GEOPOLITICA RELIGIOSA
¿Hay un plan en el gobierno de Milei para profundizar los lazos
geopolíticos con el estado de Israel?, ¿Es su conversión al judaísmo suficiente
argumento para una medida gubernamental?
Por Charles H. Slim
El anuncio de una invitación del régimen de Tel Aviv al presidente
argentino Milei y su hermana Karina Milei para mediados del mes de abril para otorgarle
un “premio” por su lealtad al estado sionista es una señal muy clara de a dónde
y para qué su gobierno está conduciendo el país.
Nunca como
por estos días se ha comprobado quiénes son los que controlaran la geopolítica
de la Argentina y sus potenciales consecuencias.
El
aspirante a judío que supo vomitar toda clase de insultos contra el Papa
Francisco, haber demostrado ser un obsecuente partidario de las políticas
atlantistas (y por ende rusofobo) y con una total y notoria sumisión a los
intereses geopolíticos del estado de Israel no ha tenido empacho en mostrarse
abiertamente a favor de las bestialidades (con ya más de 30.000 civiles
palestinos asesinados) que el régimen supremacista de Benjamín Netanyahu e
Itamar Gvir viene llevando a cabo contra la población palestina de la Franja de
Gaza.
En una
síntesis Milei está alineando a la Argentina con las políticas de un estado
racista que está llevando a cabo un genocidio con la clara determinación de
exterminar a la población semita palestina y apropiarse de toda la Franja de
Gaza y con ello, de toda la Palestina histórica.
No es una
casualidad que Milei tenga el apoyo de la poderosa secta ortodoxa judía neoyorkina
del rabino Axel Wahnish cuyo poder no se asienta precisamente en lo espiritual
sino más bien, en lo económico-financiero. La piedad, la misericordia y la
buena fe es lo que poco importa a esta corriente, mucho menos practicarla con
los gentiles es decir con los “Goyin”. Esa es la línea religiosa a la cual el
presidente argentino adhiere, sectaria y políticamente afín a los planes sionistas
que están conduciendo una de las tragedias humanas más descarnadas y deleznables
de lo que va del siglo.
No hay
moralidad alguna en asesinar mujeres, niños y ancianos. Tampoco en inventar
situaciones (mediante mentiras y falsedades) para tratar de justificar esas
atrocidades como las que han sido pillados los efectivos de las FDI. No solo
bombardean edificios habitados y campamentos de refugiados desde aviones y con
sus tanques. Han sido puestos en evidencia como equipos de zapadores
enmascarados y vestidos de negro dinamitan casas, edificios y mezquitas que en
algunos casos había personas dentro de ellas.
Milei y su gobierno admiran este régimen que abochorna al judaísmo y que solo representa a un sector recalcitrante de racistas que tienen ciudadanía israelí. Recordemos que hay alrededor del mundo muchas comunidades judías que no aceptan el actual estado de Israel y mucho menos los crímenes que comete en nombre de su identidad. Es con este estado que Milei intentará reconfigurar la situación económico-financiera-institucional de la Argentina y ello tendrá consecuencias para el país.
Por
supuesto que esta alianza no va a traer nada bueno al país y las conexiones que
se están profundizando con este Israel apuntan a reformar y reforzar en
especial, sectores estratégicos como son la seguridad y las FFAA con los cual
los argentinos debieran preguntarse ¿Cuáles son las intenciones de estos
preparativos? Si están en esos planes el adoctrinamiento y el asesoramiento en
los ámbitos de la seguridad y la defensa ¿Cuántos de esos criminales de las FDI
y de la inteligencia que tienen las manos teñidas de sangre palestina van a
instruir a los efectivos argentinos?
No es algo
nuevo que la clase política argentina tenga buenas migas con Tel Aviv. Su
avidez por el dinero siempre estará antes que cualquier idea de compromiso con
la justicia o incluso, con su propio país. Durante la presidencia de Mauricio
Macri esta clase de acercamiento se estrechó mucho pero no tanto como se lo
está viendo hoy. Pero en las actuales circunstancias y lo que el mundo esta
siendo testigo no puede mirarse para otro lado. Buenos Aires y su gobierno
acepta de forma arbitraria y sin contrastes ser cómplice de un estado que ya ha
causado en lo que muchos dentro de EEUU denominan como el genocidio del siglo.[1]
En teoría
la Argentina es un país soberano con lo cual, en cuanto a lo que está
sucediendo en la Franja de Gaza el gobierno debería escuchar ambas campanas
(israelí y palestina) salvo que como pareciera la actual administración,
apruebe los abominables y variados crímenes contra la población palestina.
Para peor,
del otro lado de lo que se llama oposición (llámense radicales, peronistas,
izquierdistas etc) no hay nadie que tenga las manos suficientemente limpias y
mucho menos el coraje político como para empardar semejante posición. Esa
quietud tiene una evidente respuesta. En un país donde el nacionalismo (en el
sentido de pertenencia a una nación común) no existe y el dinero es lo que
manda y la corrupción es una norma surgida de la costumbre, no se puede esperar
nada que no caiga dentro de la misma lógica.
Para
coronar este romance del gobierno de Milei con el sionismo, la concurrencia al
acto por la conmemoración del ataque contra la embajada de Israel el 18 de
marzo de 1992 ahonda el compromiso del estado argentino por seguir el relato
que esconde intereses geopolíticos y a su vez, tapa las verdaderas causas de
ese ataque y a sus autores intelectuales.
Milei y su
gobierno se están parando en un sitial que no solo desconoce sino que se
sustenta por pura ideología y encima, no cualquiera.
[1] Vtforeignpolicy.com. The
Genocide of the Century. https://www.vtforeignpolicy.com/2024/03/the-genocide-of-the-century/