lunes, 18 de septiembre de 2017

VETERANOS DE AYER



“CHEMICAL WARFARE”

Una de la facetas de la guerra del Golfo Pérsico que EEUU quiere enterrar. Pese al paso de más de 26 años de aquella confrontación las pruebas y los elementos que siguen surgiendo de lo que afecto a las tropas estadounidenses conocido como el “Síndrome del Golfo” puede haber afectado al resto de los contingentes aliados en la región.





Por Dany Smith
Hace ya más de veinte años que los combatientes norteamericanos de la Tormenta del Desierto, a poco que llegaron a sus hogares  comenzaron a denunciar todo tipo de afecciones a su salud y en muchos casos, sus familiares vieron morir de aparentes causas naturales a hombres que hasta su arribo, habían sido vitales y en excelente forma física. A partir de entonces las preguntas de muchos veteranos comenzaron a golpear a las administraciones en Washington, pero ellos no serían los únicos afectados.

Su colegas británicos también han sido protagonistas trágicos del llamado “Síndrome del Golfo”, que encubre una intoxicación venenosa masiva producto de agentes químicos de armamentos empleados durante la guerra, polución de los pozos petroleros en llamas volados en parte por la coalición y la inoculación de medicamentos que supuestamente les debería haber protegido de agentes corrosivos como el “Tabún”, “Sarín” y otros elementos de carácter biológico como muy posiblemente el “Antrax”.

Por impulso de los mismos veteranos quienes se fueron agrupando para constituir sociedades y asociaciones que defendieran sus derechos reconocidos por ley, tal como lo instituyó Abraham Lincoln en 1865 (http://www.bartleby.com/124/pres32.html ), fueron abriéndose paso por una administración gubernamental hostil que poco o nada quería reconocerles las afecciones que venían sufriendo desde aquella guerra.

Todos los que volvieron lo hicieron cambiados y no nos referimos  en sus aspectos exteriores. Habían cambiado en sus comportamientos habituales, demostrando en la mayoría de los casos que ya no eran los mismos confiados y decididos tipos que habían partido con una sonrisa en sus caras.  Habían cambiado o mejor dicho, sus estructuras moleculares fueron alteradas y degeneradas por aquel campo de batalla pestilente y venenoso que sofocaba, aún con las máscaras de gas puestas.

Además del estrés que sin lugar a dudas fue lo primero que te coge en una guerra como la del golfo, hubieron otros factores exógenos que supuestamente no existían según los políticos y los militares en Washington, factores que además de letales para salud eran invisibles.

La descripción de casos de tipos que salieron ilesos de aquel conflicto pero que en pocos meses o años estando en sus trabajos, con sus familias o amigos se descompensaron hasta la muerte, son incontables. De ese modo de casos de tipos que sin antecedentes previos de anomalías psicológicas se volvieron psicópatas que terminaron asesinando a toda su familia hasta sujetos que aunque mentalmente lúcidos, habían desarrollado los más extraños casos de cáncer y leucemias que los postraba hasta una muerte segura.

Algunos más místicos o si se quiere, más supersticiosos apodaron todo esto como “la maldición del golfo”, un argumento que a los políticos norteamericanos les hubiera gustado más que las costosas investigaciones científicas que los veteranos fueron impulsando.

Para 1994 el término era “Síndrome del Golfo” y abarcaba una pléyade de síntomas, dolores y afecciones que sufrían desde efectivos  del ejército, marines hasta algunos pilotos de la Armada.  Cánceres, esclerosis, neumonías atípicas hasta la malformación de los hijos de muchos de los veteranos que lejos de ser relacionados con el llamado “Estrés postraumático”, revelaba que se habían visto expuestos a un ambiente de una verdadera guerra “NBC” que en inglés sirve para denominar “Nuclear, Biological Chemical” es decir, Nuclear, Biológica y Química”.

Más allá de que los informes estadounidenses aseguran de que Iraq no se suicidaría políticamente ante la comunidad internacional usando éste tipo de armas, lo cierto es que miles de efectivos estadounidenses, británicos y quien sabe cuántos otros más que estuvieron en el área de operaciones, presentaron casos relacionados con el síndrome (FAS.org. “Amenazas nucleares en la guerra del golfo”.  https://fas.org/irp/eprint/ds-threats.htm )

El problema de los afectados por el síndrome es tan grande, que el mismo gobierno por intermedio del Comité Asesor de Investigación sobre Enfermedades de los Veteranos del Golfo Pérsico creado en 1998 no pudo ocultar que según las investigaciones encargadas a la Corporación RAND, determinó por el 2002 que el número de afectados por estas patologías alcanzaba unos 250.000 de sus efectivos lo que revela una situación ampliamente peligrosa.

