miércoles, 27 de marzo de 2024

 

GEOPOLITICA RELIGIOSA

¿Hay un plan en el gobierno de Milei para profundizar los lazos geopolíticos con el estado de Israel?, ¿Es su conversión al judaísmo suficiente argumento para una medida gubernamental?


Por Charles H. Slim

El anuncio de una invitación del régimen de Tel Aviv al presidente argentino Milei y su hermana Karina Milei para mediados del mes de abril para otorgarle un “premio” por su lealtad al estado sionista es una señal muy clara de a dónde y para qué su gobierno está conduciendo el país.

Nunca como por estos días se ha comprobado quiénes son los que controlaran la geopolítica de la Argentina y sus potenciales consecuencias.

El aspirante a judío que supo vomitar toda clase de insultos contra el Papa Francisco, haber demostrado ser un obsecuente partidario de las políticas atlantistas (y por ende rusofobo) y con una total y notoria sumisión a los intereses geopolíticos del estado de Israel no ha tenido empacho en mostrarse abiertamente a favor de las bestialidades (con ya más de 30.000 civiles palestinos asesinados) que el régimen supremacista de Benjamín Netanyahu e Itamar Gvir viene llevando a cabo contra la población palestina de la Franja de Gaza.

En una síntesis Milei está alineando a la Argentina con las políticas de un estado racista que está llevando a cabo un genocidio con la clara determinación de exterminar a la población semita palestina y apropiarse de toda la Franja de Gaza y con ello, de toda la Palestina histórica.

No es una casualidad que Milei tenga el apoyo de la poderosa secta ortodoxa judía neoyorkina del rabino Axel Wahnish cuyo poder no se asienta precisamente en lo espiritual sino más bien, en lo económico-financiero. La piedad, la misericordia y la buena fe es lo que poco importa a esta corriente, mucho menos practicarla con los gentiles es decir con los “Goyin”. Esa es la línea religiosa a la cual el presidente argentino adhiere, sectaria y políticamente afín a los planes sionistas que están conduciendo una de las tragedias humanas más descarnadas y deleznables de lo que va del siglo.

No hay moralidad alguna en asesinar mujeres, niños y ancianos. Tampoco en inventar situaciones (mediante mentiras y falsedades) para tratar de justificar esas atrocidades como las que han sido pillados los efectivos de las FDI. No solo bombardean edificios habitados y campamentos de refugiados desde aviones y con sus tanques. Han sido puestos en evidencia como equipos de zapadores enmascarados y vestidos de negro dinamitan casas, edificios y mezquitas que en algunos casos había personas dentro de ellas.

Milei y su gobierno admiran este régimen que abochorna al judaísmo y que solo representa a un sector recalcitrante de racistas que tienen ciudadanía israelí. Recordemos que hay alrededor del mundo muchas comunidades judías que no aceptan el actual estado de Israel y mucho menos los crímenes que comete en nombre de su identidad. Es con este estado que Milei intentará reconfigurar la situación económico-financiera-institucional de la Argentina y ello tendrá consecuencias para el país.

Por supuesto que esta alianza no va a traer nada bueno al país y las conexiones que se están profundizando con este Israel apuntan a reformar y reforzar en especial, sectores estratégicos como son la seguridad y las FFAA con los cual los argentinos debieran preguntarse ¿Cuáles son las intenciones de estos preparativos? Si están en esos planes el adoctrinamiento y el asesoramiento en los ámbitos de la seguridad y la defensa ¿Cuántos de esos criminales de las FDI y de la inteligencia que tienen las manos teñidas de sangre palestina van a instruir a los efectivos argentinos?

No es algo nuevo que la clase política argentina tenga buenas migas con Tel Aviv. Su avidez por el dinero siempre estará antes que cualquier idea de compromiso con la justicia o incluso, con su propio país. Durante la presidencia de Mauricio Macri esta clase de acercamiento se estrechó mucho pero no tanto como se lo está viendo hoy. Pero en las actuales circunstancias y lo que el mundo esta siendo testigo no puede mirarse para otro lado. Buenos Aires y su gobierno acepta de forma arbitraria y sin contrastes ser cómplice de un estado que ya ha causado en lo que muchos dentro de EEUU denominan como el genocidio del siglo.[1]

En teoría la Argentina es un país soberano con lo cual, en cuanto a lo que está sucediendo en la Franja de Gaza el gobierno debería escuchar ambas campanas (israelí y palestina) salvo que como pareciera la actual administración, apruebe los abominables y variados crímenes contra la población palestina.

Para peor, del otro lado de lo que se llama oposición (llámense radicales, peronistas, izquierdistas etc) no hay nadie que tenga las manos suficientemente limpias y mucho menos el coraje político como para empardar semejante posición. Esa quietud tiene una evidente respuesta. En un país donde el nacionalismo (en el sentido de pertenencia a una nación común) no existe y el dinero es lo que manda y la corrupción es una norma surgida de la costumbre, no se puede esperar nada que no caiga dentro de la misma lógica.

Para coronar este romance del gobierno de Milei con el sionismo, la concurrencia al acto por la conmemoración del ataque contra la embajada de Israel el 18 de marzo de 1992 ahonda el compromiso del estado argentino por seguir el relato que esconde intereses geopolíticos y a su vez, tapa las verdaderas causas de ese ataque y a sus autores intelectuales.

Milei y su gobierno se están parando en un sitial que no solo desconoce sino que se sustenta por pura ideología y encima, no cualquiera.



[1] Vtforeignpolicy.com. The Genocide of the Century. https://www.vtforeignpolicy.com/2024/03/the-genocide-of-the-century/

lunes, 25 de marzo de 2024

 

THE BERLIN SYNDROME

What could be one of the solutions that Washington is scheming to avoid losing Ukraine without the need for NATO to directly confront Russia?

 

By Sidney Hey

When Soviet troops arrived in Berlin in April 1945, late in the Second Great War, they did so before the Western Allies, and it was a calamity for German civilians, especially girls and women. But the areas that later passed into American and British control did not glow with respect for the humanity of those same civilians. It was the beginning of a new nightmare that was hidden for decades and has been the mute shame of the “democracies”. The Germans had ceased to have rights and from that moment on would be under an occupying administration that would later split into two blocs.

This is what could very possibly happen to what is left of Ukraine. But why would that happen?

It seems that following Emanuel Macron's declarations to send troops to Ukraine, all NATO members and in particular the Western Europeans would prefer to send their men rather than continue to subsidise a war that has no prospect of success with money and equipment.

But we know that preferences do not count here and it is very likely that this is part of a strategy that had already been put on the table by the Pentagon and that (since before the Russian intervention) had been studied by the European military without much desire to be directly involved because of the consequences that this would bring to the EU.

This concurrence of Atlanticist troops would not be to fight alongside the Ukrainian Armed Forces but to occupy western Ukraine, serving as a guarantee and security in the rearguard while all the men who are available march to the front to die in a war that, as Biden said, will be fought "to the last Ukrainian".

This imaginary scenario is already taking shape with the arrival of European troops in southern Kiev.

What do you think will happen when there are no more Ukrainian men to fill these positions in the civil service, security and armed forces? Quite simply. They will be permanently occupied by these “friends” of the collective West who, over time, will make them their own. It is quite clear that their troops (American and British) will not be the ones who will remain -not as combat troops- on the ground as they have obedient vassals in the region for that. The Poles and Romanians are already rubbing their hands together at the thought of it.

Of course, many uninformed and naïve people in the West continue to believe that such a thing could not happen because the limits to one of these possibilities would be delimited by international law, to which they should ask themselves which international law? The world is witnessing how Washington turns a deaf ear to extremely serious situations in which human rights -enshrined in international humanitarian law- are being trampled upon in a brutal and brutal manner, while at the same time advocating a Manichean formulation of international law that is “rules-based”, which is nothing more than its own rules.

