miércoles, 31 de enero de 2024

 

LA GUERRA DEL ESTRECHO

¿Por qué es una pésima idea escalar el conflicto contra Yemen en el Mar Rojo? Cuando ni la razón ni la moral asisten a Washington y a sus aliados

 

Por Charles H. Slim

Todo sea por el bien de Israel! ... claman rabiosos los sionistas en Washington D.C., pero ¿Hasta dónde y a qué precio? Entre el 22 y el 23 de enero serán uno de esos momentos que los burócratas de la administración norteamericana querrán olvidar y es que ese día una flota de destructores que escoltaban dos buques de carga estadounidenses que pretendían cruzar por el estrecho de Bab Al Mandeb se convirtió en uno de los escenarios que ningún almirante ni asesor del Pentágono creyó que podía ver.

Por las radios de los puentes de cada una de las unidades estadounidenses sonaron las advertencias de los vigilantes costeros yemeníes emplazando a los buques de carga y sus custodios a dar la vuelta o atenerse a las consecuencias. Es muy probable y que haciendo honor al típico carácter arrogante del americano, aquello haya arrancado alguna carcajada de la oficialidad de los puentes hasta que vieron a lo que se enfrentaban.

La respuesta a esa arrogancia fue rápida y certera. Misiles balísticos que los Huties calificaron como “navales apropiados” fueron lanzados contra las fragatas estadounidenses que custodiaban al buque OCEAN JAZZ contratado por Washington, en momentos que pretendía ingresar a las aguas del Golfo de Adén. El intercambio de fuego fue sin precedentes digno de un documental bélico. Según el mando de la resistencia yemení, tuvieron éxito en impactar sobre el buque en cuestión e incluso causando daños en una de las fragatas estadounidenses. Inmediatamente el NAVCENT desmintió furiosamente esta versión.

El solo hecho de que una batería de misiles haya partido desde sus lanzaderas ya representa una demostración de audacia y poder ante los sistemas de alerta temprana y sofisticados software de guerra electrónica de los buques estadounidenses salvo que...los misiles “apropiados” sean de nueva generación y ello signifique a su vez muy difíciles de interceptar.

Sin dudas que quienes mejor sabrán informar sobre las características de estos misiles son los oficiales de los buques que formaron parte de la escaramuza naval. Incluso más. Fuentes anónimas de la Inteligencia Naval habrían reportado que el nivel de peligro para el grupo de tareas es tan alto que simplemente bastó decir; “Washington, We have a serious problems”.

Como fuera que haya sido, La Casa Blanca había creído que con los bombardeos sobre Saná y algunas bases de “Ansar Allah” iban a moderar a los yemeníes. Error estratégico de Biden, uno más en lo que va de su presidencia. Siguiendo esta lógica el gobierno británico se aventuro a seguir ciegamente a los estadounidenses y ahora comprueban para su desagrado y consternación que las cosas son más difíciles que lo especulado. Ante semejante impotencia y como era de esperar Biden implemento su primera batería de sanciones administrativas contra “Ansar Allah” promulgando la Orden Ejecutiva 13224 que la declara “Terrorista Global” ¿Qué pretende esta medida? Estigmatizar a los Huties y a los yemeníes en general para que los demás estados, organizaciones o particulares que tienen relaciones de cualquier clase y/o realizan transacciones se alejen de ellos como si tuvieran la peste.

Tal vez esto haya funcionado antes, en especial con naciones latinoamericanas como Cuba y Venezuela, y los países árabes como Iraq en los noventas o Siria actualmente, pero hoy hemos visto como una batería de infernal de sanciones similares emitidas por Washington contra Rusia no le han hecho mella y por el contrario rebotaron como una pelota de goma que les dio en su propia cara.

Una vez más hay que remarcar las diferencias entre lo que sucedió entre 1990 y 1991 en el Golfo Pérsico y lo que hoy sucede en el Mar Rojo. En aquellos años EEUU y su ladero británico aprovecharon las ventajas que le ofrecía la supremacía militar con la que contaban tras el descalabro de la URSS y las ambivalencias políticas con las que descaradamente Naciones Unidas ayudo a ganar tiempo para preparar lo que se llamaría la Operación Tormenta del Desierto. En aquel momento Bush, el Departamento de Estado y sus generales del Pentágono ya tenían decidida una guerra se retiraran o no los iraquíes. Entonces pregúntense ¿Qué moralidad hubo en ese entonces?

Los Huties no son las fuerzas iraquíes de Saddam Hussein ni Yemen es el Iraq de 1990. Lo estadounidenses pareciera que no entendieron las diferencias y es por eso que fracasaron en su primer intento de castigar a los yemeníes. Los europeos que no quisieron unirse al grupo naval intuyen que nada bueno vendrá de esa intervención. No solo hay determinación en los Huties por continuar bloqueando el tráfico de buques israelíes o de otras banderas que vayan a puertos de la Palestina ocupada, han demostrado que pueden lidiar con la armada angloestadounidense utilizando con una pericia asombrosa los misiles balísticos con los que cuentan.

Pero las presiones sobre Washington no solo provienen de Tel Aviv sino del agravamiento del flujo comercial visto en los faltantes de implementos y materiales para ciertas industrias europeas producto de lo que sucede en el Mar Rojo. La escalada angloestadounidense contra Yemen podría agravar la ya pésima situación económica de la UE la cual ya acusa un descenso en la actividad productiva y por ende laboral nacida de la aventura en Ucrania que está derrapando por un desfiladero.

La presión que la resistencia islámica está imprimiendo sobre los estadounidenses tanto en Siria como en Iraq estaría determinando que Joe Biden tome muy enserio el retiro de sus tropas algo que los neoconservadores y los lobbies sionistas como AIPAC ya están resintiéndolo como un supuesto “triunfo de Irán”. Si la influencia iraní coopto lo que hoy puede llamarse gobierno en Bagdad fue gracias a invasión de 2003 y la sangrienta limpieza en la sociedad iraquí gestionada por la CIA con el beneplácito de Tel Aviv durante toda la ocupación y también por ese monstruo llamado “ISIS” creado como una continuidad de la farsa de “Al Qaeda” (para justificar su estancia en ambos países), entonces ¿Quién es el verdadero responsable de todo esto?

Al mismo tiempo, las implicancias morales por este apoyo a Israel que le cuesta más dinero público a las arcas del tesoro, dejan muy mal parado a los EEUU ya que no hay discusión alguna sobre la criminalidad con la que Netanyahu y su estado mayor están actuado en Gaza. EEUU sigue enviando miles de millones de dólares en armas, bombas y repuestos para cooperar con el genocidio que se está cometiendo. Biden, Sullivan y por supuesto Blinken lo saben muy bien y como dice el refrán “no hay peor ciego que el que no quiere ver”.

Washington está solventando los gastos de armamento a granel con el cual las FDI están asesinando indiscriminadamente y con un sadismo inimaginable a simples habitantes palestinos, aun cuando existan en el régimen sionista muchos extremistas que consideran en sus retorcidas mentes matar a todos los palestinos, ese no debería ser el espíritu de un buen estadounidense ¿Hay reamente buenos estadounidenses en el gobierno?

Es por eso que si Biden no da un paso atrás en su locura de querer abrir otra guerra y esta vez con Yemen solo para apoyar a su amigo “Bibi”, avísenle a este viejo pederasta y a los sionistas que lo están acompañando que los yemeníes podrán ser pobres, verse desastrados y escuálidos con armas portátiles que deberían estar en un museo pero tienen algo que no tienen los israelíes que siguen a Netanyahu ni los puritanos que les secundan en EEUU y eso es, la razón y la moral del por qué luchar.

 

 

 

 

 

 

 

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