jueves, 16 de octubre de 2025

 

PAZ DE PAPEL

¿Por qué las partes involucradas en el acuerdo y en especial los palestinos no deberían confiar en Israel?


Por Pepe Beru

Una vez más, los grandes anuncios en los medios, las fotografías y el despliegue de los jerarcas más importantes del mundo tratan de escenificar una supuesta paz entre Israel y la población palestina incurriendo una vez más, en una falsificación de la secuencia histórica que ha desatado todo esto. Apenas horas después de entrada en vigencia el acuerdo, las FDI cometieron varias violaciones al alto al fuego asesinando civiles en Rafah y Shuyaiyya. Esto no puede hacer más que adelantar que esta supuesta paz sea tan frágil como un papel.

Detrás de toda esta fanfarria mediática se escondía la manipulación y la discresionalidad con las cuales los invasores armaron las listas de prisioneros liberados y, como castigo, deportar a varios de ellos a sitios lejos de sus familiares que les esperaban. Como lo señalaron medios palestinos y árabes, la jornada estuvo marcada por una mezcla de sensaciones que iban desde la alegría hasta la amargura, como parte del ya conocido sadismo con el que se comportan los israelíes con los palestinos.

Mientras en los medios pro-israelíes en Buenos Aires hacían toda una épica política del acuerdo urdido entre Trump y Netanyahu con aderezos lacrimógenos mostrando algunos de los israelíes liberados recibidos por sus familiares, denostaban y hasta haciendo comentarios claramente discriminatorios, criticaban con ponzoña la algarabía de una población palestina que, pese a todo lo sufrido, recibía a sus prisioneros como héroes.

La resiliencia de los palestinos es una cualidad que los israelíes ni sus partidarios en occidente (en especial los argentinos) soportan. Su anhelo no solo es destruirles físicamente sino también espiritualmente, un objetivo que ha fracasado durante 77 años de brutal ocupación. Así, mientras los palestinos dan muestra de lo que es sufrir lo indecible y volver a levantarse, los sionistas han quedado atrapados en su propio relato victimista y culposo que además de no rendir los efectos en la comunicación política (de culpar a los demás), les carcome a ellos mismos. Pero más allá de esto, el trato sesgado que se le da al tema en occidente ya viene de décadas solo que hoy, los militantes sionistas argentinos en los medios hacen gala de su posicionamiento.

La situación que algunos periodistas y comunicadores argentos se puede graficar como una pantalla partida, donde en un lado están los “pobres israelíes” y en el otro (cuando en algún caso los han visualizado) “los malos e inhumanos” palestinos que tienen “esas costumbres tan extrañas”, una muy odiosa e injusta pintura del reduccionismo al que nos tiene acostumbrado el sector de medios (en particular de la capital) siempre colgado de los poderosos.

Con respecto a esto último, no se debe perder de vista que si el régimen infanticida de Benjamín Netanyahu no recibía el apoyo total de EEUU (y es implicaba la intervención militar de tropas en Gaza), la resistencia palestina habría continuado luchando. El día después dio cabal muestra de que la estructura de combate y sus cuadros siguen en pie a pesar de las esperanzas del gabinete de guerra israelí de buscar destruirles. Así mismo y pese a las amenazas de Trump de barrer la franja si no se cumplen las condiciones, la tarea no sería tan fácil como lo dice el presidente estadounidense.

Además de que no se puede esperar nada transparente de Netanyahu y su sequito de extremistas talmúdicos, el precio pagado por los palestinos es tan brutal como imposible esconder, aun cuando los medios argentinos hagan una novela de los “rehenes” y del recibimiento de sus familias como una forma de tapar el genocidio cometido. Los datos de la realidad son irrefutables y debieran quedar sin investigación. Por cada uno de estos, “rehenes israelies” las FDI han asesinado a mil niños palestinos entonces ¿Quién ha sufrido realmente una tragedia?

En realidad, todo este conflicto es una gran tragedia para ambos pero los medios no tienen interés de revisar las causas ni hacer las correspondientes ponderaciones del caso.

Una cosa es que los medios israelíes traten el tema con la esperable tendencia que su posición les impone e incluso, es entendible oír el relato pro-Israel de la Corporación de medios angloestadounidenses notoria e históricamente vinculados a los omnipresentes intereses sionistas de los círculos financieros de Wall Street pero, hallar tanto sesgo en Argentina (radiado desde CABA) tratando el asunto como si fuera una subsidiaria de Tel Aviv es algo que los simples argentinos de a pie debiera llamar la atención, reflexionar y preguntarse ¿Quiénes controlan el gobierno y las áreas más sensibles de su estado?

Igualmente y pese a esta influencia financiera que compra y alquila voluntades en el espectro de los medios, la libertad de cada ciudadano argentino radica en poder discernir y ejercer el pensamiento crítico más allá de este condicionamiento ideológico y de las manipulaciones que mediante estos editores de la realidad se pretende instalar desde los medios.

Como bien diría cualquier palestino, “no somos víctimas, solo luchamos y morimos por lo nuestro”, una visión muy diferente a la que los sionistas presentan de su gente siempre en búsqueda de la congoja y la lástima para quedar como los pobres de la película. Pero la realidad les ha expuesto en su más verdadera y torva cara de lo que son capaces de hacer para robarse y retener lo que no les pertenece.

Trump y Netanyahu pretenden imponer condiciones similares como las impuestas al Líbano donde tras la tregua de fines del año pasado (violada en todo momento por las FDI), tratan de desarmar a la resistencia islámica de Hesbolá y con ello tomar el control total del país. A pesar de las diferencias entre la situación geográfica del Líbano y Gaza, lo demostrado en estos dos años por la resistencia palestina encabezada por Hamas plantea una incógnita de difícil solución para los estrategas militares israelíes. Sumado a esto, también cuenta el fracaso de su inteligencia tras el desbaratamiento de una red de espías pagada por Israel, dirigida por un ciudadano sirio de nombre Hadeel Oweis que usaban la plataforma “JUSOOR” para divulgar información falsa y contrapropaganda, hoy capturados y en proceso de ejecución.  El golpe con terrorismo tecnológico -con los bipers explosivos- que debilitó a Hesbolá y la eliminación de su cúpula política tras el artero ataque sobre Beirut pudo hacerse a larga distancia, pero si quieren hacer lo mismo con la estructura de la resistencia palestina, la pelea se vuelve obligadamente más cercana y eso (como ya lo vieron los israelíes) cuesta demasiados hombres y a su vez, mucho coste político para sus personeros. Entonces, si Hamas y la resistencia no acatan las condiciones de Trump ¿Enviará a sus marines a combatir a Gaza?    

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario