“WIKITRICKS”
De dónde salieron las fuentes informativas de WikiLeaks,
cuáles son sus propósitos y a quiénes sirve realmente ¿Ha sido manipulado
Assange?
Por
Charles H. Slim & Yossi Tevi
Existen
muchos hechos e incluso largos procesos de la historia que han sido manipulados
a gusto de los vencedores, una consecuencia
subsidiaria y hasta entendible por mucho tiempo de esa posición dominante.
Pero, el avance de las tecnologías y la aparición del internet al alcance de
los ciudadanos, proporciono una herramienta de intercambio de información que
cambio radicalmente este esquema que había estado monopolizado por las empresas
de medios y los gobiernos.
Desde
entonces, los historiadores ya no narran la versión del vencedor con relatos intachables
y hasta ridículamente sobrehumanos. Ello es imposible dado que esos mismos
hechos que antes quedaban ocultos a la vista del profano e interpretados a
discreción de “renombrados” autores, comenzaron a ser captados de forma cruda y
en tiempo real por simples testigos anónimos sin importar donde se producía el
evento.
La
aparición de los móviles con cámara y maquinas fotográfica con memorias
digital, fueron el comienzo del fin para ese acostumbrado secretismo
gubernamental.
El
2001 casualmente es sin dudas el punto de partida de esta nueva era
¿Casualidad? Tal vez esta pregunta lo descoloque, pero es central para entender
por qué y cómo comenzaron las filtraciones informativas.
Al
comienzo todo parecía obra de la torpeza de las administraciones
estadounidenses que no podían guardar
bien sus informes clasificados ni mantener oculto muchos de sus secretos más
delicados. En algunos casos trataron de acallarlos con viejos y cruentos métodos
como fue el asesinato del inspector de armas para Naciones Unidas (UNSCOM y
UNMOVIC) Dr. David Kelly quien expuso ante la opinión pública mundial la farsa
de las supuestas armas químicas iraquíes que el Primer Ministro Blair,
secundado a su colega estadounidense, vendió al público británico. Pero la
muerte de Kelly desato más cuestionamientos sobre el gobierno por lo que
algunos sospecharon sobre la intervención de una tercera mano con la intensión
de crear esta controversia.
Así
con muchos de los más execrables hechos que se irían produciendo a lo largo de
una década oscura marcada por las intervenciones bélicas y crímenes brutales por
una supuesta lucha contra el terrorismo, Washington y Londres caerían en el
escándalo.
Quedo
claro que ya no se podía engañar a la opinión pública y ello quedo reflejado
con las variadas y certeras impugnaciones (que testigos e investigaores le han
hecho) a la versión oficial de los hechos del 11/S.
Ante ello ¿Qué pasos podría llevar adelante un gobierno fuertemente cuestionado
como el de George W. Bush? Lo que muchos previeron y ello fue la impulsión de
programas secretos de intoxicación informativa no solo para crear confusión
sino también, para manipular a la opinión pública y a la propia Casa Blanca en
momentos clave.
A
pesar de los cuestionamientos el gobierno federal pudo silenciarlos apelando a
sus conspicuos aliados de la Corporación de medios que se encargaron de
refrendar –entre otros engaños- las
mentiras sobre las armas de destrucción masiva de Iraq. Pero aquellos irían
aumentando a medida que EEUU se involucraba en guerras inútiles y falsas como
sin dudas ha sido la llamada “guerra contra el terrorismo” (como fue
descubierto y ventilado apenas se invadió Iraq en 2003); pero ¿Para quiénes
servía está política intrusiva?
Desde
el mismo día en que las torres Gemelas de New York cayeron y el Pentágono fue
golpeado por un avión que nunca existió, las palabras “Israel”, “Netanyahu”
y “Mossad” resonaron entre muchos
ciudadanos de a pie y de muchos miembros de la Comunidad de inteligencia.
Incluso una temprana pista orientada a esos actores fue rápidamente ocultada de
los grandes medios y sus involucrados (los cinco jóvenes israelíes en New Jersey que
festejaron la caída de las torres) fueron
expatriados inmediatamente.
Quienes
estaban detrás de esto se dieron cuenta que las masas no eran tan ignorantes y manipulables
como antes y habían sujetos listos entre aquellas que estaban haciendo peligrar
el éxito de sus operaciones. Había que ocupar el lugar de estos potenciales
conscientizadores y para ello crearon sus propias “fuentes de una verdad a
medida” y a sus difusores. Ahí aparecerían los filtradores de embarazosos
cables y reportes gubernamentales que en algunos casos dejaban en ridículo a la
seguridad nacional estadounidense y muchos otros la indignación causando
variadas reacciones en la percepción de la opinión pública (Como sucedió con
las documentadas violaciones a los derechos humanos en Abu-Graib de 2004 y
Guantánamo).
Así
fue que para mediados del 2005 un desconocido personaje de origen australiano llamado
Julian Assange le estaba dando forma a una plataforma cibernética desde la cual
lanzaría información clasificada de todos los gobiernos (especialmente de EEUU
–y nada sustancial de Israel-) que
echaría luz sobre los asuntos más oscuros satisfaciendo la sed informativa de la
gente.
Así
en 2006 lanza el sitio “Wikileaks.org”, una supuesta cruzada por la
transparencia informativa en línea que contrariamente, ayudaría a intoxicar aún
más, el espectro informativo alternativo que estaba en danza.
El
momento era particularmente agitado. Elecciones en EEUU, el desmanejo de la
crisis por el huracán Katrina, el hastío y la impopularidad de la guerra en
Iraq amenazaba sacar a Bush de la Casa Blanca (en ese contexto se deshicieron
de Abu Muzab Al Zarqawi).
En Israel tras el catastrófico fracaso militar de las FDI ante “Hesbolla”, la
comprobación de ataques deliberados contra la población civil libanesa y la
formación de la “Comisión Winograd”
significó la muerte política para Ehud Olmert y su gabinete. Sin dudas había
que hacer algo para sacar de la escena informativa estos desaguizados.
Pero
¿De dónde salió toda esa maraña de cables diplomáticos y falsos informes que
nutrirían las filtraciones de WikiLeaks?
Según algunos investigadores estadounidenses, la creación de este bulo
estuvo en manos de la CIA y el Mossad israelí como parte de una táctica de
contrainteligencia inversa que serviría al mismo tiempo, para marcar la agenda
de política exterior de la Casa Blanca con Israel como el único beneficiado.
En
una entrevista exclusiva realizada en 2010 por PBS al ex asesor de Seguridad
Nacional Zbigniew Brzezinski quien más allá de las controversias y rechazos que
despierta en muchos, al referirse a las “filtraciones” de WikiLeaks dejo
entrever varias facetas que cuestionaban la veracidad de aquellas dejando al
televidente preguntas en el aire tales como “¿Son filtraciones realmente, o hay
un direccionamiento de una agencia?”, “¿A quiénes les beneficiaba estas
filtraciones? Y ¿Por qué no decían nada relevante de Israel?
A
pesar del cuidado que tuvo el entrevistador y los posteriores analistas de esa
nota por no involucrar a Israel o a sus agentes en EEUU, todo hablaba de aquél.
Aunque oficialmente Tel Aviv recurrentemente ha negado intervenir en los
asuntos de Washington, los hechos hasta no hace mucho han dicho lo contrario.
Allí
dejo claro que mucha de la información que WikiLeaks “filtraba” era pura basura
intrascendente (chismes sobre los mandatarios) y que tenía muy bien marcado un
sesgo contra la administración norteamericana. Entre los libretistas de estos falsos informes
con direccionamientos preferenciales contra los árabes y musulmanes (recordando
el caso de las “armas de destrucción masiva de Iraq”) estaban miembros de AIPAC,
una organización que se vió implicada en
actividades de espionaje interno y que gracias a Barack Obama fueron salvados
del procesamiento de la justicia Federal ¿Por qué?
En
2016 WikiLeaks publica una serie de correos electrónicos de la entonces
candidata presidencial Hillary Clinton que sin dudas, ayudo a enterrar sus
esperanzas y la de su entorno (que culminó con la detensión de Anthony Weiner).
Obviamente
Trump fue beneficiado por esto –no
precisamente por Rusia-, pero ¿Quiénes estuvieron detrás?
Quienes
proporcionaron los cables y esos falsos informes, no solo estaban tratando de
engañar al público sino también, desviar la vista de asuntos muy sucios que
estaban molestando a Netanyahu en particular y manchando a Israel con su
política expansionista de asentamientos ilegales y las continuas violaciones a
los derechos humanos de los palestinos volcados en el “Informe Goldstone”.
Algunos entonces, torciendo las narices se preguntaron ¿Por qué no había una
sola página de ese escandaloso documento en WikiLeaks?
La
invasión y ocupación de Iraq fue otra pulseada por manipular la realidad de lo
que ocurría para presentar una que satisfaciera a la opinión pública occidental.
Las filtraciones de WikiLeaks sobre esta situación también fueron muy
polémicas. Aquí también publicaba cables y supuestos informes de inteligencia
militar estadounidense en los cuales se afirmaba que “los insurgentes estaban
usando agentes químicos en sus ataques”, lo que tangencialmente ratificaba la
versión de que “Saddam tenía armas químicas” tratando de mostrar que Bush no
había mentido, muy extraño ¿No lo cree usted?
También
esos “reportes”, hacían incapie que la base de la resistencia se apoyaba en “Al
Qaeda”, una falsedad que los mismos iraquíes han desmentido constantemente.
Pero
a la par de esto, los mismos iraquíes se habían preparado para resistir la
ocupación mucho antes de que se produjera la invasión en marzo de 2003. El
partido B´aath sabía que no solo armas y hombres se requerían para la tarea sino
también, poseer una o varias plataformas informativas que mantuvieran un flujo
informativo de ser posbile en tiempo real que mostrara lo que los invasores
estaban haciendo. Por algún tiempo lo lograron hasta que la inteligencia
ocupante desbarato los principales sitios de difusión por internet.
Cuando
los estadounidenses y sus colegas británicos se instalaron en Bagdad, se
deshicieron de los periodistas y cerraron las cadenas oficiales iraquíes
colocando una (Al Hurra) que
informaría un relato acorde a “los beneficios de la liberación”. Pero los
hechos en el terreno superaban ese relato y para 2009 los rumores de una
retirada de tropas crecía en los pasillos del Pentágono y eso no era bueno para
Tel Aviv. Había que inflar la ira de los iraquíes y movilizarlos a recrudecer
sus ataques contra la ocupación y de ese modo forzar a Washington a permanecer
con especial interés sobre Irán. En ese contexto “Wikileaks” ventilaba en 2010
la masacre de Bagdad ejecutada en julio de 2007 por un helicóptero de combate.
La indignación repunto y la violencia también forzando a Obama a retrasar la
salida de las tropas.
Al
parecer los expertos de la NSA y sus colegas de la CIA y los batallones de
inteligencia militar no estaban muy convencidos de las capacidades iraquíes en
este aspecto pero, si parece ser cierto que “alguien” potenció sus esfuerzos a
niveles que posibilitaron que por años la red informativa de la resistencia
pudiera difundir gráficos informes de como iba la guerra y sus consecuencias
para los invasores. Curiosamente esto se cortaría en 2006 acusando las
sospechas de que se estaban intoxicando los reportes de la resistencia. En este
sentido, WikiLeaks nunca “filtro” reportes de la resistencia iraquí que vale
recordarlo, eran graficos y muy directos en sus contenidos.
A
la vista de esto y más allá del circo de la aparatosa detención en la embajada
de Ecuador en Londres, podría ser muy evidente que Julian Assange fuera un
impostor y sus filtraciones una estafa. La versión que corre por los pasillos
de la Casa Blanca de que podría ser indultado por Donald Trump corroboraría
esto.Aunque también es muy posible, que halla sido manipulado en su buena fe por
alguna de estas agencias o ambas a la vez.