martes, 8 de febrero de 2022

 

“ALBERTO Y LA GEOPOLITICA”

¿Ser o no ser peronista?, esa es la cuestión para un Alberto Fernández tironeado entre los lobistas de Washington y del eje Pekín-Moscú.  

 

Por Dany Smith

Podríamos haber titulado este artículo “la geopolítica de Alberto” pero eso no significaría lo mismo que reza en el título y ello es por un simple motivo: Alberto Fernández carece de alguna idea geopolítica propia e incluso creemos que mucho menos, posee convicciones sobre cuál debería ser la ruta que debería emprender la Argentina.

En realidad el mandatario argentino no es el culpable de esto, o mejor dicho, no es el único de todos los que han pasado a lo largo de estos 40 años de caída libre que ha tenido el país. Cada uno de los mandatarios argentinos que han pasado por la Casa Rosada no han hecho más que destruir los pilares estratégicos de la nación y entregar sus potencialidades a intereses extranjeros.

La visita que realizó la semana pasada a Rusia y a China fue sin dudas un buen comienzo para delinear una ruta geopolítica clara y previsible para darle al país una coordenada de para dónde debe moverse dentro del cada vez más complejo y peligroso mundo en el que vivimos. Obviamente, sus desprolijidades y hasta en cierto sentido, sus inconsecuencias al momento de desenvolver un discurso en política exterior, son pasto para una oposición anglófila y sionista (con mucha penetración en los medios locales), que se acrecienta ante estas incongruencias y que siente retorcijones en el estómago con la sola idea de un acercamiento más directo con Rusia.

Pero el Alberto no debe pensar en amigos y enemigos; esto es política y solo debería valorar conveniencias y para ello debería hacerse preguntas tales como ¿Qué beneficios ha dado EEUU a la Argentina en el pasado?; ¿Por qué debe seguir sujeta la Argentina al grillete de los Acuerdos de Madrid I y II firmados con Gran Bretaña en 1990 que condicionan su libre maniobrabilidad geopolítica?

Como puede verse, la cuestión no es fácil de resolver para un Alberto repleto de contradicciones.

Ciertamente a primera vista, es chocante ver como un día Fernández envía una comitiva a Washington para rogar que La Casa Blanca interceda por la Argentina ante el FMI y luego, en medio de una peligrosa escalada en Eurasia (en la cual participa EEUU), viaja a Rusia y le expone cara a cara al presidente Putin su anhelo en lograr un mayor acercamiento geopolítico. Sin dudas, es una actuación digna de los “hermanos caradura”. Salvando el contexto en el que realiza su gira a Oriente sin dudas podría argumentar que se trata de puro y duro Realpolitik. Pero en realidad solo es la demostración de dos situaciones: Una que Fernández tiene la cara de piedra y la segunda que Fernández conduce un barco sin timón y es por ello, que está buscando uno.

La opción oriental no es nada despreciable. Por el contrario, es una oportunidad única para que el país logre insertar inversiones que generen fuentes de empleo genuino y al mismo tiempo, le den al estado argentino la posibilidad de entablar una relación de privilegio con ambas potencias que le abrirían las puertas a un gigantesco mercado como el Euroasiático. Sumado a ello, Rusia y China están en un momento de mayor acercamiento y colaboración en casi todos los aspectos, pero en especial en el económico-comercial precisamente, con miras a saltar las vallas que Washington y sus socios europeos están constantemente poniendo al libre progreso de ambas naciones. Al mismo tiempo la posibilidad de que Argentina forme parte de la nueva “ruta de la seda” que China busca conformar con un mercado de alcance global, es algo que todas las economías más grandes de la región (México y Brasil) no despreciarían salvo que -por meras cuestiones ideológicas- se alineen por la derecha con Washington.

Esta participación implicará el involucramiento de dos factores que Argentina provee con amplitud como son; las vías terrestres y las vías marítimas algo que sin dudas, despierta resquemores tanto en Washington como en Londres (este último por la ocupación en Malvinas y sus aguas circundantes).

