martes, 5 de julio de 2016


NACIONAL


“¿EXISTE EL PERONISMO?”

Como el paso del tiempo y las inconsecuencias de la clase política peronista ha llevado al partido al borde de la extinción



Por Javier B. Dal
Quien se atreva a formularse este cuestionamiento, comenzara a ver que lo que muchos siguen blandiendo como una bandera auténtica, solo son los restos de políticos reciclados que alguna vez se beneficiaron a costa del Justicialismo degradado por la apostasía menemista, un verdadero “Caballo de Troya” que disfrazado de “Caudillo” nacionalista del interior, terminó siendo el virus que insertó la obscenidad y la corrupción que terminó degradando a lo que quedaba del peronismo histórico. 

Es sin dudas una cuestión que preocupa a muchos argentinos que tratan de creer en alguna ideología política que mínimamente represente a los intereses nacionales. Solo baste recalcar para los desmemoriados, que Juan Domingo Perón fue un líder realmente nacional que mediante las intrigas tejidas desde Londres y Washington quienes a su vez contaron el apoyo de sectores nacionales a todo nivel, terminaron derrocándole allá por 1955 sin que el revisionismo histórico hiciera incapié en algunos particulares hechos que marcaron aquellas jornadas.

Pero la realidad actual ha puesto de manifiesto hasta donde ha caído el descredito político o más bien dicho, por la clase política que desde hace veinticinco años hasta esta parte, además de no haber producido liderazgos destacables,  ha demostrado ser tan corrupta como mercenaria, salvo contados casos.

Asimismo con la caída de la última versión del “peronismo transgénico” encarnada en el llamado “Kirchnerismo” significó la demostración extrema de hasta donde se puede estirar una ideología para ajustarla a los intereses personales del mandatario de turno. Así como con Carlos Menem en los noventas el peronismo paso a ser una partido de “glamorosos neoliberales  pro-estadounidenses”, el peronismo entendido por Néstor Carlos Kirchner y su señora esposa fue convertido en una verdadera  bolsa de gatos en la que uno podía hasta hace unos meses encontrar, marxistas, castristas, radicales y hasta socialdemócratas de corte europeísta.
Creatividad K

La llamada “década ganada” por la presidente Cristina Fernández y sus cercanos, más bien debería llamarse de “las ganancias” dado los escándalos judiciales de los que se hallan involucrados que alejan y mucho a la señora ex mandataria de sus discursos de impostadas poses “nacionales y populares”.  En todo este circo hay una gran responsabilidad de propios y ajenos; me refiero a que los que decían ser “peronistas” de la primera hora o los que tienen una notoria antigüedad en el partido, no hicieron nada para zanjar diferencias entre lo que había sido la vida y obra de Juan Domingo Perón y Eva Duarte, de lo que hacían Kirchner y su estrambótica esposa que a las claras, trataba de imitar a la carismática “evita”.  

Ni uno solo de esos viejos peronistas –salvo la excepción de Julio Bárbaro- se atrevieron a desmarcar esa verdadera paparruchada que buscaba manipular a las masas de pobres que logró juntar con las alianzas que tejió con líderes de  movimientos sociales y ONG. En este sentido sin un Luís Delía, un Pérsico y la organización de “Madres de Plaza de Mayo”, otro hubiera sido el escenario para las actuaciones de la comedida mandataria.

Igualmente, esta supuesta ceguera no es nueva ya que muchos de los viejos peronistas que han sobrevivido a los noventas, callaron complacientemente las incongruencias políticas de Menem y Cía.