Ukrainians in the West may continue to look with sympathy to Western Europe and its values, but what will be the ultimate price of this aspiration? If that appreciation were reciprocated, Ukraine's problems could have been alleviated long before Russia intervened. The EU could have welcomed Kiev as part of the bloc as a political measure to curb Russian aggression but did not do so. Simply because war was and remains the number one objective of the US via NATO. To paraphrase Victoria Nuland, what they think or say in the EU “it doesn't give a shit”.

Ukrainian citizens are caught between the oppression of a philo-Nazi regime that distrusts everyone, Russian bombs and missiles, and now the possibility of coming under NATO “friendly occupation”. So the police stations may have Ukrainian police, but they are probably controlled by senior SBU pimping officers who are themselves henchmen of the CIA and MI6. With all the men of fighting age away at the front, these bases will most likely be occupied by Polish, Romanian and probably even Bulgarian troops with the inevitable presence of American, British and German officers.

Just as happened with the occupation of Germany and other disastrous situations in our contemporary history, the stay of these democrats will bring with it the flourishing of the detestable businesses that have arisen precisely from the presence of foreign troops, which are none other than prostitution, human trafficking and drugs.

 

 

 

domingo, 24 de marzo de 2024

 

ECHOES OF BARBARISM

What will be the consequences for those responsible for the attack on the theatre at Crocus City Hall shopping centre?

 

By Sidney Hey

It may be too early to speculate, but there are many elements informing who was behind the attack on the CROCUS CITY HALL shopping centre outside Moscow. To be sure, the Russian authorities are not yet certain about the planners of the attack but there is no doubt that their intelligence is very clear about where this came from.

This terrorist attack cannot be disconnected from what is happening in Ukraine, even if some are trying to deny it. It should not be overlooked that there is a hybrid war in progress and in it, terrorism is one more tactic in its development. The managers, who coincidentally have nothing to do with ordinary Ukrainian citizens, have already been dropping hints of their already blatant interference. Only a few days earlier, a large number of French, German and Polish troops arrived by train in Cherkassy, south of Kiev, and Moscow had been following this landing closely.

This not only confirms that NATO was definitely involved, but also confirms the desperation in the face of an expected outcome on the whole front.

But as far as the cowardly attack on civilians in Moscow is concerned, some media have been quick (and clumsy) to try to shift the blame elsewhere (citing threats to a mosque inside Russia). Perhaps the one who has taken most notice of this is Washington, which immediately came out and proclaimed that it “does not believe Ukraine was behind the attack”.

Without realising it, the US government stepped on its own tail and in the face of this unwitting demonstration that it knows more than it is saying, it is trying to stage an alleged condolence and commitment to counter-terrorism. But we all know who have been the instigators and promoters of this tactic of war over the last 24 years. Have you forgotten where “Al Qaeda”, “ISIS” (and its subsidiaries such as the “ISIS-Khorasan” afghan farce) and the dozen groups that attacked Libya and then Syria came from? The answer is simple: from the brains of US intelligence, especially the CIA. Of course, later, their colleagues in MI6 and Mossad made their own “know how” of this nefarious enterprise their own and for their own interests.

It is quite possible that the architects of this attack have sought to mimic the actions of these pseudo-Islamist hoaxes, seeking to make them a scapegoat to mask the real perpetrators, or perhaps they have used them to give Kiev a helping hand. We should be suspicious of the veracity of possible “ISIS” claims that might be aired in the media. The attack on the Moscow theatre in 2002 and Beslan in 2004 are still fresh in the memory of Russians. The questions to deduce this would be who would be interested in using these traumas linked to these pseudo-jihadists as scapegoats and their connections to these assets, who can provide these assets to the SBU, and who can provide these assets to the SBU?