Por supuesto que este proyecto es algo que EEUU no quiere ver prosperar y es por ello que busca desacreditar a China por todos los medios posibles. Y no es algo nuevo. Esta oposición se vio de forma más extrema y brutal con la generación de caos en Medio Oriente mediante intervenciones con grupos irregulares (Daesh), en especial en Iraq y Siria, espacios geográficos estratégicos por donde pasaría una ruta de la seda que uniría Asia con Europa y África. Es allí donde se explica uno de los propósitos de promover el surgimiento y el mantenimiento de un tapón para-estatal conocido como “Estado Islámico”.

Otro escenario donde se ven estas intervenciones ilegales son el Mar Meridional y el Mar Amarillo donde el Pentágono junto a sus socios británicos buscan controlar las rutas marítimas por donde se mueve el comercio chino.

Del otro lado tenemos a los “liberaloides” de alquiler, partidarios del sistema económico-ideológico que sustenta a Occidente (entiéndase a EEUU, Gran Bretaña y la UE) que se presentan como oposición política no tienen más argumentos que la de rumiar improperios y descalificaciones contra los mandatarios ruso y chino como si sus admirados líderes del norte (EEUU y Gran Bretaña) tuvieran las manos inmaculadas de cualquier suciedad. Precisamente sobre esto último y en medio de una fuerte campaña de propaganda con todo tipo de infundios lanzados desde La Casa Blanca contra Rusia, estos exponentes de la anglofilia argenta no dicen nada de todas esas mentiras e inconsistencias en las que han sido expuestos públicamente como sucedió con el periodista de ‎Associated Press (AP) Matt Lee al acorralar al vocero del Departamento de Estado, Ned Price para que explicará de dónde sacaba la información de que “Rusia estaba preparando una provocación en Ucrania”.

El silencio del vocero dejó claro que solo se trataba de nuevas mentiras (como las fabricadas en el pasado para argumentar intervenciones e invasiones) que tienen finalidades criminales. Ante estas evidencias ¿A dónde están las sagaces observaciones de los anglófilos que militan desde los medios argentinos?

Si a la Argentina le conviene o no una participación con Rusia y China, podrá ser motivo de discusión e incluso de evaluación sobre como estructurarse ante semejantes gigantes pero ello no da lugar para que sea saboteado por campañas sucias y propaganda rancia que huele a meras cuestiones estigmatizantes.

La división entre Occidente y Oriente en la actualidad es un anacronismo (que solo está en la cabeza de los nostálgicos de la guerra fría) que solo sirve para fines de ubicación geográfica pero no para condicionar las relaciones internacionales en una era de multilateralidad. En este sentido, no hay ninguna limitación atendible para que Buenos Aires tienda los puentes que más le convengan para el desarrollo a largo plazo.  

Alberto se halla tironeado entre estos extremos. El los partidarios de un acercamiento a Oriente o al de los liberaloides anglófilos que responden incondicionalmente a Washington. Pero si optara los primeros, podría ganar algo de respeto entre los partidarios del movimiento político al que de alguna manera representa, pudiendo construir una nueva realidad política y geopolítica regional que obviamente demandaría derruir todo lo establecido con un inevitable precio por tocar las estructuras del poder invisible que mantienen la realidad actual.

domingo, 6 de febrero de 2022

 

 

“DEFORMANDO LA HISTORIA”

¿Cómo tapar la historia a gusto y conveniencia del poder global? El arte de esconder las causas anteponiendo las consecuencias

 

Por Charles H. Slim

No hay mayor expectativa en los criminales que la de que no sean puestos en evidencia. Cuando se tratan de crímenes tan graves y aborrecibles como los cometidos por ciertos gobiernos y estados contra la humanidad, esa expectativa se incrementa a la máxima potencia ya que, está en juego sus reputaciones y un juicio histórico imposible de sortear.

El caso más evidente de ello lo vemos con los EEUU, que durante los últimos treinta años y en virtud de una agresiva política exterior, ha acumulado un extenso prontuario de acciones que han ido en detrimento de los derechos humanos de una importante franja poblacional del mundo. Esto viene a cuento de un informe del Pentágono que tras ser publicado a comienzos del año sobre “errores de inteligencia”, trata de explicar una masacre cometida por sus Drones contra civiles en Kabul, Afganistán.

Lo lamentable de esto, es que se presenta el informe como si se tratara de un “error excepcional” que no había ocurrido antes, cuando la historia contemporánea está plagada de hechos similares y otros mucho más aborrecibles cometidos contra la vida de civiles en Iraq, Yemen, Siria y por supuesto Afganistán.

Escuchar al jefe del Pentágono Lloyd Austin hablar de errores en la recopilación de inteligencia como excusa para justificar matanzas por el uso de esos Drones, simplemente es un insulto a la memoria de los miles de seres humanos asesinados de semejantes formas y claro también, un insulto a la inteligencia de la opinión pública en general.

Austin y sus empleadores solo tratan de tapar el sol con el dedo mientras algunos “expertos” apoyan estos argumentos con el despliegue de artificios e intoxicaciones para distraer a la opinión. Simplemente, insultante.

Pero también es insultante escuchar como desde La Casa Blanca y la Corporación de medios (con CNN a la cabeza) se imposta una supuesta preocupación por los derechos humanos de los musulmanes Uigur quienes supuestamente son oprimidos y masacrados por el gobierno chino. Simplemente esa preocupación no es creíble. Primero que todo, no olvidemos como Washington monto un monstruoso aparato de persecución y represión contra los musulmanes tras el montaje de la farsa del 11/S. Bajo aquello, EEUU persiguió, secuestró y ha asesinado a millones de musulmanes tan solo con la invasión y ocupación de Iraq y ningún mandatario norteamericano ni sus artificiosos medios de comunicación han pedido perdón por semejante crimen contra la humanidad.

Es por eso que cuando se empiezan a escuchar señalamientos que no concuerdan con la historia reciente, simplemente hace ruido. Esto en referencia a las alegorías que desde Washington se vienen lanzando sobre una supuesta opresión contra los musulmanes Uigures de China que están claramente están orientadas a tratar de boicotear los juegos olímpicos de invierno y nada más. Por el contrario, los norteamericanos que tanto gustan de estar señalando a otros, deberían cuestionarse ¿Qué hay de la viga en el ojo propio?

Durante las últimas tres décadas, Washington ha logrado escapar a los cuestionamientos de sus propios crímenes de guerra y lesa humanidad. Aprovechando las dificultades que había para poder denunciar estos hechos y por una confianza en sus burócratas en que a nadie le importaría la muerte de unos cuantos “don nadie”, siguieron con sus masacres catalogándolas como “colateral damage”. Así de inmisericorde y brutal ha sido y sigue siendo la política exterior de los EEUU sea con administraciones republicanas o con demócratas.

La puesta en marcha de la Corte Penal Internacional desde 2002 que opera bajo el Estatuto de Roma, ha traído nuevos aires y esperanzas para las familias de las víctimas de la violencia angloestadounidense pero la misma se ha visto entorpecida por las presiones y las amenazas del Departamento de Estado y de socios como son los israelíes.

Dentro de este marco de cosas, EEUU y pese a esta instancia judicial ha podido continuar con sus faenas sin problemas. En lo referente a la masacre ejecutada en agosto del 2021 de una familia de Kabul por un ataque con Drones solo es una anécdota más de tantas otras matanzas realizadas en Afganistán. Sus agencias de inteligencia como la CIA más que recopilar información y de torturar a quienes consideren una amenaza, se encargan (camufladas de ONG´s y sociedades de beneficencia) de orquestar atentados, operaciones de asesinato “selectivo” o “preventivo” por medio de las cuales (según su torcida concepción) defienden la libertad y la democracia.

Ataques similares son ejecutados de forma casi continua en todo el planeta solo que pasan desapercibidos por los medios, esto lleva a preguntar ¿Cómo puede EEUU tener este alcance?

