POR QUÉ DEBE
REIRSE CUANDO LA CASA BLANCA HABLA DE DEMOCRACIA
¿Por qué la
administración de los MAGA refuerza la incoherencia política que sufre los EEUU
y profundiza la crisis interna?
Por Dany Smith
No es la voluntad de un hombre la que mueve naciones, son el conjunto de muchas voluntades que retroalimentan y mueven a un conductor que representa ante los electores, sus idearios o mejor dicho, sus intereses. El prefacio de la Constitución que reza “Nosotros el pueblo de los EEUU” ha quedado demodé salvo que la palabra pueblo haya tomado un nuevo significado. Igual, a Trump no le interesa la Constitución.
El presidente
Trump no es representativo de esa palabra y en realidad, ninguno de los
políticos que se han forrado con millones de dólares aprovechando los privilegios
y negociados que les posibilita el sistema. La corrupción política es tan clara
y extendida que no podríamos hallar diferencias con esas democracias opacas de
Sudamérica o incluso del este de Europa.
No son los
costosos trajes ni las fastuosas conferencias de prensa las que hacen a una
democracia. Como todo en la vida, es la coherencia entre lo que se dice y lo
que se hace lo que visualiza una democracia ¿Desde cuándo EEUU ha perdido esa
coherencia? Ciertamente no ha sido Donald Trump el culpable, esto empezó ya
hace mucho tiempo.
Trump solo está
profundizando esta incoherencia política a lo inaudito, pero puede hacerlo
porque hay un sistema (el estado profundo) que se lo permite.
EEUU estaba mal
antes pero el regreso de Donald Trump lo ha empeorado todo. La salud
institucional es critica por decir algo. No hay que decir mucho para describir
lo que ha impactado las políticas fascistas en migración, la militarización de
la seguridad civil, la hipervigilancia a la que se está sometiendo a todos los
ciudadanos estadounidenses y el fomento a premiar a los soplones (ciudadanos,
empleados o cualquiera sea) que informen al gobierno sobre aspectos que la “Homeland
Security” considere sospechosos. Si un estadounidense quiere viajar de un
estado a otro (incluso en un autobús) podría llevarse la desagradable sorpresa
de estar en una lista confeccionada por esta agencia y que la TSA utiliza para señalar
a “potenciales sospechosos” para la seguridad ¿De dónde cree usted que salieron
estas insidiosas formulas en seguridad? Si ha pensado en Israel y sus oprobiosas
agencias como la Shin Bet y el Mossad usted acertó.
Ya no alcanza con
que usted profese el Islam o tenga señas particulares que le hagan parecer un
musulmán, no es necesario. Si a los burócratas entrenados en base a la doctrina
importada del estado infanticida que tiene un PHD en el diseño y práctica de torturas
y violación sistemática a la intimidad se les ocurre que así debe ser, así
será.
Todo esto no se lo
debemos explicar al mundo ya que nos conocen muy bien y estas peculiares señas
de lo que tratan llamar democracia, están tratando de ser impuestas al resto. Trump
solo es el administrador temporal de los intereses de una mafia que extiende
sus tentáculos a todo el globo pero con especial agarre en Europa y su
estructura gubernamental representada por la UE ocupada por gobiernos abyectos
y políticos obsecuentes a las decisiones de Washington que solo buscan mejorar
sus propias posiciones.
Trump es la
demostración del cambio que no cambia nada. Su eslogan de “Hagamos grande a
EEUU otra vez” (Make America Great Again) es una reinterpretación o un
formulismo de continuar por la conquista hegemónica global que los
internacionalistas y los neocon impulsaron para apropiarse de los recursos
energéticos de otros países durante los últimos treinta años sin importar los
costes. Las consecuencias de aquella geopolítica son intervenciones, invasiones,
guerras, muerte miseria y desplazamientos de mareas humanas que terminaron
trastornando a los europeos que hoy, ante el peso acumulativo de sus líderes políticos
corruptos de (como Blair, Cameron, Sarcosi, Aznar y el resto) por seguir estas
políticas, reniegan hoy de sus propias políticas migratorias.
La democracia
estadounidense solo se aplica como en el “lejano oeste” o más sutilmente como
lo hacía la “Cosa Nostra” en New York hasta que las agencias federales las
desbarató ¿Y qué sucedió? Hoy administran bajo nuevas agencias y eufemismos muy
elocuentes los negocios sucios (incluidos los transnacionales) de la ciudad.
Trump conoce todo esto y sabe jugar sucio y en eso se basa su política con la
única diferencia en el móvil: Los negocios.
Hoy busca hacerse
con el control de los recursos estratégicos de cualquier país que los tenga y
sean útiles para EEUU. Vemos como por medio del pequeño fascista askenazi Vladimir
Zelensky, le ha quitado el control de las pocas tierras raras que lograba
controlar. En Argentina, el neosionista Javier Milei ya vendió el futuro de su
ya hipotecado país entregándole sin ton ni son el acceso a sus recursos estratégicos
sin más condiciones que las que se creen los argentinos.
En estas horas somos
testigos de los descarados preparativos para una nueva guerra preventiva para
cambio de régimen en Venezuela, una maniobra contra la soberanía de un estado,
violatoria del derecho internacional que no tiene nada de democrática. Las
operaciones de intoxicación informativa y de sabotaje de la CIA ya no son un
secreto y parte de ellas son las acusaciones contra Nicolás Maduro y la
promocionada nobel Corina Machado, una agente en la nómina que entregará en
bandeja los recursos de Venezuela a Trump. Por eso, el show ha comenzado. Estamos
viendo como los drones de ataque vuelan en pedazos pequeñas lanchas con
pescadores artesanales que Trump presenta como traficantes de drogas sin presentar
pruebas concretas. Incluso la impunidad de este accionar ya llegó a las aguas
colombianas donde la armada también ha matado a otro grupo de pescadores bajo
el mismo pretexto.
Venezolanos!, toc,
toc: “La democracia estadounidenses está llegando”

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