Tal como lo habíamos previsto el año pasado, el “Kirchnerismo”, el llamado “Proyecto” –del cual no sabríamos decir cual era- y su falange de choque “La Campora”, se evaporaron tan pronto se enteraron de la derrota electoral. Sin dudas fue la muestra de una muy mala señal para una tropa de militantes que, supuestamente, guardaban fidelidad a muerte con su líder. Esto último es un agregado impensable en lo que era el FPV y sus amuchados seguidores que, solo mantenían lealtad al billete y al sobre de fin de mes. En eso y poco menos, se había convertido el peronismo, en una leva de mercenarios que extendían la mano para cobrar sin hacer nada.
Eva Duarte fue y será inimitable

Los más estridentes y rimbombantes nombres solo para el cartel. Un ejemplo de éstos “leales populares” que le soltaron la mano a la “Cristina” fue el dirigente del Movimiento Evita Emilio Persico, quien ya antes de que la mandataria saliera de la Casa Rosada  se plegó como una lapa a la candidatura del malogrado Scioli, que además de advenedizo, para muchos tiene de peronista lo que Menem de Perón. Igualmente aquello no sería nada  comparado con lo que ocurre actualmente, con el requerimiento de cuentas a Cristina Fernández   ante la justicia que la implica en el vaciamiento de las arcas públicas que, según el arrepentido Leo Fariña, alcanzaría a unos 120 mil millones de DÓLARES, una cifra sideral que no tiene precedentes en la historia de la corrupción nacional.

Hoy causa mucha risa como varios de los que se beneficiaron y asintieron lo que CFK bajaba por sus canales de obsecuentes intermediarios, se hacen los valientes o los ofendidos cuando se los enfrenta a la realidad.  Miren sino al ex gobernador de la provincia de Buenos Aires Felipe Solá, que con su cara de malo y su típica pose de matón, emplaza a cualquier periodista que ose cuestionar sus funciones en la era K. O los desopilantes comentarios de un impresentable como Guillermo Moreno que es muy posible que si uno se lo cruza por la calle y le inquiere su desfachatez, sea capaz de buscar un round callejero.  

Pero estos son solo algunos de los ejemplos de la caradurez nacional.  Miren sino también a la señora “Chiche” de Duhalde quien sin vueltas, discursa contra unos y otros sin acordarse lo que fue la era menemista en la que su marido, fue el gobernador de la provincia y quien eligió a Kirchner como el candidato que luego ocuparía la presidencia.  O que decir de los “conversos” que supuestamente hipnotizados por los discursos de la presidenta CFK, se rindieron a sus pies para adscribir a sus mandatos. 

Me refiero a los llamados “radicales K” que como Leopoldo Moreau, Eduardo Santin, demostraron ser verdaderos exponentes de lo que la palabra mercenario significa en el diccionario y que además tuvieron como lamentables ejemplos en intendentes y gobernadores.

Pero acá hablamos del peronismo y su actualidad. Sobre esto no sabríamos decir si actualmente existe como partido y menos aún si es un movimiento.  La realidad no informa que ambas formas de manifestación no existen en la puridad como se lo conoció, incluso en la era menemista. Los grandes títulos como “la presidencia del Partido Peronista”  o el “Movimiento Justicialista” son tan huecos como el vacío que existe en sus sedes partidarias de todo el país. Tal vez siga manteniendo su fuerza en el cono urbano y más precisamente en la Matanza donde claramente se hallan los cuarteles de invierno del PJ bonaerense, pero no son ya el poder omnímodo entre las clases trabajadoras.  

Por sobre todo –y lo que más importa en la militancia de esta nueva era- es que se han cortado los canales de financiamiento que gozaban los fervorosos kirchneristas y sus  incondicionales militantes, que al advertir que no habrán más ganancias y ver cómo marchan sus “generales” al patíbulo de la justicia,  han preferido arrojar sus estandartes y huir para volver algún día?

En las actuales circunstancias se puede asegurar que lo que existe es una atomización total del “Peronismo” y que bien se puede resumir en una fórmula que espanta a los charlatanes y demagogos profesionales la cual se resume a que,  hay tantos “peronismos” como peronistas hallan en el país.


Sin dudas, con éste panorama se vuelve muy difícil para los “caciques” subsistentes, poder reclutar nuevas almas para un partido que al igual que el resto de los partidos tradicionales, ha caído en el descrédito total. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario