sábado, 17 de octubre de 2020

 

“PAPEL ESTRATEGICO”

Cuál puede ser papel estratégico de un país como Argentina con más de treinta años de una degradación socio-económico política y completamente indefenso

 

Por Charly H. Slim

Cuando se vino abajo el Muro de Berlín en 1989, no solo marco el comienzo del fin para la Unión Soviética sino también, la crisis existencial para EEUU como el autodenominado “líder del mundo libre” y su brazo armado trasnacional como es la OTAN. En ese momento comenzaron a fabricarse tesis e hipótesis conflictivas que justificaran la existencia y operatividad de esas voraces infraestructuras militares que en apariencias habían quedado sin rivales.

Allí comenzó una nueva era caracterizada por la interconexión comercial y cultural que se conocería como la “Globalización neoliberal” y por medio de la cual (y en teoría), se beneficiarían los países subdesarrollados al amparo de los centros financieros mundiales ¿Qué papel jugó Argentina y cómo ha evolucionado desde aquel entonces hasta el presente?

La respuesta es tan descorazonadora que sería mejor no decirla. Aquella ola neoliberal que vino propulsada por la imposición brutal –con intervenciones militares y embargos económicos- del “Nuevo Orden Mundial” declamado en 1991 por el presidente George H. Bush, para Argentina solo fue una época pasajera que lejos de crear un estado pequeño y eficiente solo lo corrompió más. Pero en aquel entonces el país terminaba la década de los ochenta con una hiperinflación tras un ineficiente gobierno radical que obligo al presidente Raúl Alfonsin a adelantar las elecciones. Sumado a eso, la conflictividad política tras años de disputas para desmantelar las Fuerzas Armadas como parte de una política de revancha y “desmalvinización” (mediante la vituperación de sus veteranos) impulsada por los sectores de la izquierda del partido radical –representada por la Coordinadora- (muy satisfactoria para Londres) y que fue continuamente fogoneado desde los medios capitalinos, terminaron por debilitar aún más a un país que había salido de una traumática guerra con la OTAN.

El trauma colectivo vino muy bien a la clase política, en especial a los miembros de los dos partidos mayoritarios (Radicales y Justicialistas) quienes aprovecharon la convulsión existente para estratificar su propio sector a los fines de conquistar el poder dejando de lado los objetivos estratégicos del estado, ignorando la realidad y evolución internacional imperante y entregando los destinos del país a la deriva.

Bajo la excusa de la democracia se consolido un sistema ineficiente y corrupto que no hizo más que, horizontalizar –si así podemos decirlo- los negociados y las prebendas que tradicionalmente se hacían dentro del estado.  Los controles estatales desaparecieron y la libertad se confundió con libertinaje. Fue sin dudas, el comienzo del fin para ese pretendido desarrollo bajo ese liberalismo anglosajón importado de la Gran Bretaña de Thatcher y los EEUU de Ronald Reagan que proponía al mercado como el artífice de las economías exitosas.

Así los argentinos para comienzos de 1989 entregaron sus esperanzas en un gobierno “peronista-neoliberal” (una mutación políticamente extraña) liderado por Carlos Menem, un caudillo norteño que bajo el argumento de llevar al país al “primer mundo” (alejando al país del Tercermundismo) y demostrando un gran amateurismo, arrastro al país a los peligrosos juegos geopolíticos que los estadounidenses y sus socios (entre ellos Israel) juegan desde hace mucho tiempo. Y sino lo cree así ¿Acaso se analizó las causas de la crisis entre Iraq y Kuwait que culminó en la guerra de 1991?

No creemos que se haya analizado nada. Menem solo trato de colocar al país en una geopolítica de la cual no sabía nada y por ende sin prever las consecuencias. Y de haber existido algún informe de la Secretaría correspondiente, sobre la situación geopolítica del Golfo Pérsico en aquel entonces, solo debe haber estado fundado en fuentes informativas anglosajonas. En conclusión, no hubo una decisión basada en criterios propios y su segumiento en lo que Washington determino como política a seguir, solo se trato de un mero alineamiento automático.  

Similar situación devino tras los atentados terroristas en Buenos Aires entre 1992 y 1994 que con servicios de inteligencia sin dirección ni objetivos estratégicos y una estructura gubernamental filtrada por la corrupción, permitió que sus verdaderos autores aún sigan impunes pese a tratar desde ciertos sectores interesados –de forma infundada y maliciosa- de culpar a sectores árabes islámicos, creando un odioso antecedente de islamofobia en el hemisferio.

