lunes, 22 de noviembre de 2021

 

 

“REPUBLICA OCLOCRATICA ARGENTINA”

¿Acaso la Argentina va hacia un gobierno de muchedumbres?

 

Por Javier B. Dal

Los resultados de la última elección legislativa dejaron en claro que no hay nada claro en Argentina. Si había una grieta que los oficialistas y la oposición negaban de cara a los medios, ahora esa misma grieta se ha extendido hacia el interior de cada uno de estos sectores llevando a crear una gran Babel en la que nadie escucha a nadie y donde todos hablan diferentes lenguas.

Lo peor de todo es que el desvarío proviene de quienes detentan el poder. Un presidente que dice que su fuerza ha ganado cuando los resultados arrojaron haber sido derrotados por ocho puntos no puede ser otra cosa que un desvarío. Incluso, el organizar una fiesta por el “Día de la militancia” a costa del dinero público para insistir en ese afiebrado delirio, supondría un rasgo psicopático. Pero en realidad no lo es. Alberto Fernández y su gente solo están haciendo uso de un recurso psicológico para autoconvencerse y a su vez convencer a sus interlocutores de algo que no fue, sucedió en realidad. Lo peor de todo esto es que (más allá de lo que ellos presuman), en el fondo es un signo de absoluta debilidad e incertidumbre.

Se trata de una tragedia en medio de un mundo muy complejo e imprevisible para el que Argentina no esta preparada. Hay una total dispersión en los representantes políticos y claramente demuestran una total lejanía sobre esta realidad. La clase política en su conjunto (sin distinciones de derechas, centristas e izquierdas) es percibida como cleptócrata, nepotista y clientelar que nada tiene que ver con la tan vociferada democracia. Igualmente, desde 1983 la Argentina practica una particular forma de democracia en la que solo se proclama la existencia de derechos, pero sin obligaciones (salvo las impositivas). Así es como poco a poco y de la mano de un tergiversado victimismo “setentista” y abusando de una sesgada mirada en el alcance de los derechos humanos (con la cual se ha lucrado de forma escandalosa) se fueron deformando los conceptos como autoridad y orden, fundamentales para la construir y mantener la cohesión social de un estado, a tal punto que se las asociaron a “represión y militarismo”.

Los artífices de este reduccionismo hoy los encontramos en el gobierno viéndose entrampados por esa dialéctica simplona y dañina. El gobierno de Alberto Fernández además de fraccionado y condicionado por los núcleos extremistas que responden a su vicepresidenta (CAMPORA) es completamente insulso para intentar reorganizar un estado que sigue siendo la panacea de sectores parasitarios quienes sin ningún objeto y utilidad pública, consumen recursos del presupuesto sacándoselo a otros sectores que realmente lo requieren.

Más allá de las estridencias discursivas del presidente, su gobierno no gobierna. Prueba de ello son los tire y afloje con su propio partido, el descontento que existe contra su gestión tanto a nivel general como en las filas de un peronismo multiverso y diluido que ciertamente nada tiene de esa ideología. El federalismo al que Fernández nombra (tan falso como el patriotismo su gobierno) en todo momento solo está en su imaginación y solo lo practica cuando demanda las coparticipaciones de provincias a las que no presta auxilio cuando se lo demandan (como sucede con la provincia de Río Negro por el tema de los “Mapuches”).

La inflación y la desvalorización del peso está hundiendo a la población en la pobreza y la carestía, mientras el presidente habla de “estar ganándole a la inflación” y que de un “crecimiento en la economía” que nadie esta viendo.

La oposición también sufre de un agrietamiento en sus formaciones. Los radicales que habían caído en una severa depresión desde aquel calamitoso 1989 se han empoderado y comienzan a cuestionar a los anglófilos y sionistas del PRO referenciados por personajes como el ex mandatario Mauricio Macri y Patricia Bullrich. Al mismo tiempo, resurgen fuerzas liberales encarnadas en los liderazgos de Javier Milei y José Luis Espert, a su vez distanciados entre sí por cuestiones de forma.

Las calles están en manos de las organizaciones sociales y los sindicatos que descaradamente ya no esconden la militancia de su tropa por un plan social o una suma determinada de dinero. Lo mismo sucede en el sur, donde las rutas y parques nacionales son bloqueados por encapuchados que condicionan la libertad de circular y movimiento a cambio del pago de un impuesto.

Las muchedumbres son las que deciden cuándo y quién pasara por un puente o una avenida y ello se debe, a décadas de irresponsable agitación punteril de los partidos como el “Kirchnerismo” y algunos sectores de la izquierda que no tienen otro objetivo que perpetuar a sus dirigentes en sus puestos burocráticos a sueldo de la nación. Para estos sectores la ignorancia y el resentimiento son el combustible para movilizarles.  Cualquiera puede generar una protesta y movilizar una masa de personas para cortar la circulación en las calles de la capital o de una ruta nacional sin que el gobierno “federal” haga nada. En este marco queda claro que rige una verdadera oclocracia que solo beneficia a los intereses del gobierno y de sus organizaciones sociales compuestas por personajes que utilizando la desesperación de los más desposeídos subsisten al amparo del dinero de las arcas estatales.

Incluso ya hemos visto como una manifestación en medio de la avenida 9 de julio puede terminar en una refriega y el asalto de oficinas públicas como sucedió con el Ministerio de Trabajo donde las fuerzas de seguridad no pudieron hacer nada. Las autoridades no tienen autoridad por el simple hecho de que dependen de un gobierno político que tampoco la tiene. La justicia no puede funcionar con este marco de cosas y eso es algo que no puede suceder en una república que se denomine democrática.

La violencia en los robos callejeros se está haciendo más creciente y ante la desidia y la hipocresía de estos gobernantes, la impotencia de los ciudadanos comunes se vuelve ira y con ella, nace el impulso para llevar adelante acciones tan extremas y extravagantes como sería separarse de un determinado municipio. Cada desgracia es elegida a conveniencia de uno u otro bando para hacer de ella, capital de sus intereses electoralistas. Con este panorama no esta errado declarar la instauración de una oclocracia en Argentina.

sábado, 20 de noviembre de 2021

 

“THE EXPECTABLE PLAN”

What is the response to the terrorist violence in Kabul that threatens to spiral out of control? Who can be behind this? The premise is still to make war by way of deception

 

By Yossi Tevi

Suicide attacks in the middle of Kabul began to take place even when US troops were stationed at the airport in moments before the flight of September 15, what was happening? These episodes that the western media began to foist on “ISIS-Khorasán” were not taking place by mere chance, far from it. Taking advantage of the existing and hidden chaos among the Taliban outposts, cells of this franchise were able to pass all the controls that were being established towards the capital. The execution of a contingency plan for a change in strategy that Washington had already implemented before had begun.

Many of us have been suspicious of the real motives for the departure of the Americans and their NATO allies. We had anticipated at that time that this was more due to a ploy that had already been used in Iraq and that resulted in the emergence (by spontaneous flourishing) of a presumably Islamic entity that became known as “Islamic State” or more known as “ISIS”.

When Barak Obama announced the departure of his troops in October 2011, many in Washington squirmed in their chairs as it seemed an inconsistency and a capitulation, a concession to the Iraqi armed insurgency that had already been wreaking havoc on the morale of its troops in a war that had been lost in the minds and hearts of his own fellow citizens. It was in those moments when a deceptive image of Obama was projected, one that tried to show moderation, the search for peace and the return to international legality after the coven of interventions and wars unleashed by the neocon and Zionist administration of George W. Bush and Cia.

Since Obama became president in 2009 and at the same time he spoke to Muslims from Egypt, the Pentagon and the CIA, in close collaboration with the mukhabarat of the Gulf monarchies, were already quietly working in North Africa.

A year later, the agitators were already deployed on the ground and after instigating the inhabitants of Tunisia, Egypt and Libya through social networks, the CIA established more fluid contacts with former members of the Iraqi Baath party, many of them in the ranks of the “Nakshaiabandi Army” which was maintained in operations in north central Iraq. They did the same with the remnants of the “Islamic State of Iraq” (Daesh) that swarmed without resources in the desert of the “Sham” that is located between Iraq and Syria. The objective was to recruit men and form armed groups to increase the instability that was being directed against Damascus. This is how the appearance of “ISIS” was organized in 2014.

The withdrawal of last September 15 had a strange smell. Many distrusted this supposed risky venture by Biden in favor of peace and détente in the region. Perhaps fifteen years ago it would have deceived its own and global public opinion, but today that is very difficult. A Democratic administration is not a guarantee for respect for international legality, as was made clear by the Obama scam, and it was for this reason that the tensions between the Pentagon and the White House over this situation was only a performance for the public.

It should not be forgotten that Obama was the one who commissioned Secretary of State Hillary Clinton to lead the overthrow of Gaddafy in Libya and manage the same fate for Bashar Al Assad in Syria. At the same time, it continued and increased authorizations for the CIA to continue its torture in a more discreet manner and its “targeted assassination” operations with Drones that killed hundreds of innocent civilians in both Afghanistan and Yemen.

Amid the wave of collaborators who tried to flee in NATO planes leaving Kabul airport, suicide bombers loaded with explosive belts sneaked in, killing civilians and some US soldiers. It was the perfect stage show simply because it was planned that way. In addition to this, it was reported the negligent abandonment of military bases with their arsenals full of weapons, explosives and ammunition that conveniently ended up in the hands of the Taliban and “ISIS-K”.

Since the last American soldier left Afghanistan, the “ISIS-K” attacks have multiplied, recreating what happened in Iraq after the occupation and its continuity after the appearance of this pseudo-Islamic entelechy. From the media in the West there is talk of struggles between Taliban factions but in reality it would be the activity of terrorist cells that respond to the hoax “ISIS-K” that we do not forget, was installed and fed (with the transfer of combatants from Syria and Turkey) by intelligence agencies such as the CIA, Mossad and British MI6.

The terrorist activity of these cells increases suspiciously as Azerbaijan attacked Armenian posts in the vicinity of Nagorno Karabakh, NATO tries to provoke the Russian defenses in the Black Sea while Kiev makes a show of power against Lugansk by launching an attack with Drones delivered by Turkey; undoubtedly this circumstance calls for reflection.

Russia has a lot to lose from the instability in Afghanistan, as it may affect the Islamic republics in the south. The operation of a franchise such as “ISIS-K” supported by the Anglo-Saxon intelligence agencies will undoubtedly seek to expand its activities over this region to complicate Moscow as they did in the 1990s with the Chechens and as they are currently doing with the Chechens. Uighur armed groups operating in the border region of the Xinjiang region of northwest China.

Whether Washington likes it or not, the Taliban rules Afghanistan and both its bureaucrats and the media that are adept at their political line should not lose sight of the fact that it was they themselves who caused all this chaotic situation. If the Taliban does not manage to establish effective control over the actions of these elements (supported by the CIA), we will continue to see bloody attacks against places of public gathering in particular, against Shiite Muslims and with the intention of extending it further, as a tactic dirty to try to recreate the chaos that settled in Iraq after the Anglo-American occupation.

 

 

miércoles, 17 de noviembre de 2021

 

“HACIA LA TECNOCRACIA”

El paradigma engañoso de para una esclavitud voluntaria

 

Por Charles H. Slim

Pese a que en occidente siguen vociferando que sus gobiernos se basan en sistemas políticos democráticos, tras el experimento del aislamiento obligatorio por el Sars-Cov2 eso está en discusión.

Aún antes de 2019 la tan invocada práctica democrática estaba bastante cuestionada atendiendo a las experiencias que se han visto en las últimas décadas y sus consecuencias que aún perduran en la actualidad.

Los derechos de las personas de a pie se han reducido de forma innegable y la relativización discrecional del valor humano, ha quedo conteste con las atrocidades que se han llevado adelante por estados occidentales que durante dos siglos se han autoproclamado “civilizados” y respetuosos de la ley internacional.

Uno de los vehículos utilizados para estos propósitos fue sin dudas la tecnología, no solo la de uso militar sino también aquella que en apariencias brindaba servicios para agilizar la vida cotidiana. La más conocida y tan dañina como una bomba son las transferencias bancarias electrónicas y todo el sistema que lo maneja. Echando mano a excusas que nadie estaría en desacuerdo, se han creado tips para establecer congelamientos como sanciones financieras, posibles de operar a distancia gracias a estos sistemas. Así vimos cómo se bloquearon cuentas de países o simplemente se saquearon sus arcas con solo apretar una tecla de un ordenador en New York.

El salto del “Bitcoin” al escenario de las finanzas internacionales se muestra como una ventaja más dentro de este espectro pero también puede ser (y sin dudas lo será) otro eslabón en la cadena de esta nueva esclavitud digital.

