EPILOGOGO DE UNA GEOPOLITICA COHERENTE
Pese a la ignominia y la descalificación de los medios convencionales
de occidente, la entrevista de Tucker Carlson al presidente ruso Vladimir Putin
ha despertado más interés por conocer la realidad de lo que sucede en Ucrania
que tragarse las manipulaciones que se han estado difundiendo
Por
Dany Smith
Si bien la entrevista al presidente de la Federación rusa Vladimir Putin
realizada por Tucker Carlson es un logro periodístico personal que además de
los celos profesionales desatados, lo ha colocado en el centro de atención del
establecimiento occidental y en particular de los EEUU, para el mandatario ruso
ha sido la posibilidad de explayar con detalle histórico cual es el trasfondo y
la circunstancialidad de la actual guerra en Ucrania.
Desde que
Rusia lanzo en febrero 2022 la llamada “Operación Militar Especial”, la narrativa
occidental y en particular desde conglomerado de medios (con la CNN y la BBC a
la cabeza) solo se ha basado en relatos simplificados, omisiones y puntos de
vista notoriamente estereotipados dirigidos a demonizar a todo lo relacionado
con el mundo ruso ¿Dónde hemos visto esto antes?
Si miramos
atrás en la historia, la demonización del otro -sin importar su
nacionalidad, etnia o religión- ha sido una especialidad en los cerebros de
la propaganda angloestadounidense. Por supuesto, los medios son importantes actores
en la difusión de estas narrativas. A comienzos de la década de los noventas,
la habitual propaganda anti árabe que ya existía desde los sesentas en los
medios angloestadounidenses (por su alianza con Israel), al llegar a los
noventas paso a centrarse en la figura del entonces presidente Saddam Hussein y
los iraquíes dedicando gran cantidad de recursos para ese fin.
Aquello fue
el inicio de una arabofobia que para 2001 se transformó en una odiosa y rabiosa
islamofobia propiciada por la abominable propaganda gubernamental de la
administración neoconservadora de Bush y Cheney con la finalidad de mostrar al
Islam como el enemigo de occidente. A tales niveles calo ese odio insuflado en
la sociedad que cuando Barak Hussein Obama llego a la presidencia no faltaron
insultos y hasta sugerencias de eliminarlo por su origen.
El extenso
reportaje de Carlson a Putin dio la oportunidad de mostrar de primera mano,
cuál es la versión del gobierno ruso sobre lo que llevó a la intervención en
Ucrania y de desmontar la imagen demoniaca fabricada por los medios. Como era
de esperar, y aún antes de escuchar su contenido el Establecimiento
estadounidense se sacudió mostrando en un primer momento escepticismo, luego un
venenoso prejuicio para ya pasar a descalificaciones injuriosas, sin olvidar las
violentas exclamaciones y sugerencias para prácticamente quemar a Tucker en la
hoguera.
Pero Carlson
Tucker solo es el medio por el cual permitió abrir las compuertas de la censura
atlantista a la posición del gobierno ruso y en especial, de lo que tenía que
decir el mismo Vladimir Putin. Ambas situaciones han enfurecido por igual a los
sectores más representativos del Establecimiento. Entonces, si lo vemos con esa
lógica neurótica ¿Quién es más odioso, Tucker o Putin?
Si respondiéramos
como lo hacen los acartonados presentadores de los medios en occidente diríamos
ambos. Pero el odio que hay con uno con respecto a otro difiere por razones
bien evidentes pero que nunca dejarían entrever. A Tucker lo definen como un “teórico
de la conspiración” que difunde propaganda rusa y a Vladimir Putin el malvado
que quiere revivir “el imperio soviético” (si es que eso existió).
Tucker hizo
llegar a una gran audiencia mundial y por sus redes sociales lo que Putin no
podía decir ante los medios convencionales de occidente y lo peor de todo es
que eso despertó una amplia atención en la opinión pública. Acá en la Argentina
con los acostumbrados medios anglófilos (aduladores de la CNN y la BBC) y como
era de esperar, el mutismo ha sido la regla.
Como ya
vemos, el “mundo libre” no lo es tanto. No olvidemos como la “democracia”
estadounidense censuro todo lo que fuera ruso y mucho más, la visión de su
gobierno. Eso no ha obstado para que un oportunista e hipócrita como Tucker
Carlson aprovechara esta veta y tras establecer los contactos de rigor, viajara
raudo a Moscú.
Por supuesto
que los medios convencionales no han reflejado esta entrevista, pero ello no
significa que no haya sido vista y peor aún, asimilado su contenido por una
gran parte de individuos pensantes. Ante esto algunos de los representantes de
los medios convencionales como Masha Gessen, Charlie Hancock e Ido Vock lanzaron su veneno descalificando no solo al
entrevistador y obviamente al entrevistado sino, el contenido de la entrevista
incurriendo algunos de ellos en groseras pifias históricas. Como era de
esperar, del papel de la OTAN y de sus respectivos gobiernos en el sustento de
un régimen filonazi ni una palabra.
Para no
andar con rodeos, esto demostró la desesperación del establecimiento mediático occidental
a tal punto -y algo que no es nuevo- de querer descalificar los hechos planteados
por Putin con tergiversaciones históricas como las que los hackers atlantistas
tratan de instalar por el internet en las ediciones artificiosas de la Wikipedia.
En un breve
resumen, Putin ha dejado en claro el histórico origen del estado ruso que comprendía
a toda la población eslava de la actual Ucrania y su papel durante el siglo XX,
los errores de Stalin y Kruschev en la era soviética y explicado con detalle en
que consistieron los motivos por los cuales se vio obligado a intervenir allí y
dejando bien claro que la desnazificación no ha sido lograda. También dejo bien
claro como EEUU, Reino Unido y la OTAN instigaron a Kiev para que rompiera la
propuesta de paz de marzo del 2022, un capitulo de la historia que nadie en
Washington, Londres ni Bruselas está dispuestos a explicar.
Para
quienes han prestado atención a la entrevista, Putin deja en claro como se desarrollaron
los hechos, las implicancias geopolíticas detrás de aquellos y quiénes han sido
los propulsores de esta guerra. En realidad, no ha hecho más que referenciarlos
para que quienes se hallen interesados de estudiarlos y comprobar así quienes
realmente han estado engañándoles.