PAZ DE PAPEL
¿Por qué las
partes involucradas en el acuerdo y en especial los palestinos no deberían confiar
en Israel?
Por Pepe Beru
Una vez más, los grandes anuncios en los medios, las fotografías y el despliegue de los jerarcas más importantes del mundo tratan de escenificar una supuesta paz entre Israel y la población palestina incurriendo una vez más, en una falsificación de la secuencia histórica que ha desatado todo esto. Apenas horas después de entrada en vigencia el acuerdo, las FDI cometieron varias violaciones al alto al fuego asesinando civiles en Rafah y Shuyaiyya. Esto no puede hacer más que adelantar que esta supuesta paz sea tan frágil como un papel.
Detrás de toda
esta fanfarria mediática se escondía la manipulación y la discresionalidad con
las cuales los invasores armaron las listas de prisioneros liberados y, como
castigo, deportar a varios de ellos a sitios lejos de sus familiares que les
esperaban. Como lo señalaron medios palestinos y árabes, la jornada estuvo
marcada por una mezcla de sensaciones que iban desde la alegría hasta la
amargura, como parte del ya conocido sadismo con el que se comportan los
israelíes con los palestinos.
Mientras en los
medios pro-israelíes en Buenos Aires hacían toda una épica política del acuerdo
urdido entre Trump y Netanyahu con aderezos lacrimógenos mostrando algunos de
los israelíes liberados recibidos por sus familiares, denostaban y hasta
haciendo comentarios claramente discriminatorios, criticaban con ponzoña la algarabía
de una población palestina que, pese a todo lo sufrido, recibía a sus
prisioneros como héroes.
La resiliencia de
los palestinos es una cualidad que los israelíes ni sus partidarios en
occidente (en especial los argentinos) soportan. Su anhelo no solo es
destruirles físicamente sino también espiritualmente, un objetivo que ha
fracasado durante 77 años de brutal ocupación. Así, mientras los palestinos dan
muestra de lo que es sufrir lo indecible y volver a levantarse, los sionistas
han quedado atrapados en su propio relato victimista y culposo que además de no
rendir los efectos en la comunicación política (de culpar a los demás), les
carcome a ellos mismos. Pero más allá de esto, el trato sesgado que se le da al
tema en occidente ya viene de décadas solo que hoy, los militantes sionistas argentinos
en los medios hacen gala de su posicionamiento.
La situación que
algunos periodistas y comunicadores argentos se puede graficar como una
pantalla partida, donde en un lado están los “pobres israelíes” y en el otro
(cuando en algún caso los han visualizado) “los malos e inhumanos” palestinos
que tienen “esas costumbres tan extrañas”, una muy odiosa e injusta pintura del
reduccionismo al que nos tiene acostumbrado el sector de medios (en particular
de la capital) siempre colgado de los poderosos.
Con respecto a
esto último, no se debe perder de vista que si el régimen infanticida de Benjamín
Netanyahu no recibía el apoyo total de EEUU (y es implicaba la intervención
militar de tropas en Gaza), la resistencia palestina habría continuado
luchando. El día después dio cabal muestra de que la estructura de combate y
sus cuadros siguen en pie a pesar de las esperanzas del gabinete de guerra
israelí de buscar destruirles. Así mismo y pese a las amenazas de Trump de barrer
la franja si no se cumplen las condiciones, la tarea no sería tan fácil como lo
dice el presidente estadounidense.
Además de que no
se puede esperar nada transparente de Netanyahu y su sequito de extremistas
talmúdicos, el precio pagado por los palestinos es tan brutal como imposible
esconder, aun cuando los medios argentinos hagan una novela de los “rehenes” y del
recibimiento de sus familias como una forma de tapar el genocidio cometido. Los
datos de la realidad son irrefutables y debieran quedar sin investigación. Por
cada uno de estos, “rehenes israelies” las FDI han asesinado a mil niños
palestinos entonces ¿Quién ha sufrido realmente una tragedia?
En realidad, todo
este conflicto es una gran tragedia para ambos pero los medios no tienen
interés de revisar las causas ni hacer las correspondientes ponderaciones del
caso.
Una cosa es que
los medios israelíes traten el tema con la esperable tendencia que su posición
les impone e incluso, es entendible oír el relato pro-Israel de la Corporación
de medios angloestadounidenses notoria e históricamente vinculados a los
omnipresentes intereses sionistas de los círculos financieros de Wall Street
pero, hallar tanto sesgo en Argentina (radiado desde CABA) tratando el asunto
como si fuera una subsidiaria de Tel Aviv es algo que los simples argentinos de
a pie debiera llamar la atención, reflexionar y preguntarse ¿Quiénes controlan
el gobierno y las áreas más sensibles de su estado?
Igualmente y pese
a esta influencia financiera que compra y alquila voluntades en el espectro de
los medios, la libertad de cada ciudadano argentino radica en poder discernir y
ejercer el pensamiento crítico más allá de este condicionamiento ideológico y
de las manipulaciones que mediante estos editores de la realidad se pretende
instalar desde los medios.
Como bien diría
cualquier palestino, “no somos víctimas, solo luchamos y morimos por lo
nuestro”, una visión muy diferente a la que los sionistas presentan de su gente
siempre en búsqueda de la congoja y la lástima para quedar como los pobres de
la película. Pero la realidad les ha expuesto en su más verdadera y torva cara
de lo que son capaces de hacer para robarse y retener lo que no les pertenece.
Trump y Netanyahu
pretenden imponer condiciones similares como las impuestas al Líbano donde tras
la tregua de fines del año pasado (violada en todo momento por las FDI), tratan
de desarmar a la resistencia islámica de Hesbolá y con ello tomar el control
total del país. A pesar de las diferencias entre la situación geográfica del
Líbano y Gaza, lo demostrado en estos dos años por la resistencia palestina
encabezada por Hamas plantea una incógnita de difícil solución para los
estrategas militares israelíes. Sumado a esto, también cuenta el fracaso de su
inteligencia tras el desbaratamiento de una red de espías pagada por Israel, dirigida
por un ciudadano sirio de nombre Hadeel Oweis que usaban la plataforma “JUSOOR”
para divulgar información falsa y contrapropaganda, hoy capturados y en proceso
de ejecución. El golpe con terrorismo
tecnológico -con los bipers explosivos- que debilitó a Hesbolá y la
eliminación de su cúpula política tras el artero ataque sobre Beirut pudo
hacerse a larga distancia, pero si quieren hacer lo mismo con la estructura de
la resistencia palestina, la pelea se vuelve obligadamente más cercana y eso
(como ya lo vieron los israelíes) cuesta demasiados hombres y a su vez, mucho
coste político para sus personeros. Entonces, si Hamas y la resistencia no
acatan las condiciones de Trump ¿Enviará a sus marines a combatir a Gaza?

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