sábado, 2 de septiembre de 2023

 

REVOLUCIÓN DE LA INVOLUCIÓN

¿Qué es lo que se moviliza detrás del inesperado planteo de reponer en Argentina el servicio militar obligatorio?, ¿Cuestiones surgidas de una recuperada conciencia estratégica o mero oportunismo partidocratico?

 

Por Pepe Beru

Cuando en 1994, durante el gobierno de Carlos Saúl Menem se produjo la muerte de un conscripto en el regimiento militar de Zapala en la provincia del Neuquén, tanto el sector político como los medios impulsaron la eliminación del servicio militar que hasta ese momento era obligatorio. Esto sería la muestra de otra soberana medida de idiotez política o la velada y deliberada maniobra que se sumó a otras para ir desmontando a las fuerzas armadas.

El tiempo ha dado la respuesta a esto y hoy se ven las consecuencias a todo nivel por aquella abolición.

Esto se dio también en un marco más amplio y contemporáneo en el cual la mayoría de los países europeos miembros de la OTAN tras el final de la “guerra fría” en 1991 impulsaron la misma medida por considerar al instituto como “obsoleto” aunque, manteniendo su infraestructura militar. Tras el inicio de la guerra en Ucrania se ha invertido la política y hoy la mayoría de los países de la UE (Alemania, Francia, Suecia y Países Bajos) buscan volver a la obligatoriedad.

En el caso argentino, el final de la guerra contra Reino Unido de 1982 no significó la solución al origen de la misma y mucho menos la firma de los humillantes “Acuerdos de Madrid I y II” de 1990, entonces ¿Por qué se dejó de lado la obligatoriedad del servicio militar?

Antes que nada, hay que dejar bien en claro que las Fuerzas Armadas no están para intervenir -Conforme una dictadura- ante los fracasos de los gobiernos civiles. Tampoco están para solucionar los asuntos sociales o de inclusión laboral como lo han estado fomentando todos los gobiernos desde Menem hasta el presente. Su rol estratégico y político trasciende esas materias algo que todos los gobiernos dejaron de lado y eso es algo que el gobierno venidero deberá atender con la seriedad que reviste el asunto.

Por la acostumbrada emocionalidad y ligereza con la que la clase política argentina mediante los medios manipula a la opinión pública, en este tema se llegó a tal punto que en la actualidad no existen (en lo que hace al nivel doctrinario y tecnológico aceptable) un ejército para afrontar los actuales desafíos tanto convencionales como los no convencionales. La historia contemporánea da una cruda muestra de lo que sucede a los pueblos que se hallan indefensos.

Sobre esto también hay que remarcar que, ni lo que queda del ejército, de la Armada ni la Fuerza Aérea están al servicio de la seguridad criminal o en tareas de combate al narcotráfico, doctrina que ya vienen balbuceando algunos candidatos muy cercanos ideológicamente a Washington y otros socios.  

La defensa nacional es una competencia que se aboca a tareas por sobre las meramente policiales y es por ello que no corresponden a una doctrina militar mucho menos cuando el país aún mantiene una situación conflictiva de ocupación en parte del territorio insular (Islas Malvinas, Sandwiches del Sur y Georgias) y de la cual se desprenden consecuencias sobre el desarrollo económico-productivo (con el usufructo de la pesca y exploración minera) ilegítimamente recortado por dicho Status Quo. Quienes han bregado por esta visión -si es que se puede decir que vean algo- lo hacen inconscientemente por una supina ignorancia o por una intencionalidad muy bien calculada que responde a políticas diseñadas en el norte.

Supuestamente la abolición del servicio militar obligatorio sería reemplazado por un voluntariado destinado a “profesionalizar” a las FFAA. Pero políticas destructivas e insidiosas -impregnadas de ideologismo perimido- contra el área fueron recortando recursos y planificaciones para que incluso, se puedan formar cuadros de suboficiales y oficiales.

Esta destrucción de la defensa conllevo al abandono imperdonable y torpe de una doctrina nacional propia y ajustada a sus propios intereses en la cual se integraba el servicio militar. Desde Menem hasta hoy ese hueco ha sido reemplazado con doctrinas angloestadounidenses y europeas que son estratégicamente inconvenientes dado que, Gran Bretaña -miembro de la OTAN- sigue siendo una potencia ocupante en las islas de Atlántico sur ejerciendo ilegalmente una jurisdicción de hecho sobre las aguas circundantes, por lo tanto, sigue siendo un tema sin solución.