Again, looking back over the last 25 years, you will see clearly what the answer is.

But going back to the particularities of the Moscow attack, there is something about it that also reminds me of a similar operation executed in 2008 in Mumbai, India. A group of armed men, carrying backpacks loaded with ammunition and explosives, landed in the city at night and, as they went along, shot civilians who crossed their path. Only one of the attackers was captured alive and was later tried and sentenced to death in 2012. What was the aim of this suicide attack? To further alienate India and Pakistan.

But who was behind such an instigation? An American citizen named David C. Headley, who had been recruited by the CIA to work in Pakistan, confessed to being the organiser.

In both the Mumbai and Moscow attacks, the perpetrators managed to shock and terrify the public, so that in view of these precedents (which Moscow is well aware of) they can already intuit who the real masterminds are. The question here is who has sufficient financial resources (many of them stolen from Russian banks) to rent out assets of all nationalities and ethnicities? 

Returning to Washington's swift defence that Ukraine had nothing to do with the attack, it raises many questions as to how much the White House, or Secretary of State Anthony Blinken or rather CIA chief Williams Burns, knows about what happened. The same questions also apply to MI6 chief Richard Moore and his boys in the cryptic building at Vauxhall Cross who are heavily involved in all the operations taking place in Ukraine and Russia, especially those involved in training mercenary groups such as those who during the Russian elections carried out another massacre in Belgorod and others who tried unsuccessfully to sneak in via Kursk and Bryansk.

It is also important not to lose sight of and keep in mind the caliber of Kiev's political officials, military and intelligence leaders. On several occasions they have made no secret of their satisfaction with the massacres and terrorist attacks committed against Russian-speaking civilians in Donbass, as well as those carried out on Russian territory in Belgorod and the previous ones in Moscow.

Likewise, and seeing that it is the Atlanticist intelligence agencies that dictate the movements of the Ukrainian SBU, the conclusion is that its chief is the main asset at the service of those agencies.

If we consider all these elements and arrange them on an imaginary blackboard we will see that the execution of the massacre in CROCUS CITY HALL has many similarities with the ways in which the assets that the CIA and its partners have at their disposal operate, so the crocodile tears of White House spokesman John Kirby may serve in Hollywood but not Russia.

viernes, 22 de marzo de 2024

 

REFRENDANDO LA NUEVA ERA

¿Qué significará para el occidente atlantista la reelección del presidente ruso Vladimir Putin y cuáles son las causas de este triunfo?

 

Por Javier B. Dal

Era de esperar que las elecciones en Rusia pasaran muy por el costado en los medios occidentales y en particular en los de países con administraciones díscolas y pendulares como en Argentina hoy muy alineada (por esas cosas de sus cambiantes ánimos) a las directivas del norte con un gobierno anglófilo en La Casa Rosada.

Tal como se acostumbra por estos lados, los medios capitalinos adeptos atemporales a la línea política de Washington no guardaron su desagrado para dar cuenta del aplastante triunfo del presidente Vladimir Putin quien para su disgusto, seguirá en el cargo hasta el 2030.

Es cierto que no son todos los medios argentinos los que se hallan apadrinados por la embajada de EEUU en Buenos Aires. Los principales medios como AMERICA, TN y CLARIN y sus respectivos empresarios fueron la caja amplificadora de la rabia del círculo anglófilo nacional, costumbristamente rusófobo y por supuesto, subalterno de su muy respetado gobierno estadounidense.

Pero el mayor desconsuelo es para Washington y Bruselas quienes tras intentar boicotear las elecciones apoyando las acciones terroristas ucranianas sobre las regiones fronterizas de Belogorod, Jersón, Zaporozhye y los frustrados intentos de infiltrarse en Kursk y Bryanst, no lograron sus propósitos.

