NACIONAL
“¿EXISTE EL PERONISMO?”
Como el paso del tiempo y las inconsecuencias de la clase política peronista ha llevado al partido al borde de la extinción
Por
Javier B. Dal
Quien se atreva a formularse este cuestionamiento, comenzara a ver
que lo que muchos siguen blandiendo como una bandera auténtica, solo son los
restos de políticos reciclados que alguna vez se beneficiaron a costa del
Justicialismo degradado por la apostasía menemista, un verdadero “Caballo de
Troya” que disfrazado de “Caudillo” nacionalista del interior, terminó siendo
el virus que insertó la obscenidad y la corrupción que terminó degradando a lo
que quedaba del peronismo histórico.
Es
sin dudas una cuestión que preocupa a muchos argentinos que tratan de creer en
alguna ideología política que mínimamente represente a los intereses
nacionales. Solo baste recalcar para los desmemoriados, que Juan Domingo Perón
fue un líder realmente nacional que mediante las intrigas tejidas desde Londres
y Washington quienes a su vez contaron el apoyo de sectores nacionales a todo
nivel, terminaron derrocándole allá por 1955 sin que el revisionismo histórico
hiciera incapié en algunos particulares hechos que marcaron aquellas jornadas.
Pero
la realidad actual ha puesto de manifiesto hasta donde ha caído el descredito
político o más bien dicho, por la clase política que desde hace veinticinco
años hasta esta parte, además de no haber producido liderazgos destacables, ha demostrado ser tan corrupta como
mercenaria, salvo contados casos.
Asimismo
con la caída de la última versión del “peronismo transgénico” encarnada en el
llamado “Kirchnerismo” significó la demostración extrema de hasta donde se
puede estirar una ideología para ajustarla a los intereses personales del
mandatario de turno. Así como con Carlos Menem en los noventas el peronismo
paso a ser una partido de “glamorosos neoliberales pro-estadounidenses”, el peronismo entendido
por Néstor Carlos Kirchner y su señora esposa fue convertido en una
verdadera bolsa de gatos en la que uno
podía hasta hace unos meses encontrar, marxistas, castristas, radicales y hasta
socialdemócratas de corte europeísta.
Creatividad K |
La
llamada “década ganada” por la presidente Cristina Fernández y sus cercanos,
más bien debería llamarse de “las ganancias” dado los escándalos judiciales de
los que se hallan involucrados que alejan y mucho a la señora ex mandataria de
sus discursos de impostadas poses “nacionales y populares”. En todo este circo hay una gran responsabilidad
de propios y ajenos; me refiero a que los que decían ser “peronistas” de la
primera hora o los que tienen una notoria antigüedad en el partido, no hicieron
nada para zanjar diferencias entre lo que había sido la vida y obra de Juan
Domingo Perón y Eva Duarte, de lo que hacían Kirchner y su estrambótica esposa
que a las claras, trataba de imitar a la carismática “evita”.
Ni
uno solo de esos viejos peronistas –salvo la excepción de Julio Bárbaro- se
atrevieron a desmarcar esa verdadera paparruchada que buscaba manipular a las
masas de pobres que logró juntar con las alianzas que tejió con líderes de movimientos sociales y ONG. En este sentido
sin un Luís Delía, un Pérsico y la organización de “Madres de Plaza de Mayo”,
otro hubiera sido el escenario para las actuaciones de la comedida mandataria.
Igualmente,
esta supuesta ceguera no es nueva ya que muchos de los viejos peronistas que
han sobrevivido a los noventas, callaron complacientemente las incongruencias políticas
de Menem y Cía.
Tal
como lo habíamos previsto el año pasado, el “Kirchnerismo”, el llamado
“Proyecto” –del cual no sabríamos decir cual era- y su falange de choque
“La Campora”, se evaporaron tan pronto se enteraron de la derrota electoral.
