“GUERRA
HIBRIDA EN LA PATAGONIA”
Hay
un proceso de descomposición geopolítico en la Patagonia que puede escalar a
niveles imprevistos ¿Quiénes pueden estar detrás de esto y Cuáles son sus fines?
Por Javier B. Dal
Tal
vez no haya mejor dicho para la situación que se está desarrollando en la
Patagonia aquel que reza “no hay peor ciego que el no quiere ver”, como un
reproche a los gobiernos y a las clases políticas de ambos lados de la
cordillera de los Andes. Era algo que se estaba previendo desde hace mucho
tiempo pero que los aficionados que ocupan los puestos de gobierno han
desdeñado por varias razones es cierto, pero una de ellas es sin dudas su total
ignorancia y falta de atención a la peligrosa evolución de la contemporánea geopolítica
global.
Las reivindicaciones político-territoriales que vienen
haciendo agrupaciones indígenas “Mapuches” han ido evolucionando de forma
disímil según vemos la realidad chilena o la argentina. En el caso de Chile se
trata de un conflicto primigenio, que viene arrastrándose desde hace décadas y
que se ha ido agravando a medida que el estado ha tratado de combatirlos. En el
lado argentino la intensidad no ha sido la misma y recién apenas unos años con
los ataques contra propiedades particulares y estatales fueron conociéndose más
el activismo de estos supuestos grupos de esta etnia.
Podemos asegurar que existe un conflicto y que el
mismo tuvo su origen en la Araucanía (donde viven los indios araucanos) del
lado chileno entre los indígenas y el estado nacional que por una cuestión
estratégica (y no hace mucho) se ha trasladado a territorio argentino pero que
por la impericia o quizás respondiendo a otros intereses, el estado nacional argentino
lo ha dejado prosperar. Por el contrario las actividades de inteligencia y
contrainteligencia del estado chileno a cargo de la Unidad de Inteligencia
Operativa Especializada de carabineros (UIOE) entre otras, centradas en la
Araucanía e incluso sobre territorio argentino han sido continuas. Incluso más.
Algunas de ellas han estado salpicadas de escándalos por la elaboración de operaciones
sucias protagonizadas por personajes con posibles nexos con la inteligencia
británica. Por el contrario y desde el lado argentino, el abordaje que se hace
del mismo es ciertamente insignificante y miope sin querer ir más allá de lo
que esto involucra.
Sospechamos que la clase política de las dos grandes alineaciones partidarias con aspiraciones de gobernar las próximas décadas (JUNTOS POR EL CAMBIO y FRENTE DE TODOS) son contestes y por diferentes vías cuidan a los intereses que se esconden en las sombras y es por ello que no harán nada por resolver este fabricado conflicto. Una de las pistas que sugieren esto radica en la firma del tratado Minero Chileno-Argentino del 23 de marzo del 2000 (Según ley 25243) por el cual se estableció un “Área de Operaciones” que se halla administrada de forma autónoma y sin la injerencia legal de los gobiernos de ambos estados por un órgano administrativo para la extracción minera de oro, plata, cobre y otros metales preciosos, por parte de empresas mineras trasnacionales de la Corona británica.
Así están las cosas. Una poderosa organización político-militar
indigenista que bajo la denominación C.A.M[1]. (con la injerencia de miembros de la
agrupación marxista MIR[2] y del FPMR[3]) opera en Chile y ha
extendido su influencia a la Patagonia argentina mediante una subsidiaria
conocida como la R.A.M[4]. que como se sabe, desde
1996 tiene sus oficinas de difusión y propaganda en Gran Bretaña. Para peor en
el caso argentino, estas organizaciones con orientación separatista reciben la
colaboración y apoyo de funcionarios del gobierno nacional (ex Montoneros y
ERP) lo que de por sí es un grave e imperdonable contrasentido.