Para que suceda esto se requiere de una extensa infraestructura militar y de inteligencia desplegada alrededor de todo el globo (con la cooperación de los gobiernos). Contradictoriamente, la autoproclamada democracia estadounidense tiene 700 bases militares y de operaciones de inteligencia desplegadas en todos los continentes y desde las cuales, se lanzan estas operaciones furtivas que terminan matando a muchos civiles inocentes que nada tienen que ver con los enemigos que en la mayoría de los casos eran viejos socios de asuntos sucios.

Cuando EEUU monto todo aquel alboroto en torno a la situación de Kuwait en 1990 y con el apoyo de Naciones Unidas lanzó en 1991 una guerra que mediante sus bombardeos “quirúrgicos” mató a más de 210.000 civiles iraquíes, ni los medios ni los funcionarios de Washington quisieron hacer comentarios. Trabado el embargo sobre Iraq que duró 13 años y que le costaría la vida a otro millón y un tercio de iraquíes por la falta de medicinas y alimentos, 500.000 mil de ellos eran niños y todos los responsables involucrados políticos y militares (incluyendo a Naciones Unidas con el negociado “Petróleo por Alimento”) cerraron sus bocas. 

Cuando EEUU bajo falsas pruebas (inventadas por la CIA y el MI6) invade Iraq en 2003, los iraquíes terminarían pagando otra dolorosa cuota de sangre que tras ocho años de una ocupación bestial, se llevó la vida de más de un millón y medio de iraquíes y el daño de por vida a otros cientos de miles lisiados. Allí, los Drones y aviones estadounidenses causaron un sin número de masacres similares a la de Kabul pero solo pudieron conocerse tras las filtraciones de “Wikileaks”. De este infierno fue que los mismos invasores montaron una infraestructura siniestra de contrainsurgencia y de la cual crearon varios grupos armados entre ellos “Al Qaeda-Iraq” y luego el “ISI” (más tarde el ISIS) a cargo de otro embuste llamado Abu Bakr Al Bagdadi con el cual perpetuaron su presencia en la región mesopotámica y que desde 2017 comenzaron a trasladar a Afganistán para montar el hoy conocido “ISIS-K”.

Es por ello que hoy día, escuchar a algunos supuestos analistas de política internacional que intoxican la información esquivando estos detalles de la historia para acomodarlos a la versión oficial de Washington no puede sino despertar el rechazo y la indignación que se suma a una justicia que por presiones políticas tarda pero que un día llegará.

sábado, 5 de febrero de 2022

 

“PERFID FRIENDS”

Has Israel changed its view of the Arabs? Why the Zionist elite has not changed and it will be a matter of time before they reveal what they have always been


By Ali Al-Najafi

Donald Trump's administration left many marks in the domestic political life of the US but also in foreign policy. One of these is undoubtedly the influence that he managed to exert on the Arab monarchies of the Gulf so that they lower their guard and approach Israel. But the latter in some cases were mere appearances. The already well-known secret relations between Tel Aviv and Riyadh with which for years they annoyed their Yemeni, Lebanese, Syrian and Iraqi brothers seem to have whitewashed with another of the rich Gulf emirates such as the United Arab Emirates (UAE). This is how in September 2020 the so-called “Abrahamic Agreement” was signed.

As usually happens, there was a previous period of time in which both parties established intense conversations under the strictest confidentiality and that is that, beyond the apparently incredible thing about this situation (Arab leaders talking with Israeli namesakes), the Arab citizens of a foot do not forget the history and role of Israel in the region and in particular the Palestinian cause and that is why (beyond what the Israeli and Emirati media publish) a broad rejection persists in popular sentiment.

It also does no harm to the global BDS political movement against Israeli apartheid, as pro-Israeli supporters and media around the globe try to show. In addition, there is something very important to consider and that is that (as the French philosopher Alain De Banoist points out) Israel is not the regional power that some suggest, but rather an extension of Anglo-Saxon foreign policy since without the support of Washington and London it would not have a chance. to exist in the Middle East.

That condition of pariah is what moves him to seek contact with the Arabs beyond his recognized contempt for them. And although with the pompous name “Abrahamic” they seek empathy with the Arab Semites, deep down it is just a strategy and nothing more. It is a political agreement between governments (among the political elite) and framed by financial, economic and commercial interests that are only suitable for Emirati and Israeli businessmen. But behind this there is a much more important interest for Tel Aviv and that is, to have a foot in the Persian Gulf and off the coast of the Islamic Republic of Iran. Clearly, the benefits of the strategic association have a great interested party with expectations that are not good for regional stability.