Incluso eso ha llevado a ver, si en realidad los iraquíes no usaron tácticamente ojivas cargadas con elementos químicos ¿De dónde provienen estas afecciones? ¿Acaso fueron originadas por elementos arrojados por las propias fuerzas de la Coalición?  Es allí donde las respuestas se vuelven más molestas y fastidiosas para Washington que no podría explicar el variado arsenal puesto en uso en aquel momento que involucro desde las variadas armas químicas lanzables (con fosforo, Napalm, Uranio empobrecido) pasando por varias fallas en sus equipos de protección personal de trajes hasta errores de detección en las unidades alquiladas a países de la extinguida URSS.

En estas investigaciones, solo contaron como objeto de estudio a los afectados norteamericanos. Los británicos debieron luchar por sus propias investigaciones sin obviamente, la menor colaboración de su gobierno o la del gobierno estadounidense.

El efecto dispersivo de ésta nube tóxica que se diseminó por toda la región, producto de los vientos del noroeste conocidos como “Shamal” y de las lluvias torrenciales que supieron ocurrir en los días que se desarrollaba el conflicto, sin dudas afectaron a los elementos embarcados en las aguas próximas del Golfo sin distinguir entre norteamericanos o de cualquiera de los países que participaron en las operaciones de la Tormenta del Desierto.

Según algunas fuentes que refieren a informes desclasificados de la inteligencia del Mukhabarat de las épocas de Saddam, sus expertos produjeron una serie de documentos en los cuales se graficaron el cálculo y el impacto de los vientos ante la posibilidad de usar armamento químico estratégico.  Los hechos en el conflicto no dejan lugar a dudas de que los iraquíes tenían la capacidad de lanzar un vector como el remodelado “SCUD-B” o el denominado “AL HUSSEIN” a blancos de más de 1.000 kilómetros de distancia.

Ahora la cuestión es ¿Los gobiernos de los grupos de combate aliados involucrados en el área conocida como el TKO, supieron sobre  esto? Y si lo supieron ¿Qué han hecho por controlar y resguardar la salud de sus efectivos? 
Sin lugar a dudas que la respuesta es negativa.

viernes, 15 de septiembre de 2017

EN LA MIRA



“DE BUENOS AIRES A PYONGYANG”

Cuál es la postura de Argentina en la actual crisis en la península coreana ¿Tiene el gobierno actual una visión estratégica sobre ello?



Por Charles H. Slim
La crisis en la península coreana parece algo lejana para el común de los habitantes de éste lado del globo y en especial para los habitantes de Argentina, quienes de continuo se ven sumergidos en compulsas internas de bajo nivel que muy poco pueden ayudar al común de su gente. Pero quienes están mucho más –imperdonablemente- desconectados de la realidad internacional en la que la Argentina se mueve, es su clase gobernante que a su notable falta de vocación, se debe agregar su absoluta dependencia de lo que señalan desde el norte anglosajón.

Los únicos coreanos que los ciudadanos porteños actuales conocen (ya que desde allí se manejan los asuntos del país) son los de las tiendas de ropa para mujeres que se caracterizan por sus inagotables jornadas de trabajo y precios tan llamativos. Sobre qué diferencia hay entre Corea del sur y la Corea del norte, nada de nada.

Pero ello no fue siempre así. Aunque muchos desmemoriados no lo recuerden –o quieran barrerlo bajo la alfombra-, la Argentina de los setentas tuvo un activo papel de contacto diplomático con la entonces China Popular y Corea del norte en momentos que el país formaba parte del grupo de los “países no alineados”. Fue así que el 1º de junio de 1973 Argentina y Corea del Norte (RPDC) establecieron relaciones diplomáticas bilaterales comprometiéndose entre otros temas,  a bregar por la liberación de los pueblos del tercer mundo. 
Para cuando llegó el golpe de 1976, la misión diplomática norcoreana se fugo súbitamente del país y ese particular lazo diplomático se corto.

En épocas que el general Douglas Mc Artur, bajo la engañosa bandera de la ONU dirigió la ofensiva contra los coreanos comunistas que habían proclamado la liberación de la península, el gobierno argentino –como era de esperar- se puso del lado de lo que a Washington le agradaba y así continuó hasta ese breve impasse con  el gobierno peronista de Campora entre 1973 a 1977.

Cuando Néstor Kirchner llega a la presidencia, continuó con aquella política conservadora y previa, establecida por Fondizi  en 1962 en la cual Buenos Aires solo mantendría relaciones bilaterales con una sola Corea, la del sur. 
Curiosamente, cuando la presidente Cristina Fernández llega al poder y pese a su pretendido ideario “revolucionario” que reivindicaba la lucha setentista de signo marxista, nunca llevo adelante ninguna gestión por restablecer aquellas relaciones con Pyongyang, otro dato que revela las falacia de sus discursos.

En las actuales circunstancias políticas y sus complejidades, son demasiado afiebradoras para una clase política más cercana a la distendida vida de la farándula mediática que a los sensibles temas de estado.

Desde hace décadas, la clase política argentina se ha ido perfeccionando en su papel de mero observador, una obsecuente repetidora de lo que Washington o la Unión Europea deciden sobre temas que hacen a la seguridad internacional sin atreverse a tomar una posición auténticamente propia que agregue elementos políticos de discusión ante los foros internacionales.  Sin dudas, el síndrome de aquellas “relaciones carnales” prostibularias permanece en el torrente de ésta clase.

Aquellas jornadas en las que el neoliberalismo tomaba por asalto el poder mundial en 1990 y la refrendaba con el uso descarnado de la fuerza contra Iraq se han ido. En esos momentos, EEUU bajo la administración de George H. Bush las políticas eran previsibles y la agenda era clara; como en la mafia, todos se encolumnaban detrás del “padrino” Bush y nadie discutía nada.

De ese modo se ha venido manejando desde la Casa Blanca la agenda internacional, con matices más o menos oscuros, la política de intervención no ha variado en ningún momento. Para los gobiernos argentinos contemporáneos, las pautas estaban más o menos claras.

Pero actualmente hay un serio problema; Donald Trump. Y no es culpa de éste particular mandatario ya que él es el producto de una nación en crisis que se haya en una lucha intestina en lo más profundo de su estado. La sintomatología de una potencia bélica en decadencia en manos de un sujeto tan impredecible como su peinado, no deja lugar a que las cosas puedan ser tomadas a la ligera. Incluso no olvidemos que antes de que Trump fuera ungido como presidente y cuando todo indicaba que Hillary Clinton sería la sucesora en la Casa Blanca, todo el arco mediático nacional y dirigentes políticos como el actual presidente argentino, sonreían jocosamente ante planteo de que llegara a ser el presidente de EEUU.

Cuando Trump ganó, las muecas de sus caras cambiaron y los comedidos medios de información quedaron absortos ante la realidad.

No solo los políticos son responsables de esta parálisis; la clase del llamado “cuarto poder”, hacen mucho más para distraer al vulgo con noticias intoxicadas o el deliberado ocultamiento de lo que realmente ocurre. Ello se debe a que deben sus salarios a empresas que a su vez pertenecen a empresas que forman parte de conglomerados mediáticos que tienen sus oficinas en EEUU o la UE. Casi en una emulación los periodistas “top” de la pantalla nacional, hacen gala de improperios baratos y descalificaciones para explicar la situación de Corea del norte y su gobierno. Su papel es  tan lastimero y rastrero, que de solo verlos sus emulados colegas anglosajones–de la CNN, NBC, FOX- se sonrojarían de vergüenza ajena.

Para empezar, estos sectores poco o nada saben del origen del conflicto y otros no saben ni siquiera dónde está Pyongyang. Hay en el discurso mediático una clara paráfrasis retorcida de la postura estadounidense que del vamos, quita seriedad al abordaje del tema.

El estado argentino no puede hacerse el desentendido y menos aún alegar que como lo exclamaría sus presidente “no tenemos nada que ver”, ya que dentro de su territorio alberga una base de comunicaciones de la República Popular China, la potencia asiática que tiene una influencia innegable en el actual conflicto.

Como se ha estado viendo, las tensiones siguen escalando tras la impulsión de más sanciones comerciales, que tras algunas reformas a su texto, fueron definitivamente aprobadas por Naciones Unidas este último 12 de septiembre.

Por lo pronto Kim Jon Un ha optado por continuar con sus desarrollos misilisticos como una forma de autopreservación ante la amenaza estadounidense que merodea frente a sus costas y del otro lado del territorio en Corea del sur. Las alegaciones de la representante estadounidense ante la ONU Nikki Hallei son tan estrambóticas como falaces ya que en el pasado, el mundo ha sido testigo de las mentiras de sus predecesores que culminaron con situaciones que actualmente deben seguirse lamentando. Por ello, habría que ver si el actual gobierno argentino sabe de que se trata todo esto o simplemente firmará donde el “Tío Sam” le indique.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

OPINION



“LA MENTIRA SABIDA”

A dieciséis años de los ataques contra las Torres Gemelas y el Pentágono, todas las evidencias  apuntan a una gran mentira ¿Habrá una revisión histórico-judicial?



Por Pepe Beru
Han pasado nada menos que 16 años de aquella mañana trágica pero a su vez, siniestra y bien planeada, que dio el argumento preciso para que la administración de George W. Bush y su ala neoconservadora,   pusieran a rodar sus intervenciones armadas en el exterior con especial blanco en los países árabes islámicos.

