“SALIR CORRIENDO DE ARGENTINA”
Mercados
engañados por una supuesta ventaja electoral del presidente Macri tras la
catastrófica derrota del 11 de Agosto último bajaron el pulgar y cunde el
pánico en la Argentina ¿Cuáles son las opciones?
Por Charles H. Slim
El fracaso electoral del presidente Mauricio Macri ha
redundado en el fracaso de las expectativas de un sector elitista de la
sociedad argentina y de socios extranjeros con intereses mixtos. Desde lo
económico, financiero y político estos sectores se lamentan con gran pesar lo
que ha ocurrido el 11 de agosto y algunas señales preocupantes de estas últimas
72 horas informan por qué de ahora en
adelante deberán preocuparse los argentinos.
Pese a que Macri quiso poner a su país en el mapa de
la geopolítica internacional y colocarlo en el circuito del comercio occidental
(entendiendo éste por EEUU yla UE), lo hizo de una manera demasiado rápida y
sin las precauciones del caso. Sin dudas, su entrega sin condicionamientos y a
ciegas a los lineamientos de Washington, Londres e incluso de Tel Aviv fue tan
regalada y obscena que las comparaciones más graficas de esta vieja política de
las “relaciones carnales” de las que el canciller menemista Guido Di Tella hizo
una doctrina de orgullo, la equiparan a la de una simple y boba meretriz.
Seguramente Macri sea un fervoroso partidario de las
políticas estadounidenses e incluso un sentido simpatizante del sionismo (pro-
Israel) pero sus métodos por trasladar estas ideologías y filosofías a la
praxis política dentro de su propio estado dejan poco que desear. No hay dudas
de que en varias oportunidades sus más obsecuentes interlocutores han tratado
de corregir estas obviedades sugiriéndole al amparo de las cuatro paredes, de
no ser tan explícito en sus posiciones.
Macri peco de obsecuente y apresurado cuando sin
resolver sus propios dilemas internos –y
sin que se lo pidieran- se colocó en las filas de los enemigos de
Venezuela, clamando ante la OEA y el mundo contra un gobierno hermano y soberano
como el de Nicolás Maduro y para peor prosiguiendo con un discurso agresivo
instigando medidas que para agradar a La Casa Blanca y a Tel Aviv, las cuales solo
profundizan la miseria del pueblo venezolano.
Ciertamente que a Donald Trump y a su gabinete
neoconservador le agrado el gesto pero, ello no alcanza para que Argentina
pueda tener una preponderancia en los asuntos de la Casa Blanca. Sin dudas que
en Washington se sigue viendo a la clase política argentina como “amateur” y
poco fiable. En épocas del presidente George H. Bush en momentos que Menem
coqueteaba con la idea de que EEUU se involucrara más en la Argentina colocando
bases militares, uno de los asesores del Departamento de Estado de ese entonces
sentenció “ello sería una pérdida de
tiempo y recursos. No puedes darles a estos tipos un cheque en blanco sin que
no traten de adulterarlo” demostrando la poca confianza existente.
Por el contrario eso no ocurre con Brasil y en
particular con la personalidad del actual presidente Jair Bolsonaro quien durante
toda la campaña previa a ascender al poder como un candidato de la ultra derecha
(Pro-sionista) y una vez en el poder, mantuvo su discurso e incluso se puede
ver, con una fuerte disposición a profundizarlo.
Bolsonaro a diferencia de Macri, reviste una mayor
importancia política y financiera para Washington y en particular le simpatiza
a Trump, incluso a tal punto que a La Casa Blanca no le interesa su nepotismo visto
a favor de sus hijos ya que aquel coloco con muy buenos empleos dentro de su
administración a su propia hija Ivanka y su yerno Jared Kushner. En el caso
particular de Bolsonaro, vemos que más allá de haber promovido a su propio hijo
Eduardo Bolsonaro para representar consularmente a Brasil en los EEUU, hace
tiempo que éste viene teniendo una cercana vida social con la familia Trump
algo de lo cual no se puede despreciar. Entonces ¿Quién puede creer que esto no
pese al momento de que Trump haga presión en favor de Eduardo Bolsonaro como
embajador acreditado en Washington?
Por otra parte el mismo Bolsonaro ante la situación
de la Argentina lejos de tenderle una mano a su homologo solo tuvo un mensaje
afín a su ideología señalando “que no quiere una invasión de argentinos” por la
muy posible huida de muchos de ellos ante el posible ascenso de un gobierno K
que terminaría por hundir a la Argentina en el caos.
En lo estrictamente geopolítico, para EEUU las
actuales circunstancias de Brasil eclipsan en importancia y prioridad a la
Argentina dejando al país de Mauricio Macri en el último lugar de la fila.
¿Pero que estuvo mal en la manera de comportarse?
Macri y su gobierno se comportó con una condescendencia tan empalagosa que
haría vomitar a los mismos funcionarios de la administración Trump. Ni hablemos de los británicos quienes más que
asco, deben haberse retorcido de la risa en sus reuniones de gabinete y en
especial en los aposentos del maquiabelico Foreign
Office. Menem hizo lo mismo, aunque con un poco de circo y estridencias que
bordearon la payasada, hizo lo mismo y terminó obteniendo lo mismo…nada. Macri parece que no ha leído o no tomo en
cuenta la propia historia contemporánea de su país, o alguien en su entorno no
le informo sobre lo que hace no mucho, un gobierno neoliberal conducido por un
tipo que se decía peronista, metió al país en el tablero de los juegos sucios
del “primer mundo” sin haber sacado nada positivo; pues esto mismo es lo que le
está pasando hoy a Macri.
Sin dudas esto demuestra que Mauricio Macri siempre
estuvo solo; y ello no es por la “soledad del poder”. Por estas horas debe
estar cayendo en cuentas que solo lo rodearon aplaudidores y aduladores de
conveniencia los cuales hoy por hoy muchos se han evaporado. Nada nuevo en la
política argentina.
No solo basta ver la reacción de gran parte del circulo
mediático que como de costumbre ante las adversidades, cambian convenientemente
sus discursos y huyen en bandada a refugiarse en los prometedores vencedores,
que dicho sea de paso, fueron quienes durante doce años arrastraron el país a
la postración. Con este panorama muchos
en las calles se están preguntando ¿Habrá llegado la hora de irse de este país?