jueves, 1 de octubre de 2020

 

“NAGORNO KARABAJ”

¿Qué y quiénes están detrás de la reactivación del conflicto entre armenios y azeríes?

Por Charles H. Slim

Desde la caída de la Unión Soviética la región caucásica ha despertado en agitación independentista causando guerras sangrientas que han dejado consecuencias que aún no pueden superarse. El caso del diferendo entre Armenia y Azerbaiyán por los altos de Nagorno Karabaj es uno de estos. Pese a que tras último cese al fuego los armenios fueron quienes lograron más ventajas apoderándose de poblaciones azeríes obligando a desplazar a sus pobladores a campamentos de refugiados solventados por Azerbaiyán.

El diferendo se da en medio de una región estratégicamente importante en donde el territorio en disputa (de unos 11.500 km cuadrados) se ubica en la unión de dos continentes. Vemos así como los principales actores con intereses por resolver esta situación están bregando por evitar la escalada bélica que vuelva a crear más tragedias humanitarias y situaciones de injusticia geopolítica como es el apoderamiento de territorios mediante la conquista militar.

Por lo que respecta a quién fue el que comenzó con esta última crisis, las acusaciones son cruzadas y cada bando alega que fueron agredidos sin causa. Ahora bien ¿Y si están diciendo la verdad? Tal vez sea cierto que “alguien” haya creado este enfrentamiento con el viejo truco del golpe simultáneo. Algunas imágenes muestran como tanques azeríes eran impactados por algún misil guiado lanzado desde una posición no identificada ¿Fueron las tropas regulares armenias, o sus camaradas separatistas de la república de Artsaj? O incluso más ¿Fue alguna mano foránea interesada en trasladar la estrategia del “caos controlado” a las puertas de la frontera sur de Rusia o tal vez, con la intensión de recrearla en la región norteña de Irán; o quizás en ambas??

El actual contexto internacional con la sospechosa pandemia –de origen claramente artificial- declarada por una muy dudosa OMS, encontraría en un conflicto regional como este, una excusa perfecta para desviar las miradas de la opinión pública.

Pero regresando a la crisis puntual, el uso de Drones que no están clasificados al conocimiento público, pudieron haber sido los vectores utilizados para reiniciar este conflicto tras el cese al fuego de 2016. Solo bastaba una estruendosa provocación para que se diera una reacción en cadena que desatara los odios de la guerra de 1988-1994. Esto ya se ha visto en la ocupación de Iraq cuando un misil “Hell-fire” lanzado desde un “Predator” (MQ-9) a gran altitud, volaba una mezquita para hacerlo parecer un atentado con coche-bomba de la “insurgencia” o las infames decapitaciones de varios rehenes de otros países. O bien incluso, lo acometido sobre el puerto de Beirut apenas un mes atrás ¿Quiénes cuentan con esas tecnologías?

Con Rusia al norte, Irán al sur y Turquía al oeste advertimos un escenario complejo que puede llegar a crear fricciones inter étnicas que al mismo tiempo podría recrear un choque de civilizaciones que Samuel Huntington especulo alguna vez en su obra del mismo título ¿Y a quiénes conviene esta situación?

Si bien vimos como inmediatamente Vladimir Putin llamo a la moderación en ambas partes y a silenciar las armas, Ankara no fue nada discreto al respecto y tomo una posición mucho más audaz prestando apoyo directo a los azeríes. La constatación de tropas turcas en varias de las líneas del frente y el vuelo de aviones caza turcos sobre la zona en disputa es una de estas señales. Pero ahí no termina la injerencia turca. También se estarían desplegando grupos mercenarios (seudo-yihadistas) y otros de los denominados “rebeldes sirios” (entrenados por EEUU) quienes estarían siendo trasladados desde Siria y Libia.

El 28 de septiembre el mismo presidente turco Recept Tiyip Erdogan en un simposio sobre derecho marítimo no dudo en dar su apoyo público a las acciones de Azerbaiyán sin dejar de señalar la hipocresía de los gobiernos occidentales que además de criticar pretenden asombro ante la crisis.

