MIENTRAS PEOR
MEJOR
¿Por qué el
régimen de Netanyahu agrede con impunidad y extiende los tentáculos de Israel a
todo el Medio Oriente a riesgo de una escalada?
Por Yossi Tevi
Habíamos dicho
muchas veces que Israel y en particular la secta extremista que secunda a
Benjamín Netanyahu en el poder, haría cuanto sea posible para concretar sus
objetivos colonialistas sin importar el precio y sus consecuencias. El ataque
sorpresa perpetrado sobre Doha, Qatar no debe asombrar a nadie y mucho menos a
los árabes qataríes quienes sabían muy bien que estaban coqueteando con un
cascabel.
Tampoco debería
asombrarle a Mohamed Ben Salman y la corrupta corte real de Arabia Saudita
quienes sin dudas, ante esta penetración es el mayor responsable dentro de la
península arábiga en permitir establecer lazos con Israel sin mirar por un
momento la ignominiosa y desesperante situación de los palestinos. En realidad,
no hay que asombrarse con este señalamiento ya que fue esta monarquía hachemita
la que, cumpliendo con planes estadounidenses y el inocultable involucramiento
de Tel Aviv, la que en 2015 trato de invadir Yemen teniendo más tarde que
retirarse con la cabeza gacha.
Todos estos
personajes, detestables ciertamente, no han hecho más que jugar el papel de
meras marionetas de Netanyahu y de sus voceros estadounidenses en cada
administración que paso por Washington DC. Si hoy les ha tocado a los qataríes
ser picados por la serpiente sionista los árabes de las monarquías vecinas
deberían estar mirando debajo de sus camas y preparándose para cuando les toque
a ellos porque no debieran dudarlo, les llegara a ellos también.
El argumento de
Israel para bombardear la capital qatarí fue la de un “ataque quirúrgico”
contra una reunión de la cúpula de la resistencia palestina Hamas pero, más
allá de esa argucia semántica que ya viene repitiendo en su larga carrera de crímenes
similares, no deja de ser una nueva violación a la ley internacional y a la
Carta de Naciones Unidas (agresión) que si bien sabemos, a los israelíes les
resbala su existencia y menos aún su respeto, no deja de ser la única
herramienta legal internacional que tienen las naciones para hacer frente a las
arbitrariedades como estas.
Pero la comisión
de este nuevo acto de terror israelí no tiene la finalidad que Netanyahu y sus
voceros tratan colar por los colaboradores en los medios occidentales quienes
en algunos casos, tratan de distraer de la situación hablando de “fake news” -como
sucedió con los ataques contra la flotilla a Gaza que anclo en Túnez- como
si las personas fueran estúpidas. Desde finales del año pasado Israel puso en
marcha un proceso de avance progresivo pero sostenido sobre los territorios
árabes sirios, libaneses y sin dudas con miras a extenderse más allá dejando
muy claro quién es el agresor. Obviamente que ello ha sido posible gracias a la
cooperación y apoyo estratégico de la administración Trump-Vance impulsada por
su absoluta incondicionalidad con el sionismo, una postura que ya está hartando
a muchos sectores de la vida política y ciudadana en los EEUU.
En ese sentido, el
ataque israelí no podría haber prosperado sin la asistencia de inteligencia
estratégica estadounidense y sin dudas también, la cooperación de activos de la
CIA dentro de la propia Mukhabarat qatarí que le proporcionó los datos
de ubicación y los horarios de movimientos de los blancos en Doha.
Al Tahani quizá se
crea traicionado por Washington y en particular por Donald Trump (y en lo cual
está muy en lo cierto) a quien prácticamente junto al emir de Abu Dabi, le
lambiscaron los pies con costoso obsequios y ostentosos boatos mientras los
musulmanes palestinos estaban siendo masacrados por Israel con la ayuda de sus
fuerzas de tareas en el Mediterráneo y la asistencia estratégica del CENTCOM.
También señalemos
la poca o nula entidad que puede tener las condenas diplomáticas de Doha a las
acciones israelíes con lo cual, Qatar antes de seguir simulando que hará algo, debería
estar preparándose para nuevas incursiones en vez de jugar a ladrar como perro
malo. Dentro de esta lastimera actuación no nos olvidemos a Turquía y su
impresentable presidente quien, durante décadas sirvió muy bien y sin
escrúpulos a los planes desplegados por el Departamento de Estado
norteamericano muy especialmente durante la administración Obama con la farsa
del “Estado Islámico”.
En lo que respecta
al resultado de este ataque artero, fuentes confiables aseguran que los
principales referentes políticos de Hamas y otros representantes de la
resistencia salieron ilesos. Si se asesinaron a cinco delegados que no tenían poder
de decisión y a un joven funcionario de seguridad qatarí, pero el objetivo
central perseguido por Netanyahu y su banda falló miserablemente aún, cuando
Trump salió con un discurso ridículamente ambivalente a tratar de justificarlo.
Incluso y citando al líder yemení de “Ansar Allah” Sayyed Abdelmalek al-Huzí,
el ataque en sí no ha sido un logro sino la demostración de un fracaso de un
acto criminal, concordando también en considerar estas acciones (y
especialmente en Palestina) como “el crimen del siglo”.
Como nunca el
estado de Israel y sus partidarios en todo occidente dan muestra cabal de la
naturaleza inhumana y bestial intentando por las vías del terror, aniquilar no
ya una causa política (como es la liberación de Palestina) y a sus líderes
políticos sino como vemos en la franja de Gaza, a todo su pueblo.
Pero más allá de
la hipocresía y el acostumbrado cinismo de La Casa Blanca (indistintamente de
republicanos, demócratas o outsiders), lo cierto es que con cada uno de estos
movimientos, EEUU se va enterrando poco a poco en la ciénaga que Netanyahu y la
elite sionista que brega por el “Eretz Israel” (Gran Israel) viene alimentando
en todo el Medio Oriente. Hay consciencia dentro mismo sistema y de los estamentos
(políticos, militares y de inteligencia) norteamericanos de esta trampa e
incluso, hay sectores del judaísmo (que no son muchos) que militaban por un
Israel extendido bajo esos conceptos mesiánicos, ante las horribles e
incontables pruebas del genocidio que se está llevando a cabo en toda Palestina
han redireccionado su posición a riesgo de las consecuencias que ello les trae.

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