“ESPERANDO A LA CABALLERIA”
¿Qué hay detrás del anuncio del envío de tanques estadounidenses Abrams
y Leopard alemanes? Pese al anuncio hay una inquietud que nadie en Washington
ni Bruselas quiere responder ¿Llegaran a tiempo?
Por Charles
H. Slim
El gran anuncio de La Casa Blanca del envío de los tanques Abrams al campo
de batalla en Ucrania sin dudas fue solo eso, un gran anuncio. Y es que recién
podrían llegar a finales de agosto. Como los laderos del presidente Joe Biden
sabían que semejante medida no llegaría a cubrir las urgentes necesidades de
unas fuerzas ucranianas que están siendo echas picadillo, los apretadores
profesionales bajo las órdenes de Anthony Blinken y Victoria Nuland
arrinconaron a la “salchicha de hígado” Scholz (tal como lo llamaron sus socios
de la OTAN) para enviar inmediatamente a sus tanques Leopard.
Como ha
sucedido desde que EEUU tomo la cúspide del poder hemisférico allá por las
épocas de la guerra fría (tras el final de la segunda guerra mundial), otros
son los que derramaran su sangre para cumplir con sus planes estratégicos y
geopolíticos. Hoy Alemania debe seguir pagando por los pecados del “Tercer
Reich” aún si los alemanes de hoy nada tienen que ver con aquellos. La culpa
sigue siendo un activo muy explotado por Washington y sus socios.
Pero los
políticos alemanes como Scholz ya están bien domesticados y como no lo estarían
tras haber sido sus padres aplastados y sojuzgados por una ocupación brutal
tanto de occidente como de la entonces URSS que convirtieron a su país en una
mera mancha en el mapa. Hoy Washington y sus aliados siguen exprimiendo estas
culpas y ponen como ariete de sus planes a los alemanes para que, si todo sale
mal será Alemania la que pague por los platos rotos.
Pero a
pesar de la inundación de armas occidentales (varias altamente sofisticadas) al
régimen ultranacionalista de Kiev, la situación de Ucrania está peor cada día. Cuando
el Pentágono calculo que la infantería ucraniana podría balancear el campo de
batalla con misiles anti tanque “Jabalina” y manpads de última generación
contra los aviones y los helicópteros rusos, creyó que enfrentarían una oleada
de carros como lo ejercitaba el viejo ejército soviético. A pesar de que durante
años la OTAN recogió información de inteligencia de cada uno de los ejercicios
del actual ejército ruso, al parecer no les sirvió para contra restar las
tácticas que vienen desplegando en el terreno.
Mucho antes de que esos misiles “Jabalina” lograsen destruir el número
de tanques que los ucranianos presumen, o fueron destruidos antes de llegar al
frente, o fueron destruidos por sus operadores en batalla o simplemente han
caído en manos de las tropas rusas y de las milicias de las RPD y RPL.
Pero también
hay otro factor para este fracaso y es de la corrupción existente dentro del
régimen de Zelensky. No es un secreto que el mismo Volodymyr Zelensky, además
de ser la cara de las relaciones públicas de la OTAN ante los medios
tradicionales, es un consumado vicioso y un corrupto que está acaparando
millones de dólares de todo el dinero que se gira desde occidente. Se sabe que
muchos cargamentos de armas y municiones -los que han llegado a Polonia y
Rumania- han sido desviados desde la aduana o han sido vendidos por
elementos de las FSU en el mercado negro o incluso a los mismos rusos.
Al parecer
el enemigo más peligroso y nocivo que azota a los ciudadanos ucranianos son sus
propios funcionarios quienes se han estado beneficiando de todo el material que
debiera ponerse a disposición de los combatientes en el frente.
Es en ese
sentido que el reclamo de Zelensky de tanques para frenar a los rusos, responde
a todo aquello. Pero es posible que muchos de esos tanques no lleguen siquiera
a rodar para bajar de los vagones que los transporten o incluso los que si lo
hagan sean destruidos por cazas fortunas que esperan agazapados detrás de las
líneas enemigas. Sin dudas que en el Pentágono y en Langley (CIA) están muy
bien al tanto de esta realidad y como lo han hecho en el pasado, valiéndose de
cualquier matón y lumpen político de oportunidad al que pudieran manejar a su
antojo, se contentan con saber que Zelensky es un maldito hijo de puta, muy
necesario para los planes de la OTAN pero para justificarse entre ellos dirán “es
nuestro hijo de puta”.
En ese
papel y como forma de preservar los objetivos de Washington y que no son otros
que la de extender la OTAN sobre toda Eurasia, solo cuidaran de este personaje
haciendo a todo el staff que lo rodea, dispensables y reemplazables. Como hemos
estado viendo en el último mes, los angloestadounidenses han venido “limpiando”
los cuadros de altos funcionarios del régimen en Kiev, una medida adoptada por
lo la pérdida de control y disciplina que gotea dinero para beneficio personal.
Como sucede
en la mafia, “el padrino” no deja que sus subalternos le roben y para ello debe
dar castigos ejemplificadores. Aquí no hay ninguna relación democrática o cosa
por el estilo.
Esta realidad
que los medios angloestadounidenses tapan de forma grosera y descarada, es algo
que los mismos ciudadanos ucranianos de a pie ya no se tragan. En las calles de
Kiev el descontento y el terror merodean abrazados entre sus habitantes. A las
carencias de energía y agua potable por los portentosos golpes de los misiles
rusos contra la infraestructura crítica hay que agregar las razzias de los
“patriotas” quienes tras allanar un domicilio o detenerles en las calles se
llevan a la fuerza quienes no quieren enlistarse mientras otras redadas a cargo
de los equipos de enmascarados de “Azov” bajo la dirección encubierta de agencias
occidentales, suelen incursionar sobre casas y departamentos llevándose a sus
moradores ¿Por qué? Nadie se atreve a preguntar en esta democracia filonazi.
Mientras
tanto, la picadora de carne del frente sigue haciendo de la infantería
ucraniana y también de los grupos mercenarios estadounidenses y británicos que
operan en conjunto una pesadilla sin termino.
El envío de
estos tanques alemanes se centra en la finalidad de que la guerra se extienda y
con ello, la influencia de la OTAN sobre toda la UE y los negocios para la
industria armamentística estadounidense. Si llegaran o no eso lo dirá el
tiempo. Pero quizá lo más importante de todo esto sea, que Washington logre de
la UE una dependencia total, absoluta y extendida en el tiempo que haga que
cualquier política tendiente a abandonar a la OTAN naufrague antes de poder
exponerse.