lunes, 1 de abril de 2024

 

DE LA GESTA DE 1982 A HOY ¿INVOLUCIÓN?

¿Por qué la Argentina está cada vez más lejos de sus reivindicaciones sobre las islas del atlántico sur?


Por Charles H. Slim

Ya han pasado 42 años de aquella gesta lanzada por la Argentina en pos de recuperar un archipiélago de islas en el Atlántico sur que habían sido usurpadas por el imperio británico allá por 1833 y que por el transcurso del tiempo estaban por quedar jurídicamente legitimadas al poder de Gran Bretaña.

Sacando las chicanas y la politiquería que ha tratado de menospreciar esta empresa nacional, la acción argentina corto ese plazo y arruinó las expectativas de que Londres se volviera por así decirlo, el legítimo propietario de las islas Malvinas, Sandwiches y Georgias del sur y todas las aguas que las circundan. Con solo eso, se puede decir que los argentinos no vertieron en vano la sangre de sus hombres ni fue como varios impresentables de la vida política y mediática denominan, una guerra inútil.

Pero aquella gesta, apenas llegó el gobierno radical de Raúl Alfonsín en 1983 fue prontamente defenestrada e insidiosamente vituperada por una clase política gris y mediocre que desapareció en los días que los soldados argentinos combatían en las islas.

Como bien digo, fue una gesta, palabra que significa “conjunto de hechos memorables” que por tales, pasaron a estar en la memoria colectiva para todos los tiempos. Tal vez fue eso lo que desató la ira de estos pequeños y mezquinos actores de la política argentina que (por sus miserables intereses partidarios) estaban más dispuestos a colaborar con los enemigos británicos que honrar a sus propios héroes.

Argentina, una vez más como en aquellas incursiones inglesas de 1806 y 1807 en la joven Buenos Aires bajo la tutela del Reino de España, hizo frente como pocos en la historia contemporánea al imperio británico con la adición de que en la guerra de 1982, recibió -además de la confesada cobertura en inteligencia- el apoyo de la OTAN ¿Les suenan esas siglas?

Desde el cese al fuego en junio de 1982 la Argentina a contrario de lo que predican los democratologos de la vida, el país se fue hundiendo cada vez más en la desazón, la degradación y la incertidumbre para llegar a un presente que nadie quiere pero que todos tejieron con sus votos. La selectiva y tramposa memoria de los argentinos vuelve al ataque impidiendo aceptar las responsabilidades que a cada uno les cabe.

Todas aquellas jornadas de incansables y heladas batallas de hombres (no niños) enfervorizados en defender los irrenunciables derechos e intereses del país, fueron arrojados al abismo del desprecio y el simplonismo de falsos pacifistas (que hoy se llaman progresistas) que no hicieron otra cosa que cooperar con la estrategia psicológica británica de pisar la moral de los argentinos y quitarles el espíritu de trabajar para levantarse en un próximo mañana.

Así batallas épicas como las de “Monte Two Sisters”, “Longdon”, “Tumbledown”, “Top Malo House”, “Goose Green” y el arrojo de los pilotos de la Fuerza aérea en la Bahía de “San Carlos” y sus camaradas de la aeronaval en sus antiguos aviones “A-4Q” atacando a la sofisticada flota enemiga ¿A dónde estaban todos aquellos politiquillos de mesa de café en esos momentos? Radicales, peronistas y todo resto de yerbas de la misma calaña seguían planificando como aprovechar la situación para sus miserables posiciones cuando todo terminara.

Y cuando todo termino, el saco les quedó muy grande para sus pequeñas existencias y tal como suelen hacer, se escondieron detrás de los acontecimientos.  

En vez de haber tomado la posta para continuar una política de sostenimiento de la reivindicación territorial, aquel gobierno obtuso y ciertamente traidor de la UCR liderado por Raúl Alfonsín que fue continuado por un verdadero gobierno cipayo y prostibulario como fue el pro-estadounidense de Carlos Menem y Cía, llegando al populismo falsamente nacional del Kirchnerismo, el anglófilo gobierno de Mauricio Macri hasta llegar al presente de reeditada tendencia, se fue debilitando la base del poder real de un estado para poder hacer frente a un enemigo con el cual hay más que una simple hipotesis de conflicto, hay un conflicto inconcluso y del cual los desinformadores de los medios capitalinos siempre han tratado de tapar.

La realidad actual pilla a la Argentina en este 42º aniversario ciertamente en su peor momento, no solo por la fenomenal crisis económico-financiera y social devenida de todo este linaje de ratas escudados tras sus trajes de representantes han saqueado al país, sino por hallarse en un mundo altamente complejo (en medio de una tercera gran guerra en progreso) en el cual la clase política jamás se interesó en prever y planificar para atender a los problemas que hoy hunden al país ¿Y por qué? Porque en sus estrechas mentes jamás aceptaron que una realidad como la que actualmente viven podría llegar.

Esta clase política corrupta no solo se robo las arcas del estado, permitió que intereses foráneos puedan saquear sus riquezas naturales.

Precisamente, parte y muy sustancial consecuencia de esta inercia política es, la pérdida de cientos de millones de dólares al año en productos del mar y en potencialidades en la exploración mineral sobre la plataforma marítima controlada por la Real Armada británica. Pero ese no el único motivo. Desde 1983 la depredación en todo el litoral marítimo se fue ampliando por el desguace de la fuerza naval, tanto de Prefectura como de la Armada llevándolas (como al resto de las FFAA) a ser una mera cáscara vacía sin objetivos ni propósito y por ello, incapacitadas de hacer valer la ley nacional sobre las flotas pesqueras foráneas.

Hoy, los mismos que arengaron y apoyaron esta situación, claman de la pérdida económica que significa al país que buques chinos y de otra docena de naciones, saqueen impunemente los mares argentinos ¿Cuál ha sido gatillo de estas tardías preocupaciones? El dinero y solo el dinero en momentos que sus propios culos penden de un hilo por las políticas de “motosierra” del actual gobierno anglófilo-sionista de Milei. Y aunque ahora se llenen la boca hablando de soberanía, constitucionalismo y hasta de una supuesta preocupación por los daños que se producen en los ecosistemas de esas zonas, la gente pensante conoce su falsedad.

Y a la altura de las actuales circunstancias y con un gobierno encabezado por un títere de los poderes económicos angloestadounidenses y secundado por funcionarios obsecuentes y funcionales a Washington ¿Cómo ven los argentinos esta nueva conmemoración por la gesta de Malvinas?  Si lo vemos desde el pueblo sin dudas perdura el sentimiento, pero con eso no basta. Si lo hacemos desde sus instituciones políticas está muy claro que no les interesa ya que (como ya han demostrado antes) por un puñado de dólares, pueden sentarse a la mesa con el mismo diablo y vender el alma de los suyos sin que se les conmueva la cara.

Por último y desde el punto de vista de la situación militar de la Argentina, el abandono y la desinversión de cuatro décadas a la que fue sometida el área sigue garantizándole a Londres que retendrá la ocupación de dichas islas e incluso, dejando de lado cualquier preocupación de alguna nueva operación militar argentina. Por el contrario, para Londres son más preocupantes las aspiraciones autonomistas de los “Kelpers” que una posible amenaza del continente con vetustos aviones F-16 dinamarqueses que además de obsoletos, son de fabricación estadounidense…es decir, aliados de Gran Bretaña.

 

 

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