EN DEBATE
“NO DEAL IN
HANOI”
¿Por qué fracaso
el encuentro entre Trump y Kim Jon Un y quienes lo fomentaron?
Por Charles H. Slim
Se habían creado muchas expectativas en el encuentro
que se llevó a cabo entre Donald Trum y Kim Jon Un en la ciudad de Hanoi,
Vietnam. Tal vez demasiadas para la conveniencia de los sectores
neoconservadores estadounidenses, activos partidarios de la guerra global que
requieren para sus maquinaciones de países como Corea del Norte para justificar
el costoso mantenimiento de sus letales arsenales nucleares que a su vez,
justifican –en una parte- el
billonario presupuesto de la defensa.
Era necesario igualmente, realizar alguna movida
mediáticamente llamativa para darle cierto aire verosimilitud a las diatribas
de Washington sobre sus intenciones por distender la situación de la península
coreana.
Para muchos en Washington se trató de un viaje
desperdiciado e incluso los mismos coreanos sospechaban lo mismo ¿Es que
alguien podía creer que Trump pretendía buscar un acuerdo equilibrado o
consensuado? Además de que el mismo
presidente en sí no es quien decide sobre el fondo de estos asuntos, su círculo
de influencia poco tiene de conciliador y no tiene ningún interés por arribar a
una paz duradera. Con los asesores que actualmente rodean al presidente
norteamericano puede quedar en claro una cosa: No hay posibilidad que ello
suceda. Si anteriormente los medios se quejaron y parodiaron hasta el hartazgo
la figura de Steve Bannon por considerarle un ser maléfico ¿Qué queda para John
Bolton y Elliot Abrams? Si cada uno de ellos separados son una calamidad
andante, ¿Se imaginan los estadounidenses lo que serán operando juntos?
Desde que estos personajes tomaron su sitial en la administración
de Trump, las arbitrariedades y los desastres a nivel global no han parado de
sucederse.
Desde el apoyo incondicional a la declaración de Jerusalén como
capital de Israel y la movilización de más equipamiento militar como los
sistemas de misiles THAAD en los territorios ocupados palestinos, pasando por
el endurecimiento de las sanciones comerciales a Rusia y Venezuela con la
implementación de una nueva intentona golpista mediante una “revolución de
color”, la reticencia de abandonar Siria y con pretensiones de ampliar su
presencia en Iraq, no queda otra conclusión que la de un mal augurio para la
paz mundial.
A contraparte de ello, quienes si ven con mucho
beneplácito la agudización de estas situaciones son los sectores adherentes al
“partido de la guerra” que tienen su representación política en el Congreso
norteamericano identificados con los famosos “Lobbies” especialmente aquellos
aliados al poder neocon estando a la cabeza de la lista a los denominados
“pro-israelíes” que no son más que activos militantes del sionismo. A su vez,
ellos son la voz de los intereses de la poderosa industria
armamentístico-militar que desde hace décadas, hace multimillonarios negocios
con el gobierno federal, firmando contratos para la defensa que se ven
respaldados por las “amenazas a la seguridad nacional” que aquellos sectores
legislativos plantean ante el Congreso.
Actualmente estos sectores tienen sus tentáculos en
la Casa Blanca y ellos están representados por temibles personajes como ser
Mike Pompeo, John Bolton y Elliot Abrams para citar a los más destacados.
El tratamiento del asunto “Corea del Norte” no
cambia el tenor del abordaje de estos personajes. Sin lugar a dudas que la
reunión que se programó con Kim Jon Un fue una idea de John Bolton con la
intensión de intimidar a Corea del Norte con una supuesta acción rápida en la
península si no desmantelaba sus instalaciones secretas de enriquecimiento de
Uranio para misiles.
Recordemos que Pyongyang se había comprometido a
desmantelar con la presencia de observadores norteamericanos, sus instalaciones
en Yongbyon a cambio del levantamiento de las cinco resoluciones de Naciones
Unidas que agreden a la soberanía norcoreana.
Según el actual Secretario de Estado norteamericano Mike
Pompeo, Pyongyang ha estado ocultando actividades de enriquecimiento de Uranio
en otras instalaciones de carácter secreto que se ubicarían en Kansong al
sudoeste de las afueras de la localidad de Chollima. Desde esta acusación, Pompeo asegura que
dichas instalaciones son mucho más grandes que las reveladas por Pyongyang en
donde se produciría mayor cantidad del elemento radiactivo. Esto puso en
evidencia la continua intromisión de la inteligencia estadounidense sobre los
asuntos internos de un país soberano como es el caso del desarrollo de la
defensa. Igualmente, pese a las amenazas, Kim Jon Un no se dejó intimidar y
concluyeron rápidamente las conversaciones.
Queda claro que Washington no puede doblegar tan
fácilmente a los coreanos y menos aún utilizar métodos sucios como es el
sabotaje para tratar de perjudicar la existencia del gobierno de Pyongyang, tal
como lo hicieron contra Venezuela. No hay dudas que una maniobra como la vista
contra la infraestructura eléctrica venezolana unos días atrás con el sabotaje
del sistema nacional eléctrico, en parte llevado a cabo por un ataque
cibernético y otra directamente en las plantas, es muy difícil de ejecutar con
impunidad contra de Corea del norte.
En este sentido y con el fracaso de la cumbre de
Hanoi a los asesores del Departamento de Defensa y del Departamento de Estado
norteamericano no les quedan dudas de que no pueden seguir cometiendo gazapos y
movimientos erróneos dado que, eso además de contraproducente para sus
propósitos y que minan la poca credibilidad política de EEUU ante los ojos del
mundo, no impresiona a Kim Jon Un ni a su gobierno que a la vita de los
acontecimientos actuales, están harto convencidos que sin una capacidad
disuasiva no podrían estar negociando.