Pese a la espectacularidad de los hechos del 11 de septiembre del 2001 y de la paranoia que se monto a partir de ese día, muchos estadounidenses no se creyeron la versión oficial de la administración Bush-Cheney y pronto –demasiado para los poderes detrás- comenzaron a cuestionarla con sus propias preguntas e investigaciones.

La mejor forma de instalar una verdad oficial, es ocultar la verdad de los hechos y eso fue lo que claramente la administración de George W. Bush hizo para justificar la suma del poder público que prosiguió a ese presunto ataque terrorista. Para ello y como lo hemos venido viendo a lo largo de todos estos años, la colaboración de los conglomerados de medios y sus obsecuentes repetidoras alrededor del globo, fue un  factor vital para tratar de instaurar no solo a los supuestos responsables de todo ello sino también, los argumentos para lanzarse contra la soberanía de Afganistán e Iraq y perseguir alrededor del mundo, a quienes ellos considerasen una molestia bajo el mote de “terrorista”.

Y bien decimos “trataron” ya que a pesar de toda la espectacularidad montada en rededor de estos hechos y de la mediática victimización difundida alrededor del mundo, muchos advirtieron las notables incongruencias de todo ese relato.  

Recordemos como en forma inmediata, el gobierno señaló con notable precisión al culpable. Desde la Casa Blanca, Bush acusaría a la organización “Al Qaeda” y a su líder “Osama Bin Ladem” de ser los autores de los ataques contra las torres de New York y el Pentágono. En apariencias la infalibilidad de la CIA y el FBI estaban demostradas y como un paquete para regalo, estaba listo para ser entregado. Era demasiado prolijo para ser cierto. Casi de inmediato, esta historia a muchos no les cuadró y comenzaron a investigar la solidez de esta versión.

Aquello significó el comienzo de una era oscura, en la cual encarcelar o asesinar a los disidentes de la “verdad oficial” era legítimo. ¡Como alguien puede atreverse a dudar de su gobierno en momentos que ha sido atacado!...¡Traidores! gritarían muchos estadounidenses enceguecidos por la ira y la búsqueda de venganza.

Pero muchos otros norteamericanos a pesar de sus pérdidas y sus tragedias personales, no se dejaron tomar por esas manipulaciones mediáticas que arengaban las políticas oscurantistas y opresivas de esos sectores conservadores del congreso estadounidense, que pronto se harían públicas y que más tarde avergonzarían al mundo.

Más allá de que este evento fue el argumento por el cual se justificaron las intervenciones contra Afganistán e Iraq, los sectores recalcitrantes del Neocon y los sionistas trataron de crear un relato victimizante que perdurara en la historia por medio del cual, además de justificar sus velado planes de expander sus intervenciones a más países,  se cubrirían sus propios latrocinios e inhumanidades. A la vista de las circunstancias y de las consecuencias  de todo aquello queda claro que fallaron y cada año que pasa, son más los cuestionamientos sobre aquel 11/S.

Con el paso de los años, las incongruencias expuestas por muchos testigos presenciales y por investigadores independientes se han ido multiplicando a punto tal que han ido dejando en claro que todo lo que Bush y su staff habían dicho, era una absoluta mentira. Desde las incongruencias físico-estructurales denunciadas por ingenieros y expertos en estructuras como las que sostenían a las Torres Gemelas, pasando por peritos en explosivos que notaron y denunciaron señales de cortes realizados con “Termita” en los pilares principales de aquellas estructuras, hasta la aparición con vida unos años después de los supuestos suicidas, han servido para hacer temblar toda la estructura de mentiras montada para convencer al público, de que “había que ir por los culpables”.

Uno de estos investigadores, es el profesor canadiense Michel Chossudovsky quien en varios de sus artículos, ha venido pesquisando minuciosamente los entretelones que rodearon la fabricación de aquel evento bisagra en la historia contemporánea. En uno de sus artículos, pone su centro en el personaje Osama Bin Ladem, aparentemente elegido al azar por el entonces gobierno estadounidense y protagonista mediático de lo que se llamaría “la guerra contra el terror”.

Cuando Bush y sus funcionarios como el jefe de la CIA George Tenet y el entonces Secretario de Estado Collin Powell anunciaron que Bin Ladem había sido el responsable sin agregar más detalles, en todo momento y ante los cuestionamientos de los periodistas alegaron que no se sabía dónde se encontraba pero que sospechaban que el “Taliban” lo estaba protegiendo en Afganistán, argumentos que les sirvió para crear aquella escenografía hollywoodense de “el terrorista escondido en una caverna” desde donde digitaba las acciones.

Aunque a la vista ello era muy pintoresco y hasta llamativo, a muchos eso no les convenció.

Tal como lo señalaron varios, la repentina aparición de pruebas vinculándole a los ataques, tenían un olor muy sospechoso. Desde la aparición de un  mensaje islamista en un automóvil aparcado en las cercanías de las torres gemelas, la recopilación de pasaportes sauditas intactos en los escombros con los nombres de los atacantes y la estructura de la organización que Washington acusaba como responsable (AL Qaeda), era demasiado perfecto para ser verdad.
Quizá el dato más sospechoso y que tuvo sus consecuencias, por la inverosímil historia de los pasaportes, que fue inmediatamente desenmascarada sin quererlo por un funcionario gubernamental.

Sobre esto, uno de los testigos peligrosamente privilegiados que corroboró varias de éstas irregularidades en el mismo lugar de los hechos, fue Kurt Sonnenfeld un agente del FEMA que al filmar la zona en la que constató todo aquello y tras advertir que había captado demasiados datos “inconvenientes” para el gobierno, debió huir de los EEUU y abandonar su vida y a toda su familia ante un riesgo muy cierto de muerte. 

El caso del ataque al Pentágono, por el grado de embuste y de inconsistencias que presenta se ha vuelto una de las mayores evidencias de que todo el evento, que además de mendaz, estuvo movido por otros autores muy diferentes a los señalados por el gobierno. Tal como se puedo rescatar de las pocas cámaras activas en las cercanías del Pentágono (y de fotos satelitales), no solo no hubo ningún avión que se estrelló contra sino que incluso, algo mucho más pequeño y rápido impacto contra el edificio.

Este evento al ser rápidamente puesto en evidencia como un embuste y advirtiéndose que lo que realmente golpeo al Pentágono habría sido un misil, surgieron más interrogantes: ¿Por qué no se activó el sistema de defensa aérea que protege al complejo? ¿Alguien lo desactivo? Y si así fue, obviamente conocían la clave para su acceso.

En aquel momento el profesor canadiense fue uno de los primeros valientes investigadores, junto a Therry Meyssan, en sacar artículos críticos analizando sobre lo que había sucedido, algo que al revelarse como comprometedor para la administración estadounidense,  cayó bajo la censura discreta que los buscadores en internet han implementado en cooperación con Washington (http://www.globalresearch.ca/articles/CHO109C.html )

Como se puede leer en aquel artículo, la historia de “Al Qaeda” y la CIA venía desde hacía muchos años y las relaciones entre Osama Bin Ladem con la “agencia” eran más estrechas de lo que EEUU podía reconocer en público.

Chossudovsky viene a confirmar lo que fuentes de inteligencia disidentes habían informado tras aquellos ataques, señalando como primer hecho de que Osama Bin Ladem era un agente (un activo) de la CIA y que su paradero real no era en una cueva e las montañas afganas o coordinando los ataques como tan cinematográficamente habían esbozado los funcionarios norteamericanos y sus medios informativos.  Lejos de ello, Bin Ladem estaba muy grave de salud, por lo cual fue internado en un hospital militar de Pakistán bajo la vigilancia de asesores norteamericanos. 

De este modo, el artículo de investigación del profesor canadiense concluye que Bin Ladem fue simplemente usado como “cabeza de turco”, usado para cubrir esta “operación de Bandera falsa” sino también para justificar todo lo que vendría después (https://www.globalresearch.ca/where-was-osama-bin-laden-on-september-10-2001-one-day-before-911-he-was-in-a-pakistani-military-hospital/5607143 )


No caben dudas de que si investigadores como Chossudovski no hubieran hurgado durante años en la historia detrás de estos eventos y seguir las consecuencias que se desprendieron de ellos, está claro que hoy EEUU habría aplastado a todo el Medio Oriente e incluso, hubiera profundizado su política de censura mediática a niveles inimaginables tal vez, oficializando la cárcel o la muerte como pagaron muchos durante la era “Bush-Cheney” por haber cuestionado todo este embuste.

domingo, 10 de septiembre de 2017

NACIONAL





“BIBI VISITA  BUENOS AIRES”

Con denuncias penales por estafas y pedidos de captura en varios países por crímenes de guerra y lesa humanidad ¿Qué hay realmente detrás de la visita de Netanyahu a la Argentina?




Por Charles H. Slim
Tan solo a unos días después que aviones israelíes bombardearan Siria, que sus fuerzas de ocupación realizaron nuevos operativos de apropiación y desalojos de familias palestinas de sus territorios para realizar grandes negocios inmobiliarios para construir nuevos asentamientos para colonos ultraderechistas, llegará el 12 de septiembre acompañado de una numerosa comitiva el premier Benjamín Netanyahu, algo que ya despertó un intenso movimiento en las bases políticas del país.