Sin dudas fue la muestra de una muy mala señal para una tropa de militantes
que, supuestamente, guardaban fidelidad a muerte con su líder. Esto último es
un agregado impensable en lo que era el FPV y sus amuchados seguidores que, solo
mantenían lealtad al billete y al sobre de fin de mes. En eso y poco menos, se
había convertido el peronismo, en una leva de mercenarios que extendían la mano
para cobrar sin hacer nada.
Eva Duarte fue y será inimitable |
Los
más estridentes y rimbombantes nombres solo para el cartel. Un ejemplo de éstos
“leales populares” que le soltaron la mano a la “Cristina” fue el dirigente del
Movimiento Evita Emilio Persico, quien ya antes de que la mandataria saliera de
la Casa Rosada se plegó como una lapa a
la candidatura del malogrado Scioli, que además de advenedizo, para muchos
tiene de peronista lo que Menem de Perón. Igualmente aquello no sería nada comparado con lo que ocurre actualmente, con
el requerimiento de cuentas a Cristina Fernández ante la
justicia que la implica en el vaciamiento de las arcas públicas que, según el
arrepentido Leo Fariña, alcanzaría a unos 120 mil millones de DÓLARES, una
cifra sideral que no tiene precedentes en la historia de la corrupción
nacional.
Hoy
causa mucha risa como varios de los que se beneficiaron y asintieron lo que CFK
bajaba por sus canales de obsecuentes intermediarios, se hacen los valientes o
los ofendidos cuando se los enfrenta a la realidad. Miren sino al ex gobernador de la provincia
de Buenos Aires Felipe Solá, que con su cara de malo y su típica pose de matón,
emplaza a cualquier periodista que ose cuestionar sus funciones en la era K. O
los desopilantes comentarios de un impresentable como Guillermo Moreno que es
muy posible que si uno se lo cruza por la calle y le inquiere su desfachatez, sea
capaz de buscar un round callejero.
Pero
estos son solo algunos de los ejemplos de la caradurez nacional. Miren sino también a la señora “Chiche” de
Duhalde quien sin vueltas, discursa contra unos y otros sin acordarse lo que
fue la era menemista en la que su marido, fue el gobernador de la provincia y
quien eligió a Kirchner como el candidato que luego ocuparía la presidencia. O que decir de los “conversos” que
supuestamente hipnotizados por los discursos de la presidenta CFK, se rindieron
a sus pies para adscribir a sus mandatos.
Me refiero a los llamados “radicales
K” que como Leopoldo Moreau, Eduardo Santin, demostraron ser verdaderos
exponentes de lo que la palabra mercenario significa en el diccionario y que además
tuvieron como lamentables ejemplos en intendentes y gobernadores.
Pero
acá hablamos del peronismo y su actualidad. Sobre esto no sabríamos decir si
actualmente existe como partido y menos aún si es un movimiento. La realidad no informa que ambas formas de
manifestación no existen en la puridad como se lo conoció, incluso en la era
menemista. Los grandes títulos como “la presidencia del Partido Peronista” o el “Movimiento Justicialista” son tan
huecos como el vacío que existe en sus sedes partidarias de todo el país. Tal
vez siga manteniendo su fuerza en el cono urbano y más precisamente en la
Matanza donde claramente se hallan los cuarteles de invierno del PJ bonaerense,
pero no son ya el poder omnímodo entre las clases trabajadoras.
Por
sobre todo –y lo que más importa en la militancia de esta nueva era- es
que se han cortado los canales de financiamiento que gozaban los fervorosos
kirchneristas y sus incondicionales
militantes, que al advertir que no habrán más ganancias y ver cómo marchan sus
“generales” al patíbulo de la justicia,
han preferido arrojar sus estandartes y huir para volver algún día?
En
las actuales circunstancias se puede asegurar que lo que existe es una
atomización total del “Peronismo” y que bien se puede resumir en una fórmula
que espanta a los charlatanes y demagogos profesionales la cual se resume a
que, hay tantos “peronismos” como
peronistas hallan en el país.
Sin
dudas, con éste panorama se vuelve muy difícil para los “caciques” subsistentes,
poder reclutar nuevas almas para un partido que al igual que el resto de los
partidos tradicionales, ha caído en el descrédito total.