But beyond the media makeup with which this relationship is presented, many Arab citizens and political leaders in the region know that Israel is like the scorpion, it cannot deal with its nature and as such, it does not lose its lethality by trusting it and when it has the opportunity stung.

We could see this in mid-January when a remarkable and powerful drone attack launched from Yemen by the Houthi resistance hit the UAE when the Israeli president and his wife were on a visit to Abu Dhabi. Obviously the media emphasized the Yemeni attackers and the damage they caused to the Abu Dhabi Airport and the "Mussafah" industrial zone, but nobody asked these questions: How and why the Yemeni Drones were able to cross the peninsula without being detected by US CENTCOM and its Israeli partners? Who provides these Drones to the Houthies?

Some sources do not hesitate to point out that Israel would be the one who, through third parties, would be triangulating Drones and other kinds of devices so that the Houthies maintain parity on the ground with the disproportionate pro-Saudi coalition. Their objective? Maintain tension in the region.

This has left a strange taste to the Emiratis. Something here is not explained with simple logic. Why did the Americans - partners with the Israelis - not warn the Emiratis of the ongoing attack? Letting go is part of a black operation and that is why, it would not have been a better time for it when the Israeli president was in the emirate. In addition, they were well aware that the Israeli delegation would not be hit by the attack and in the worst case, for Israel the president is someone politically insipid and not indispensable.

On the other hand, if something happened to Herzog and his wife, it would be the perfect excuse to reinforce their interference in the entire peninsula. Considering this framework, the development of the next World Cup in the emirate could be the ideal scenario to create a false flag for this aspiration.

But this should not surprise anyone since Israel did not change its tricks and its expansive plans for some signed papers. For example, although he remains silent about many events that shake Lebanon and in which he is strongly suspected of having an intervention in one way or another, the facts end up showing that he is not a reliable actor. This is related to the scandal that arose after the dismantling of an extensive Israeli espionage network throughout Lebanon in January, something that the Lebanese already know as a custom.

According to the information, the Lebanese ISF managed to disrupt some 17 spy networks in the service of Israel, several of them camouflaged as NGOs that employed unsuspecting Lebanese citizens who did not know that they had actually been recruited by the Mossad.

These types of activities (espionage and information gathering) often end in violent actions such as sabotage, bombings and assassinations that are later presented by the Western media as issues of internal political rivalry between Shiite Muslims and Christians. For Tel Aviv (because Jerusalem is not the capital), Lebanon continues to be one of its most coveted objectives, in part because of the obsession that the Zionists have with the resistance organization "Hezbollah", an enemy that has proven to be much more organized and lethal than any Arab state.

As we have been seeing, Israel, in addition to these interferences and collaborating with Saudi Arabia against Yemen, is operating with great interest in the Horn of Africa with a view to recruiting officials from the governments of that strategic region for commercial transit and little by little shortly, gain direct access over the Suez Canal in Egypt.

That is why this pact with the Arab monarchies is not surprising and much less does it mean that Israel gains legitimacy in its regional claims

miércoles, 2 de febrero de 2022

 

“DETRÁS DE LA CRISIS”

¿Cuáles son los estratos de interés que subyacen en el asunto de Ucrania?

 

Por Charles H. Slim

Se suele decir que los chinos interpretan a la palabra crisis como una “oportunidad” y eso no debiera ser una mala forma de ver las cosas, pero como siempre, todo es relativo y debe verse cuál es la situación, quiénes y cuáles son las intensiones para aprovechar esa oportunidad.

La crisis que se vive en torno a Ucrania supone algo así. Desde hace un mes la situación en esta región se ha estancado en un diálogo de sordos que conlleva a una guerra de nervios y eso es muy peligroso. Washington y sus socios británicos bregan por entrar en Ucrania para que sea parte de la OTAN pero sus intensiones van más allá del interés de Kiev y claramente amenazan a la integridad y la seguridad de Rusia quien pese a reclamar garantías de frenar estas ambiciones de expansión, aún no hay respuestas.

