DE LA GESTA DE 1982 A HOY ¿INVOLUCIÓN?
¿Por qué la Argentina está cada vez más lejos de sus reivindicaciones
sobre las islas del atlántico sur?
Por
Charles H. Slim
Ya han pasado 42 años de aquella gesta lanzada
por la Argentina en pos de recuperar un archipiélago de islas en el Atlántico
sur que habían sido usurpadas por el imperio británico allá por 1833 y que por
el transcurso del tiempo estaban por quedar jurídicamente legitimadas al poder
de Gran Bretaña.
Sacando las chicanas y la politiquería que ha tratado de menospreciar
esta empresa nacional, la acción argentina corto ese plazo y arruinó las
expectativas de que Londres se volviera por así decirlo, el legítimo
propietario de las islas Malvinas, Sandwiches y Georgias del sur y todas las
aguas que las circundan. Con solo eso, se puede decir que los argentinos no
vertieron en vano la sangre de sus hombres ni fue como varios impresentables de
la vida política y mediática denominan, una guerra inútil.
Pero aquella gesta, apenas llegó el gobierno radical de Raúl Alfonsín
en 1983 fue prontamente defenestrada e insidiosamente vituperada por una clase
política gris y mediocre que desapareció en los días que los soldados
argentinos combatían en las islas.
Como bien digo, fue una gesta, palabra que significa “conjunto de
hechos memorables” que por tales, pasaron a estar en la memoria colectiva para
todos los tiempos. Tal vez fue eso lo que desató la ira de estos pequeños y
mezquinos actores de la política argentina que (por sus miserables intereses
partidarios) estaban más dispuestos a colaborar con los enemigos británicos que
honrar a sus propios héroes.
Argentina, una vez más como en aquellas incursiones inglesas de 1806 y
1807 en la joven Buenos Aires bajo la tutela del Reino de España, hizo frente
como pocos en la historia contemporánea al imperio británico con la adición de
que en la guerra de 1982, recibió -además de la confesada cobertura en
inteligencia- el apoyo de la OTAN ¿Les suenan esas siglas?
Desde el cese al fuego en junio de 1982 la Argentina a contrario de lo
que predican los democratologos de la vida, el país se fue hundiendo cada vez
más en la desazón, la degradación y la incertidumbre para llegar a un presente
que nadie quiere pero que todos tejieron con sus votos. La selectiva y tramposa
memoria de los argentinos vuelve al ataque impidiendo aceptar las
responsabilidades que a cada uno les cabe.
Todas aquellas jornadas de incansables y heladas batallas de hombres
(no niños) enfervorizados en defender los irrenunciables derechos e intereses
del país, fueron arrojados al abismo del desprecio y el simplonismo de falsos
pacifistas (que hoy se llaman progresistas) que no hicieron otra cosa que
cooperar con la estrategia psicológica británica de pisar la moral de los
argentinos y quitarles el espíritu de trabajar para levantarse en un próximo
mañana.
Así batallas épicas como las de “Monte Two Sisters”, “Longdon”, “Tumbledown”, “Top Malo House”, “Goose Green” y el arrojo de los pilotos de la Fuerza aérea en la Bahía de “San Carlos” y sus camaradas de la aeronaval en sus antiguos aviones “A-4Q” atacando a la sofisticada flota enemiga ¿A dónde estaban todos aquellos politiquillos de mesa de café en esos momentos? Radicales, peronistas y todo resto de yerbas de la misma calaña seguían planificando como aprovechar la situación para sus miserables posiciones cuando todo terminara.
Y cuando todo termino, el saco les quedó muy grande para sus pequeñas
existencias y tal como suelen hacer, se escondieron detrás de los
acontecimientos.
En vez de haber tomado la posta para continuar una política de
sostenimiento de la reivindicación territorial, aquel gobierno obtuso y
ciertamente traidor de la UCR liderado por Raúl Alfonsín que fue continuado por
un verdadero gobierno cipayo y prostibulario como fue el pro-estadounidense de
Carlos Menem y Cía, llegando al populismo falsamente nacional del Kirchnerismo,
el anglófilo gobierno de Mauricio Macri hasta llegar al presente de reeditada
tendencia, se fue debilitando la base del poder real de un estado para poder
hacer frente a un enemigo con el cual hay más que una simple hipotesis de
conflicto, hay un conflicto inconcluso y del cual los desinformadores de los
medios capitalinos siempre han tratado de tapar.
La realidad actual pilla a la Argentina en este 42º aniversario
ciertamente en su peor momento, no solo por la fenomenal crisis
económico-financiera y social devenida de todo este linaje de ratas escudados
tras sus trajes de representantes han saqueado al país, sino por hallarse en un
mundo altamente complejo (en medio de una tercera gran guerra en progreso) en
el cual la clase política jamás se interesó en prever y planificar para atender
a los problemas que hoy hunden al país ¿Y por qué? Porque en sus estrechas
mentes jamás aceptaron que una realidad como la que actualmente viven podría
llegar.
Esta clase política corrupta no solo se robo las arcas del estado,
permitió que intereses foráneos puedan saquear sus riquezas naturales.
Precisamente, parte y muy sustancial consecuencia de esta inercia
política es, la pérdida de cientos de millones de dólares al año en productos
del mar y en potencialidades en la exploración mineral sobre la plataforma
marítima controlada por la Real Armada británica. Pero ese no el único motivo.
Desde 1983 la depredación en todo el litoral marítimo se fue ampliando por el
desguace de la fuerza naval, tanto de Prefectura como de la Armada llevándolas
(como al resto de las FFAA) a ser una mera cáscara vacía sin objetivos ni
propósito y por ello, incapacitadas de hacer valer la ley nacional sobre las
flotas pesqueras foráneas.
Hoy, los mismos que arengaron y apoyaron esta situación, claman de la
pérdida económica que significa al país que buques chinos y de otra docena de
naciones, saqueen impunemente los mares argentinos ¿Cuál ha sido gatillo de
estas tardías preocupaciones? El dinero y solo el dinero en momentos que sus
propios culos penden de un hilo por las políticas de “motosierra” del actual
gobierno anglófilo-sionista de Milei. Y aunque ahora se llenen la boca hablando
de soberanía, constitucionalismo y hasta de una supuesta preocupación por los daños
que se producen en los ecosistemas de esas zonas, la gente pensante conoce su
falsedad.
Y a la altura de las actuales circunstancias y con un gobierno encabezado
por un títere de los poderes económicos angloestadounidenses y secundado por
funcionarios obsecuentes y funcionales a Washington ¿Cómo ven los argentinos
esta nueva conmemoración por la gesta de Malvinas? Si lo vemos desde el pueblo sin dudas perdura
el sentimiento, pero con eso no basta. Si lo hacemos desde sus instituciones
políticas está muy claro que no les interesa ya que (como ya han demostrado
antes) por un puñado de dólares, pueden sentarse a la mesa con el mismo diablo y
vender el alma de los suyos sin que se les conmueva la cara.
Por último y desde el punto de vista de la situación militar de la
Argentina, el abandono y la desinversión de cuatro décadas a la que fue
sometida el área sigue garantizándole a Londres que retendrá la ocupación de
dichas islas e incluso, dejando de lado cualquier preocupación de alguna nueva
operación militar argentina. Por el contrario, para Londres son más
preocupantes las aspiraciones autonomistas de los “Kelpers” que una posible
amenaza del continente con vetustos aviones F-16 dinamarqueses que además de
obsoletos, son de fabricación estadounidense…es decir, aliados de Gran Bretaña.