No era para menos. Tener que informar que tras una gran concurrencia de la ciudadanía Putin fue reelegido por nada menos que casi el 88 % por ciento de su electorado (compuesto por unos 112 millones de personas) es algo que ni siquiera se ve en la representación política de los EEUU y de la Argentina, que dicho sea de paso, no pueden alardear de transparencia en todos los órdenes de la vida político-económica. 

El triunfo de Putin ha representado un duro golpe para los planes atlantistas y claro por supuesto, para sus liderazgos político-militares en Washington y Bruselas. El occidente anglosajón no puede tragar la demostración de civismo que ha dado la ciudadanía de la Federación de Rusia al refrendar la legitimidad de su presidente con tamaño caudal de votos. La campaña de infundios sobre “fraude” provenientes de los medios con comentarios maliciosos sobre el resultado de estos comicios se ha difuminado como el humo por el simple motivo de que carecen de fundamentos. Si el fastidio y el supuesto mal humor de la población rusa (difundidos por informes de la CIA) hubieran sido reales no habría habido el 77,44% de participación del electorado y que por el resultado de las votaciones muestra que lo ha reelegido una gran parte de esa concurrencia ¿Cómo es posible semejante resultado electoral para un malvado y tétrico mandatario que pretende apoderarse del mundo?

Claramente esta pregunta tiene una respuesta, pero no la que le agradaría escuchar al Establecimiento angloestadounidense y a sus súbditos argentinos. Va de suyo que dicha pregunta tiene un componente de sarcasmo basado en las maliciosas exageraciones de la propaganda que los medios atlantistas venden a diario.

Pero en cuanto a lo que cuestiona, ella se responde por el simple hecho de que un presidente que desde marzo del 2000 (tras ser elegido por el 53% del electorado)  ha levantado de forma progresiva a Rusia tras la calamitosa gestión del títere Boris Yeltsin, desarmando el sistema corrupto en cabeza de oligarcas conectados con los banqueros de Wall Street saneando con ello la economía, que le devolvió el orgullo a sus Fuerzas Armadas (que estadounidenses y británicos querían ver disueltas) y que ya más cerca en el tiempo, tras el golpe de estado en Kiev de 2014 que terminó con la necesidad de intervenir en 2022 defendido la vida de los habitantes ruso parlantes de la “Novorossiya” y la integridad de la propia Federación de la inocultable intensión expansionista de la OTAN a costa de llevar sobre sí, una pesadísima carga política, no podía tener otra compensación que el reconocimiento de su pueblo.

Vladimir Putin lo sabe y quienes lo rodean están convencidos de ese reconocimiento a su honestidad, su carácter y sacrificio. Los mismos norteamericanos saben muy bien incluso, que las políticas sociales y económicas de los últimos diez años han beneficiado a los trabajadores y en especial a los jóvenes que buscan establecerse y formar una familia.

Por el contrario, esos valores han desaparecido en el occidente anglosajón e incluso más, lo que más se promueve desde sus capitales para el resto de los países del hemisferio es la desintegración de la familia y la caída de la natalidad todo ello disfrazado bajo la apariencia de un liberalismo naif (que en realidad disfraza un liberalismo económico-financiero de pocos) matizado con ideologías de género y transgénero LGTBQJKSN.

En este último sentido, esta ingeniería social con finalidad geopolítica está siendo usada de forma deliberada e insidiosa como agente pervertidor y disgregador de las costumbres y modos de vida de las sociedades en Oriente algo a lo cual, Putin se ha opuesto de forma frontal y pública.

Ha sido Vladimir Putin el arquitecto de esta nueva Rusia y el Departamento de Estado norteamericano sabe muy bien que ello le ha valido la popularidad de la cual hoy goza.

Incluso más. Su popularidad trasciende a Rusia y aunque los medios de occidente no lo muestren, saben que Vladimir Putin es una personalidad conocida y admirada tanto en África, Asia como en Latino américa. Él lo sabe y también está al tanto de la esperable mala fe del occidente anglosajón y de la ignorancia que muestran algunos gobiernos del hemisferio que aún le siguen brindando pleitesía a Washington (como el argentino).

Este triunfo también tiene una importante influencia en los acontecimientos que se viven en Ucrania. Mientras el régimen de Kiev y el mismo Volodymyr Zelensky hace rechinar sus dientes por esta victoria electoral, la crisis que sufren sus tropas en el campo de batalla, se verán mucho más expuestas ante un crecimiento de la moral de las fuerzas rusas que a pesar de la persistencia de algunos problemas en la logística de algunos frentes, están determinadas a concretar la misión que se les ha encomendado.

Es por eso que revive con más fuerza la esperanza de una nueva geopolítica en la que el sur global tendrá el lugar y la voz para terminar con las iniquidades y las arbitrariedades de las cuales todos somos testigos.

 

 

 

miércoles, 20 de marzo de 2024

 

 

DERNIER TOUR

¿Qué espera el presidente francés Emanuel Macron con sus amenazas de desplegar tropas en Ucrania?

 

Por Charles H. Slim

Casí 212 años atrás lo que quedaba de la “Grande Armé” guiada por el genio de la estrategia militar francesa Napoleón Bonaparte, cruzaba a duras penas y en medio de un frío insoportable el río Berézina en momentos que se retiraba de su fracasada invasión a Rusia. Fue el comienzo del fin para Napoleón y de su regencia en Francia.

La semana pasada en el marco de graves reveces a las fuerzas ucranianas, el presidente Emanuel Macron lanzó graves amenazas contra Rusia aseverando que enviaría tropas a Ucrania para luchar. Pero ¿Tienen sustancia semejantes anuncios? Sacando la desesperación política (propia y de la OTAN) que este anuncio representa, Macron demuestra que (además de ser un bocón) no aprendió nada de la historia y en especial la que se vincula a su país con Rusia.

Por supuesto que los tiempos han cambiado y Macron no es asimilable a Napoleón ni mucho menos. La genialidad y la personalidad del Gran corso precisamente han pasado a la historia por su incomparable vida y logros militares producto de su inteligencia y determinación. Macron al contrario solo es otro mediocre y sumiso administrador de las decisiones atlantistas y nada más. Sus posturas políticas y los desmanejos que ellas le han traído a Francia por seguirle el ritmo a Washington y Londres, han puesto al pueblo francés en una crisis económico-social y financiera que está tratando de salvar con sus bravuconadas.

El “Renaissance” (renacimiento) que dice representar no es más que el Renaissance de un rancio Chauvinismo que se descascara con cada día que pasa en el gobierno. Y esa vetusta ideología racista con cual Francia impulso sus colonias, la podemos ver con el revuelo que ha desatado la presentación de la exuberante cantante franco-mali Aya Nakamura que al parecer por su color, tanto molesta a los sectores de la ultraderecha y conservadores franceses (y digámoslo de paso) tan cercanos al sionismo y en particular al sector de los “revisionistas” que adhiere el actual primer ministro Benjamín Netanyahu y su gabinete de extremistas.

Precisamente en esa línea y más allá de su actuada indignación ante los medios, Macron ha sido otro de los cómplices de Israel en las masacres y la hambruna sobre la población palestina ya que más allá de lo que diga ante las cámaras, el establecimiento de París seguirá tratando a puertas cerradas con Tel Aviv.

Como se puede ver Macron y el Establecimiento francés tampoco pueden hablar de democracia y todo ese blablablá con el que adornan sus administraciones. El papel de su país como otro peón en las intervenciones de la OTAN -bajo la dirección del Departamento de Estado norteamericano) en el norte de África en 2010, su injerencia en Siria en 2011, el fiasco de “Charlie Hebdo” montado por el DGSE (en momentos que ISIS impostaba su papel disruptivo) y las últimas incumbencias colonialistas en el África lo ponen allá bien abajo en el escalón de la credibilidad.