Esto podría complicar las tratativas para volver a sentarse en una mesa de conversaciones entre las partes y al mismo tiempo, tensa las ya complicadas relaciones entre la Federación rusa y Turquía.

El recrudecimiento del conflicto era esperable, no solo por la intransigencia y la enemistad que existe en ambas partes sino también por el gasto militar que ambos han invertido durante las últimas dos décadas en la compra de armamentos y modernos equipos bélicos.  El caso de Azerbaiyán revela que desde hace una década hasta el presente ha invertido un 4% del PBI llegando a cuadruplicar su gasto para la compra de armamento. Ello ha redundado en la traba de relaciones comerciales muy satisfactorias con industrias armamentísticas como la rusa y la israelí, principales proveedores de equipamientos para el gobierno de Bakú.

En apariencias, Azerbaiyán mantiene una ventaja material cualitativa por sobre sus adversarios armenios y sus separatistas que ocupan territorios aseríes, pero ello no sería tan así. Según habían estado advirtiendo los servicios de inteligencia azeríes, Armenia estaba recibiendo cargamentos de armamento provenientes de Rusia (y muy discretamente de Israel) que estaban siendo triangulados por terceros estados como Turkmenistán, Kasajistán e incluso Irán. Si bien es muy posible que estos estados estén realizando sus propios negocios con  Ereván (capital de Armenia) no se hace creíble que abarque todo el paquete de necesidades. Y es que, si bien estos países cuentan con armamento en su mayor parte de origen ruso, no cuentan con algunas tecnologías que son propias y de manufactura exclusiva de Rusia.

Otro que se haya involucrado en estas relaciones comerciales es Israel que por medio de intermediarios, provee a ambas partes (y tal vez usando subterfugios) equipamiento y tecnología como los Drones para espionaje y ataque y sistemas de comunicaciones indetectables. Hay un particular interés estratégico para Tel Aviv en esta zona ya que, si logra conquistar aliados como serían los separatistas armenios, tendría una pequeña pero muy directa puerta para colarse en Irán.

Pese a que Azerbaiyán es un país mayoritariamente musulmán, a Tel Aviv ni mucho menos a sus empresas armamentísticas no les causa ningún pudor venderle armamento y brindarle asesoramiento para su uso. Tan lucrativa es la relación que Tel Aviv ha calificado a Azerbaiyán como “socios”. No hay que olvidar que para los negocios no existen límites. Esto sin dudas ha sido causa del enfado público de los armenios, pero las diferencias ya preexistían por la inexcusable negación de Israel a reconocer el genocidio armenio.

En lo que hace al armamento convencional, el arsenal armenio se basa en equipamiento de origen soviético y ruso tal como su rival Azerbaiyán. La participación israelí sin dudas va más allá de la provisión de armas convencionales como los morteros de 120.mm y municiones varias. Además de los equipos de vigilancia aérea con Drones “Elbit Hermes 450” y “900” (de la empresa israelí “Elbit Systems” que opera en Argentina) como los que provee a Chile, Tel Aviv opera encubiertamente en la zona estableciendo contactos y relaciones “extra oficiales” –tal como lo hizo con los kurdos iraquíes- con los separatistas armenios a quienes proverían la asistencia para que puedan obtener armas y explosivos.

La adquisición de estos equipamientos bélicos revela una serie de compromisos negociales que condicionan las sinceras expectativas de una paz real. Tantos de un lado como del otro se han celebrado jugosos contratos de adquisición y el asesoramiento para el uso de equipamientos sofisticados.

Sin dudas, hay una tragedia instigada en proceso y sus mentores esperan sus resultados. Ahora bien ¿Qué es lo que hará Naciones Unidas y organismos internacionales como la Corte Penal Internacional para pesquisar el real origen de estos hechos? 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario