sábado, 5 de agosto de 2023

 

ARGENTINA AL BRICS

¿Cómo, por qué y quién le abrió la puerta a la Argentina a éste bloque económico?

 

Por Javier B. Dal

Son tiempos de cambio y eso abarca a todo el mundo. Precisamente somos testigos de un cambio progresivo de paradigma a nivel global que afectara las relaciones entre las naciones y dentro de esta oleada va la Argentina. Justamente, es un momento crítico para el país sudamericano dado que se halla caminando (una vez más) sobre la cuerda floja de una economía paralizada con un laberintico sistema tributario, rehén de un sistema cambiario anárquico que ha destruido su moneda y como si eso no fuera suficiente, seriamente comprometidos por su deuda con el FMI.

No ha sido una guerra, una invasión o una catástrofe natural la causa de esta situación. Las sucesivas y malas administraciones gubernamentales e indistintamente de ideologías y colores políticos han aportado sus respectivas cuotas de responsabilidad para llegar a la actual situación. 

Para quien lo ve de afuera, la Argentina pareciera un estado fallido y vaciado de importancia institucional. La crisis político-institucional abarca sin dudas a todos los países, pero en cada uno de ellos, hay realidades políticas diferentes y en los desarrollados si bien esos problemas llegan a ser muy graves al menos conservan una potencialidad estatal intacta.

Argentina por el contrario, producto de la esquizofrenia de la dirigencia política (y de la cual son responsables sus ciudadanos) esa potencialidad no existe. Lo que no se ha vendido (privatizado) se abandonó. Pero ¿Cómo se entiende esto cuando el actual gobierno suele hablar del “estado presente”? No lo es en el sentido funcional sino, en el sentido asistencial y prebendario. Esto lo hace poco confiable y nada competitivo y es por ello que no hay acuerdos y no funciona el Mercosur.

En estas circunstancias, este estado se ve compelido a cumplir con sus deudas las cuales se le está haciendo muy difícil de honrar obligando a mendigar ayudas generando así una nueva deuda.

Pareciera que se han acabado los trucos al ministro Massa y aunque tiene algunos padrinos en Washington, ello no basta para remitir la deuda. Sumado a esto, su controvertida personalidad y su devaluada palabra pone en mayor discusión la sustancialidad y seriedad del estado para tenerlo como confiable. Esto se ve más complicado por la bipolaridad política que se ha advertido constantemente en el continuo y sobreactuado intento de quedar bien tanto con Washington como con Beijing. Brasil y en particular las gestiones del presidente Lula han sido determinantes para acercar la oportunidad de ingreso. Pero el factor que le ha dado oxigeno a esta situación desesperante ha sido el apoyo de China (Confirmado por el embajador chino Wang Yi) quien además de concederle un SWAP en yuanes, ha promovido el ingreso de la Argentina al BRICS.

La oportunidad de ingresar al BRICS ya es una realidad que durante años fue despreciada por el gobierno de CFK ¿las razones? No molestar en el ánimo a Washington y a los llamados “buitres” de Wall Street dejando en claro la ideología artificiosa de ese gobierno. Hoy ante una realidad infranqueable y el callejón sin salida en el que el país se halla, la noticia de haber sido aceptado en el bloque no es poco. A partir de ahora será tarea del nuevo gobierno argentino poner a tono su infraestructura logística, literalmente derruida por el abandono, la corrupción político-sindical (que vació de materiales y recursos financieros) y una ausencia por décadas de planificaciones estratégicas.

Un país que solo tiene como logística más importante al camión, está dejando en evidencia una imperdonable desconexión con la realidad. Incluso tras la desconexión del sistema ferroviario en la era menemista, aquel es el medio que monopoliza el transporte pesado de cargas. El comercio exterior necesita de otras vías terrestres más baratas y acuáticas para trascender el mero localismo y aportar elementos estratégicos para un comercio más amplio y en mercados más alejados. Se sabe que ello beneficia a un sindicato prebendario, algo que debería ser resuelto por el nuevo gobierno si quiere ser tomado en serio por el BRICS.

La reconstrucción de toda su infraestructura logística, especialmente la naval (condicionada desde 1982 y sellada con los Tratados de Madrid 1990) lo que incluye la modernización de los puertos y capacitación de su personal es fundamental para llevar adelante y de forma competitiva, el tan anhelado desarrollo comercial a base de exportación de ultramar.

Pero antes de todo, tiene que haber una reconstrucción del estado con metas claras y ajustadas a sus necesidades estratégicas y para ello, se requiere de decisión política.

Sin conducción política decidida a romper estas limitaciones, liderada por dirigentes conscientes del atraso estructural existente, con una planificación coherente y ejecutable de forma constante en el tiempo no hay esperanzas de progreso para el país.

Ante todo, la Argentina debe reconocer en el lugar que se halla parada dejando pretensiones y el divismo de lado. Si está realmente interesada en ingresar al bloque deberá ir al paso de sus socios y no ellos al suyo. Deberá tener espalda política para sostenerse ante las jugadas no limpias de una competencia que mezcla la geopolítica y asuntos internos de otros países para alterar el comercio. Es una aclaración que no pareciera necesaria de hacer pero que en el caso argentino es muy pertinente. A esto, hay que agregar las pretensiones y presiones que sectores sindicales como precisamente los vinculados al transporte han dejado entrever ya están intoxicando las relaciones con el bloque por considerar que sus condiciones de trabajo no le son favorables.

El BRICS es sin dudas un espacio auspicioso y benéfico para la Argentina. Eso no significa abandonar al Mercosur o algo semejante. Es la oportunidad de ampliar y diversificar el destino de sus productos a mercados euroasiáticos muy interesados en adquirirlos. Pero antes deberá reconstruir su estado, recuperar su vigor en la infraestructura, modificar el asfixiante sistema impositivo y su administración política mantener una coherencia en el tiempo para tener bien clara su política exterior y evitar interferencias de otros estados o bloques que tratan de fastidiar por cuestiones geopolíticas al BRICS.

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