Al repudio que ya adelantaron varios sectores políticos que respaldan la causa con Palestina, se han unido sectores del judaísmo local que rechazan no solo a la personalidad del primer ministro sino también a las políticas coloniales del estado de Israel.

El revuelo no es para menos. Se trata de la primera visita que hace un premier israelí al país desde la instauración del estado de Israel en 1948 y en este caso, con una cualidad particular, se trata de un criminal de guerra, el más notorio y cínico de los últimos tiempos responsable de entre otras cuestiones, de la masacre colectiva contra la franja de Gaza en 2014. Su régimen además de violar continuada y sistemáticamente el derecho internacional ha sido un recurrente y brutal agresor no solo contra la población palestina sino también contra sus vecinos, especialmente contra Siria.

Como representante de la entidad sionista, Netanyahu habría sido movilizado por el interés particular de un sector de la comunidad judía argentina y su cercana amistad con el presidente Mauricio Macri con quien estuvo reunido en Davos allá por comienzos del 2016.

La agenda de Netanyahu no se inscribe en una visita protocolar de estado ni para tratar temas de una agenda bilateral (aunque así lo pretendan presentar). Tal como lo señalamos antes, su llegada habría estado propiciada por el interés de una parte de la comunidad judía local que se identifica con los lineamientos políticos de la DAIA y su clara actividad política  a favor de Tel Aviv.

Quienes venden esta visita como el comienzo de un acuerdo muy benéfico para la Argentina se han enfocado en señalar que Netanyahu viene acompañado de “treinta empresarios” –inversiones- entre los que se encuentran los representantes de la proveedora de servicios  e inversiones como la “Israel Export Institute”,  “Mitrelli Group” y otras relacionadas a las áreas de comunicaciones como “Faception” (Nuevas tecnologías), “Verit” (Ciberseguridad) y “Cellcom Israel Ltd” (telecomunicaciones) todas relacionadas con las actividades de “inteligencia” de los servicios secretos propios (Mossad y Shin Bet) y de otros países a donde han llevado sus ingenios, algo que debería despertar una seria preocupación para la intimidad y la libertad de las conversaciones privadas de todos los argentinos.

En ése sentido, la visita de “Bibi” –como lo llaman sus camaradas- no viene por una casualidad ni tampoco por acuerdos comerciales como lo han argumentado las plumas anglófilas y sionistas locales. Entre otros asuntos que se vienen a tratar, está verificar como se están encauzando las pesquisas contra Irán, la venta de armas y equipos, el estrechamiento de relaciones institucionales por temas de “inteligencia” y asesoramiento para las fuerzas de seguridad, algo que debería despertar reales preocupaciones por lo que significara la presencia de criminales militares de las FDI y del “Shin Bet” adoctrinando a los uniformados argentinos.

Sin dudas que detrás de estás interrelaciones oficiales, Tel Aviv busca cooptar al gobierno argentino y alinearlo a su geopolítica internacional –con todo lo que ello supone-, mientras que por otros medios hace tiempo que trata de influir en la opinión pública nacional con tácticas tan variadas como son los artículos de intelectuales pro-israelíes, el fomento de actividades culturales con mucha prensa hasta las discretas incursiones exploratorias de personal israelí en la Patagonia que tras haber sido denunciadas desde hace años, se han enmascarado bajo ingeniosas modalidades como es el caso de la ONG denominada “Mochileros sin fronteras”.

Hay también en esta llegada un interés direccionado a que el gobierno argentino sepa que tendrá respaldo político para que prosiga con la causa AMIA manteniendo como argumento principal aquel que sostiene que la república islámica de Irán fue la responsable de dicho ataque, y si es posible, de la muerte del fiscal Nisman.

En este sentido, Netanyahu vendrá a imponer el mantenimiento de la hoja de ruta (instalada por el informe del Mossad y la CIA) para la cual no hay posibilidades de discutir. Incluso es más; según lo informan fuentes confiables, el gobierno estaría entregando información vital del encubrimiento de la causa a empresas privadas que la CIA usa como cubierta, algo que ya despertó el airado reclamo de los familiares de víctimas “Apremia” (Pájaro rojo. “AMIA. 
El gobierno quiere entregarle a la CIA involucrada en el encubrimiento, los archivos escamoteados a la justicia por la SIDE de Stiusso”. http://pajarorojo.com.ar/?p=35655 )

Desde hace años que la extrema derecha israelí que actualmente encabeza Netanyahu, viene insistiendo en la tesis de la llamada pista iraní la cual más que por argumentos jurídicos tangibles, fue impulsada por una rivalidad geopolítica notoria que se ha ido reafirmado con el paso del tiempo, casualmente por el fortalecimiento y la creciente influencia de Teherán en la región. En este sentido, la guerra desatada en Siria e Iraq con el uso de “proxis” financiados por países del golfo –aliados a Israel-  bajo la agenda de Washington, tuvo como resultado contraproducente el acercamiento y la intervención exitosa de Irán en escenarios tan lejanos como Yemen –donde también participa Israel-, que ha llevado a fortalecer actores como el “Hizb´allah” libanes quien a su vez, desde que EEUU intervino en la región ha inspirado y fortalecido a grupos similares tanto en Siria como en Iraq.    