Todo ello ha puesto en evidencia la ausencia del estado inteligente y el total desinterés por construir uno, que fue entregado por el gobierno de Menem a esas potencias extranjeras para que piensen por el. Sumado a ello, el paulatino abandono de la exigencia y la degradación de la educación pública y su cooptación partidaria (mediante una pléyade de sindicatos) ha terminado por distorsionar  la preparación de los futuros ciudadanos quienes a su vez, se ven asediados por el veneno de las drogas (un gran negocio especialmente en la provincia de Buenos Aires) que hace tiempo y por la misma corrupción política, penetró en las escuelas primarias ¿Y qué ha hecho el estado sobre esto?

Bajo esas directrices, no podía desarrollarse potencialidad alguna y no solo el pueblo no podrá prosperar por una economía condicionada por las continuas crisis financieras (con prestamos impagables) y un sistema impositivo inviable, sino que sus gobiernos solo serán un mero marco decorativo en la Casa Rosada y simples administradores de los intereses externos que realmente manejan al país ¿Qué futuro podía tener un país bajo esta situación?

La respuesta se puede ver hoy treinta años después y ella es contundente. Un país devastado por la corrupción política y el ingente gasto público, la inflación desmedida (con un Banco Central que actualmente imprime 100 mil pesos por segundo) y comprometido financieramente con el FMI y el Banco Mundial no puede más que ser una lamentable marioneta de las decisiones de otros. Ello a su vez ha tenido una profunda repercusión sobre el desarrollo de una buena parte de la ciudadanía que hoy por hoy, sumida en el sopor de la abulia y el conformismo (modelado por el punterismo político), solo aspira a vivir a costa del subsidio (IFE) pagado por un estado clientelar.

Las protestas callejeras que se han estado viendo en los últimos meses contra el gobierno de “Frente de Todos”, no es el renacimiento de alguna corriente “republicana popular” como algunos señalan (casualmente liberales anglofilos), son más bien una reacción espasmódica,  la demostración de una situación económica asfixiante que ya no parece distinguir entre clases.

En política exterior, Argentina sigue en la contingencia y la ambivalencia diplomática claramente guionada desde Washington y otros estados aliados a su geopolítica. El caso de Venezuela es ilustrativo de ello y su posicionamiento cíclico condicionado por el gobierno que circunstancialmente ocupa la administración general de la nación, demuestra acabadamente la ausencia de una geopolítica propia y consecuente con sus intereses.

Actualmente el gobierno de Alberto Fernández, con muchas ambivalencias y contradicciones, parece  inclinarse por una presumida sociedad geopolítica con China, mediante un alineamiento similar pero matizado al realizado por Menem con EEUU allá por 1990 ¿Será el reequipamiento militar con material chino parte de esto?

Igualmente es importante señalar que –tal como sucedió con EEUU- no hay sociedad posible ya que Argentina (mucho peor que en 1990) no tiene capacidad ni el poder (por la pérdida del monopolio de la fuerza) de proponer sus propios puntos de vista a la potencia asiática que dicho sea de paso, depreda impunemente los mares australes sin la minina queja de la Casa Rosada. Y es que ¿Cómo podría un país débil obligar a las flotas pesqueras chinas para que no pesquen en sus aguas australes?

Al mismo tiempo, la base china de inteligencia electrónica que opera en “Baja del Agrio” en la provincia del Neuquén, sigue siendo una incognita para el estado argentino ya que no tiene la potestad de que se le informe de las tareas que se llevan a cabo dentro de sus instalaciones y si se le informase algo, corroborar la información que se entrega sería algo bastante complejo para el gobierno argentino.

A la sombra de estas circunstancias  si no hay cambios sustanciales en la mentalidad de la clase política argentina, el único papel que puede jugar el país (y tal como lo viene realizando desde 1990)  es la de un mero expectador y un servil de los intereses foráneos que dicho sea de paso y en este caso, el gobierno de Fernández parece confundir “simpatía” con intereses estratégicos al no advertir que los intereses chinos (en lo referente a lo exterior) coinciden en varios aspectos con Gran Bretaña y sin lugar a dudas es con quien negocia su presencia marítima en el Atlántico sur.

 

miércoles, 14 de octubre de 2020

 

“EL PODER DE LA PERSUACIÓN”

El conflicto de Nagorno Karabaj  puede ser la oportunidad para que la Federación rusa haga valer su peso propio dentro del Grupo de Minsk

 

Por Dany Smith

Cuando por finales de septiembre estallaron los combates entre armenios y azeríes en sur del Cáucaso, muchos analistas especularon que sería muy difícil detener los enfrentamientos y sentar a las partes en una mesa de conversaciones. Ambos y cada uno por merito propio han demostrado que más allá de las causas territoriales y políticas que fundan sus reclamos, existe una aversión viceral que los enceguece hasta el punto de no querer entender razones. Tal como en una pelea de perros, ambos se trenzarían en una lucha encarnizada y no se soltarían hasta desangrarse.

Obviamente hay interesados en que esto se produzca y trabajan en ello para que este conflicto se perpetúe en el tiempo.

Como vimos, desde occidente solo se hicieron exclamaciones meramente retoricas y sin sentido. Tanto Washington como París (como miembro del Grupo de Minsk) no estaban ni están a la altura de poder ofrecer soluciones inteligentes para concluir con un conflicto tan complejo. Al mismo tiempo, los oportunistas de siempre que como los buitres, merodeaban los campos para hacerse de los restos esparcidos en el campo de batalla, se lanzaron sobre su presa. Uno de ellos, el primer ministro turco Recep Tiyip Erdogan quien anteponiendo las ambiciones geopolíticas de una Turquía expansionista (predecesora del Imperio Otomano), no ha medido las consecuencias de apoyar a uno de los contendientes como lo es Azerbaiyán.

Para despejar algunas conjeturas sobre las razones de este apoyo, digamos que, la faz cultural y religiosa –por ser ambos musulmanes- no es la principal razón que mueve a los turcos sunitas a dar su apoyo a los chiitas azeries. Su apuesta se centra en la importancia energética que revitse Azerbaiyán.

Tampoco lo han hecho los israelíes quienes antes de que esto se desatara enviaron al menos dos portentosos aviones de transporte “Iluyin-Il76” cargados de armamento  con destino a Bakú. Claramente –a las estrechas relaciones secretas entre Israel y Azerbaiyán-  hay en esta muy lucrativa operación comercial, un trasfondo geopolítico que importa a Netanyahu y su gabinete,  que al parecer también ha sido refrendado por el ministro de defensa Beny Gantz.

Ciertamente que gracias al gobierno de Bakú, el Mossad israelí puede operar libremente sobre Irán y es por ello que no puede dejar de retribuirle con su apoyo bélico. Pero los israelíes no solo están apoyando a los aseríes. Es muy probable que el Mossad también se halle operando tanto dentro de Armenia como en el corazón de la república separatista de Artsaj con el fin, sea cual fuere el desenlace, no perder una ventaja estratégica dentro de la región. 

Igualmente no seamos crédulos y digamos que son varias las agencias de inteligencia foráneas que operan en la zona y cada una de ellas, bregando por establecer lazos y alianzas estratégicas que respondan a los intereses de sus respectivos países. Igualmente es advertible que los objetivos de Tel Aviv están más allá de su tan clamado “derecho de defensa”, argumentado recurrentemente para justificar sus acciones violentas que amplian la inseguridad. Sus objetivos incluso van más allá de buscar un acceso estratégico sobre Irán teniendo como una de sus prioridades más importantes, el arsenal nuclear de Pakistán.

Vladimir Putin esta conciente de estas intensiones y no permitirá estos despliegues maliciosos.

Rusia es uno de lo principales interesados en detener las hostilidades y mucho más, en frenar la injerencia turca la cual entre otras cuestiones, ha insertado en la zona unos 4000 mercenarios traídos desde Siria, los mismos que reciben el apoyo y entrenamiento en la base de las fuerzas especiales estadounidenses en “Al Tanf”, al sudeste de Siria. Aunque hoy Erdogan estaría maniobrando por su cuenta y distanciado de Washington, no olvidemos que en 2014 fue uno de los socios principales en el despliegue del “Estado Islámico”  impulsado la CIA durante la administración de Obama.

La intervención diplomática de Rusia ha dado un giro esperanzador para esta situación aunque ello no ha obstado a que ambas partes sigan cayendo en las provocaciones mutuas que tratan de reactivar la dinámica de una guerra abierta. Y es que la intransigencia es notable pese a que el 10 de octubre a instancias del canciller ruso Serguei Lavrov se acordó un alto al fuego. Los armenios no pretenden devolver los altos de Nagorno Karabaj y los azeríes –tras treinta años de infructuosas tratativas- no creen que puedan recuperar esos territorios con negociaciones.

Hay mucho en riesgo y Vladimir Putin lo sabe muy bien. La estabilidad regional está en juego y junto a ella, la prosperidad para que puedan desarrollarse nuevos emprendimientos comerciales vinculados a la explotación del gas y el petróleo. En ese sentido, el Kremlin no permitirá que se importen juegos sucios que intenten recrear escenarios de un caos perpetuo pero controlado (como ya lo vemos en el Oriente Medio y el Norte de África) que –bajo el argumento de la seguridad mutua- busca la injerencia  de la OTAN en la región con la finalidad de contener a Rusia y a China.

Tan solo hace unas semanas, la intervención de Moscú logro frenar revueltas callejeras en Bielorusia que estaban siendo apoyadas desde occidente explicitando las amenazas que acechan a la estabilidad regional.

Es una situación muy compleja ya que, Rusia y EEUU son miembros del “Grupo de Minsk” (de la OSCE) y es dudoso que puedan hallarse coincidencias que no se vean interferidas por sus desacuerdos geopolíticos. En último sentido, la actual postura de la Casa Blanca, por la aparente postura “Jacksoniana de Trump”, poco le interesaría entrometerse en el conflicto.

Pero existen motivos para dudar de esa apatía. Los movimientos que ha estado haciendo EEUU en estas últimas semanas, revelan la puesta en marcha de planes para establecer alianzas estratégicas con países árabes del norte africano y euroasiáticos con fines hostiles hacia las iniciativas geopolíticas rusas y chinas en esas regiones.

En lo referente al conflicto en el Cáucaso sur, Rusia es el único actor regional con autoridad reconocida que puede sentar a las partes a una mesa de negociaciones y persuadirles a llegar a un acuerdo a los fines de mantener una estabilidad razonable. Ello quedo comprobado tras el llamado de Putin a un alto al fuego aun si solo durara unas horas, marco la diferencia en comparación con las gestiones de sus colegas occidentales. 

 

domingo, 11 de octubre de 2020

 

 

“¿GUERRA CIVIL EN CIERNES?”

La sorda lucha por el poder entre “Jacksonianos” y los “liberales internacionalistas” en Washington se está reproduciendo peligrosamente en una sociedad convulsionada

Por Charles H. Slim

La inestabilidad social y política ha dejado de ser una cosa de los países tercermundistas o subdesarrollados para hoy verse muy claro que también son problemas que se manifiestan en los centros del poder global. Los EEUU hace tiempo que ha dejado de ser el modelo a seguir y ello se debe en parte a su muy discutible transparencia política y electoral. Sin dudas promocionar la democracia cuando la brutalidad policíaca es una regla común y el zaqueo a otras naciones punta de fusil es parte de su política exterior, es algo filosóficamente muy discutible de sostener.

Los representantes electos, han convertido a la política (y en particular a la alta política) en un negocio para beneficio propio y a la nación como el vehículo para concretarlo. Bajo estas circunstancias queda claro que el interés general importa poco siendo la frase más común para aquellos profesionales de la representación política “al diablo los intereses de la nación”. Era de esperar que la confianza fuera mermando de forma paulatina.

Fue aquella desconfianza popular la que colocó a un “Outsider” como Donald Trump (a quien muchos consideran como un Jacksoniano) en la Casa Blanca desatando una acusada molestia en el mundo de la política estadounidense. A partir de allí, las presiones desde medios alineados a la “familia política” que se ubica en el liberalismo expansionista (Jeffersonianos) de Washington hizo de Trump el blanco de todo tipo de golpes bajos y mofas sin obtener por cierto, algún efecto en el ánimo del mandatario.

A la par de esas operaciones de medios, la oposición política demócrata no ha perdido el tiempo y sin ningún escrúpulo ha buscado todas las formas por desbancarle. Pero el pueblo estadounidense no confía en esta oposición y no ve en estas maniobras otra finalidad más que la de bucar oportunidades para obtener réditos  en pro de sus propios intereses.  

Asimismo, detrás de estas maniobras políticas públicas existen movimientos telúricos dentro de la Comunidad de inteligencia que demuestran fracturas y desacuerdos de algunos sectores, interesados (con el apoyo de algunos militares del Pentágono) por derrocar al actual presidente.

La crisis socio política atraviesa todos los niveles y estamentos de la vida norteamericana y las agencias federales de inteligencia son parte de ella. Sumado a ello, la agitación social que ya se venía gestando por décadas de desigualdades, que detonó por los abusos policiales que sacudieron las calles (caso George Floyd), el incremento de la desocupación (que afecta puestos de empleo en centros de comercio y la industria) y un confinamiento sanitario que se ha vuelto insoportable para buena parte de la población, complica seriamante la existencia de Trump.

En lo referente a la administración sanitaria de la pandemia, es un problema que sigue latente ya que no ha sido resuelto por los gobernadores de cada uno de los estados de la Unión y la misma administración federal liderada por un presidente que reiteradas veces y cuando lo conviene menoesprecia el peligro y la importancia de cuidarse en la pandemia. Precisamente, muchos sospechan que Trump podría usar la excusa del COVID para anular o al menos suspender las elecciones de noviembre, lo que agrega más encono de aquellos que quieren desplazarle.

La última oportunidad que se ha presentado a la oposición es el contagio de COVID 19 que sufrió Trump para lo cual recibió un tratamiento farmacológico que habría alterado su –ya de por sí- estado mental, sugiriendo así al publico norteamericano ¿Es capaz el presidente Trump de seguir liderando los destinos de la Unión? Una de sus principales rivales políticas como lo es la presidente de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi, no ha tenido ningún problema en señalar que el presidente esta desconectado de la realidad y para ello ha sugerido que debe evaluarse su condición mental.

Cuando se informó que Trump de 74 años de edad se había infectado, sus rivales políticos sin dudas especularon que podía llegar a sufrir las consecuencias letales por ser un sujeto de riesgo. Pero, lejos de esas esperanzas Donald Trump en pocos días –al contrario de las especificaciones médicas- y tras recibir aquel tratamiento farmacológico,  inmediatamente comenzó a realizar por Twitter comentarios contradictorios y muy ácidos que provocaron especulaciones sobre su estabilidad psicológica.

Nancy Pelosi no desaprovecho la oportunidad y puso este comportamiento en el centro de la discusión pública, llamando a crear una Comisión de revisión para evaluar la viabilidad para que el presidente pueda seguir en su puesto y para el caso de no estar en condiciones, ser destituido ¿Quién lo reemplazaría? Obviamente el santurrón de Mike Pence quien recordemos, cuenta con la base de apoyo de los conservadores y los lobistas pro-israelies de Congreso.

Y mientras las intrigas en la Casa Blanca no tienen fin, en el interior las cosas se recalientan a niveles impensados. Se sabe que en varios estados la situación de la pandemia de COVID 19 ha puesto en jaque sus distritos y ha obligado en alguno de ellos a un estricto confinamiento bajo una vigilancia marcial que encendió la ira de los constitucionalistas más extremistas quienes, apoyados por los comentarios de Trump, reprochan a sus gobernadores ¿Por qué no podemos circular libremente si ello es una garantía constitucional?

Ha sido por estos comentarios y por algunas relaciones que la oposición  acusa a Trump de simpatizar con las milicias supremacistas del sur.

De este modo, las expresiones de ciudadanos que se oponen a estas políticas gubernamentales han pasado a ser calificadas por la justicia como parte de una “retorica antigubernamental” lo que pone en evidencia dos situaciones preocupantes para las libertades civiles: El gobierno vigila a sus ciudadanos y para ello invade su intimidad, demostrando que la democracia en casa es un adorno fuera de moda.

De este modo, las críticas de ciudadanos comunes se han mezclado con las discusiones entre miembros de grupos extremistas para llevar adelante acciones más decididas contra el gobierno.

Uno de estos casos se ven en Michigan, donde la oposición al confinamiento ha tomado formatos extremos. En este estado y en varios otros estados del sur existen organizaciones para-militares (Movimiento Boogaloo) vinculadas a la ideología supremacista y patriótica que se opone a las políticas del gobierno federal y en particular al manejo que hace de los destinos de la Unión. Una de ellas la “Wolverine Watchmen” que habría estado detrás de un intento de golpe institucional contra la gobernación de Michigan que fue desbaratado por las autoridades federales.

Aparentemente, este grupo de insurgentes había planeado el secuestro y posterior asesinato de la gobernadora Gretchen Whitmer con la finalidad de desatar una escalada de violencia que desembocaría en una guerra civil. Para algunos mal pensados, esto huele muy sospechoso ya que la sola publicación de esto ya victimiza a una gobernadora que se sabe,  no tolera al presidente Trump.

Aunque ello causa sorpresa a los ojos externos, para los estadounidenses estos grupos insurgentes ultraderechistas son una realidad que viene creciendo desde comienzos de los años noventas y que en los últimos años han incrementado sus operaciones bajo el principal argumento de la desconfianza hacia el poder central acusado de desvirtuar los principios de la Constitución.

Aunque la sustentación financiera de estas milicias proviene de sus miembros, hay sospechas de que estarían recibiendo apoyo encubierto de sectores de la inteligencia (como activos), algo que siembra la consternación entre los burócratas de Washington.

Si más rodeos, se trata de terrorismo interno (aunque ello molesta al Departamento de Estado) y claramente el término, no tiene ninguna vinculación con el extremismo islámico como lo han ligado de continuo y de forma deliberada –para justificar intervenciones sobre otras naciones-  los Medios masivos en los EEUU y del occidente europeo. Estas milicias han demostrado que no tienen escrúpulos en usar la táctica del terror para lograr sus fines políticos aún si deben matar a sus propios conciudadanos. La voladura del edificio del FBI en Oklahoma en 1995 es la prueba de ello. Lo que sucedió en Michigan puede ser la muestra de algo que abarque a todo EEUU.

Sin lugar a dudas, el FBI logro desbaratar una operación terrorista domestica pero ello no significa que haya conjurado el descontento y la militancia que apoyan esas ideas entre las que se cuentan la secesión. Más de un centenar de estas milicias entre las que revisten veteranos de Afganistán e Iraq, esperan en la sombra para intentarlo cuando las condiciones sean propicias. Con éste problema sin resolver  y considerando como se ha manipulado desde el 2001 el término terrorismo, muchos deberían preguntarse ¿Quién debiera intervenir en los EEUU para combatir este terrorismo con finalidad secesionista?

miércoles, 7 de octubre de 2020

 

“THE BACKGROUND OF THE TRAGEDY”

What is hidden behind the comments and positions of some Argentine media about what is happening in Nagorno Karabakh

 

By Dany Smith

The resumption of conflict between Armenians and Azeris over the occupied territories of the upper Nagorno Karabakh has exposed - among other issues - an intertwined network of businesses and partners that are benefiting from the war regardless of who the victor is.

At the same time, this hides eminent geopolitical interests that make the conflict in a propitious scenario to settle their issues between the actors involved.

To understand this, first of all, let's get rid of prejudices and false ideological positions that certainly do not exist in this conflict. Neither is there a Turkish-Russian conspiracy against the Armenians nor are the Azeris Turkey's protégés to exterminate the Armenians, nor are the Armenians defenseless. In short neither Armenia is the good guy and Azerbaijan is the bad guy as some western media portray it.

The regulatory framework is clear. For the resolution of this conflict, it is required that the provisions of the United Nations Charter, that established by the Minsk Group and the provisions of the Helsinki Act be respected. This shows a legal complexity that cannot be resolved with biased definitions and without paying attention to the origins of the conflict.

We make this point in light of the misleading statements that some Argentine informants often make when referring to what is happening in the region. Coinciding with the editorial of media that are called “liberal”, “democratic” and / or “republican” (a term that has become fashionable), some journalists lightly argue that what exists is a “Russian-Turkish plot against Armenia” , trying to fit it into that victimizing and tearful story of the small town that defends itself from the wicked who, curiously, are Muslims.

These references are not accidental and clearly respond to a story that comes from ancient times, more precisely from the 1990s that associates the Islamic world with terrorism and evil. These are sectors ideologically aligned with the AMIA and the Israeli embassy in Buenos Aires that continue to struggle to establish geopolitical positions above an expected justice based on certain facts.

In some cases, these statements coincide with the Islamophobic and tendentiously political story of accusing the Lebanese resistance organization “Hesbollah” of the attacks in Buenos Aires and that it has tried to establish itself for years in the popular Argentine ideology.

It is not an assumption. It is a customary informational reality that reflects the influence of interests of certain embassies with special influence in the country. But what do these speeches hide? Possibly a lot of ignorance and in the rest of the cases pure bias.

The Armenian representation in Argentina has given its point of view on what is happening in the region and as expected, it did not accuse any kind of responsibility for the actions and consequences of what happens. The media have given space to the statements of the Armenian representation where they have freely expressed their views on the dispute, something that has not been seen with the Azeris. Likewise, that is only pure rhetoric and does not reveal a reality beyond what is exposed by these two contenders.

On the ground, in addition to the military casualties and material damage, there is a humanitarian reality immaterially materialized in the illegal occupation of territories that has displaced their inhabitants, depriving them, in addition to their properties, of their cultural and religious rights.

The construction of this de facto reality serves the geopolitics of specific actors such as Israel and the United States who seek to establish themselves in the region with clear and foreseeable objectives (Iran and Russia respectively). For the US, the interest in the agenda is twofold, although it knows that it must proceed with care. At the same time, the development of crises like this - at the same time - opens the door for the government budget allocated to the DOD to contribute millions of dollars in terms of areas of Imminent Danger.

For Israel, in addition to the strategic importance of supporting the Muslims of Azerbaijan to try to distance them from the influence of Iran, there is the situation of the passage of the most important oil and gas pipelines (Baku, Tiblisi, Ceyhan) that go from the southern Caucasus to the Caspian Sea and supply the European Union. With this in mind, one can see the great arms business founded on the needs of “security”.

For this it does not matter who is victorious in the clashes in the Nagorno Karabakh Heights, each one of the contenders helps only by opening their doors to their advisers and to the trade in last generation weapons (such as quasi-ballistic missiles from IAI “LORA” and Attack Drones).

This is how we can see how there are some connections that could not be explained without breaking stories sold in the mass media as platitudes. While we listen to several Argentine media reporters speak of “black and white”, of “good and bad” with the aforementioned tendency, in the reality of political relations we can see how Israel lends its tireless military support to Baku just as it Ankara does. Does it do it out of political, ethnic or cultural sympathy or maybe all of them together? Not at all. Furthermore, days before hostilities began chartered transport flights from Baku to the Israeli airport in Ovda were detected where tons of weapons were loaded. Preparations for hostilities? If so, why didn't Washington and Paris notice this?

Curiously, the CIA turned a blind eye to these operations but this has an explanation. In the past, Baku collaborated with Washington by providing a base for the logistics movement of supplies and “pseudo-jihadists” to Iraq during the occupation and later in Syria.

Without a doubt, money from arms sales and training programs is one of the incentives to deal with the Azeris but also (and perhaps the most important) is to gain their trust to discreetly locate in the region and over time develop a vast intelligence network that can be used for all kinds of strategic purposes that will only interest Israel.

Turkey's influence does not interfere with these plans and we have already seen this in Syria, where Turkish intelligence agencies MIT and the Israeli Mossad (and the Mutkhabarat of the petromonarchies) worked - in some cases in tandem - to undermine the legitimate government of Bachar Al Assad. And despite the fact that their governments argue that the Syrian government is a human rights violator, they keep quiet about their crimes and their dirty tricks that involve them with the use of terrorism as another weapon in their arsenal. 

jueves, 1 de octubre de 2020

 

“NAGORNO KARABAJ”

¿Qué y quiénes están detrás de la reactivación del conflicto entre armenios y azeríes?

Por Charles H. Slim

Desde la caída de la Unión Soviética la región caucásica ha despertado en agitación independentista causando guerras sangrientas que han dejado consecuencias que aún no pueden superarse. El caso del diferendo entre Armenia y Azerbaiyán por los altos de Nagorno Karabaj es uno de estos. Pese a que tras último cese al fuego los armenios fueron quienes lograron más ventajas apoderándose de poblaciones azeríes obligando a desplazar a sus pobladores a campamentos de refugiados solventados por Azerbaiyán.

El diferendo se da en medio de una región estratégicamente importante en donde el territorio en disputa (de unos 11.500 km cuadrados) se ubica en la unión de dos continentes. Vemos así como los principales actores con intereses por resolver esta situación están bregando por evitar la escalada bélica que vuelva a crear más tragedias humanitarias y situaciones de injusticia geopolítica como es el apoderamiento de territorios mediante la conquista militar.

Por lo que respecta a quién fue el que comenzó con esta última crisis, las acusaciones son cruzadas y cada bando alega que fueron agredidos sin causa. Ahora bien ¿Y si están diciendo la verdad? Tal vez sea cierto que “alguien” haya creado este enfrentamiento con el viejo truco del golpe simultáneo. Algunas imágenes muestran como tanques azeríes eran impactados por algún misil guiado lanzado desde una posición no identificada ¿Fueron las tropas regulares armenias, o sus camaradas separatistas de la república de Artsaj? O incluso más ¿Fue alguna mano foránea interesada en trasladar la estrategia del “caos controlado” a las puertas de la frontera sur de Rusia o tal vez, con la intensión de recrearla en la región norteña de Irán; o quizás en ambas??

El actual contexto internacional con la sospechosa pandemia –de origen claramente artificial- declarada por una muy dudosa OMS, encontraría en un conflicto regional como este, una excusa perfecta para desviar las miradas de la opinión pública.

Pero regresando a la crisis puntual, el uso de Drones que no están clasificados al conocimiento público, pudieron haber sido los vectores utilizados para reiniciar este conflicto tras el cese al fuego de 2016. Solo bastaba una estruendosa provocación para que se diera una reacción en cadena que desatara los odios de la guerra de 1988-1994. Esto ya se ha visto en la ocupación de Iraq cuando un misil “Hell-fire” lanzado desde un “Predator” (MQ-9) a gran altitud, volaba una mezquita para hacerlo parecer un atentado con coche-bomba de la “insurgencia” o las infames decapitaciones de varios rehenes de otros países. O bien incluso, lo acometido sobre el puerto de Beirut apenas un mes atrás ¿Quiénes cuentan con esas tecnologías?

Con Rusia al norte, Irán al sur y Turquía al oeste advertimos un escenario complejo que puede llegar a crear fricciones inter étnicas que al mismo tiempo podría recrear un choque de civilizaciones que Samuel Huntington especulo alguna vez en su obra del mismo título ¿Y a quiénes conviene esta situación?

