TRES CUARTO DE HORA PARA EL ARMAGEDON
A poco de cumplir el año del inicio de la genocida intervención israelí
sobre la franja de Gaza y el inicio de la guerra entre la resistencia
árabe-islámica y las FDI con apoyo occidental ¿Hay peligro de una escalada
regional?
Por
Dany Smith
Mientras en Tel Aviv las manifestaciones contra Netanyahu se vuelven cada día más virulentas, mucho más tras la muerte de seis rehenes ante una fallida incursión de las FDI que intentó rescatarlos, el norte se ha vuelto un páramo de desolación, sin actividad civil y por ende sin vida, por el simple hecho de que ya quedan muy pocos colonos israelíes que se animan a permanecer ante la presión que ejerce la resistencia islámica de Hesbolá. El asentamiento de Kiryat Shmona es un ejemplo de ello.
Entre tanto
se llevan a cabo estos escarceos entre israelíes y la resistencia
árabe-islámica, en Washington (con la participación israelí) y Teherán y muy
silenciosamente y cada uno por su lado, están considerando cómo aprovechar la
situación obviamente de acuerdo a la conveniencia de cada uno. Es en esta
instancia que el conflicto podría salirse de control.
Desde que
Hesbolá les borró las risas burlonas a los colonos sionistas ultraderechistas
que se mofaban de los Katiuska que eran interceptados por la “Cúpula de
Hierro”, cuando vieron que ese sistema ya era ineficaz contra nuevos
proyectiles y los drones, presurosos y muchos de ellos chillando y sollozando abandonaron
la mayoría de los asentamientos en el borde fronterizo con el Líbano. Desde
entonces la migración de israelíes no ha parado y muchos directamente se están
escapando por el aeropuerto Ben Gurión a otras latitudes ¿Qué puede significar
esto para el estado de Israel?
Esta
pregunta tiene varias respuestas, pero solo veamos dos. Una sería la fragilidad
a su subsistencia como estado y otra, a la subsistencia personal de sus
jerarcas.
Para
Netanyahu y sus socios de la ultraderecha religiosa es una calamidad de la cual
no quieren hacerse cargo y por eso que mantener el estado de guerra, es lo
único que los salvaría de una investigación imparcial y la merecida cárcel. En
este sentido, Netanyahu y compañía son responsables por dos de lo que sucede ya
que, lo son ante su propia gente (los judíos israelíes) y al mismo tiempo con
los árabes-palestinos por los crímenes de lesa humanidad y de guerra que se han
cometido y se siguen cometiendo (como los cometidos el 3 de septiembre en el
barrio Zaitun y Al Tannur de Gaza contra la población de la Franja).
Todas las
tratativas para un alto al fuego fueron frustradas por el mismo Netanyahu quien
con la complicidad de la administración estadounidense, ante varios intentos de
engañar a la contra parte palestina, terminaron en una calamidad para los
propios rehenes israelíes ¿Qué pretendían Netanyau y Biden con sus
estratagemas? Conservar el poder y nada más. En especial Netanyahu quien ya acumula
un rosario de contradicciones e incoherencias desde antes del 7 de octubre 2023.
Si bien la mayoría de los judíos-israelies, aturdidos por la sorpresiva
operación de la resistencia palestina, aprobaron las operaciones sobre la
franja y también las masacres contra la población palestina (incluida la de
Cizjordania) hoy redirigen su odio y frustración hacia su propio gobierno por
el simple hecho de que se han dado cuenta que les ha mentido en todo.
Y mientras
la situación interna está volviéndose cada día más inestable y peligrosa para
las ambiciones de Netanyahu, en los bordes los sonidos de guerra se escuchan
cada vez más nítidos.
Nos estamos
acercando al año de inicio de esta situación y mientras Israel ha pulverizado
la infraestructura edilicia de la Franja de Gaza masacrando a miles de civiles
miles de ellos niños y bebes inocentes y matando de hambre a los que sobreviven
en campamentos rudimentarios, la resistencia árabe-islámica en una demostración
de apoyo para con esa situación de sus hermanos palestinos, vienen sosteniendo
un frente de batalla que cada día se vuelve mucho más duro y peligroso
amenazando con extenderse a toda la región.
Esto ha llevado
a que Israel bombardee con aviones y obuses las aldeas fronterizas e incluso
como ya hemos visto objetivos en Beirut. Pese a este lenguaje que busca
amedrentar a los libaneses, la resistencia chiita y también de la rama
cristiana que vive en el sur del Líbano desde el primer día de brutalidades
sionistas en Gaza, no han bajado los brazos para hacerle frente a Tel Aviv.
Las
acciones de la resistencia árabe-islámica han empujado a los soldados israelíes
y a sus colonos armados a guardarse de no salir libremente a la intemperie ni
siquiera de noche e incluso, a movilizar sus vehículos de cualquier clase por
miedo a ser aniquilados por los misiles anticarro o los drones de los que
dispone Hesbolá. Un ejemplo de esto se vió el domingo 1º de septiembre cuando
un ataque de Hesbolá contra el puesto de vigilancia en el asentamiento de Kfar
Yuval que dejo muertos y heridos sin que Tel Aviv se diera por aludido. Lo
mismo tras el ataque con Drones sobre el cuartel general de la Brigada 300º al
sur del cuartel en Ya´ara. Lo único que los israelíes han podido hacer es
lanzar ataques aéreos limitados desde una altura considerable o con misiles
tierra-tierra contra las aldeas del sur del Líbano como forma de desquitarse ya
que saben que si vuelan bajo o se acercan con sus helicópteros corren riesgo de
derribo.
Mientras
Hesbolá pone a raya a los israelíes, especialmente en tierra destruyendo su costosa
infraestructura de inteligencia electrónica (e incluso eliminando al jefe de la
Unidad 8200) en Al Assi, Al Manara, Al Raheb entre otros, los yemeníes vienen
llevando a cabo una formidable demostración de coraje y compromiso mediante imaginativas
tácticas navales contra nada menos que la Armada de los EEUU y sus socios de la
OTAN que tratan de abrirle paso a los convoyes comerciales que se dirigen a
puertos israelíes.
Como era de
esperar, los norteamericanos y sus aliados británicos han respondido
bombardeando Yemen pero sin lograr que la resistencia de Ansar Allah y los combatientes
de otros grupos de la resistencia árabe-islámica desistan de sus operaciones.
Similar a
sus aliados israelíes, los norteamericanos han tomado medidas de extrema
precaución para no caer ante los sorpresivos y destructivos ataques con misiles
y drones yemeníes que han demostrado ser tan efectivos y letales como
cualquiera de sus costosísimos y sofisticados sistemas de armas.