REDEFINIENDO ESTRATEGIAS
La confesada idea de establecer un estado tapón al estilo “Israel” en
el medio de Europa del este como forma de perpetuar la inestabilidad sobre la
Federación Rusa podría estar en marcha mediante una peligrosa y siniestra
estrategia. Más que nunca ha llegado la hora de establecer la cordura
Por
Yossi Tevi
Los reveces en los frentes de Zaporiya y Donetsk no han podido ser
ocultados a la opinión pública y si tomamos en cuenta los esfuerzos mediáticos
por desviar la atención de estos fracasos con los ataques con drones aéreos y
acuáticos a blancos civiles en territorio ruso, a Kiev no le quedaría otra
opción que cambiar su estrategia en el campo de batalla.
Desde el
inicio de la contraofensiva en junio y su declinación en apenas un par de
semanas, las fuerzas ucranianas pese al constante abasto de municiones,
armamento e inteligencia provista por miembros de la OTAN, no fue posible
remontar la situación en el terreno convencional. Decenas de miles de hombres
murieron sin sentido y los hechos así lo demuestra. Algunas fuentes
conservadoras hablan de 400.000 hombres ucranianos muertos desde el inicio de
la Operación Militar Especial.
No hay
dudas de que lo que ocurre no es precisamente “un problema de avance” como tratan
de argumentar en los medios estadounidenses. Ir de frente es un suicidio y un
desgaste injustificado. Es por ello que el régimen de Zelensky estaría
orientando su estrategia a usar tácticas asimétricas que golpeen en lo profundo
de Rusia y para ello necesita otra clase de apoyo.
En ese
plan, los recursos de inteligencia del SBU y sus escuadrones de la muerte
compuestos por fanáticos neonazis del “Pradvi Sekor” y “Azov” están siendo
reorganizados y desplegados sobre el territorio ruso bajo la dirección de
asesores de inteligencia estadounidenses, británicos y muy posiblemente
israelíes tendiente a llevar a delante una guerra encubierta que trate de
horadar a mediano plazo la estabilidad de la Federación Rusa. Al mismo tiempo
todo el aparato informativo y medios de occidente ya fabrica argumentos
justificantes para alivianar las consecuencias que los ataques terroristas causaran
sobre los civiles.
A la par,
Kiev busca ganar tiempo con las supuestas intensiones de iniciar rondas de
conversaciones, aunque eso estaría por verse. En ese sentido lo que si ha
iniciado son conversaciones con EEUU para establecer la forma de establecer una
cooperación bilateral como parte de una estratagema tendiente a no involucrar a
la OTAN y así seguir sosteniendo al régimen.
Esto se
replicará con Gran Bretaña, Polonia y así con cada uno de los otros miembros de
la alianza atlántica bajo el pretexto de establecer garantías de seguridad para
Ucrania.
Esto
supondría al mismo tiempo la ejecución por parte de Ucrania de mayores operaciones
terroristas orientadas a desgastar económica y psicológicamente a la población
rusa tratando de hacer colapsar al gobierno de Vladimir Putin. Si esto se
confirma implicara un involucramiento más amplio de las agencias de
inteligencia angloestadounidenses como directores y coordinadores de las
operaciones a cargo de células del SBU y de terceras agencias como son las
nórdicas.
En realidad
no hay nada nuevo. Con lo que va de la guerra las evidencias recopiladas en el
terreno ya informan de este involucramiento.
Los ataques
terroristas contra objetivos civiles continúan y los medios occidentales
cierran la boca. En sus últimos actos de este tipo, las células bajo dirección
de ex SAS británicos han atacado a buques comerciales y petroleros en el Mar
Negro, lo que de por sí está demostrando el interés de la OTAN por buscar
brechas en las defensas navales rusas. Esto último además revela la falta de
escrúpulos de Kiev (y por supuesto de sus patrocinadores) al no considerar las
consecuencias ambientales que el derrame de petróleo hubiera causado de haberse
hundido.
Los
patrocinadores de Zelensky sabían que las fuerzas ucranianas no tenían el
equipamiento y el entrenamiento suficiente para lograr quebrar las defensas
rusas. Lo sabían, pero igual usaron a los ucranianos como carne de cañón para
promocionar esa supuesta portentosa contraofensiva. Ante el trazado de esta
nueva estrategia cabe preguntarse ¿Volverán a cometer el mismo error con este
juego sucio?
Este es un
terreno resbaladizo amigos. Los norteamericanos más que nadie debería saberlo.
Durante los años de la guerra fría, la lucha secreta entre agencias fue sin
dudas cruenta, pero no como puede llegar a serlo si la OTAN continua con estos
planes.
No hay que
olvidar que por aquellos años, especialmente entre los setentas y ochentas,
habían protocolos de acción tanto para la CIA como en la KGB que limitaban las
acciones y reducían las consecuencias ante posibles e indeseables implicancias
para cada uno de sus gobiernos. Incluso en escenarios como Europa, donde se
convirtió en campo de batalla de otras agencias, especialmente sangrienta entre
árabes e israelíes, su presencia de algún modo (pese a los nexos que tenían de
uno y otro lado) significaba una especie de control. Eso ya no existe.
Tras las
últimas guerras en el Medio Oriente quedo muy claro que eso es historia. A
pesar de que la KGB ya no existía ni tampoco una agencia con similar peso, la
CIA y sus incontables recursos humanos desplegados como tela de araña por todo
el mundo no podía (y en otros casos no quiso) saber lo que estaban haciendo y
mucho menos controlarlos. Para mantener semejante estructura se requiere de una
inagotable fuente de financiación y no saldrá del presupuesto anual
gubernamental ni tampoco de donaciones de los usureros de Wall Street.
No, no.
Todo esto ha sido siempre un secreto a voces y ningún gobierno puede negarlo.
Es el dinero sucio de actividades criminales y en especial del tráfico de
drogas es lo que financia las actividades de estas agencias de inteligencia que
sirven a la democracia.
Así vimos aparecer
los monstruos como “Al Qaeda”, “ISIS” y sus respectivas franquicias en donde a
Washington le convenía. Sobre esto y en particular con el “Daesh” también hay
que decirlo, a Israel le era muy conveniente tanto que la inteligencia militar
trato de fabricar una franquicia palestina que no cuajó. Pero todos estos
jueguitos sucios no son gratuitos ¿Cómo se financió eso?, ¿Quiénes lo diseñaron
y empujaron?, ¿De dónde salió el dinero para financiarlo? Y quizás otra
pregunta que es muy difícil de responder es ¿Dónde están todos esos tipos
enmascarados que hicieron de las masacres de civiles, un activo político para
Washington?
En resumen
de cuentas, lo que estarían planificando es organizar de forma masiva, un gran
ejército multi celular de componentes extremistas para ataques dentro de la
Federación Rusa y muy posiblemente, contra objetivos rusos en otras latitudes.
Si esto es
lo que los cerebros de la OTAN están tratando de recrear, lo que veremos es
mucho más peligroso y amenazante para los habitantes no solo de toda Eurasia
sino, de todo el globo ya que, hagámonos esta pregunta ¿Quién controlara a
estos perros cuando los suelten?