ENCUENTRO EN
BUDAPEST
¿Cuáles habrían
sido los obstáculos para una cumbre en Hungría entre Donald Trump y Vladimir
Putin?
Por Javier B. Dal
El lugar ya esta
fijado, ahora solo queda precisar la fecha en la que se reunirán el presidente
estadounidense Donald Trump y el homólogo ruso Vladimir Putin para ver si es
posible llegar a un acuerdo que permita detener la guerra en Ucrania. Para
Trump esto ha sido una constante frustración (o al menos eso aparenta); para
Putin una nueva y gran oportunidad política para dejar muy claro quiénes son
los que tratan de perpetuar la guerra. Precisamente para ellos el éxito en los
ejercicios estratégicos de la tríáda nuclear es un mensaje alto y claro.
Pero volviendo a la reunión, la falta de
precisión sobre el día del encuentro tiene su razón en las posibles acciones
encubiertas que la OTAN podría ejecutar para intentar el arresto del presidente
ruso por los cargos -no comprobados- que se formularon en su contra ante
la Corte Internacional (algo que no sucede con el premier israelí y su gente). Ese
problema no esta en Hungría ya que Víctor Orban ha dado todas las garantías
para respetar investidura del presidente ruso, sino en las rutas por donde pase
el avión presidencial. El gobierno polaco ya ha expresado que impedirá el paso
al avión si intenta cruzar el espacio aéreo y de ser posible, arrestaría al
mandatario.
Obviamente esto se trata de una empresa
maquinada y dirigida por la gestión de Keir Starmer desde Londres quien junto a
sus socios menores Macron y Merz, tienen bien clara la misión de continuar con
las operaciones sucias (incluido el terrorismo) para debilitar a la Federación
de Rusia como una manera de contrapesar las continuas derrotas militares de
Kiev. Incluso los ataques terroristas contra instalaciones petroleras en
Rumania y Hungría ponen de manifiesto hasta donde pueden llegar esos actores
para tratar de sabotear las negociaciones. Es curioso como esta apotema de
violencia que surge de este triángulo de conspiradores europeos, no es medida por
la justicia internacional con la misma vara ¿O acaso el terrorismo que asesina
civiles rusos es diferente a otro?
Por lo pronto, el Kremlin ya esta bien al
tanto de este clima hostil y de los gazapos que tratarán de poner al ruedo los
empleados atlantistas, en especial los británicos (MI6) quienes están a la
cabeza en la organización y dirección del juego sucio. Las posibles tretas que
podrían montar mediante intermediarios van desde posibles operaciones de
sabotaje electrónico contra la aviónica del aparato presidencia que lo obligue
a un aterrizaje forzado en suelo de país atlantista hasta un montaje mediático
para escenificar un accidente, serían posibles para hacer fracasar la reunión. Y
es que la reunión para ellos representa una muy mala noticia y de tener un viso
de éxito, una derrota a sus aspiraciones por seguir sosteniendo las
hostilidades (con ello el negocio de la industria armamentística) lo que a su
vez significaría seguir sosteniendo al régimen neonazi conducido por un judío askenazi
como Zelensky, que a simple vista suena como una contradicción pero que en
realidad nunca lo fue.
Algunos consideran que la guerra de
Ucrania ya esta pérdida para la OTAN y EEUU y que lo único que trata de hacer
Trump con estas mediaciones es salvar los trapos para no caer más abajo de la
humillación.
La reunión sería la oportunidad para que
Trump deje bien en claro a su colega ruso cuál su posición y en especial, explicarle
a su colega cómo garantizará poner fin a las provocaciones y los atentados
contra la seguridad estratégica de la Federación de Rusia. Trump no ha hecho
nada por frenar esta dinámica, incluso es el eje de cooperación para que eso
continúe. Mientras Donald Trump dijo “nos vamos de la OTAN”, por la otra
ventanilla le vender las armas y los equipos a los europeos quienes se los
suministran a Kiev. Tampoco olvidemos que fue Trump quien potencialmente le
prometió a Zelensky proveerle de misiles Tomahawk en una nueva versión móvil en
un lanzador terrestre que ya cruza todos los límites de la tolerancia y obliga
a Moscú ser más explícito en sus señales. A su vez Volodomyr Zelensky (dejando
entrever su faceta de cómico) propone convertirse en proveedor de Drones…de
fabricación china (¿?), dejando en claro que también parece moverse sobre la
misma realidad paralela por la que se mueve Trump. También no dejemos de ver
que cuando se reunió con Zelensky aseguró que “Rusia no tenía victorias en el
campo de batalla” demostrando que o Trump está pesimamente informado o
simplemente es otra de sus tantas frases dirigidas a contentar al anfitrión.
La charla en Budapest podría propiciar un
nuevo panorama, pero no debemos dejar de lado a los saboteadores europeos muy
activos en la tarea.
Hoy por hoy todas estas consideraciones ya
no importan dado que se suspendió la reunión donde cada parte puso sus excusas.
Trump decidió que ello sería en vano ya que los ataques rusos no se detienen,
pero eso solo fue una excusa ya que él y su administración son parte de esto. A
decir verdad, hay demasiadas inconsistencias en la política de la Casa Blanca
para que el presidente Vladimir Putin pierda el tiempo en un viaje lleno de
periplos para no hallar lo que se busca. Mientras Donald Trump puede decir que
“la reunión sería una pérdida de tiempo” alegando falsamente que Rusia no
detiene la violencia cuando es el régimen neonazi quien (con el apoyo de
Londres y sus empleados) continúan sus ataques terroristas sobre el territorio
de la Federación de Rusia, el presidente Putin podría decirle en la cara que
sus buenas intenciones para la paz solo han sido una mascarada para continuar
con lo que siempre ha llevado adelante Washington: Tratar de desestabilizar a
Rusia y dejarla de rodillas.

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