Actualmente las tecnologías digitales parecen estar modelando la nueva realidad y ello, aunque se vea muy cómodo o ventajoso, es algo realmente muy peligroso para la libertad de las personas. Y el peligro ya no proviene solamente de un estado fascista o de un gobierno con esta tendencia. Desde finales del siglo XX hasta el presente la “democracia del norte” y sus aliados han hecho de esto una realidad muy presente (“Five Eyes”[1]). Actualmente las corporaciones privadas que pueden o no tener negocios con el estado, sirven por fabulosos contratos a estos propósitos poco claros y que se mantienen en la penumbra.

Si bien el término “tecnocracia” refiere al gobierno de los especialistas en una determinada área, nosotros hacemos referencia a más bien a los medios y las consecuencias que este sistema acarrea a las libertades individuales de alcance global. Sería el gobierno de la virtualidad y la despersonalización administrado desde el ciberespacio sin que los administrados sean conscientes de la invasividad a la que son sometidos. Y sino usted puede preguntarse ¿Por qué debe tolerar que alguien desde alguna Sala a miles de kilómetros en alguna instalación de “Ciberguerra”[2], este monitoreando sus mensajes, sus perfiles en las redes, sus llamadas del móvil y su actividad en el internet? Desde hace tiempo su intimidad ha dejado de existir y la excusa para ello la conocimos más abiertamente desde el 11 de septiembre de 2001 y de lo cual también sabemos, fue una siniestra y cruenta farsa, pero farsa al fin. Claramente la seguridad informática es muy cuestionable y ello quedo ratificado con las revelaciones sobre Facebook de “garganta profunda”[3].

Para ello se montaron los andamiajes legales convenientes y por medio de piezas como la “Patriotic Act” se blanqueo y amplió la existencia de una infraestructura de espionaje (como la red Echelon) justificando el recorte de los derechos, la estigmatización de una parte de la población (los musulmanes) y el avance del estado por sobre las libertades de las personas a niveles escalofriantes (detenciones sin orden judicial y torturas). Pero había que probar esta estrategia de forma detallada y efectiva en escenarios reales ese control masivo y simultaneo sobre una población determinada.

Pioneros en esta materia insidiosa son los israelíes quienes ya venían ensayando estas tácticas de control social, guerra psicológica y espionaje electrónico en urbes contra los palestinos de los territorios ocupados. El desarrollo de sofisticados ingenios ha llegado a tal punto que los israelíes confiados en su indetectabilidad, se han atrevido a espiar a la misma Casa Blanca y a oficinas del gobierno estadounidense en la era Trump[4].

Su colaboración con EEUU para formar estructuras similares fue y sigue siendo capital, en especial desde 2001 teniendo como escenarios de ensayo a los países invadidos.

Fue a partir de allí que se ensayaría de forma meticulosa y persistente en ciudades como Bagdad y Kabul nuevas estrategias de control y vigilancia masiva basadas en el espionaje continuo en todo tiempo y sobre todos los ciudadanos.  Así y bajo argumentos bastante increíbles, estos programas provistos por empresas privadas fueron subvencionados por los mismos gobiernos que intervinieron (Como los Sistemas de Identificación biométricos). Ello inmediatamente se trasladaría las ciudades de occidente que (según las excusas de los gobiernos) debían ser protegidas del terrorismo. Las cámaras, sensores biométricos y micrófonos callejeros combinado con el hackeo de los móviles con sofisticados Software de industrias especializadas en invadir la intimidad ajena (G4S, NSO Group, CST Global, Dyn Corp, Defense System LTD)[5], se han convertido en los artilugios de la “democracia” occidental que avenida en esta “tecnocracia” son el nuevo y real enemigo de la libertad.

Pero aunque las cámaras en las calles y las antenas en postes lumínicos que quién sabe para qué y a quienes diablos sirven, son solo una ínfima parte del “Gran hermano” que observa desde lo alto.

Esto ya es historia y actualmente el control de las conductas de los ciudadanos es cada vez más personalizada e invasiva gracias a los cambios que han proporcionado el acceso a nuevas tecnologías de alcance masivo y mediante ellas, el aprovechamiento de la inadvertida recopilación de datos sobre los hábitos y las actividades propiciada por el uso de televisores inteligentes, móviles y tablets.