Sacando el folklore y la mera propaganda política de Washington sobre su interés por Ucrania que los medios de occidente se encargan de amplificar, hay cuestiones reales y bien disimuladas que son las que mueven a los anglosajones para apostar a riesgo de causar un holocausto nuclear. Esto es en apariencias, pero ¿Acaso cree que EEUU y sus socios de la OTAN asumirían la responsabilidad por una guerra?

Dice un dicho “el interés es la medida de la acción” y este sin dudas se aplica perfectamente a lo que Washington y sus colegas británicos pretenden llevar a cabo sobre Eurasia y en particular sobre Ucrania.

Aquí no está en juego ni la democracia ni la libertad de los ucranianos ni mucho menos, la amenaza de una posible invasión rusa. Hay que separar la paja del trigo y ver con frialdad cuáles son los factores que se mueven por detrás. Este despliegue tiene dos motivaciones que se explican por un factor en común: el dinero. Los negocios de las armas y el gas licuado parecen la clave en todo esto.

El presidente ucraniano Volodymir Zelensky parece haberse dado cuenta de esto y fue por ello que llamó a su pueblo para que no entre en pánico y a su vez, a sus “amigos occidentales” para que bajen el tono alarmista con el que estaban preocupando a toda la población. Sin dudas que esta posición de Zelensky cayó muy mal en Washington y en particular entre los “halcones” del neocon quienes ante semejante desaire no dudarían en sacarlo del medio a la primera de cambio.

No es una exageración. Se trata de gente muy peligrosa que no duda en orquestar una componenda creando enemigos (reales o imaginarios) en la que sin importar que muera gente inocente, logren cumplir con sus objetivos (como fue PNAC). Son conocidos como los partidarios de la guerra y en esa militancia, son precisamente los lobistas más influyentes de la portentosa industria armamentística estadounidense (Lockheed Martin, Raytheon, Northrop y General Dynamics) que logran facturar con cada guerra que se genera, ganancias billonarias de uno y otro lado.

Desde los últimos 30 años hasta esta parte la guerra ha sido una de las fuentes de ingresos nada despreciables para EEUU.

No hay secreto en esto y hoy por hoy, tras las calamidades que ellos han desatado en el mundo, EEUU se ve seriamente cuestionado como una nación con los valores que alguna vez representó. Y sino pregúntese ¿Puede una nación que dice respetar los derechos humanos y la democracia, invadir otros países y causar todo tipo de crímenes de guerra y lesa humanidad? Y en lo que respecta a Ucrania ¿Puede hablar de legalidad cuándo en febrero de 2014 su entonces sub Secretaria de Estado Victoria Nuland fue pillada en una conversación telefónica con el embajador en Kiev Geoffrey Pyatt refiriéndose a los principales involucrados del golpe (entre ellos Jeff Feltman operando dentro de la ONU) que se produciría en Maidan?

Tampoco hay que olvidar que en aquella conversación telefónica, Nuland mencionó al actual Asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan y al mismo Joe Biden diciendo que este último “el estaba dispuesto” ¿a llevar adelante el golpe? Estos son hechos incontrastables que no pueden pasarse por alto para entender lo que realmente ocurre allí.

Actualmente estamos viendo como este sector oscurantista de la política norteamericana trata de imponer su agenda con una dinámica ganancial similar a la que usaron para impulsar y justificar la “lucha contra el terror”, las invasiones sobre Afganistán, Iraq y las intervenciones sobre Libia, Yemen y Siria. Dentro de esta dinámica siniestra, juegan actores de negocios multimillonarios quienes al mismo tiempo benefician a los bolsillos de muchos políticos en Washington y Londres.  Las contratistas de la defensa se restriegan las manos con las potenciales ganancias que surgirían de una guerra con Rusia o incluso, de una potencial segunda guerra fría.

También las empresas de seguridad privada (mercenarios de BLACKWATER; Triple Canopy, GS4 entre otras) esperan sacar buenos réditos de todo esto. Aunque ya se sabe, estas empresas ya venían operando desde tiempo atrás, el agravamiento de la situación les redundara en beneficios ya que suelen ser empleados para acciones negras en las que los gobiernos no deben aparecer involucrados.

El segundo motivo, es cortar el flujo del gasoducto “North Stream 2” que atraviesa el Mar Báltico y con ello arruinar el ingreso que Rusia obtiene por su provisión de gas a la UE y suplantarlo con la venta de gas licuado estadounidense. Queda claro que algún intento de sabotaje o incidente -simulado como un accidente- que corte este suministro causaría una guerra.

Suena insano y hasta ilógico pero es real. Lo dijo el senador republicano Mark Dankoff en un diario iraní el 22 de enero pasado cuando afirmó que sería una estupidez entrar en guerra con Rusia.

A la vista de cualquiera surge estúpido. Pero los últimos 27 años hasta esta parte dan muestra de lo que la política exterior de Washington ha causado para millones de personas. Incluso el mismo jefe del Pentágono Lloyd Austin salió a poner paños fríos al decir que el conflicto no es inevitable tratando de explicar que todavía hay lugar para un arreglo diplomático. Pero esto no sirve a los propósitos de los neoconservadores. Solo queda por esperar que no se produzca algún extraño evento que dispare un enfrentamiento.

lunes, 31 de enero de 2022

 

“CAUSAS OCULTAS EN TIBLISI”

Cómo Israel planeaba atacar a Irán usando el Cáucaso como trampolín. Historia de una decepción

 

Por Yossi Tevi

El verano de 2008 fue bastante caluroso como los que suelen hacer en el Cáucaso por mediados de julio. En verdad me gusta el paisaje de este país caucásico pero sus cigarrillos son horribles. Aquel verano en Tiblisi, capital de Georgia fue particularmente caliente y húmedo como una señal premonitoria de lo que estaba por venir.

Era una época particular para la región. Me encontraba de paso por negocios personales en Armenia y aproveche para hacer un poco de turismo. Todavía preexistían más a norte las tensiones entre grupos independentistas musulmanes especialmente en Chechenia e Ingushetia que motivaban la presencia policial y de servicios de inteligencia pululando por toda esta región. Poco a poco la Federación rusa se estaba reorganizando tras la desastrosa administración de Boris Yeltsin en los noventas quedando como herencia varias reclamaciones independentistas aún sin resolver.

Estos problemas eran la guinda para Washington y la OTAN quienes ya estaban trabajando sin pausa para ir incluyendo dentro de su organización a todos los países de Europa del este. Pero Bruselas sabía (y aún lo sabe) que meterse dentro del Cáucaso era el premio mayor y lograr penetrar allí sería una conquista estratégica sin precio para sus planes globales. Uno de sus objetivos a conquistar claramente era Georgia.

Al mismo tiempo también había otros actores secundarios inmiscuidos (pero no menos importantes) con intensiones de meterse en esta región, particularmente en Georgia. Uno de ellos, era Israel quien ya venía tratando de forma progresiva y meticulosa con Azerbaiyán desde y Armenia desde comienzos de la década de los noventas pero para cuestiones meramente comerciales sin buscar (al menos de forma oficial y directa) establecer relaciones militares y de inteligencia.

Obviamente que Israel no estaba allí por meros intereses culturales o para entablar relaciones de amistad. Su solapado involucramiento en Georgia no era para proteger a la pequeña comunidad judía georgiana o al país caucásico de alguna amenaza cierta, entonces ¿Cuál era el motivo para esto?

El objetivo de Tel Aviv era golpear a Irán y Georgia era el punto geográfico en el Cáucaso que mejor se prestaba a estas aspiraciones. Una vez más y como es su costumbre, Tel Aviv se aprestaba a manipular y usar a un estado como trampolín de sus propios intereses. El mar Caspio se proyectaba como una ruta directa y muy discreta para llegar a Teherán y una vez golpeado, penetrar en el interior y atacar otros blancos. Para la preparación de estos planes, Tel Aviv conto con la ayuda de Gran Bretaña quién por su parte, tenía sus propios planes para estar allí y los cuales se dirigían contra Moscú.