Para enmascarar estos señalamientos, Netanyahu visitara la embajada de Israel para rendir homenaje a los veintinueve muertos del ataque de 1992 donde y seguramente alegara furiosamente que Irán fue el artífice de esa tragedia y de la que mato a 85 personas en la explosión de la AMIA en 1994 con lo cual seguramente conminara al gobierno de Mauricio Macri a que no dude en avanzar con ésta hipótesis, dejando en claro que será la única que Tel Aviv y los partidarios de la DAIA están dispuestos a aceptar. 

viernes, 8 de septiembre de 2017

EN DEBATE





“RETIRADA EN DESBANDE”

Tras la firma de la orden ejecutiva que obliga la salida de los asesores militares estadounidenses de Siria y los veloces avances del ejército árabe sirio en recuperar amplias superficies de territorio en manos de los mercenarios, surge la cuestión ¿Es un retirada definitiva de EEUU?




Por Charles H. Slim
Si alguien tenía dudas de que EEUU ha perdido definitivamente la pulseada por derrocar al legitimo gobierno sirio y establecer su estrategia del caos en la región, ahora puede sacárselas con los repentinos cambios que se han venido dando desde que el presidente Donald Trump, con la notoria aversión del estado profundo y de los sectores del neocon que instigan desde las Cámaras de representantes, ordenó el retiro de los asesores militares y de inteligencia que estaban destacados  en “Al Tanf”.

Pero ello no significaría que abandonarían a sus “yihadistas especiales” del “Daesh”. Si bien no tuvieron problemas en darle la espalda a los esbirros extranjeros que colaboraban con el embuste del “Ejército Libre Sirio” que entrenaban en la base de “Al Tanf”, eso no ocurrió con los jefes de aquella franquicia seudo-yihadista creada por el Pentágono en épocas de la ocupación de Iraq.

Incluso algunas fuentes confiables filtraron que para finales del mes de agosto cuando el avance de las tropas sirias a Deir Ezzor se hacía imposible de obstaculizar, se realizaron discretas evacuaciones de varios comandantes del “Daesh”, especialmente aquellos de origen europeo y estadounidenses. Los encargados de este “rescate” fueron nada menos que las fuerzas especiales estadounidenses  quienes sacaron en helicópteros, a más de veinte de éstos personajes y a sus familias antes de que los misiles crucero rusos pulverizaran los centros de mando de lo que quedaba de la franquicia de la CIA (Red Voltaire.org. “Pentágono evacuó de Deir Ez Zor a comandantes de Daesh”. http://www.voltairenet.org/article197780.html )

Ello revela –como se vio en Iraq durante 2015 y 2016- que lo que Ankara denunció públicamente a mediados del año pasado, referido a que EEUU era quien estaba detrás del “Estado Islámico”, estaba bien fundado. Ante incongruencias como éstas y otras incontables evidencias de esta oscura connivencia, Donald Trump decidió terminar con los nexos que sustentaban estas operaciones. 

Aunque ello supuso el presunto epilogo de la intervención solapada del Pentágono en Siria y el supuesto traslado de los militares norteamericanos y británicos al norte bajo control kurdo, lo cierto  que parece que sus ex “rebeldes moderados” al verse traicionados, han tomado la determinación de agredirles en donde los encuentren.

Según varias fuentes, el abandono presuroso de las tropas norteamericanas y de sus colegas británicos no fue para nada distendido. Disparos de fusiles y hasta de morteros fueron algunos de los sonidos que precedieron a la retirada de los militares occidentales quienes en un estado de histeria, solicitaban la pronta asistencia de cobertura aérea para repeler “fuego hostil”. Lo extraño de este suceso sería que dicho fuego provenía de los grupos que ellos habían estado financiando y armando hasta no hace más de un mes.

Como han señalado algunos comandantes de estos grupos preparados por la CIA y que fueron súbitamente relegados por la decisión del la Casa Blanca, “ahora estamos por nuestra cuenta” (habría expresado uno de ellos) dejando en claro que toda fuerza extraña dentro del territorio sirio –incluyendo a los norteamericanos- es un blanco legitimo. Ello ha llevado a que los asesores en Langley y el Pentágono se cuestionen si ello significaría que estos grupos se unirán al ejército árabe sirio y dirigirán sus armas contra el último embuste que EEUU logra mantener en la región como el “ISIS”.