Como vimos empresas de redes sociales como Facebook cooperan con las agencias de inteligencia (NSA, CIA y MI-6)[6] para proveer esta información e incluso, ponerla a disposición de interesados privados. Toda esa tecnología invasiva hace un tiempo ha pasado a otra etapa y está siendo utilizada para medir los patrones de conducta individuales, hábitos de consumo, preferencias de toda índole, inducir en los gustos y en los puntos de vista de ciertos temas y todo aquello que le interese a los señores del sistema.

Con ello, la seguridad y la confidencialidad de los datos en línea no puede garantizarse, incluso para los mismos estados que despliegan estas estrategias (Caso de los Hackers Moses Staff que han violentado la seguridad de archivos de información militar y de inteligencia clasificada del estado de Israel)[7].

El aislamiento obligatorio por la dispersión del Sars-Cov2 fue sin dudas una oportunidad de oro para incrementar estas actividades y también para generar nuevas plataformas tecnológicas para establecer mediante la cada vez más omnipresente inteligencia artificial (IA), rutinas de trabajo obligadamente digitalizadas que pretenden acostumbrar a los trabajadores a mantenerse encerrados y conectados 24 horas al día y desconectados de la realidad física. No es una exageración y ello lo podemos comprobar con la planificada implementación de nuevos “universos virtuales” como el “Metaverso”[8], que pretende reemplazar las relaciones humanas en contactos digitales en línea mediante avatares que no son otra cosa que identidades virtuales.

Todo esto sin dudas será funcional para potenciar el desarrollo del transhumanismo que lejos de las ventajas que auguran sus partidarios despersonalizara y deshumanizara a las personas. En este universo sin dudas el ser humano será hackeable.

Que no queden dudas de que esta nueva vía de interrelacionarse será manipulada y utilizada por los gobiernos y corporaciones privadas para -además del espionaje a la intimidad- controlar e incluso establecer pensamientos que lleven a desarrollar conductas que servirán a este sistema de cosas. 

 



[1] Se trata de una alianza estratégica para la inteligencia compuesta por los servicios de inteligencia de Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Estados Unidos y el Reino Unido.

[2] Se trata de un concepto moderno en el cual el conflicto pasa a tener una nueva dimensión que tiene al ciberespacio como el campo de batalla.

[3] Así llamada la ex miembro de la red social Facebook Frances Haugen quien reveló los manejos poco claros que se hace de este espacio que recordemos, se vinculó con la recopilación y manipulación de información electoral por parte de la Corporación británica Cambridge Analytica. Pero también tuvo papeles sospechosamente pasivos durante la “Primavera árabe” en 2010 a 2011, en las convocatorias a la violencia en Siria desde 2011 y las que prosiguieron en Iraq con la aparición del ISIS en 2014.

[4] El escándalo se dio por septiembre de 2019 cuando el FBI logró desbaratar en los alrededores de la Casa Blanca y de edificios clave del gobierno la instalación de dispositivos “StingRay” de origen israelí.

[5] Son algunas de las empresas privadas de origen británico, israelíes y estadounidenses que podrían verse como competidoras pero por detrás cooperantes en ciertas circunstancias.

[6] La National Security Agency y la Central Intelligence Agency son organismos de EEUU y el MI6 que es el acrónimo del Servicio de Inteligencia Secreto Exterior del Reino Unido.

[7] Se trata de un grupo de hackers que se opone a la política sionista de usurpaciones de territorios y supresión de la identidad palestina https://therecord.media/new-moses-staff-group-targets-israeli-organizations-in-destructive-attacks/

[8] Se trata de un término nuevo que significaría una composición por varios espacios virtuales, tridimensionales y compartidos y persistentes recreado en el ciberespacio.

sábado, 13 de noviembre de 2021

 

“LA PUERTA DEL MAR NEGRO”

Las últimas provocaciones de la Armada estadounidense y sus socios de la OTAN en el Mar Negro apuntan a una jugada arriesgada de Washington ¿Acaso la administración de Biden pretende dar un batacazo en Eurasia? 


Por Charles. H. Slim

Tal como lo habíamos comentado antes, Washington por intermedio de la OTAN está buscando el desbalance de Rusia en Eurasia y en particular en el Mar Negro y para ello usara todas las estratagemas que tenga a la mano. Hace ya más de un mes que comenzó un goteo de migrantes que tratan de llegar a Europa occidental provenientes de Bielorusia y ello ya tiene sus repercusiones. Para los medios occidentales es la consecuencia de un régimen autocrático liderado por Aleksandr Lukasehnko que impide el crecimiento y el progreso de los más jóvenes; para los medios de la región, es el resultado de las presiones que Washington materializa mediante sanciones comerciales que terminan impactando sobre la realidad económica del país. Nada nuevo en las tácticas solapadas de Washington para buscar la inestabilidad política de otros estados violando sus soberanías y que como sucede con esta crisis de refugiados, de continuar terminarán afectando la estabilidad de países aliados como Polonia y Alemania ¿Acaso ello preocupa a Washington? Ciertamente no.

Pero esto no es casual. Los medios occidentales están haciendo mucho incapie en los migrantes bielorusos y sacan de forma artificiosa la vista al aumento de los movimientos de la OTAN en el sur de Europa del este, en particular sobre el Mar Negro.

Desde 2014 Ucrania se ha convertido en un Teatro de Operaciones de la OTAN a los fines de lograr el control total del territorio y del Mar Negro. La frustración que sufrieron los norteamericanos en el intento de obtener un colapso limpio y sin oposición tras el golpe de estado (denominado por los atlantistas como Revolución Euromaidán) fomentado desde la embajada norteamericana en Kiev transformó su agenda. Si bien consiguieron el control de Kiev y la porción occidental de Ucrania para su desgracia, no consiguieron hacerse con los espacios más estratégicos como son la región del Donbass y la península de Crimea.

El principal factor de oposición a ese intento provino de la población ucraniana ruso-parlante que rápidamente y ante la persecución de la que comenzaron a ser objeto por un gobierno ultranacionalista con remembranzas nazis (con origen en la II guerra mundial), se organizaron para la defensa y mantener las autonomías de sus pueblos en la cuenca del Donetsk. Aun se recuerdan los abusos y las masacres que cometieron las bandas ultranacionalistas (como “Sector Derecho”) que apoyadas financieramente por los oligarcas locales como el sionista ucraniano Igor Kolomoisky (amigo del entonces primer ministro israelí Benjamín Netanyahu), promovieron el terror sobre los ruso-parlantes contando para dicho propósito, con el apoyo de mercenarios extranjeros muchos de ellos estadounidenses ligados a la OTAN. 

Ciertamente que fue la administración rusa de Vladimir Putin la que impidió la concreción de los planes estratégicos de Washington, pero lo más importante fue conjurar la ejecución de una verdadera limpieza étnica contra los pobladores ruso-parlantes que el Conglomerado de medios de occidente hubiera relativizado o incluso silenciado. Desde que las Fuerzas Armadas de Ucrania lanzaron sus bombardeos con obuses y ataques indiscriminados contra las aldeas y poblaciones de Lugansk y Donetsk, los pobladores han caído en cuenta que estuvieron en lo correcto al separarse de un estado que ya no los representa y que por ello no reconocen para organizarse de forma independiente.

No fueron los estadounidenses ni mucho menos la OTAN quienes hicieron algo por ellos. Por el contrario, células de asesinos y mercenarios caucásicos vestidos con uniformes y entremezclados con los soldados regulares ucranianos han cometido todo tipo de atrocidades y crímenes contra la población ortodoxa ruso-parlante.

Es por ello que a los políticos en Washington y Bruselas poco les importa lo que el ejército ucraniano lleve a cabo contra las repúblicas rebeldes del este de su territorio. Lo que realmente les molesta y siguen remordiendo hasta el día de hoy es haber perdido la pulseada para hacerse del control de la península de Crimea y con ello, del Mar Negro que de no haber sido impedido por el rápido movimiento ruso, seriamos testigos de un escenario muy diferente. No hay que olvidar que la misma organización atlántica ha reconocido de forma explicita y por intermedio de su Secretario Jens Stoltenberg, la importancia estratégica que tiene el Mar Negro para los propósitos de la OTAN si aclarar obviamente, cuales serían esos propósitos.

Pero desde el mes pasado la OTAN y la flota estadounidense retomaron la iniciativa de incursionar de forma progresiva sobre las fronteras rusas y muy particularmente dentro de las aguas del Mar Negro con veladas intensiones de provocar a la Armada rusa que tiene su base naval en Sebastopol pero también, para tantear los sistemas de defensa de sus fuerzas aeroespaciales.

El 23 de octubre pasado el ministro de defensa ruso Serguei Shoigu envió una advertencia a la OTAN acusándola de pretender establecer una política de contención. Pero el mensaje tenía un destinatario en particular: Alemania, quien es uno de los miembros que ha acusado a Moscú de emplazar armamento y misiles de mediano alcance en cercanías de sus fronteras e incluso, de haber violado el espacio aéreo de las tres repúblicas bálticas. El detalle que la administración Merkel paso por arriba es que las tropas de la OTAN durante años han estado incursionando de forma continua en territorios de países fronterizos, particularmente en Polonia donde los despliegues conjuntos son continuados y provocativos. Esto demuestra la subalternidad política de la UE y particularmente de Alemania ante las decisiones de Washington que terminan distorsionando las relaciones con Rusia. Sin dudas es una situación delicada ya que, tanto Alemania como el resto de la UE dependen del gas ruso para el invierno que ya está en puerta y una escalada aventurera conllevaría el cierre del suministro.

Durante este año se reportaron incidentes con buques británicos quienes fueron expulsados por la rápida interdicción aérea y naval rusa. El 30 de octubre el destructor “USS Porter” armado con misiles crucero hace su ingreso a las aguas del Mar Negro y en los tres días posteriores se sumarían los buques “USNS John Lenthal” y el “USS Mount Whitney” éste último un navío de Comando y Control para la coordinación (C I) de operaciones de batalla. Ante esto la pregunta razonable es ¿Cuál es el propósito de esta Task Force?, ¿Deben los rusos quedarse de brazos cruzados ante estos despliegues?

Complementando estas intrusiones, la OTAN ha estado operando desde el aire para acercarse de forma peligrosa al espacio aéreo ruso con misiones de reconocimiento con aviones “E-8C” y los “RC-135” que tienen su base en la isla de Creta, Grecia. También se han reportado la incursión de aviones norteamericanos “P-8A Poseidón” y de los franceses “C-160G” acercándose de forma provocativa a las fronteras de la Federación rusa. Como podrá advertir cualquier persona que use su simple discernimiento, hay un movimiento de fuerzas foráneas, armadas y con actividades provocativas que despiertan la cautela de Rusia. Entonces ¿Es inusual que Moscú movilice a sus tropas a las fronteras que se ven asediadas por estas intrusiones ilegales?

 

miércoles, 10 de noviembre de 2021

 

“DEJAME REIR ANTES DE ACOSTARME”

¿Qué es lo que realmente representan y cuáles son los propósitos de las cumbres del G-20 y la COP26 de Glasgow?

Por Charles H. Slim

Sin lugar a dudas la tragedia, el cinismo y la desigualdad marcan el compás de la realidad política actual pero, me he dado cuenta que si dejo que influyan sobre mi cerebro, ganaran la partida y me convertiré en otro de los borregos del corral global.

Las parodias de las cumbres en el G-20 y la del Cambio Climático en Glasgow no pueden causar otra cosa que una gran carcajada. Dos estafas que los medios enaltecen como sucesos trascendentes y de vital importancia que no solo no han arrojado ninguna conclusión cierta de cómo encarar y resolver los actuales problemas que han sido causados, por los mismos anfitriones de ambas parodias.

Los campeones de la “democracia” de occidente (EEUU, Gran Bretaña y la UE) no solo han demostrado ser una farsa con sus insidiosas y violentas intervenciones en el exterior -y como protectores de otras injusticias- sino también una estafa para sus propios habitantes dentro de sus propias fronteras. Son la representación del liberalismo plutócrata que se enriquece mediante la emisión sin respaldo generando burbujas con créditos dibujados electrónicamente. Siguen siendo una estafa ya que han sido ellos quienes durante décadas tras fomentar el consumismo (para lo cual acapararon la industria del petróleo y la energía nuclear) devastaron países enteros para apropiarse de los recursos naturales como la panacea del capitalismo y la especulación financiera convirtiendo al planeta en un basurero. Sobre esto último no hay que perder de vista el continente de basura flotante que navega a la deriva en el océano pacifico.

Para colmo de males la aparición del COVID 19 ha causado un cataclismo en las relaciones humanas y en especial en lo referente a las relaciones del trabajo y la producción. El lado positivo de esto fue sin dudas exponer a la luz pública el desequilibrio social preexistente en sociedades jactanciosas y una creciente crisis en el empleo que ha generado una masa de desocupados que buscan ser contenidos mediante programas de estímulo como el caso de la economía circular orientados a lograr Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) por medio de la cual se trata de preservar el medio ambiente.