Justamente y atendiendo a estas colaboraciones, se
puede intuir quienes son los que están detrás para impulsar y apoyar materialmente
las aspiraciones separatistas usando el maquillaje indigenista apoyado sobre un
libreto basado en un reduccionismo ideológico que se ha utilizado para azuzar
odios interconfesionales dentro del mundo árabe-islámico. El interés británico
sobre la Patagonia y su proyección sobre la Antártida es ineludible y es por
ello que el Foreign Office por intermedio del MI-6 opera con gran
interés para ablandar la región. Sobre ello aclaremos que muchos de estos
“revolucionarios setentistas” (incluyendo a la reconvertida Patricia Bullrich)
fueron cooptados para operar en la región por la CIA, el MI-6 y sin dudas por
el Mossad israelí. Es por ello que no se ven tratamientos medulosos y con
observaciones críticas más allá de insignificantes personajes como el líder
Jones Huala o cualquier otro sujeto que los medios locales alumbren como el
único responsable.
Antes que todo, dejemos de lado las rumiaciones
interesadas de sectores y personajes con tendencias anglófilas y pro-sionistas
que desde los medios (tanto chilenos como argentinos) tratan de argumentar,
mediante teorías que no son otra cosa que notorias cortinas de humo hablando
del involucramiento de guerrilleros de la FARC[5] colombiana y elementos
“bolivarianos”, de la ETA[6] vasca o los más delirantes
(aunque muy interesados en persistir en ello), a la participación del Hamas[7] palestino, de kurdos y de
los iraníes.
En esto último tanto la derecha conservadora chilena
como los sionistas argentinos coinciden en poner el acento en el
involucramiento de Venezuela e Irán en el apoyo de estas guerrillas indígenas
un argumento que proviene del recalcitrante racismo e islamobofia que les
identifica.
Por el contrario, los más interesados en diseccionar
la región han quedado en evidencia no solo por su presencia ocupando ilegalmente
territorio argentino como sucede con las islas Malvinas, Georgias y Sandwiches
del sur sino también por sus incursiones exploratorias bajo maquillajes
inofensivos como son los “mochileros sin fronteras” buscan establecer posibles
“yishuv”[8] patagónicas. He allí donde
radica el interés por fomentar y de ser necesario crear las diferencias
grupales y de ese modo atomizar las lealtades nacionales.
A pesar de los esfuerzos de las embajadas de Gran
Bretaña y de Israel en Buenos Aires por instalar este tipo de bulos, la
experiencia en el desarrollo de estos enjuagues sucios dentro de otros países para
sus propias agendas geopolíticas es amplia y nefasta en las cuales precisamente
han sido los protagonistas en ponerlas en desarrollo. Iraq, Siria, Yemen,
actualmente en el Cuerno de África (en especial en Sudán) y Asia son ejemplo de
la implementación de estas tácticas.
El ejemplo más patente de la fabricación y puesta en
marcha de una guerra híbrida la vimos con el ISIS en 2014. Una fuerza de
combate impostando mediante sus exóticas vestimentas y simbología una pertenencia al
Islam, armada y movilizada con recursos provistos por varias monarquías árabes
del golfo que fueron direccionadas por la CIA y sus colegas militares del
Pentágono para que ocupara la región fronteriza iraquí y desde allí aliviar las
operaciones de las bandas pseudo-yihadistas que estaban asolando a Siria con la finalidad de derrocar al gobierno de Bashar Al Assad.
Hoy por hoy son los indígenas del cono sur su material
de trabajo y de no advertirse rápidamente esta clara intención de construir un
conflicto híbrido y de baja intensidad en la Patagonia, el peligro del
intervencionismo militar bajo algún pretexto avalado por Naciones Unidas está a
la vuelta de la esquina.
[1] Coordinadora
Arauco-Malleco fundada en 1998 y con su área de operaciones en la Araucanía al
sur de Chile.
[2]
Movimiento de Izquierda Revolucionario fundado en Chile.
[3]
Frente Patriótico Manuel Rodriguez
[4]
Resistencia Ancestral Mapuche en operaciones en la provincia de Río Negro y Chubut
desde mediados de 2016.
[5]
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia fundadas en 1964 y actualmente
desmovilizadas para participar en la política.
[6] Euskadi
Ta Askatasuna que significa “País Vasco y Libertad” fue una organización
independentista que buscó la separación de España creada en 1958 y disuelta en
2018.
[7]
Entusiasmo, es la significación que identifica al Movimiento político y militar
de la Resistencia islamista palestina contra la ocupación israelí fundada en
1987 y que aún se mantiene activo en Gaza.
[8]
Son Asentamientos judíos que conforman avanzadas para la instauración de
comunidades más grandes tal como las preexistentes en Palestina antes de la
llegada de las organizaciones sionistas.