Sintéticamente, los israelíes necesitaban disponer de dos aeródromos para poder lanzar desde allí ataques furtivos sin que los iraníes los esperasen. Para ello necesitaban de la cooperación del gobierno georgiano que por entonces estaba a cargo de Mijeíl Saakashvili quien interesado en ser bien visto por occidente y en especial por la Unión Europea, no dudo en darle el visto bueno a esta ayuda.

Saakashvili como partidario de la extensión de la OTAN hacia el este hizo todo lo posible para agradar a Washington y en ese plan fue uno de los más leales colaboradores con la ocupación de Iraq enviando tropas de refuerzo y participando también en la ocupación de Afganistán.

Pero Israel conto con otros apoyos internos como fue el caso del Ministro de Defensa georgiano Davit Kezerashvili quien casualmente es un ciudadano israelo-georgiano (doble nacionalidad) se hizo cargo de que esas pistas estuvieran a disposición de los cazas y de los equipos israelíes.

Israel pretendía vengarse de los iraníes (entre otras cuestiones) por su valioso apoyo material a “Hesbollah” que conllevó a la derrota frente a la resistencia chiita libanesa en 2006 y de paso, destruir sus instalaciones nucleares de Natanz. Como se puede ver, tan pronto las tropas de las FDI se retiraron maltrechas del Líbano los cerebros de la inteligencia ya comenzaban a diseñar el próximo golpe con el cual desquitarse. La administración de Ehud Olmert estaba seriamente cuestionada y tras la investigación de la “Comisión Winograd” sabía que no tenía futuro político.

Era la oportunidad para Mijeíl Saakashvili de matar dos pájaros de un tiro. Por un lado, doblegaría a los rebeldes abjasios y osetios que son pro rusos y al mismo tiempo podría ganarse un reconocimiento de occidente con la posible inserción dentro de la OTAN. Ciertamente que para Bruselas habría sido un fabuloso trofeo, pero se les escapo de las manos pese a las ambiguas gestiones del entonces jefe de la Unión Europea Javier Solana.

Fue así como el 7 de agosto de 2008 Saakashvili ordenó atacar a Osetia del Sur causando un gran número de muertos civiles. Moscú reaccionó rápido y movilizó a su ejército en defensa de los osetios aunque desde occidente y sus medios (en especial los anglosajones), se acusaba a Rusia de inmiscuirse en los asuntos de otro estado. El presidente ruso Dimitri ‎Medvedev rápidamente se puso al frente de la situación política pero quien era la mente estratega detrás de todo esto era su primer ministro Vladimir Putin quien rápidamente determinó los pasos a seguir.

Uno de esos pasos fue ordenar el bombardeo y destrucción de las bases aéreas georgianas entre las que se hallaban las que Saakashvili había autorizado disponer y que Davit Kezerashvili había acondicionado para los aviones israelíes.

El golpe para Tel Aviv fue devastador, pero pese a ello la administración de Omert debió guardar silencio ya que oficialmente no estaban presentes ni involucrados en Georgia. Otro de tantos fracasos que fueron hundidos en los sucios archivos de AMAN o el Mossad. Fue así como decenas de millones de dólares en aviones que estaban estacionados en las pistas y sus respectivos equipos se hicieron humo por el bombardeo ruso. Tel Aviv creía que salvo los británicos nadie más sabía de este desastre.

Por el contrario, Moscú si sabía de esta presencia y quien más informado estaría de ello era el Primer ministro Putin ya que la decisión de destruir ambos objetivos salió de su propia autoría. Desde entonces se sabe que Israel hace negocios para la venta de armamento con varios de los estados caucásicos y Rusia hizo la vista gorda por un tiempo hasta que intentaron pasarse de la raya. Sin dudas, la aventura de Saakashvili y sus secuaces fue el punto de inflexión y fue por ello que un tiempo más tarde el mismo Vladimir Putin denunció la presencia armas de fabricación israelí entre los agresores georgianos y fue por ello que Israel debió cancelar sus ventas a Tiblisi.