobreviviente de solo 9 años trataba de consolarla en un mar de sollozos y lágrimas por tanto dolor y desconsuelo.

Su caso se multiplica por miles y de lo que va de esta intervención israelí en la Franja, muchas familias enteras han sido exterminadas sin la menor contemplación ni justificación militar ¿A quién le preocupa el dolor psicológico, emocional y demás de estas víctimas de semejante brutalidad?

La masacre sobre Jabalía no sería la única e incluso, horas después las FDI llevaría a cabo varios ataques similares sobre la misma zona sabiendo y viendo a los civiles allí. Antes las evidencias, Tel Aviv no pudo esconderse como lo hizo con la primera de esas infames masacres contra un hospital de la misma zona unas semanas antes. Fue así como el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el teniente coronel Richard Hecht, confirmó a CNN que el ejército israelí fue responsable del ataque y dijo que tenía como objetivo un alto comandante del grupo extremista Hamas, a quien acusó de “esconderse, como lo hacen ellos, detrás de civiles”. Igualmente, este argumento no alcanza ni por asomo para justificar la repetición de este tipo de masacres contra los civiles.

Lo que para cualquiera representa un verdadero acto de inhumanidad y de injusticia, para los sionistas es un legítimo ejercicio de la defensa y al mismo tiempo un motivo de algarabía para los extremistas de la ultraderecha religiosa que secundan a Netanyahu en el poder.

Esta aberrante visión ha estado acompañada por otro escandaloso y vomitivo argumento como es calificar a los palestinos como “animales humanos” y por dicho motivo, dignos de ser exterminados. A tal punto llega el rechazo de esta clase de expresiones que incluso intelectuales judíos antisionistas como el periodista y escritor Gideon Levy considera esto como una verdadera limpieza étnica.

En Argentina y en especial dentro del círculo de sionistas locales, en particular con activa participación en los medios y quienes son muy bien representados por la DAIA y la OSA, este calificativo se ha visto muy usado en su discurso y el cual se ha estado difundiendo con mucha enjundia en algunas radios, conglomerados de medios y programas de la televisión abierta capitalina que no tienen reparo en mostrar su abierta adhesión pro-israelí y a todo lo que se está haciendo.

Incluso desde Tel Aviv sabiendo de la importancia de construir un relato que justifique lo injustificable ya han sido convocados varios periodistas -entre ellos los más obsecuentes- de medios de todo el mundo (entre ellos argentinos) con una línea editorial notoriamente pro-israelí para ser llevados a Israel donde se les adoctrinará sobre cómo proceder para maquillar informativamente la cruenta situación de Gaza con el obvio objetivo de lavarle la cara al estado judío.

Como ya he señalado anteriormente, la táctica discursiva de estos sectores es poner el carro delante del caballo y establecer un hito temporal engañoso sobre cuáles son las causas del actual conflicto.

En realidad, estos simples obsecuentes del poder y de las influencias que ejerce globalmente Tel Aviv, son ignorantes de lo que realmente ocurre en Gaza, pero también a la mayoría no les importa lo que les suceda a los palestinos ya que, comparten ese racismo que no es otra cosa que verdadero antisemitismo. Tan solo alguno de ellos se atreviera, por solo unos minutos a pisar las calles en Gaza, bloqueadas de escombros que antes fueron casas, mezquitas, iglesias y colegios, vomitarían tan solo por el hedor a muerte que surge de los miles de cadáveres de civiles palestinos que aún no han podido ser rescatados por los continuos bombardeos de las FDI.

Ciertamente, estos sujetos que viven a expensas de su amo, no criticaran semejantes fechorías pero, por cuestiones de consciencia y por terrible ignorancia deberían callar por respeto a tanto dolor ¿O acaso los palestinos no pueden sentir dolor?

Estas madres que han perdido a sus hijos de una forma tan aberrante y esos niños que han quedado huérfanos por las bombas, la metralla de los fusiles israelíes o por el accionar de los escuadrones del Shin Bet y sus colaboracionistas de Al Fatah en Cizjordania ¿Creen que se olvidaran de estas horribles injusticias?, ¿Cómo pueden ser tan arrogantes muchos de estos “informadores” para hacerse los sorprendidos por el odio que existe contra un estado invasor y ahora abiertamente exterminador?

En lo que hace al estado de Israel, como entidad política, está muy claro que no tiene moral. Y es por esa razón que miles de judíos no han caído en esa trampa dialéctica del discurso ideológico del “Eretz Israel” elaborado bajo fundamentos mesiánicos. Los mismos eruditos judíos saben muy bien cuál es la diferencia entre este estado moderno y moldeado a la europea, surgido de la imposición en 1948 cimentado en sangre y el verdadero Israel bíblico.

El estado actual, la elite que lo constituye, su administración política encabezada por un criminal como Benjamín Netanyahu y sus extremistas de la ultraderecha racista están más preocupados por salvar la viabilidad política de su propio poder que el de incluso, la vida de sus propios ciudadanos. Las pruebas recopiladas (cuerpos calcinados por efecto de los cohetes de sus helicópteros) y testimonios de algunos rehenes sobrevivientes en la mañana del 7 de octubre que afirmaron como los helicópteros y tanques del FDI dispararon indiscriminadamente sobre ellos mismos matando a muchos de los que luego Israel trata de presentar como asesinados por Hamas, son la prueba de sus engaños.

En estos momentos, mientras las tropas israelíes tratan de consolidar terreno sin éxito y acusando bajas diarias con daños y pérdidas materiales inesperadas sobre sus blindados, equipos especiales de zapadores como otra forma de vengarse de estos golpes minan edificios y casas sin importarles que se hallen ocupadas por civiles.

A tal punto se evidencia la impotencia de los comandantes de las FDI que sus “medicados” soldados han estado arrestando a cualquier varón palestino que hallan por las calles de la derruida Gaza acusándoles de ser agentes de Hamas. Estos son los hombres que han sido expuestos desnudos y con sus ojos vendados presentados por los medios israelíes y sus subalternos en occidente como una supuesta “rendición en masa” de combatientes palestinos. La necesidad de dar buenas noticias a su sociedad llega a estos extremos.

El mundo esta observando y sacando sus propias conclusiones. Aun cuando los organismos internacionales siguen evidenciando la influencia pro-israelí, la gente del común les cuestiona. La opinión pública tiene a la vista los hechos y los antecedentes para no dejarse condicionar con las argucias y manipulaciones del sionismo que tratan de victimizarse por encima de las verdaderas víctimas (incluidas las israelíes), usando el pasado holocausto como si ello fuera un salvo conducto para hacer lo que los nazis hicieron con ellos.

 

 

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario