VINO DE SANGRE
Sin que nadie pudiera preverlo o al menos así se muestra públicamente
en los medios, Hamas y otras
agrupaciones de la resistencia palestina pudo golpear bases militares y tomar
por sorpresa varios asentamientos y kibutz linderos a Gaza ¿Cuáles fueron los
disparadores y cuáles serán las consecuencias?
Por
Yossi Tevi
“No les vimos venir y para cuando escuchamos la
primera explosión que provenía de la barda de seguridad, ya nos habían caído encima”.
Este fue uno de los testimonios de un efectivo de las FDI que se mantuvo en el
anonimato y que logró huir tras el inicio de la llamada “Operación Inundación
de Al Aqsa” lanzada por una fuerza de comandos de la resistencia palestina.
Los habitantes de los asentamientos judíos de Sderot y Ashkelon están
en pánico ya que han podido ver como los grupos armados palestinos circulan
enfrentándose con las tropas israelíes en las calles. Pero lejos de la vista de
los colonos de estos asentamientos están las peores consecuencias para las FDI.
Tanques “Merkaba” fueron destruidos y sus tripulaciones han sido capturados. Según
algunos informes dan cuenta de la caída y captura de cincuenta puestos
fortificados israelíes muchos de ellos repletos de vehículos blindados y documentación
altamente sensible que pondría al estado en un problema de seguridad de
proporciones.
Otro dato aún no confirmado es la anulación de los sistemas “Cúpula de
hierro” que debieron reaccionar a los primeros ataques con cohetes lanzados a
primera hora de la mañana ¿Cómo Hamas pudo lograr esto?
Sumado a esto, algunas fuentes confiables han confirmado la captura de
altos oficiales de las FDI incluyendo a un general. Se trata de un knock out
militar inesperado; igualmente, esto tiene un olor muy raro.
Para muchos cuesta mucho creer que inteligencia militar y el Mossad no
hayan estado al tanto de los preparativos de Hamas.
Entre tanto, la maquinaria diplomática y mediática que encabeza EEUU y
la UE, se puso inmediatamente en marcha tratando de volcar la balanza en favor
de Israel pero, los hechos y los antecedentes que han llevado a esta situación
es muy bien conocida por la opinión pública global que son la consecuencia de
una escandalosa política de impunidad.
Pero como suele suceder, los medios informativos de este lado del mundo
suelen eludir el contexto y dar una panorámica de los hechos en blanco y negro,
de acuerdo y conveniencia del acostumbrado relato victimista del estado israelí
que mezcla términos y suprime otros intentando hacer creer que se trata de una
agresión contra “el pueblo judío”-para asirse al tan trillado antisemitismo-,
cuando en realidad es una cuestión política bien circunscripta a la usurpación
territorial y sistemáticas agresiones que desde 1948 sufren los
árabes-palestinos que una vez más hay que recordar, son tan semitas como los
judíos sefaradíes.
Durante años, Tel Aviv estuvo construyendo asentamientos ilegales y
kibutzim -negociados inmobiliarios mediante- para colonos y
fortificaciones militares para su protección, dotadas de avances tecnológicos que
fueron rodeando a la Franja de Gaza mientras las fuerzas aéreas israelíes
bombardeaban sin piedad las casa, edificios, mezquitas y escuelas matando sin
contemplaciones a hombres, mujeres y niños palestinos como una forma de
aplastar la voluntad de resistir. Esto es un hecho que ni los más radicalizados
sionistas pueden negar.
La Franja de Gaza fue convertida en un gigantesco campo de
concentración a cielo abierto hostigada incluso desde el mar para matar a los simples
pescadores y lanzando sin la menor contemplación seis brutales operaciones de
bombardeos en 2008/09, 2012, 2014, 2019, 2021 y 2022 que mataron a miles de
palestinos y dejaron a otros tantos lisiados. Para los colonos esto era visto
como un espectáculo que disfrutaban sentados en sus reposeras como si se
tratara de un partido de fútbol algo que por fortuna ha sido repudiado por
muchos judíos.
No solo las bombas y los francotiradores son causa de muerte para los
palestinos. El bloqueo, el corte del agua potable y hasta su envenenamiento han
hecho psicológicamente insoportable la vida causando muchos casos de suicidios
entre los jóvenes.
Pese a esto, el cinismo de las cúpulas políticas y militares israelíes,
con el ya conocido beneplácito de los medios occidentales trataron de endilgar
todas las consecuencias a Hamas o incluso a los propios palestinos.
Israel sabe que Hamas no rivaliza con sus fuerzas militares e incluso, su
existencia le es funcional para continuar con su política de Apartheid y
expansionismo. Pero quizá lo más importante sea que su existencia representa
una justificación para el fabuloso negocio armamentístico y de seguridad en
parte destinado a contener a Gaza, aunque tras esta situación las dudas tiñen
todo.
Para decirlo en pocas palabras, cientos de millones de dólares aportados para estas empresas, el financiamiento de operaciones de inteligencia y el coste de los sistemas automatizados de armas que allí había se fueron por el desagüe del inodoro.
Pero la naturaleza racista del militante sionista y especialmente la de
sus dirigentes hace imperceptible algún rasgo de humanidad para con los árabes
palestinos y mucho menos, cuando ellos son musulmanes. Este desprecio siempre fue
acompañado de una subestimación a las capacidades y voluntad de la resistencia
aún cuando en el pasado, pagaron duros precios por ese comportamiento.
Israel sigue siendo el “Caballo loco” de la región y prueba es su
continua injerencia e impunes agresiones sobre Siria y el Líbano sin que
Naciones Unidas haga algo por aplicar el Capitulo VII de la Carta. Tampoco ha
dicho nada tras los involucramientos en los atentados terroristas en Irán que
buscaban degradar la capacidad científica de su programa nuclear. En ese papel
y pese a contar con el amparo de Washington, ha sabido entender por la fuerza
que sus locuras tienen un límite y eso fue lo que el movimiento de la
resistencia árabe-islámica Hesbolá en 2006 le marco a fuego.
Cuando me encontré con un viejo Katsa en retiro que ahora goza de los
frutos de su empresa privada de venta de armas, me dijo con claridad, “esto era
algo que ya lo habían advertido desde tiempo antes a los políticos”. Se refería
a la política de compresión que la extrema derecha y sus colegas supremacistas
religiosos han estado impulsando contra los palestinos en especial en Jerusalen
con las reiteradas profanaciones en la mezquita “Al Aqsa” y los constantes
ataques en Cizjordania donde apenas unos días antes de todo esto, los colonos
asesinaron a cuatro jóvenes palestinos sin que la justicia vaya hacer nada.
Uno de los grandes responsables de esto es Netanyahu, pero no es el
único. Con él están los extremistas religiosos y los principales funcionarios
como el Secretario de Seguridad Itamar Ben Gvir y sus partidarios, impulsores
de los asentamientos de colonos quienes bajo la impunidad que les ha
proporcionado el acceso al estado, han legalizado los Progromos contra los
palestinos cometiendo toda clase de abusos y crímenes contra los árabes
palestinos que han rebalsado el vaso.
Si lo vemos desde un razonamiento maquiavélico, las acciones de Hamas
ayudan a Netanyahu y a su gabinete de extremistas para ganar adhesión en
momentos que su gobierno se hallaba sumido en una crisis desintegradora. Si
estamos en lo cierto, seguramente este episodio además de ser usado por Tel
Aviv para justificar “su derecho a defenderse”, podría esconder la intensión de
lanzar alguna incursión sobre el Líbano y obviamente con la ayuda de EEUU,
atacar a Irán. Si eso pasara, quedaría muy claro que todo estuvo planificado y
las acciones de Hamas fueron deliberadamente permitidas.
Sobre esto último, surge muy sospechoso el ataque de artillería israelí
sobre poblados libaneses en Kafar Sheeba al sur del Líbano alegando que fueron
atacados por fuego de morteros. Esperemos que Netanyahu y sus partidarios no usen
todo esto para justificar ante la opinión pública la aniquilación de los más de
dos millones de palestinos en Gaza e incendiar la región.