Pero mientras los generales y los jefes de la CIA recalientan sus cabezas para pronosticar como puede terminar todo esto, los hechos sobre el terreno hablan por sí solos y los incidentes contra sus tropas crece día a día y por parecen encontrar la protección que suponían en las zonas controladas por los grupos kurdos.  Y es que tampoco hay una cohesión sólida entre los kurdos en lo referente a su simpatía con los norteamericanos; muchos saben desde el comienzo que el “Daesh” ha sido una maniobra orquestada por la CIA con la complicidad de sectores de su comunidad, en especial las que se vinculan con el gobierno autónomo del Kurdistán iraquí manejado desde hace años por la mafia de Mazud Barzani y Cía.

En ese mismo sentido, no hay que olvidar que una gran mayoría de los kurdos que viven en la región noroeste entre Siria e Iraq, son en su mayoría musulmanes de la rama sunita y han sufrido tanto como los otros musulmanes sunitas árabes de la región, con quienes no hay más diferencias que un trasfondo étnico. Esto a su vez, llevo a que se produjeran “extrañas” coaliciones temporales entre kurdos y los grupos de la resistencia iraquí y con el mismo “Daesh” cuando llego en 2014, convencidos éstos últimos de que era la oportunidad para desbancar al gobierno colaboracionista de Nouri Al Maliki en Bagdad.

Por otra parte y desde Ankara (parte en todo esto), se ve con un gran interés el repentino giro de las cosas que ha obligado a sus anteriores “amigos” –los estadounidenses- a correr por sus vidas y no llegar a caer en las manos de los especialistas en cortar cabezas de cuajo. No es una broma. Según algunos reportes de inteligencia que ventilaron la situación de la moral de los soldados y oficialidad estadounidense en operaciones contra el “Daesh” en el norte de Iraq, revelaban problemas de pánico, insomnio y severos desordenes de personalidad en muchos de sus efectivos por el terror que les causa la posibilidad de caer prisioneros de los combatientes del “Estado Islámico” que no solamente estaba conformado por el “Daesh” sino también por agrupaciones iraquíes armadas.

En medio de todo este desorden, Turquía no ha perdido el tiempo y ya se halla la tarea de reforzar las conquistas de territorio sirio mediante una “turquización” que entre otros lugares, se está llevando a cabo en la ciudad siria de “Al Bab”, fronteriza con Turquía desde donde realizara actividades comerciales irregulares (Red Voltaire.org. “Turquización de Al Bab”. http://www.voltairenet.org/article197677.html )

Tampoco hay que olvidar la ocupación de la localidad de Bashiqa en Iraq, que pese a no haber ningún tipo de argumento que justifique esta violación del derecho internacional y de la soberanía iraquí, sigue allí estacionadas tropas turcas.

Por su parte, Tel Aviv también tiene mucho que ver en todo este drama. 
Acostumbrado a pasar desapercibido en sus maniobras sucias, la dinámica incontrolable de los acontecimientos y las torpezas imposibles de ocultar por parte de los mismos que crearon al “Daesh” y lo desplegaron sobre el terreno, han dejado caer el telón detrás del cual también se escondía el contacto israelí, colaborando con fondos, armas y asesores para estimular el separatismo kurdo de la llamada “Rojava” para que desintegre el territorio de la república árabe siria.

Para ello se puso en marcha una gran maquinaria de propaganda y de mitología mediática, usando –entre otros recursos- a las mujeres kurdas como un símbolo del sacrificio por la autonomía de un pueblo que busca su propio destino con la guía de un sistema “democrático”, esto último un gastado cliché que además de inexistente, revela quienes son los guionistas detrás de escena.

Sin lugar a dudas de que el principal apoyo israelí radica en la organización y financiamiento de  éste proyecto para el cual, cuentan con la inestimable colaboración de las autoridades del “Kurdistán iraquí”, socios junto a la CIA y Ankara para dejar pasar al “Daesh” en junio de 2014.  

Pero como hemos visto eso se terminó y el último recurso que les quedaba a los norteamericanos para argumentar su apoyo a los “rebeldes moderados”  se ha visto desarmado sin lugar a dudas por el avance de las fuerzas sirias pero en particular, por el dominio de las fuerzas aeroespaciales rusas que han ido abriendo el camino para, entre otros objetivos, desalojar  a los grupos entrenados por Washington. Ante esto parece que Washington no ha considerado otra opción que la de la retirada presurosa.