El entonces servicio militar necesitaba una reforma y no su derogación.

El tema vuelve a la mesa de charlas entre varios sectores de la política, pero desde diferentes miradas. Una de esas y la más estrambótica es la del dirigente “K” Luís Delia quien parece haberse dado cuenta que veinte años de una administración seudo-revolucionaria y prebendaria ha creado y criado a una generación de jóvenes sin ningún horizonte y que (contrario a lo que pensaba antes) podrían ser reconducidos con la reinstauración de un “servicio patriótico obligatorio” que no sería otra cosa que una “colimba” para contener el desastre actual. La propuesta se asemeja a la de Patricia Bullrich cuando quería convertir los cuarteles y bases en escuelas de oficios demostrando que la estupidez en la clase política argentina no tiene distingos ideológicos.

Delia y todos los que dicen haber estado alineados al denominado campo “nacional y popular” nunca repararon en ese pequeño y trascendental detalle de que para que una revolución política pueda ser real y creíble, debe contar con la fuerza para protegerla y respaldarla. El Kirchnerismo quedo entrampado en su discurso que mezcla la dialéctica de una izquierda “caviar” y un progresismo de ciencia ficción que nada tiene que ver con procesos revolucionarios como -tan cancinamente acusan algunos medios- el Bolivariano en Venezuela.

Estas inconsecuencias y contradicciones también forman parte del actual estado calamitoso del país.

El tema está tomando importancia en todo el mundo, en particular en los países que abolieron el servicio obligatorio y de los cuales los políticos argentinos copiaron al pie de la letra ¿Razones? El haberse dado cuenta de la importancia de poder manejar y tomar decisiones propias sin estar subordinados a las decisiones de intereses estratégicos que no responden a los suyos a cargo de un ente supranacional como la OTAN.

Argentina por la incompetencia de sus políticos abandono sus potencialidades, en especial las explotables por su vasto territorio, que podrían colocarla en un escalón geopolítico de importancia en el sur global. Pero por razón de aquella falla, su estado carece de una identidad definida y por ello no sabe a dónde quiere ir. Esto llevo a que entre gallos y medias noches suplicara el ingreso al bloque BRICS despertando la ira de los sectores anglófilos y otras yerbas del Establecimiento que ya han amenazado que se retiraran del bloque si llegan al poder. Si el gobierno “nacional y popular” que suponía independencia y una posición firme ante el unilateralismo estadounidense ¿Por qué no ingresó antes al bloque? Claramente porque sus dirigentes son rehenes del dilema entre el mundo del “ser” y el del “deber ser” dentro del cual se halla la necesidad de definir con seriedad y compromiso político, una política de defensa estratégica.

Uno de los temas a desarrollar en este bloque será ineludiblemente un  sistema de seguridad y defensa regional máxime si consideramos como “fortuita y convenientemente” explotan gasoductos, barcos y otras amenazas que pretenden diezmar la competencia multilateral. En este contexto la Argentina ya no puede seguir escondiendo la cabeza bajo la tierra, no si quiere salir avante.

 

 

 

 

viernes, 1 de septiembre de 2023

 

CONFUSED

OUTLOOK

A 2024

From the failure in Afghanistan to the Ukraine adventure, Joe Biden and his coterie of globalists have exposed the Union to a crisis that will not be easy to resolve. Are the alternatives for 2024 better?

 

By Sidney Hey

The atmosphere is heating up in Washington on the eve of the next presidential elections in 2024 and the candidates with ambitions for the next White House presidency are already emerging. Among the most vociferous are Nikki Haley and Vivek Ramaswamy, two politicians who, despite being members of the same Republican Party, have a very different vision of US politics. Because they represent clearly antagonistic sectors that use the party as a platform for advancement (https://libertarianinstitute.org/articles/nikki-haley-the-most-reckless-candidate-for-president/ ).

The war in the Ukraine is the clearest issue that highlights the internal discord and contortions that are replicated among both Democrats and Republicans. On both sides there is a tug-of-war between those in favour of war and those seeking to end the foreign interventionism that has done so much damage to the country. It is clear that the next administration will decide whether there will be more war or respect for multilateralism.

As we know, there is no difference between Democrats and Republicans when it comes to foreign policy. They both go over the heads of international humanitarian law and by virtue of that they can be extremely harmful as is already corroborated by the precedents in Iraq, Libya, Syria and Afghanistan, not to mention all the implications against civil rights that ended up falling on their own citizens with all the repressive engineering under the argument of the war on terror.

It seems that the neocon Republicans have learned nothing. Protagonists of the war interventions of the last 30 years to the present, they have contributed to the current global crisis. Belligerence remains their policy of choice as if all the disastrous precedents for US policy and world peace were not bad enough.

The Democratic Obama administration and the actions of his Secretary of State John Kerry and his maaate employee Victoria Nuland were the seeds of the war that is tearing Ukraine apart today. Russia's invasion is a consequence of that interference, its failure to honour its commitments and its refusal to guarantee the strategic security of the Russian Federation.

So far the Biden administration has succeeded in making Ukrainians and human resources in several countries sacrifice themselves for the plans of its globalist agenda. But expectations in the upcoming elections are already raising counter-visions to this madness that, though they now quietly disavow, many supported the war effort.

But if things are bad because of the war, there are candidates who aspire to make them worse.

Nikki Haley, the former governor of Southern California and US representative to the United Nations during Donald Trump's administration, has been noted for her unabashed advocacy of aggression in Syria, and in particular for arguing at every turn about the hoaxes about chemical attacks in “Khan Sheikhoun” that tried to be pinned on the government of Bashar Al Assad.

As a staunch Zionist supporter, Haley is an enthusiastic and committed supporter of efforts to try to destroy Syria and Iran as an invaluable strategic asset to Israel.

Other qualities that she herself highlights is having as a model of feminism none other than former British Prime Minister Margaret Thatcher who, as those who knew her well know, was anything but a feminist. Another of her self-confessed role models is Hillary Clinton, whose only feminist trait is her use of feminism as electioneering capital.

Haley criticises Joe Biden not for getting the US into a colossal war catastrophe in Europe, but for being too slow and weak in his decisions to support the ultra-nationalist regime in Kiev, and in that extremist view, that support has not been enough. But Haley does not seem to consider the reality of public opinion within the US that is reluctant to continue feeding the Kiev regime.

On the other hand, there is candidate Vivek Ramaswamy, a young billionaire businessman who stands on the opposite side of the fence between those who consider Biden's administration a disaster and especially Washington's involvement in the war in Ukraine, something that must end. He is also convinced that the US should distance itself from Volodymyr Zelensky who, as has already been made very clear, despite being Jewish and intending to turn his country -strategically and in terms of a perpetual arms deal- into “an Israel”, scandalously embarrasses a large part of the world Jewish community with his open links to the neo-Nazi sectors that control Ukraine.

For this candidate, Zelensky is an unpresentable character to say the least. He is not only a brazen and insatiable money-grubber, but also a repressive politician who is the antipode of democracy. In that sense he is the author of brutal censorship of his country's press, of eradicating opposition parties and arresting those who oppose the madness he unleashed and suspected of having ordered the murder of fractious officials, of having Russian language books and authors burned, and of a much discussed persecution of the Orthodox Church, arresting many of its members on charges of being pro-Russian.

As a presidential candidate, Ramaswamy also made it clear that the West, led by the US, was pushing Russia to the current outcome. From his perspective and if he reaches the White House, he proposes to end the war, a position that brings him closer to Donald Trump's declarations, who, if he manages to get rid of the judicial processes against him, could join him as his vice-presidential running mate. Even Trump himself, in an interview on Blaze TV, called Ramaswamy “a smart guy...A young guy who's very talented”, among other compliments.

RealClearPolitics polls seem to be polling him very well as they put him in third place behind Donald Trump and Florida Republican Governor Ron DeSantis.

This makes it very clear that the Establishment, which responds to the “system” that seeks to leave everything as it is and in which the neo-conservatives and their close allies who live off the gestation of intrigues and wars take refuge, has begun to give them a migraine.

 

 

 

martes, 29 de agosto de 2023

 

UNA PROFECIA AUTOCUMPLIDA

¿Por qué y quiénes pudieron haber perpetrado el sabotaje al avión del líder de la agrupación Wagner caído en la región de Tver en cercanías de Moscú?

 

Por Charles H. Slim

La muerte del líder de Wagner Yevgeny Prigozhin era una de las posibilidades que él mismo sabía que podía pasar en cualquier momento, incluso bromeaba de forma recurrente sobre la suerte que deberían tener sus asesinos para poder acertar en el lugar preciso donde se hallara. La caída de su avión el miércoles pasado a pocos momentos de haber salido de Moscú rumbo a San Petersburgo hizo cumplir aquel presagio ¿Qué ocurrió?

Había sido amenazado públicamente por el SBU ucraniano con lo cual muchos podrían decir que allí estaría su perpetrador, pero las cosas no siempre son como se ven. Alguien aprovecho esto para cubrir sus rastros. Prigozhin causó un severo dolor de cabeza a los jerarcas de Kiev ya que a los éxitos de su agrupación en el campo de batalla en especial en la captura de Bakmut, sus formas extrovertidas, desenfadada y hasta groseras de expresarse sumaban más odio en sus enemigos. Esa personalidad seguramente le granjeo enemigos incluso dentro del Ministerio de Defensa ruso (donde hay una burocracia detestable y esos “generales de parquet”) y de los sectores liberales del establecimiento  que aceptan al gobierno de Putin a regañadientes.

Desde ya que la caída de su avión no fue un fallo o una fatalidad. No hay que olvidar la campaña de asesinatos y atentados provocados en suelo ruso en el cual sin dudas estuvieron involucrados equipos de agencias atlantistas (de países nórdicos) coordinadas por la CIA.

Como hombre de acción, Prigozhin conocía y aceptaba los riesgos, esos que compartía con sus hombres en cada aventura en la que participaban, pero sin dudas el corría otros muchos más al ser la cara visible de la organización. Acusar al SBU de Zelensky sería darle mucho crédito salvo que (como se sabe muy bien) la operación haya sido planificada y dirigida por la CIA y el MI6.

La lista de sus presumibles asesinos es larga pero no todos podrían haber llevado adelante una operación semejante.

Antes que nada, descartemos las tesis que involucran una supuesta represalia ordenada por Putin por la “rebelión” pasada. Ya había quedado claro que no existió tal y solo se trató de una opereta montada con el conocimiento del mismo presidente ruso que tuvo un doble propósito: Confundir y engañar a la OTAN y detectar a generales desleales e ineficientes. Esto a cuento de las versiones noveladas de los medios occidentales y en particular los estadounidenses que centran sus hipótesis en una supuesta “amenaza para Putin” como fundamento para que él lo haya enviado a matar.

Si eso fuera cierto, Putin no habría esperado para realizar semejante espectáculo que circularía por todos los medios del mundo. Quienes desde los medios occidentales argumentan que fue “un mensaje” a quienes no están de acuerdo con Putin no cabe dudas de que es parte de esa retórica gastada de “buenos y malos” y que los mafiosos son los otros. Si en realidad le hubiera resultado una molestia o una amenaza para su poder tras aquella opereta simplemente lo habría hecho arrestar en el mismo día que concurrió al Kremlin o incluso, en el agasajo que le brindo el mismo Vladimir Putin a los comandantes de la Wagner y al mismo Prigozhin. Es por ello que dicha tesis no cuaja.

El mismo presidente bieloruso Aleksandr Lukashenko le advirtió que había información de inteligencia de un atentado en proceso. Pero Prigozhin además de un bocón era un temerario y eso quedo muy claro ya que sin su personalidad no habría logrado todo lo que logro.

Algunos comentarios a parte, son los que vale hacer en referencia a los medios y algunos analistas estadounidenses quienes le catalogaban como “infame mercenario” al frente de una organización “extremadamente violenta” o calificativos similares como si EEUU no tuviera personajes tan o aún mucho peores como Erik Prince el fundador de la execrable agrupación “BlackWater” que además de estar salpicada de la sangre de miles de civiles iraquíes y afganos -con quienes si eran muy valientes- en lo profesional como combatientes no le llega ni a los talones a sus homólogos rusos.

Andy Milburn ex marine quien se ve en la foto trató de poner en marcha la agrupación “Mozart” como parte de un intento por competir con “Wagner” pero los resultados en el terreno lo dijeron todo

Para darle un punto final a las especulaciones de estos sectores solo basta recordar la parodia que significo el intento del Pentágono y la CIA de colocar una competencia sobre el terreno como fue el fugaz papel de la agrupación “Mozart” liderada por el ex marine Andy Milburn que además de los problemas de alcohol y drogas de muchos de sus miembros, terminaron abandonando despavoridos Ucrania ante la crudeza de los enfrentamientos. Sobre esto recordemos que no son los únicos que han tomado esta determinación ya que la llamada “Legión internacional” compuesta por mercenarios extranjeros hoy ya se halla prácticamente diezmada por sus cuantiosas bajas y las deserciones.

Pero más allá de las fabulas de los novelistas y editoriales estadounidenses, Wagner perdió a un componente importante de su estructura aunque no por ello dejará de operar y tampoco tapa el carácter terrorista de este evento.

Sobre el método usado para derribar el avión Embraer 135 donde viajaba Prigozhin y su mano derecha revela un meticuloso trabajo de inteligencia y complicidades que podría llevar a una mano bien conocida por Moscú. Por lo pronto las investigaciones preliminares han determinado que la colocación de un explosivo en el tren de aterrizaje habría sido el factor para el desplome de la aeronave y eso a su vez llevaría a pesquisar la operatoria de pista con lo cual, las preocupaciones del Kremlin por la seguridad están bien fundadas.

En éste último sentido, si fue un explosivo en el tren de aterrizaje lo que causó el derribo, sería interesante saber cuál fue el medio de detonación, si lo fue por presión a medida que el avión tomaba altura, o por un detonador de tiempo o (quizá el más plausible) una detonación remota desde tierra.

Si prestamos atención al tamaño que debió tener ese dispositivo, claramente pequeño para encastrarlo disimuladamente en el tren de aterrizaje en momentos previos a su salida, revela además de la pericia del agente que lo monto, el uso de un explosivo potente y el dispositivo que lo detonó habría revestido un sofisticado mecanismo ¿Acusara Washington a algún grupo de aficionados ucranianos de este asesinato?

domingo, 27 de agosto de 2023

 

THEATER: BLACK SEA

How might the war evolve if NATO tries to operate more aggressively in the Black Sea?


By Danny Smith

For thirteen long years the US and British navies had taken possession of the waters of the Persian Gulf with the mission of strangling Iraq's economy and trade. This caused, among other things and only prior to the invasion of March 2003, the death of more than 500,000 children from starvation and lack of medicine. Beyond the United Nations resolutions authorizing these measures and with which Washington shielded itself, the humanitarian consequences on the Iraqi population continue to be a great debt that no international body has investigated, much less prosecuted.

This is related to what is currently happening in Ukraine where military operations are being dangerously transferred to the Black Sea. Since Russia terminated the grain agreement allowing the transit of ships to and from Ukraine for commercial purposes, military actions launched from the coastal areas over the Kerch Bridge or even against the Crimean shores have been escalating dangerously.

It should be recalled that the resolution of the agreement was due to the trafficking of arms of the Atlantist partners camouflaged with grain cargoes, an action that does not seem to have been considered by the Secretary General Antonio Gutierrez. Precisely, and after several drone attacks on the city of Belgorod and Moscow, the Russian forces struck in a devastating way on the infrastructure of the Ukrainian ports on the Black Sea such as Odessa and also on the Danube River such as the ports of Reni and Izmail.

Since the beginning of the Special Military Operation the Black Sea has been under constant surveillance of the Russian naval and air forces and the Russian Navy focusing their operations on protecting the eastern waters at the entrance to the Sea of Azov.

It was inevitable that this water space would become a theater of operations.

Following the mounting of several naval drone and Storm Shadow missile attacks against the Kerch Bridge and Russian ships coordinated by Ukrainian cells under the direction of British S.B.S. and S.A.S. advisors, Russian patrols have extended their operations to the western Black Sea as a way to prevent similar attacks. Alongside these conventional operations, the Intelligence Directorate of the Main Staff of the Russian Navy carries out extensive human and electronic intelligence activities covering the entire Black Sea and this has complicated interference from their Atlanticist colleagues.

In addition to these security and reconnaissance operations, the interdiction and boarding of vessels trying to reach Ukrainian ports for unclear purposes has been extended, leading in several cases to opening fire on those trying to flee. This determination has already put on guard the usual rogues like Turkey which, as we know, has one foot on each end of the board and with the leadership of an opportunistic politician like President Tiyip Erdogan, all precautions are worthwhile as he only thinks of his own benefits.

It is clear that President Vladimir Putin is not surprised by this. This is not the first time Erdogan has launched rapious stabs against Russia. The experience in Syria back in 2015 was a sign of this. Turkey is part of NATO and yet, attempts by Turkish-flagged ships trying to violate restrictions against the security of the Federation are unceremoniously aborted by Russian frigates such as happened with the cargo ship “Şükrü Okan”.

This has agitated the admirals of the “Türk Donanmas” (Turkish Navy) with their General Staff in Ankara, who together with Erdogan would be evaluating how to deal with the situation. It should not be forgotten that Turkey controls the strategic passage through the Bosphorus and just as it does not allow warships to pass (in accordance with the Montreaux Convention of 1936) at any moment -and in the face of speculation that gives Erdogan an advantage- it could play the fool and allow NATO contingents to pass through.

Those who are most dismayed by this are the Americans and in particular those who maintain their influence over the admiralty in NATO who see their operations in support of Kiev hampered.

According to former US Admiral James Stavridis, this situation is hampering operations on land and this could force a naval intervention by the Atlantic organization, predicting that this would be counterproductive for the Russian Navy. For Stavridis, this Russian blockade is illegal without saying anything about the dubious “legality” that Washington considers it implies to support the terrorist actions carried out by Ukrainian groups on Russian territory.

For NATO Secretary Jens Stoltenberg, Russia is carrying out “dangerous and escalatory actions in the Black Sea”. This is what I wondered and what anyone with a bit of brains questions. The dangerous actions and provocations (such as the assassination of Yevgeny Prigozhin) that would justify an escalation have long since been executed only the Kremlin will not be the first to push the button.

With this kind of comments we again see the degree of cynicism that Atlanticist officials harbor when giving their views.

Before these new circumstances that turn the Black Sea into an active Theater of Operations, NATO would be working with the navies of the riverine countries such as Bulgaria, Romania and Turkey to build a task force to try to counterbalance the situation. At first glance it is not surprising. All of them are part of NATO and that is why there is no doubt that they have been indirectly involved in the area for a long time, producing naval intelligence that helps Kiev to carry out its attacks.

 

sábado, 26 de agosto de 2023

 

TIRONEO GEOPOLÍTICO

¿Por qué el recinto del Hotel Alvear Palace Hotel se convirtió en un escenario de plataformas electoralistas para seducir a los intereses estadounidenses? La pelea por quién se arrodilla más tiempo


Por Javier B. Dal

Lo habíamos comentado mucho antes de las elecciones PASO pasadas que cada uno de los postulantes a presidente de la Argentina, tienen sus convicciones comprometidas con sectores externos que poco les importa la estabilidad del país para su desarrollo independiente. Incluso podríamos apostar que tanto Massa, Milei y Bullrich son los mascarones de proa de esos mismos intereses.

La situación interna del país es altamente compleja y más allá de que desde los medios se trata de manipular a la opinión pública en uno u otro sentido, la Argentina puede considerarse, en su actual dispersión y fragmentación en que viven los argentinos, como un país para armar. En un momento tan complejo lo ideal sería buscar la unidad y la negociación constructiva entre los actores políticos, pero como se ve no hay intensiones de esto.

La oleada de “saqueos” que se produjeron en la semana en varios puntos del país dejan muchas dudas sobre su espontaneidad. Algunas fuentes señalan que podrían haber sido montadas por punteros y servicios del mismo gobierno como una forma de crear el terror y mantener el nerviosismo hasta octubre ante una inevitable derrota del llamado “Kirchnerismo”.

Pero si eso no era poco, los dos candidatos de la “centro derecha” con grandes chances electorales que se identifican sin tapujos con la agenda angloestadounidense, ya han revelado en la Cumbre de las Américas que (cada uno con sus propias palabras) seguirán bajo el paraguas de la moribunda hegemonía norteamericana haciendo centro en repudiar la posibilidad de que Argentina pueda ingresar al bloque BRICS representativo del 40% de la población mundial que dicho sea de paso, tuvo una promisoria y exitosa cumbre en Sudáfrica.

Como se sabe el BRICS es un bloque económico-comercial que plantea para el sur global una alternativa competitiva al desigual y unilateral manejo del comercio internacional que desde hace décadas es direccionado a discreción desde Washington. Se trata de la aparición de una plataforma multilateral para el desarrollo de las economías de países emergentes que durante décadas han estado bajo las “reglas” desventajosas y engañosas de organismos financieros como el Banco Mundial y el FMI que responden a Washington.  

Argentina es uno de estos casos y fue por ello que fue invitado para adherirse al bloque. Pero las actuales circunstancias político electorales plantean tironeos entre un gobierno débil y fracasado que nunca tuvo claridad geopolítica y los sectores anglófilos convencidos de su posicionamiento, estos últimos ávidos por obtener la atención y beneficios del Departamento de Estado para lograr posicionarse en el poder. Las posibilidades de que estos sectores conformen el nuevo gobierno en diciembre próximo son altamente probables por lo cual, es el mejor momento para demostrar su lealtad ideológica y que mejor que hacerlo negando la posibilidad de que Argentina ingrese al BRICS.

Pero los argumentos para oponerse a esto no pasan por cuestiones de competencia o conveniencias para el comercio exterior del país sino, de un claro planteo de carácter estrictamente político y geopolítico disfrazados por motivaciones falsas.

Las principales objeciones planteadas por la candidata Patricia Bullrich son la presencia de Rusia, Irán y China casualmente, los adversarios geopolíticos de Washington y Tel Aviv. Como forma de tratar de darle un marco legal a estas negativas y convencer, la candidata afirmo que “Nosotros creemos en un orden internacional basado en reglas para preservar la paz y el respeto del derecho internacional”, un argumento -que además de hilarante- calcado del discurso estadounidense en especial en lo referente a “las reglas” (creadas y obligadas desde Washington) y muy voceado durante la administración Biden.

En similar sentido se expresó Javier Milei quien es sabido, cuenta con el respaldo de sectores sionistas que rivalizan con los que sustentan tras bambalinas a Bullrich y también a Massa pero que concuerdan en entorpecer las relaciones del país con Irán y el mundo islámico en general.

Esta clase de alegaciones no va a ayudar al mejoramiento de la situación del país ni le reportara una mejor vista desde el FMI. Incluso este tipo de posiciones en momentos que la situación institucional es francamente grave y que tienen al país en el borde de ser un estado fallido, las arengas como las emitidas por Patricia Bullrich se ven notoriamente altisonantes pretendiendo imponer posiciones con juicios geopolíticos que ella y los sectores que representa no están en posición de emitir y mucho menos sostener.  

Bullrich hizo centro en señalar que si era gobierno la Argentina no entraría al BRICS acusando a Rusia “de estar en medio de una invasión a Ucrania”, a Irán de haber sido autor de los atentados en Buenos Aires alegando que “junto al ingreso a Irán, país con el que Argentina tiene une herida abierta profunda por los ataques terroristas antisemitas en nuestro territorio” olvidando que además de no haberse probado semejante tesis, el Mossad israelí -gobierno israelí- tras un informe reciente la descartó de lleno.

Igualmente estos sectores de la “centro derecha” son afines al sionismo que como ya sabemos, tiene varias corrientes y que en la actualidad se hallan en una creciente pugna dentro del mismo estado de Israel. En este sentido, estas declamaciones van más allá de cuestiones políticas revelando el odio a todo lo árabe y en particular a lo islámico conocido como islamofobia y que un importante sector de los medios capitalinos apoya (que cuentan con sostén de organismos como la CIA y fundaciones como “Open Society” de George Soros) comparte con entusiasmo.

Asimismo, ese tipo de discurso era el que esperaban los empresarios e inversores estadounidenses reunidos en el Consejo de las Américas quienes además de los intereses financieros y económicos que ellos representan, comparten la visión geopolítica de su gobierno en Washington y que Bullrich replicó como si fuera parte de un convencimiento propio sacando muy seguramente algún que otro rictus de mofa en los presentes.

Sacando cualquier implicancia de índole geopolítica y visto que la Argentina en el momento crucial en el que se halla y del cual no saldrá en lo inmediato, este tipo de planteos no parecen muy inteligentes dado que el país no tiene muchas elecciones si busca una salida para la catástrofe económico-político y financiera en la que la clase política (incluyéndola a la señora Bullrich) hundieron a la Argentina.

Lo único que muestra estas posiciones es una total ignorancia o más bien, una demostración de no haber aprendido de la lección histórica que enseña que no se puede posicionarse en una zona de poder sin haberlo construido antes y que, apoyándose en el poder de potencias externas terminará siendo en beneficio de y solo de éstas últimas.