El desarrollo de la COP26, organizada por Gran Bretaña, que promueve la disminución de la contaminación que produce el llamado efecto invernadero bajo el atemorizante argumento de que hay riesgo de una extinción inminente no tiene otro propósito que lavarles la cara a los mismos intereses y gobiernos que con sus industrias, el desarrollo y utilización de armamentos de destrucción masiva han contaminado extensas regiones del planeta. Pero esta hipócrita inconsecuencia (a la que se presta una vez más Naciones Unidas) se potencia aún más con el dato referente a que, también son estos mismos países los que poseen arsenales nucleares, químicos y biológicos capaces de borrar en un minuto cualquier rastro de vida sobre el planeta.

Estas cumbres no son más que grandes circos para el consumo de la opinión pública y no tienen ningún efecto sobre los problemas que dicen tratar. Ni Joe Biden ni Boris Johnson van a frenar sus industrias (entre ellas la armamentística) ni mucho menos sus campañas de expasionismo geopolítico (que suelen terminar con conflictos armados con las calamidades humanas resultantes) porque les preocupe el “cambio climático”. Por el contrario. En la actual crisis económico-financiera enmarcada por la psicosis del COVID que sacude a sus sociedades por el aumento del desempleo en un sistema consumista que ya no da las ganancias que supo dar décadas antes, están buscando cubrirse ante el gran cambio de paradigma que irremediablemente se dará.

Señales de esta severa crisis han comenzado a brotar en el seno mismo del poder estadounidense. El consumismo como estrategia de crecimiento económico ya estaba agotado pero la aparición de la pandemia le dio la zanjadilla definitiva. Ante la crisis de desempleo por la caída de la producción interna producto de los contagios de COVID, Biden (emulando al odiado Trump) ha tratado de poner en marcha el “compre nacional” que evitaría las importaciones de productos de la UE y de otras regiones. Según algunas fuentes esto fue rechazado por las Corporaciones de la defensa y sus lobistas en el Congreso y el Pentágono ya que ello afectaría al complejo industrial armamentístico que obligaría a romper los millonarios contratos de defensa con sus homólogos europeos. Como podemos ver, no son tan cristalinas ni nobles las intenciones que se dicen representar.

Es por la inutilidad de estas cumbres que la Federación Rusa y China no han participado. Incluso más. Ello revela que ambas naciones no necesitan de este sistema en decadencia y prueba de ello son el crecimiento en las relaciones bilaterales que apuntan a establecer un paradigma económico-financiero y comercial propio.

En este tipo de cumbres se está buscando otra cosa que nada tiene que ver con proteger el medio ambiente y la sustentabilidad de un nuevo sistema de producción o cosas por el estilo. Es muy probable que de los arreglos que se están llevando a cabo en Glasgow hasta el 12 de noviembre salgan nuevas estructuras en forma de agencias intergubernamentales que harán la pantomima de trabajar para combatir el calentamiento global pero que en realidad (además de crear más empleos burocráticos) buscaran crear nuevas regulaciones y la promoción de créditos para adaptar los medios de producción existentes que emparche un sistema que produce bienes que ya o todos tienen o nadie quiere adquirir y de esa forma contener la catástrofe de un sistema de producción que no da más.

La excusa del interés por el “Cambio Climático” y el “Calentamiento Global” son también pantallas para generar y tapar otros negocios muchos de ellos de estricto beneficio para ciertas personas. Estas consignas son parte de una estafa científica que el ex vicepresidente norteamericano Al Gore desde finales de la década de los noventas exploto con sus conferencias alrededor del globo. Aparentando ser un convencido y preocupado por los problemas de la polución, Al Gore no hizo más que poner a rodar una agenda que Barak Obama impulsaría en 2005 con la puesta en marcha el “Protocolo de Kioto” sobre Cambio Climático que curiosamente, EEUU no adhirió. Al Gore se llenó los bolsillos con sus disparatadas teorías y predicciones entre las cuales estuvo aquella que con el cambio de milenio (como parte de un ardid para beneficiar la industria informática) se produciría una catástrofe cibernética con el Y2K que nunca sucedió.

Como lo señalan los antecedentes contemporáneos, los verdaderos intereses de la clase política de los polos anglosajones se esconden por debajo del tapete y es por ello que la opinión pública tiene la tarea de dilucidar cuál es el negocio real que se enmascara detrás de estas pantomimas.