Como ha sucedido con los británicos, los alemanes y obviamente los estadounidenses, se han detectado muchos mercenarios franceses peleando para Kiev con lo cual hace ya tiempo que todos ellos han cruzado la línea roja contra la seguridad de los pobladores rusos de la Novorossiya y de la misma la Federación de Rusia.

Tal como les cabe a sus socios británicos, alemanes y estadounidenses, la asistencia con equipamiento ofensivo como los cañones “Cesar”, misiles, armas ligeras y grupos de mercenarios de nacionalidad francesa, hace tiempo que le han declarado la guerra a Rusia. No hacía falta que Macron amenazara con despliegues de tropas por parte de la OTAN; como ya vemos con todas las pruebas que han salido a la luz, hace tiempo que están allí e incluso se han atrevido a usar el terrorismo dentro del territorio ruso.

El último escándalo de las escuchas de la Lutwaffe en donde militares alemanes y contactos norteamericanos comentaban como usar los misiles “Taurus” contra objetivos rusos no deja lugar a dudas de quienes instigan y empujan la continuidad de la guerra. 

Pese a lo políticamente escandaloso que esto pueda suponer, ello ha servido para que los ciudadanos europeos de a pie se den cuenta de quienes son en realidad los responsables de que la guerra les asome por el horizonte y del descalabro económico-financiero y sus consecuencias sociales que dichas incumbencias -en especial en lo energético y la crisis migratoria- les ha traído a su estilo de vida. Los franceses son parte de está realidad y Macron no puede disimular su responsabilidad en esto. Entonces ¿De quoi peux-tu parler ?

Aunque la presencia y asistencia occidental venía siendo denunciada desde 2014 y por medio de la cual se asesinaron a miles de civiles ucranianos del este, todos los organismos internacionales entre ellos Naciones Unidas miraban para otro lado. Incluso tras la revelada estratagema de la UE tejida por la entonces subsecretaria de estado Victoria Nuland en complicidad con la entonces canciller alemana Angela Merkel y el premier francés Francois Hollande mediante los acuerdos de Minsk que buscaba ganar tiempo para armar a Kiev, demostró a Moscú la mala fe de sus socios en Bruselas y la necesidad de atender a los movimientos atlantistas en Ucrania.

Y fue así como la inteligencia rusa logro hacerse con información crucial la cual revelaba una ofensiva prevista en la primavera del 2022 que hubiera significado una carnicería sobre la población del Donbass. Esto obligó al Kremlin y en particular al presidente Putin a tomar una decisión compleja pero necesaria que detuviera la embestida que el régimen de Kiev (con el apoyo estratégico de la OTAN) tenía preparada para marzo del 2022 contra el Donbass.

Esta situación en la cual por supuesto estuvieron implicados la presidenta de la Comisión Europea Ursula Von Leyen y el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad Josep Borrell, habría quedado sepultada en el desconocimiento por la tendenciosa y parcializada cobertura de los medios atlantistas que (como de costumbre) habrían acomodado los hechos a gusto y conveniencia de Washington.

Macron conoce muy bien todo este entuerto y pese a haber sido usado por Washington para involucrarse en Ucrania y traicionado por Londres (tras el asunto AUKUS), sigue aceptando a pie juntillas el juego por ellos planteado demostrando a su vez, no tener el valor político para apartarse de los tentáculos de la OTAN. Por lo tanto, Charles De Gaulle y los verdaderos republicanos que han pasado a la historia luchando para que Francia no sea el juguete del imperialismo, pueden descansar tranquilos sin miedo a que Macron les supere.

Los franceses pueden tener por seguro de que por genialidad y temple no van encontrar en Macron un nuevo Napoleón, pero si es muy posible que pueda llevar a Francia a un nuevo Waterloo.