Si bien vimos como inmediatamente Vladimir Putin llamo a la moderación en ambas partes y a silenciar las armas, Ankara no fue nada discreto al respecto y tomo una posición mucho más audaz prestando apoyo directo a los azeríes. La constatación de tropas turcas en varias de las líneas del frente y el vuelo de aviones caza turcos sobre la zona en disputa es una de estas señales. Pero ahí no termina la injerencia turca. También se estarían desplegando grupos mercenarios (seudo-yihadistas) y otros de los denominados “rebeldes sirios” (entrenados por EEUU) quienes estarían siendo trasladados desde Siria y Libia.

El 28 de septiembre el mismo presidente turco Recept Tiyip Erdogan en un simposio sobre derecho marítimo no dudo en dar su apoyo público a las acciones de Azerbaiyán sin dejar de señalar la hipocresía de los gobiernos occidentales que además de criticar pretenden asombro ante la crisis.

Esto podría complicar las tratativas para volver a sentarse en una mesa de conversaciones entre las partes y al mismo tiempo, tensa las ya complicadas relaciones entre la Federación rusa y Turquía.

El recrudecimiento del conflicto era esperable, no solo por la intransigencia y la enemistad que existe en ambas partes sino también por el gasto militar que ambos han invertido durante las últimas dos décadas en la compra de armamentos y modernos equipos bélicos.  El caso de Azerbaiyán revela que desde hace una década hasta el presente ha invertido un 4% del PBI llegando a cuadruplicar su gasto para la compra de armamento. Ello ha redundado en la traba de relaciones comerciales muy satisfactorias con industrias armamentísticas como la rusa y la israelí, principales proveedores de equipamientos para el gobierno de Bakú.

En apariencias, Azerbaiyán mantiene una ventaja material cualitativa por sobre sus adversarios armenios y sus separatistas que ocupan territorios aseríes, pero ello no sería tan así. Según habían estado advirtiendo los servicios de inteligencia azeríes, Armenia estaba recibiendo cargamentos de armamento provenientes de Rusia (y muy discretamente de Israel) que estaban siendo triangulados por terceros estados como Turkmenistán, Kasajistán e incluso Irán. Si bien es muy posible que estos estados estén realizando sus propios negocios con  Ereván (capital de Armenia) no se hace creíble que abarque todo el paquete de necesidades. Y es que, si bien estos países cuentan con armamento en su mayor parte de origen ruso, no cuentan con algunas tecnologías que son propias y de manufactura exclusiva de Rusia.

Otro que se haya involucrado en estas relaciones comerciales es Israel que por medio de intermediarios, provee a ambas partes (y tal vez usando subterfugios) equipamiento y tecnología como los Drones para espionaje y ataque y sistemas de comunicaciones indetectables. Hay un particular interés estratégico para Tel Aviv en esta zona ya que, si logra conquistar aliados como serían los separatistas armenios, tendría una pequeña pero muy directa puerta para colarse en Irán.

Pese a que Azerbaiyán es un país mayoritariamente musulmán, a Tel Aviv ni mucho menos a sus empresas armamentísticas no les causa ningún pudor venderle armamento y brindarle asesoramiento para su uso. Tan lucrativa es la relación que Tel Aviv ha calificado a Azerbaiyán como “socios”. No hay que olvidar que para los negocios no existen límites. Esto sin dudas ha sido causa del enfado público de los armenios, pero las diferencias ya preexistían por la inexcusable negación de Israel a reconocer el genocidio armenio.

En lo que hace al armamento convencional, el arsenal armenio se basa en equipamiento de origen soviético y ruso tal como su rival Azerbaiyán. La participación israelí sin dudas va más allá de la provisión de armas convencionales como los morteros de 120.mm y municiones varias. Además de los equipos de vigilancia aérea con Drones “Elbit Hermes 450” y “900” (de la empresa israelí “Elbit Systems” que opera en Argentina) como los que provee a Chile, Tel Aviv opera encubiertamente en la zona estableciendo contactos y relaciones “extra oficiales” –tal como lo hizo con los kurdos iraquíes- con los separatistas armenios a quienes proverían la asistencia para que puedan obtener armas y explosivos.

La adquisición de estos equipamientos bélicos revela una serie de compromisos negociales que condicionan las sinceras expectativas de una paz real. Tantos de un lado como del otro se han celebrado jugosos contratos de adquisición y el asesoramiento para el uso de equipamientos sofisticados.

Sin dudas, hay una tragedia instigada en proceso y sus mentores esperan sus resultados. Ahora bien ¿Qué es lo que hará Naciones Unidas y organismos internacionales como la Corte Penal Internacional para pesquisar el real origen de estos hechos?